29 de septiembre de 2018

Gorbeia (1482 m.)

Jueves 23 de agosto de 2018


Intensa semana de vacaciones camper por Cantabria y Euskadi: Santillana del Mar, Santander, Castro-Urdiales, San Juan de Gaztelugatxe, Gernika, Bosque de Oma, Zumaia, Zarautz, Getaria, Donosti, Vitoria-Gasteiz...pero solo un día programado para hacer montaña, así que lo aprovechamos para subir al Gorbeia, techo provincial de Bizkaia y Araba y una, sino la que más, de las montañas más emblemática de Euskadi. Sin embargo, y como veréis a continuación, no nos salió el mejor día para disfrutar plenamente de los bonitos paisaje y sobre todo de las vistas de esta montaña, pero aún así nos gustó mucho esta ascensión al mítico Gorbeia.






El día amanece como estaba pronosticado, fresco y nublado, pero sin esperarse lluvias. Vamos a subir al Gorbeia por su vertiente vizcaína, así que nos situamos en Areatza, donde antes de tomar el camino asfaltado que sube hasta la ermita de Pagomakurre, punto de inicio de la ascensión, tomaremos un buen pintxo de tortilla para desayunar. La carreterilla que sube hasta el área recreativa de la pequeña ermita serpentea entre un frondoso bosque de hayas y abetos. Al llegar allí nos encontramos con lo que suponíamos, que el gris del cielo devendría en niebla en las cotas más altas, así que o mucho cambiaba la cosa o poco del Gorbeia veríamos. 


En medio de un bonito hayedo, a 883 metros de altura, se encuentra la austera ermita de Pagomakurre. También encontramos allí un área recreativa y dos parkings, no en vano este es el punto más común de inicio de ascensión al Gorbeia.


Con la vana esperanza de que la situación mejorase empezamos andar. La ruta empieza con una larga tirada de camino rural, siempre ascendente, que nos irá aproximando hacia las Campas de Arraba. Pese a lo largo del tramo poco que contar de él a nivel de paisaje, pues poca cosa o nada vimos, mucha niebla, algún que otro caserío y bastantes vacas y caballos. 


Empezamos por el camino que sube a las Campas de Arraba. La niebla hará toda la excursión con nosotros.

Poco a destacar del paisaje en este primer tramo...

...bueno sí, lo habéis visto en la anterior imagen, abundante ganado, tanto vacuno como equino. Normal, aquí en Euskadi, con tanto verde, estos cuadrúpedos tienen buffet libre ilimitado.

En este primer tramo se llevaron más fotos los animalitos que el paisaje. Ya os aviso que va ser una crónica esta con bastantes pinceladas animalescas.

La niebla nos deja ver aquí un caserío, y también distinguir el collado hasta el que sube el camino, tras él se encuentran las Campas de Arraba.

De haber salido un día despejado a nuestras espaldas estaríamos viendo las laderas de Lekanda.


No cambió mucho el panorama al llegar a las campas, poco adivinamos de la lontananza de estas extensiones verdes, pero que aún así, con esta niebla, tienen su encanto. No nos pasan desapercibidas algunas dolinas cercanas al sendero, y es que la zona tiene una interesante actividad kárstica, de hecho los bosques de Kagarleku e Itxina, por donde teníamos pensado regresar a la vuelta, esconden multitud de grietas y simas, y no es aconsejable cruzarlos en días así, ya que puede convertirse en una laberíntica trampa. Así que mejor ir a lo seguro e ir y volver por el mismo camino. 


Llegamos a las Campas de Arraba y nos encontramos con este panorama.

Tanta humedad también es propicia para que salgan hongos por todos los rincones.

La niebla, y estos árboles, dotan al paisaje de un ambiente tétrico.

Una de las numerosas dolinas que rompen la uniformidad de la campa.

No es sorprendente el carácter kárstico en la campa, ya que una barrera caliza la cierra por el oeste.

Pese a la niebla, el lugar es embaucador. Distinguimos ya el refugio.


Dejamos la visita al Gorbeiako Artepea (Refugio Ángel de Sopeña) para la vuelta y empezamos a remontar las laderas herbosas del Gaztarreta, aunque el sendero evita la cima pasando bajo las paredes de su vertiente NE. Atravesamos un diminuto collado y afrontamos un tramo descendente, bajo la más espesa niebla de toda la mañana. Así llegamos al pequeño pero fantástico bosque de hayas trasmochas de Egiriñao, en el que flota un aura mágica, vamos, que si hubiesen aparecido por allí Basajaun y Basandere  no nos hubiese extrañado nada.


Gorbeiako Artepea, situado a unos 1050 metros de altitud y es propiedad de la Federación Vizcaína de Montaña. Lo visitaremos a la vuelta.

Tras encaramarnos por las laderas herbosas del Gaztarreta flanqueamos su cima bajo unos roquedos, que no pudimos ver a causa de la niebla.

Árboles que han crecido en una inclinada pedrera, hoy con aspecto tenebroso.

Y de las tinieblas a la fábula y magia del hayedo de Egiriñao.

Mucho había leído sobre las hayas trasmochas, pero nunca había tenido la fortuna de ver ninguna.

En este enlace os explican mejor que son las hayas trasmochas.


El bosque oculta una pequeña campa en la que se sitúa el Refugio de Egiriñao, compartido por diversos clubs de montaña de la zona. Tras la campa nos espera la exigente subida, por una pedregosa vaguada, hasta el herboso collado de Aldamiñoste, que separa las cimas del Aldamin y Gorbeia. Al llegar a él la niebla hace un amago de disiparse, permitiéndonos contemplar durante unos minutos la caliza silueta del Aldamin y la enorme cruz que corona el Gorbeia, que parece estar ahí al lado, pero aún queda una empinada ladera herbosa de por medio y que se sube a lo recto, y que a buen seguro se le ha atragantado a más de algún/a "ansias". No fue nuestro caso, incluso hicimos una parada para probar el agua que mana de la fuente cercana a la cima.


Justo al salir del hayedo hay una pequeña campa, en ella está construido el Refugio de Egiriñao, compartido por varios clubs de montaña.

Fantástica la ubicación de este refugio.

Con figurantes, no faltaron en esta ruta, se aprecia mejor el tamaño de las hayas.

Dejamos atrás el hayedo.

Nos disponemos a afrontar la exigente subida al collado de Aldamiñoste.

La exigencia viene debida a lo lapiaz, y por lo tanto incómodo, del terreno.

El pisar mejora en las proximidades al collado, el cual ya tenemos a la vista.

Vemos la corona rocosa del Aldamin, y en su base un ejercito de ovejas.

Bonita estampa de los lanudos ungulados con una brecha caliza del Aldamin.

Y es en esa caliza donde más a gusto se encuentran otros ungulados, en este caso las cabras.

Amplio y herboso collado de Aldamiñoste. La niebla de disipa por momentos y nos deja ver la bonita estampa del Aldamin.

Aprovechamos ese fugaz disipe para asomarnos a la vertiente oriental del collado.

Me encanta la escarpada silueta del Aldamin.

Mucho más redondeada y suave es la del Gorbeia, aprovechemos para hacerle fotos, pues la niebla la volverá a cubrir en minutos.

La característica cruz del Gorbeia, parece que está ahí, pero aún queda un buen trecho, y una empinada ladera herbosa, para llegar a ella.
Dos compañeros ya casi han llegado arriba.

Nosotros, tras picar unos frutos secos, nos ponemos a ello. Pasamos junto a una pequeña sima. El Aldamin nos vigila...

...y no es el único.

Preciosa estampa de la parte final del ascenso. En la bajada apenas veíamos un par de metros delante de nuestras narices.

Esta imagen deja a las claras la inclinación de la ladera, ya que apenas deja ver la parte alta de la cruz. 

A pocos metros de la cima encontramos esta fuente, en la que no dudamos en parar y echar un buen trago.


La mencionada cruz preside el herboso altiplano cimero que es la cima del Gorbeia. También hay en ella una estatua de la Virgen de Begoña, un vértice geodésico, un buzón de firmas y una mesa de orientación donde podemos leer todos los puntos, muchísimos, que se llegan a divisar en un día despejado desde esta emblemática cumbre vasca, de los cuales, y como habréis supuesto, no vimos ninguno, que se le va hacer ¿no queremos ver cosas típicas cuando viajamos?, pues aquí días de estos son de lo más típico, ya lo comprobamos la primera vez que vinimos a hacer montaña en Euskal Herria. Pese a ello, y eso es lo que me fascina de la afición al monte que aquí hay, goteo constante de gente yendo y llegando a la cima, sobre todo desde la vertiente vizcaína. 


Y alcanzamos la cima del Gorbeia, a 1482 metros de altura, que se despejó por unos minutos. ¿Sabíais que el Gorbeia es uno de los cinco montes bocineros de Bizkaia?, ¿que qué es un monte bocinero?, en este enlace nos lo explican muy bien.

Incluso por encima de la Virgen de Begoña pudimos ver algo de cielo.

De inmediato de volvió a meter niebla y así estuvo todo el rato que estuvimos arriba. La cruz mide 18 metros, anteriormente a esta hubieron otras dos, una de 33 metros (año 1901), y otra de 23 (año 1903), ambas fueron derribadas por fuertes tormentas y vendavales. La actual fue construida en 1907.


Para la vuelta, y como os he comentado antes, utilizaríamos el mismo camino que en la ida, con la variación que al llegar al collado de Aldamiñoste nos encaramamos a la rocosa cima del Aldamin, en la que intuimos unos buenos precipicios desprendiéndose hacia su vertiente norte. Luego al ir siendo la niebla menos cerrada pudimos ver paisajes que no habíamos podido ver durante el ascenso, incluida la pequeña ermita roquera de Elurretako Ama. Antes de enfilar el camino de bajada a Pagomakurre entramos en el acogedor refugio de las Campas de Arraba a tomarnos un aperitivo: cerveza artesanal acompañada de queso de la tierra con membrillo y nueces. Y esto es lo que dio de si esta gris, y sin embargo bonita, jornada de monte.

Agur!!.


Regresamos casi a ciegas a Aldamiñoste, y aunque sabemos que no veremos nada desde arriba decidimos subir también al Aldamin.

Desde abajo parece empresa complicada llegar a la cima, pero no lo es, un evidente sendero escarcea entre el roquedo, y solo nos tendremos que ayudar de las manos en un par de ocasiones.

Esto es un hito cimero y lo demás son tonterías. Aldamin, 1373 metros.

Una pena la niebla, pues los precipicios que se desprenden al norte del Aldamin son de los que quitan el hipo.

No hay que poner excusas para venir a visitar Euskadi, pero si hubiese que poner una será para ver las vistas que nos perdimos en esta excursión.


Bajando de Aldamiñoste reparamos en detalles que en la subida no habíamos visto.

Volviendo a la campa del hayedo trasmocho y el refugio, al fondo el Gaztarreta se deja ver de forma breve.
En un roquedo junto al hayedo, se nos había pasado por alto en la ida, se encuentra excavada en la roca la ermita de Elurretako Ama (Virgen de las Nieves).

Nos volvemos a impregnar de la magia del hayedo.


En la ida este fue el tramo en el que más niebla había, en la vuelta despejó un poco y lo pudimos ver y os lo puedo mostrar. Al fondo las cimas de Aldabe y Gaztarreta.

La niebla fue benévola con nosotros y nos permitió disfrutar de este bonito tramo de sendero.

Hacemos un "campa" a través para encaminarnos el refugio. Allí nos esperan unas cervezas, aunque el día estuviese más para tomar algo calentito.

Gorbeiako Artepea o Refugio Ángel de Sopeña, bonito y acogedor. Entremos a ver. Si lo queréis hacer vosotros os recomiendo visitar su web.

Dentro nos tomamos unas frescas, y Joseba, el guarda, nos preparó un aperitivo a base de queso, membrillo y nueces.

Al salir del refugio encontramos menos niebla y más caballos en las Campas de Arraba.

Un ternero sestea en los mullidos prados de la campa...

...mientras estos tres pastan tranquilamente sin importarle lo más mínimo nuestra presencia.

Esta dolina no nos la había dejado ver la niebla en la ida.

Y despedimos el reportaje con este simpático petirrojo, que posó ante nosotros en la rama de un espino.








12 comentarios:

  1. Hola Dani.

    Con la de años que he veraneado por la costa de Vizcaya y siempre me quedo pendiente subir al Gorbeia que seguramente sea la montaña más mítica del País Vasco, pero yo creo que como montaña sin duda le gana la partida el Txindoki.

    Una lastima que el único día de montaña os saliera rana, pero es el clima que tiene está zona, pero bueno, ya tenéis escusa para volver.

    Espero que hagas entrada de San Juan de Gaztelugatxe y del bosque de Oma, estos si los conozco y son muy bonitos.

    Un saludo

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    1. Hola Eduardo.

      Qué guapo el Txindoki, el Cervino Vasco, pero a mi me gusta más el Anboto. A ver si la próxima visita a Euskadi es más en plan montañero y los podemos subir los dos.
      Hicimos el Gorbeia, además de ser tan emblemático, por que nos venía bastante a mano, ya que esa noche dormimos cerca de allí.
      Pues no llevo idea, por el momento, de hacer entrada de San Juana y Oma, quizás en un futuro reseñe algo, pero veo ahora más prioritarias las crónicas de la Palma y de otra escapada reciente que hicimos al Pirineo. El Bosque de Oma resulta de lo más curioso, si, y Gaztelugatxe es un enclave espectacular, pero que se rodara allí Juego de Tronos (estaba a reventar de gente, y a partir de ahora solo se podrá visitar con reserva previa) creo que a la larga le hará más mal que bien, y si no al tiempo...

      Un saludo.

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    2. Bueno, el Amboto también está muy bien!. Debo ser el único en este planeta que no haya visto ni un solo episodio de Juego de Tronos :), no tenía ni idea que hubiesen rodado allí, así que si ya de por sí, había bastante gente, ahora no es de extrañar que hayan puesto un cupo, cosa que es una pena porque era una zona para hacer snorkel cojonuda.

      El País Vasco a mi me encanta es la parte del Norte más cercana a Cuarte de Huerva, además de montaña tiene mucho bosque.

      Un saludo

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    3. Jajaja, tranquilo Eduardo, no estás solo, ni Eva ni yo hemos visto jamás un episodio de Juego de Tronos, de Juego de Tronos ni de ninguna serie de moda, es algo que no nos va. Parece ser que lo que les llamó la atención fue la escalera, ya que en la serie luego sustituyen, mediante efectos especiales, la ermita por un castillo. La verdad es que entre el calor que hacía, y la cantidad de gente que bajaba y subía, me agobié un poco y no acabé de disfrutar del todo de este espectacular enclave.

      Tampoco eres el único al que le encanta Euskadi ;-)

      Un saludo.

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  2. Vaya semana camperizada más estupenda, dos techos más al saco que pese al día nublado, habrá merecido la pena, aunque solo fuera por ese queso con membrillo y nueces!!!
    Un fuerte abrazo!!

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    1. Pese a la niebla nos gustó bastante el Gorbeia. Luego me hubiese gustado hacer alguna ruta más esa semana, pero también hay que dejar hueco para el turismo ;-)

      Un abrazo.

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  3. Hola Dani.

    Que raro se me hace que solo tuvierais una jornada montañera pero si es verdad que cuando uno está de vacaciones, lo suyo es relajar y disfrutar.

    De la ruta, pues un maravilla pese a la niebla. Esa herbosidad rocosa me ha encantado y también el origen de las haya trasmochas, y en una próxima vez que nos juntemos podemos probar tú en un alto y yo en otro a ponernos bocineros y llamarnos, jajaja.

    Un abrazo y a ver este finde......

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    1. Jajaja, podemos subirnos, tu a la Mogorrita, y yo al Penyagolosa y empezar a dar voces y llamarnos, todo un día...

      Lo de las hayas trasmochas, y también lo de los Montes Bocineros, recuerdo que las descubrí en un artículo de la revista "el Mundo de los Pirineos" y me llamó mucho la atención y pensé que sería una pasada caminar por un bosque de estos, fue toda una sorpresa encontrar este pequeño hayedo trasmocho en la ruta de ascenso al Gorbeia.

      Bueno, también hicimos en un mismo día las rutas de San Juan de Juego de Tro...digo de Gaztelugatxe y el Bosque de Oma, cortas pero que también tiene sus subidas y bajadas. Pero ya te digo que me canso físicamente más pateando pueblos y ciudades que subiendo y bajando montañas. La próxima escapada a Euskadi integra para subir cimas y patear bosques ;-)

      Un abrazo.

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  4. Hola Dani,

    Me han gustado mucho esas praderas con esos montes calizos haciendo las veces de vigías.

    A ver si puedo escaparme unos días a Euskadi, que es una de esas zonas que tengo abandonadas y que hace años que me apetece ir.

    Da igual que haga frío, una buena cerveza, y encima acompañada por ese queso con membrillo no tiene precio, esos si que es un buen reconstituyente.

    Al final iremos a Montanejos para el 12, a ver si nos podemos ver por allí.

    Un abrazo.

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    1. Hola David.

      A ver si podemos vernos en Montanejos, si no es para hacer alguna ruta, al menos para tomar algo o cenar.

      No dudéis en acercaros a Euskadi en cuanto tengáis la ocasión. Tanto a nivel cultural como excursionista es una tierra que enamora!!

      Un abrazo.

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  5. ¡Hola, Dani! Aunque la niebla nos impide disfrutar al 100% del paisaje, no hay duda de que lo pasamos igualmente muy bien. Incluso la neblina le confiere al paisaje un aspecto espectral que también nos gusta mucho. De hecho, a pesar de la niebla, subisteis al Aldamín. Bien aprovechado el viaje. Curioso lo de las cimas bocineras. Imagino que desde allí arriba la acústica será excelente.
    Un abrazo.

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    1. Hola Emilio.

      Así es, con niebla cualquier montaña o paisaje cobra otra dimensión, y ya que estábamos allí no íbamos a desaprovechar la ocasión de subir al Gorbeia, aunque supiésemos desde el principio que no íbamos a tener vistas, la verdad es que pese a ello disfrutamos mucho de la subida a este emblemático monte vasco.. Lo de los bocineros no sé si será por la acústica o más bien por por el vozarrón de las gentes del lugar jeje.

      Un abrazo.

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