Jueves, 22 de septiembre de 2022
Tras pasar unos días en la Val d'Aran y subir al Tuc de Molières me moví a Benasque con la idea de hacer un par o tres actividades por allí. Podría haberme engorilado de nuevo y haber subido alguno de los numerosos 3000's del valle, pero no iba a ser el caso. Allí hay otras montañas más modestas, a las que le faltan un porrón de metros para alcanzar ese número mágico, tan obsesivo para algunos, y que además de resultar muy atractivas tienen una ascensión más asequible, y que se ajustan a la perfección para el paupérrimo y lamentable estado de forma con el que llegué a Benasque. Una de ellas es el Pico de Paderna, una montaña eclipsada por las Maladetas, y que siempre se me había quedado pendiente en todas mis visitas anteriores al Valle de Benasque. La ocasión la pintaban calva pues...