7 de julio de 2024

Peña de la Silla (1935 m.) y Pico del Granero (1973 m.)

 Lunes 1 de mayo de 2023

Para la ruta que sirvió para complementar la escapada del puente del 1 de mayo al Pico del Lobo nos volvimos a subir al Puerto de la Quesera. Desde allí trazamos un recorrido, de unas tres horitas de duración, en el que ascendimos dos cimas que rayan los 2000 metros, la Peña de la Silla y el Pico del Granero. Una pequeña ruta en la que, como en los frascos pequeños de perfume, vino concentrada 100% la genuina fragancia de la Sierra de Ayllón.



Desde hace ya un tiempo, en nuestras escapadas de fin de semana, también solemos hacer una actividad o ruta corta el domingo, para aprovechar la mañana, comer algo por ahí y regresar por la tarde a Betxí. Lo que no suele ser habitual es que la ruta complementaria nos acabe gustando más que la principal, como fue en este caso de esta, que nos gustó más que la del ascenso al Pico del Lobo, que ya os dije que nos gustó mucho a nivel paisaje, pero se quedó un poco coja por la poca variedad del recorrido y sobre todo por el tema de la chatarra de la cima... Y lo mejor de todo es que esta ruta de la Peña de la Silla y el Pico del Granero no la teníamos ni mirada. De hecho el plan inicial para el domingo, en este caso, lunes, era ir a Martín Muñoz de Ayllón para hacer la ruta de la Chorrera del Río Vadillo, pero cuando llegamos a Riaza el sábado por la tarde, y antes de acampar en la Pinilla, subimos al Puerto de la Quesera a dar un pequeño paseo por allí, para estirar las piernas/patas tras cinco horas y pico de viaje, fue en dicho paseo, cuando no muy lejos del Puerto de la Quesera, mirando al este, vi dos cimas que me llamaron enseguida la atención. De inmediato recurrí a Google para identificarlas, evidentemente eran las que figuran en el título de este reportaje. En la Pinilla, mientras cenaba, y de nuevo con la colaboración de Google, me estudié una ruta que subía a estas dos cimas desde la Quesera, y que como se amoldaba a lo que buscábamos, quedó adjudicada. En cuestión de una hora había cambiado el plan para el domingo, perdón lunes...

¿Y por qué nos gustó más esta ruta que la del Pico del Lobo? Pues por varias razones. Una de las que podríamos nombrar fue la variedad del recorrido, pues si la subida al Pico del Lobo fue a lo tieso y ceñida al cordal, y en cierto punto redundante en cuanto a vistas, aquí nos salió un trazado más rico en matices, que entre otras cosas nos permitió asomarnos a los valles de los río Jaramillo y Sorbe, o a los hayedos de la Pedrosa o Tejera Negra. También tuvimos que trepar en el ascenso final a las dos cimas, y al hacer la ruta de memoria y sin ninguna ayuda digital, tuvimos que echar mano a la orientación, lo que supuso algún sencillo tramo de trochemoche. Pero por lo que nos gustó tanto esta ruta es porque reunió dos de los ingredientes que hacen tan especial a la Sierra de Ayllón, mínima alteración humana y una  sensación de soledad absoluta, esa soledad que cada día es más difícil encontrar en ciertas montañas. Eso fue lo que nos conquistó de esta sierra cuando la visitamos, dos veces, en 2017, lo que nos impulsó a volver en 2023 y lo que nos hará volver en un futuro. Qué no vuelvan a pasar seis años...

Al igual que en el día anterior, empezábamos la ruta en el Puerto de la Quesera, solo que en dirección opuesta. Pese a no madrugar mucho fuimos de los primeros en llegar. Tres horas más tarde había bastantes más coches allí.

Nada más empezar nos llamaron la atención estos riscos, ya que en ellos había...

...unas preciosas y brillantes cuarcitas blancas que asemejaban a la nieve.

Un poco más adelante pudimos ver ya nuestros dos objetivos cimeros, y también la ladera en la que se concentra el mayor número de hayas del Hayedo de la Pedrosa.

Durante este cómodo tramo de subida inicial fuimos encontrando algunos riscos, que fueron excelentes miradores, como es el caso de este en el que está subido Laia.

Desde allí pudimos ver el Hayedo de la Pedrosa, la carretera que, desde Riaza, sube al Puerto de la Quesera, y el Macizo de la Buitrera.

Y como no, también se dejó ver el macizo del Pico del Lobo.

Mirad que colorido daban a la montaña los brezos en flor. Al fondo la Peña de la Silla.

Antes de afrontar la dura rampa que nos dejaría a pies de su corona rocosa nos desviamos brevemente para subirnos a estos otros riscos que se ven al fondo.

Laia ya casi ha llegado. Seguro que tendríamos buenas vistas desde allí.

Así fue. Vemos como este espinazo baja, a modo de cresta, hacia el valle del Río Jaramillo. También vimos, a la izquierda de la imagen, allá al fondo, el Ocejón, y la carretera, que desde el Puerto de la Quesera, cae hacia la provincia de Guadalajara.

Desde allí hice este zoom hacia el Pico del Lobo. Y que una montaña tan agreste como esta se vea manchada por las ruinas que tiene en su cima...



Volvimos al sendero principal, y este se puso bravo hacia la Peña de la Silla.

El sendero sube en clara dirección al portillo que distinguimos allá arriba, evidente punto de paso.


Llegamos a pie del roquedo. Desde allí tuvimos esta perspectiva del valle del Río Riaza, con el pequeño Embalse de Riofrío.

Efectivamente, el portillo era el punto de paso...

...y allí nos dimos cuenta que estos roquedos no eran los que coronaban la Peña de la Silla, sino que la cima de esta se encontraba en el grupo de bloques de granito que quedaban un poco más al este.

Mi guapa compañera, en tan bonito paso de montaña.

Sin ser el punto más elevado, estos roquedos ya fueron un buen mirador hacia el valle del Río Riaza y la llanura segoviana...

...y también hacia el grupo de cumbres de la Buitrera.

Bajamos al collado que separa ambos roquedos...

...para ir en busca sobre el que está el hito cimero de Peña de la Silla...

...que desde esta perspectiva ya no parecía tan inaccesible.

Qué estéticos resultan siempre estos pequeños caos de granito.

Las opciones de trepada para llegar a la cima eran varias, nosotros elegimos subir por esta placa, por la que bajaba el compañero.

Muy poca gente nos encontramos esa mañana en la montaña, y la que nos encontramos fue en el momento preciso, como por ejemplo una simpática pareja madrileña, que fueron los que nos hicieron unas cuantas fotos en la cima de la Peña de la Silla.

Desgranemos un poco las vistas. Valle de Río Riaza, Hayedo de la Pedrosa, Embalse de Riofrío, Riofrío de Riaza y Riaza.

Riscos previos a la Peña de la Silla, con el Pico del Lobo al fondo.

Vistas hacia la Buitrera...

...con las cimas del Parrejón, el Cervunalillo y Mesa Peñota/la Buitrera, las tres sobrepasan los 2000 metros.

Mirando en dirección opuesta, además de ver, allá al fondo, el Ocejón, reparamos en otra cota de la Peña de la Silla...

...así que como no suponía mucho esfuerzo, la subimos también.

Desde allí ya pusimos las miras en el siguiente objetivo de la mañana, el Pico del Granero...



...así que de inmediato pusimos rumbo para allá, dejándonos caer hacia el amplio collado que separa ambas cimas.

De camino al collado pudimos ver una de las cimas de la Cresta del Dragón, que luego veríamos mejor. Al fondo, omnipresente, el Ocejón.

Por una pendiente muy suave nos fuimos aproximando al collado y a la base del Pico del Granero.

Llegamos al collado. Allí pudimos ver la Buitrera y parte del circo de la cabecera del Río Sorbe.

Bonito contraste con el verde de los pastizales del collado y el gris oscuro de las rocas del Pico del Granero.

Desde ese punto ya pudimos ver el vértice cimero, intuyendo que para llegar a él habría que negociar estos atractivos escarpes.

Unos precisos hitos nos ayudaron a localizar esta canal, paso clave en el camino hacia la cima.

A la salida de la canal encontramos una sencilla trepada...

...que nos sacó a unos pequeños rellanos herbosos. Lo evidente parecía ahora seguir trepando...

...pero el itinerario jitado nos llevó por las zonas herbosas...

...hacia el pequeño collado que separa el Pico del Granero de la Peña de la Tiñosa.

Como estaréis comprobando, este tramo resultó muy estético a nivel visual.

Sin necesidad de llegar al colladete escoramos de nuevo hacia la roca, donde me fue necesario de nuevo hacer uso de mis extremidades superiores. Laia ya se había plantado arriba...

...chupado para ella 😉.

Superada esta trepadilla vino otro tramo de senda.

Os había mencionado unas fotos atrás la Peña de la Tiñosa. La vemos desde aquí, con unos excursionistas en su cima, y una gota de sudor en el objetivo de mi cámara😅.

Os los acerco con el zoom. Al fondo, el Ocejón.

La Tiñosa con sus inquilinos, y a la derecha la Cresta del Dragón, apuntada para una próxima visita a la Sierra de Ayllón.

Vértice del Pico del Granero, que recibe el nombre de la Tiñosa, del que nos separaba una última trepada.

Coser y cantar para Laia.

Pero el vértice no está en lo más alto del Pico del Granero, la verdadera cima es este remate, en el que vemos al compañero.

El compi se llamaba de David, montañero de Valladolid, con el que tuvimos una agradable charla, y que nos hizo un book de fotos en la cima, de las cuales he seleccionado esta y las dos siguientes. Mil gracias David!!



El Pico del Granero, además de ofrecernos una atractiva ascensión, nos pareció una montaña preciosa y con carácter.

Y con unas vistas excelentes, por supuesto. Os las desgrano: Cresta del Dragón hacia el sur, punto cardinal en el que estuvo reinando toda la mañana...

...el Ocejón.

Al norte, macizo de la Buitrera...

...con la cima homónima, también llamada Mesa Peñota...

...y el Alto del Parrejón.

Laia mira ahora hacia el SO, en esa dirección destacaba...

...el Pico del Lobo y su séquito, con la Peña de la Silla en la parte inferior de la imagen.

Pico del Lobo, con su amasijo de chatarra.

Mirando al este pudimos ver el valle de cabecera del Río Sorbe, y pequeñas porciones del Hayedo de Tejera Negra.

Para la vuelta había memorizado que desde la cumbre teníamos que ir directamente al Collado de las Lagunas. Nos pusimos a ello. Fue monte a través, primero por los escarpes cimeros y luego por inclinadas pendientes de gayuba.

Como no estaba resultando muy cómodo el avance decidimos volver a la base de la Peña de la Silla y buscar desde allí un mejor camino hacia el Collado de las Lagunas.

Escarpes y pendientes de gayuba por las que habíamos bajado.

Volvimos al amplio collado...

...y nos plantamos de nuevo bajo los granitos de la Peña de la Silla.

Con ellos pudimos hacer composiciones fotográficas, como esta del Pico del Lobo.

El ir de nuevo hasta la base de la Peña de la Silla fue un acierto, pues de inmediato localizamos un sendero que bajaba en clara dirección al Collado de las Lagunas.

Otra bonita foto, con los granitos de la Peña de la Silla, el Embalse de Riofrío y Riofrío de Riaza.

En algunos tramos el sendero se convirtió en un pasillo herboso.

Nos despedimos de la Peña de la Silla.

El Collado de las Lagunas, cada vez más próximo.

Desde el collado sale el marcadísimo sendero que sube hacia el Alto del Parrejón.

Collado del Lagunas o de la Lagunilla. Nos llamó la atención el, bonito, topónimo, y es que según he leído, en ciertas épocas del año, se forma en el collado una pequeña laguna.

Cuando estuvimos nosotros no había tal laguna, pero si que pudimos deleitarnos con esta imponente perspectiva del Pico del Granero.

Desde el Collado de las Lagunas tomamos un sendero, que yendo todo el rato a media ladera nos ofreció unas vista inmejorables del Hayedo de la Pedrosa.

Fue en este tramo de la ruta donde nos pudimos cerciorar de toda su extensión...

...y de sus diferentes ramificaciones.

Con el Pico del Granero, la Peña de la Silla y el Hayedo de la Pedrosa despido este reportaje. Un gran fin de semana en la fantástica Sierra de Ayllón.



2 comentarios:

  1. Hola Dani.

    Si es verdad que a mi tambien me ha gustado más esta otra entrada sobre tu viaje a Ayllón. En esta se respira mucha más soledad y el paisaje se ve menos alterado, más virgen. Estos peñascos de granito entre los brezales en flor, los pasillos de pastizal verde, las vistas desde arriba de las cabeceras de los rios y los hayedos vistos desde arriba tambien.

    Todo suma, y al final hace un ruta mucho más apetecible que la consabida al Pico del Lobo, por lo menos para mí. De hecho, esta me la guardo, en una posible visita furgonertera futura a la Sierra de Ayllón.

    Un abrazo.

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    1. Hola Toni.

      Bueno, vosotros también habéis estado, por lo que me contasteis, en la Sierra de Ayllón, en el Ocejón, y ya comprobarais el potencial que tiene esta sierra. Y lo bueno es que la mayoría de la gente se suele centrar en el Pico del Lobo, por ser el más alto, y en el Hayedo de la Tejera Negra, sobre todo en otoño y por razones obvias. Pero luego el resto de la sierra queda un tanto olvidado, por suerte de los que nos gusta la montaña solitaria, y podemos encontrar allí cimas tan atractivas como estas dos, el Cerrón, la Buitrera y el propio Ocejón. Además de otros hayedos más pequeños pero que también nos pueden regalar un bonito colorido otoñal y sin tener que reservar, o largos cordales en los que poder encadenar varias cimas que superan los 2000 metros.

      No estaría mal, en un futuro, organizar una quedada con las furgos en estas solitarias montañas de Ayllón.

      Un abrazo.

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