Domingo 10 de diciembre de 2023
La Ermita de la Virgen de la Peña de Aniés es uno de los muchos ejemplos de arquitectura religiosa rupestre que hay repartida a lo largo y ancho del territorio peninsular. Aunque ya la habíamos visitado en 2018, en aquella ocasión subimos con la furgoneta hasta la base de la peña y aunque nos pareció un sitio espectacular no la vi como una excursión con suficiente contenido como para dedicarle una entrada en el blog. Cinco años y pico después pensé que volver a subir a al ermita, pero esta vez partiendo desde el pueblo de Aniés, sería un buen complemento a la escapada a Peña Gratal, y también para dedicarle el reportaje que esta ermita roquera merece. Este que estáis leyendo es dicho reportaje.

Básicamente la ruta que hicimos fue subir andando lo que subimos con la furgoneta en 2018, salvo un par de tramos de sendero que atajan la pista forestal. Evidentemente luego subimos hasta la ermita por el espectacular trazado que salva la verticalidad del terreno. Después realizamos una pequeña circular aprovechando el que debe ser el carril de servicio del templo.
Así de escueta es la explicación del recorrido. No precisa de más. Veo más importante destacar otras cosas, como por ejemplo el espectacular y vertical conjunto de torres calizas en el que está construida la ermita, terreno exclusivo para nuestro carroñero favorito, y que sin embargo un sendero de trazado imposible lo ha hecho accesible para el ser humano carente de vértigo. Con respecto a este sendero me ha gustado una frase incluida en una de las primeras documentaciones escritas que se conocen sobre la ermita, la cual transcribo aquí: "...[Refiriéndose a la subida] se halla siempre difícil, y naturalmente peligrosa, por que no hay, ni puede haber otro ascenso, que el que ha fabricado la devoción más que el arte...".
En este escrito, del Padre Faci, el cual podéis leer aquí, también viene reflejado el origen de la ermita, el cual os resumo un poco a mi manera. Cuenta que estando de cetrería un caballero del cercano Castillo de Loarre, su halcón, yendo detrás de una paloma, se introdujo en una cavidad de estos acantilados rocosos. Al no regresar el halcón a su dueño, fueron el caballero y un lacayo hasta lo más alto de los peñascos, descolgándose el lacayo con una cuerda (menudo caballero valiente) hasta la cueva. Allí, además del halcón, halló un rústico retablo con una imagen de Virgen. Inicialmente bajaron dicha imagen a una iglesia cercana, pero a posteriori la volvieron a subir donde la encontraron, y alrededor de dicha cavidad construyeron la Ermita de la Vigen de la Peña. Lo que no cuenta la historia es quien dejó aquella imagen en tan inaccesible lugar...
Y para finalizar, y esto es una mera apreciación personal, creo que muchos de estos lugares sagrados tan peculiares, con la humanización y la llegada masiva del turismo, han sido despojados en parte de su aura mística. Creo que no es el caso de esta Ermita de la Virgen de la Peña, pues en las tres veces que la hemos visitado (estuvimos otra vez en septiembre de 2024) siempre hemos pedido notar que la energía que transmite el lugar sigue estado muy presente.
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Pista forestal de Aniés a la ermita, en su tramo inicial. |
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El rumbo y el destino, bien claros desde el principio. |
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Nubes matinales en la Sierra de Loarre... |
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...que otorgaban cierto aspecto espectral al Castillo de Loarre. |
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Árboles desnudos en el bosque... |
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...y un enorme hongo yesquero agarrado a uno de ellos. |
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Entorno calizo de la ermita, al que ya estaba empezando a iluminar el sol. |
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Mi infatigable compañera, como siempre llevándome ventaja. |
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Espectacular grieta en la caliza. |
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Llegamos al pie de las grandes verticalidades. |
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Increíble donde colocaron la ermita. |
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Inicio del sendero que sube a la ermita. |
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Un trago antes de afrontar la subida. |
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Vistas hacia plana de la Hoya de Huesca, con neblinas sobre la Sotonera. |
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Aniés, desde donde habíamos partido un rato antes. |
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El sendero se introducirá en el acanalamiento que se ve a la izquierda. |
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Vista hacia el punto donde, después de abundantes lluvias, se debe formar una espectacular cascada. |
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Mirada hacia la ermita, literalmente colgada del acantilado. Si agudizáis la vista podréis distinguir un par de buitres en la pared. |
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Si no los habéis visto no os preocupéis, aquí os regalo tres fotos que hice a los legítimos residentes de esta pared en nuestra visita de 2018. |
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Volvemos al otoño de 2023. |
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Inicio del escalonado sendero que sube hasta la ermita. Esos maderos no recordamos que estuviesen en 2018. |
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Este espectacular sendero está hoy en día domesticado, pero, ¿cómo sería en sus tiempos primigenios?. |
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El cable de vida si que estoy seguro que no existía en 2018. |
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Impresionante y vertical entorno. |
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Castillo de Loarre. Recomendamos su visita con guía, para conocer mejor la historia y curiosidades de esta magnífica fortaleza. |
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Llegamos a lo más alto de las peñas y al entorno de la ermita. |
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Lo primero que llama la atención es la casa del santero... |
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...que está totalmente adosada a la roca y suspendida al vacío. |
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En esta imagen, la elegida para encabezar el reportaje, se aprecia mejor. |
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Y esta es la ermita, a la cual solo se puede acceder mediante visita concertada. Existen visitas guiadas, que es lo que recomiendo siempre. |
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Vayamos a esta loma de en frente, que es donde mejores vistas se tienen de la ermita. |
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Ya estamos sobre ella. ¿A que tenía razón? 😉. |
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Espectacular. |
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Aquí se aprecia la escalera que permite acceder al templo. |
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Para no bajar por el mismo sitio aprovechamos este carril, que sube hasta muy cerca de la ermita. Pensaba que sería un tramo descafeinado... |
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...pero mira por donde nos encontramos esta covacha. |
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¿Por qué me gustará tanto hacer este tipo de fotos?. |
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Mejor con la silueta de Laia 😊. |
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Encontramos indicios (techos oscuros y carbón) de que estas oquedades hubiesen servido como abrigos pastoriles... |
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...aunque no sé yo si hubiese dejado mi rebaño tan cerca de este escualo pétreo 😅. |
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Toda una sorpresa haber encontrado este pequeño museo de la erosión. |
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Las vistas durante esta pequeña circular tampoco estuvieron mal. Un acierto haberla realizado. |
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Pese a estar a las puertas del invierno todavía pudimos disfrutar de alguna pequeña palestra otoñal. |
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Nos despedíamos de la Ermita de la Virgen de la Peña... |
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...pero no terminaron ahí las visitas a monumentos religiosos ese día. Antes de irnos a Nueno a disfrutar de una rica y abundante comida vegetariana en La Olivera paramos en Bolea, para visitar, por fuera, su magnífica Colegiata. |
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Así de imponente se nos mostraba la Peña Gratal, late motiv de esta penúltima escapada de 2023 a la provincia de Huesca. |
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Desde la colegiata nos pudimos deleitar con el vuelo de este milano real (Milvus milvus). Teniendo en cuenta que el origen de la Ermita de la Virgen de la Peña está en un halcón, opino que es la foto idónea para cerrar este reportaje, ¿no creéis?: |
Hola Dani.
ResponderEliminarNo se si sería muy "Caballero" pero tonto no era, que mandaba bajar a otro 🤣. La verdad que, resulta espectacular la ubicación de esta ermita y sin duda, merece la pena hacer la circular caminando, que es un paseo bastante agradable y en muy pocos kilómetros, ofrece mucho para el que lo sepa apreciar.
Además, siempre se puede alargar, visitando la ermita rupestre de San Cristóbal, que está metida en una cueva y tiene un tramo de barranco bastante chulo y es que, está zona de la Hoya de Huesca, es muy rica en patrimonio. Otra visita senderista - cultural muy interesante, es descubrir San Martín de la Val de Onsera.
En lo que no me había fijado, es en ese tiburón de piedra, muy bien captado!, que otras veces, les ponen formas a las rocas, que cuesta adivinar.
Salud y montaña.
Hola Eduardo.
EliminarNo te creas que no miré la opción de alargar la ruta y visitar la ermita de San Cristóbal, pero en estas rutas que hago para complementar las escapadas de fin de semana al Pirineo, u otras zonas lejanas de Betxí, me tengo que contener, sino llegaría a casa a las tantas, y el día siguiente hay que cumplir en el curro 😂
Me apunto esa visita a la Val de Onsera y a esa ermita de San Martín.
Esta ermita de Aniés, así como su entorno, es espectacular, y me ha impactado las tres veces que la he visitado. Tu lo has dicho todas estas sierras al norte de la Hoya de Huesca poseen un patrimonio tremendo, y que espero ir conociendo próximas escapadas a la zona.
Salud y montaña.
Hola Dani.
ResponderEliminarCon lo que me gusta a mí todo lo roquedo, desde un árbol a un castillo, pasando por una ermita y esta no la conocemos. Sí conocemos el cercano Monasterio viejo de San Juan de la Peña, pero está se queda como objetivo pendiente, además en muy buena situación en la lista al ser una posible ruta corta para complementar un día de furgo por la zona.
Y por supuesto, intentar hacer esta ruta como haces tú. Que pocos somos -en comparación con la mayoría- los que evitamos en la medida de lo posible el llegar a los sitios en coche, y sí pateando, subiendo, buscando sendas nuevas, y descubriendo otras muchas cosas que el senderista/turista que va en coche se pierde.
De lo que comentas del Castillo de Loarre y la visita guíada. Pienso que si cualquier castillo, palacio, monasterio, etc tiene servicio de visita guiada es imperdonable no contratarlo. Nosotros hacemos en los últimos años mucha visita a este de tipo de lugares y yacimientos arqueológicos/históricos y de los lugares que hemos visto sin visita guiada apenas me acuerdo; en cambio, de los que hemos tenido guía contándonos todo al detalle, me acuerdo muy bien.
Me apunto también los lugares que recomienda Eduardo.
Un abrazo.
Hola Toni.
EliminarConociéndote sabía que esta ruta en especial te iba a gustar 😉.
A mi también me encantan este tipo de sitios que ya sea de forma natural, o construidos por el hombre, están ubicados en tan verticales lugares.
Pues yo en San Juan de la Peña todavía no he estado. Si que es cierto que alguna vez he pensado en este monasterio, y alguna rutilla cercana, como complemento a alguna escapada a esa zona más occidental del Pirineo. Ya le llegará el turno 😉.
Y ya que mencionas el Castillo de Loarre. Mira que curioso esto que te voy a contar. El pasado mes de septiembre, cuando subimos Esther y yo a pasar una semana al Pirineo, el primer día, antes de llegar, visitamos esta Ermita de la Virgen de la Peña, y el último día, antes de poner rumbo a casa, visitamos el Castillo de Loarre, con guía, por supuesto...
Un abrazo.
Y el animal que más quiero, es el buitre carroñero... Menudo emplazamiento para rendir culto, compañero... en pleno dominio del leonado. Una propuesta muy interesante.
ResponderEliminarEs verdad lo que comentáis sobre las visitas guiadas. Hemos ido a algunos yacimientos arqueológicos, explicados por la persona que lo ha excavado, y te da información que de otra manera no serías capaz de sacar. Ya están los paneles y tal... pero no es lo mismo que escuchar a alguien narrarlo.
Oye, ese milano... no veas que buena foto. El milano real se ve poco... no es como el negro, que es migratorio, y pasan a cientos por aquí en los días fuertes de migración. Ahora vas por Extremadura y a cada poco vas viendo un milano negro volando. Hemos estado en Gredos hace una semana, y hemos visto bastantes.
Esas fotos desde el interior de la oquedad, es verdad que nos gustan mucho a todos. Ese contraluz queda muy fotogénico.
Habrá que visitar esta zona, que se lo merece.
Saludos, a todos.
El Iniesta bueno (no el del fútbol) siempre presente. En una futura entrada del blog que ya tengo escrita también hago una pequeña referencia a ese icónico verso inicial de "Extremaydura"... A raíz de esto, no sé si conoces a Juancaraes, un chico de Plasencia que se curra unos documentales muy chulos en YouTube con todo lo referente a la historia de Extremoduro y Roberto Iniesta. El caso es que ya hacía tiempo que le había perdido un poco la pista, pero el otro día me dio por ver el último que había publicado, en el que nos cuenta la búsqueda del poco conocido autor del poema que Robe recita en "Salir", ya sabes, el "para algunos, la vida es galopar un camino..." y me pareció muy emotivo.
EliminarEstas rapaces de tamaño más pequeño no son nada fáciles de fotografiar en pleno vuelo, y de conseguir un resultado decente ya ni te cuento, nuestros amigos leonados lo ponen más fácil jajaja.
La verdad es que toda esa línea pre pirenaica de Huesca tiene un patrimonio, en el que se mezcla lo natural con lo histórico/religioso, muy rico, y que vale muchísimo la pena descubrir. Muy recomendado emplear unas vacaciones, fuera del periodo estival, en conocer todo aquello.
Un abrazo.