Al Montcabrer (1390 m.), por la Penya del Frare y el Pic del Teix (1264 m.)

Domingo 29 de diciembre de 2019

Vamos con la crónica de la que fue la última ruta de 2019, un año que iniciamos con la Penya Migjorn, en sierras alicantinas, lo cerrábamos, 357 días después, también en ellas, y en una de sus montañas de postín, el Montcabrer. Iba a ser la tercera vez que subíamos a esta montaña, las dos anteriores lo habíamos hecho una desde Agres y la otra desde Cocentaina, hoy íbamos a conocer su subida desde Muro d'Alcoi, pasando por la Penya del Frare y el Pic del Teix. Tratándose de Mariola y el Montcabrer íbamos con las expectativas altas, y estas se vieron superadas, ahora comprobaréis por qué.

No arrancamos a andar desde las mismas calles de Muro, sino que nos vamos un poco a las afueras. Empezamos a seguir un camino rural que nos aproxima al monte, un monte que apenas podíamos distinguir por la niebla, la misma niebla que unos minutos antes nos había hecho subir y bajar el Port d'Albaida a 60 km/h. Este camino se da de bruces con al línea de ferrocarril Alcoi-Xàtiva, que salvamos por un paso inferior. De inmediato aparece el sendero que nos introduce definitivamente en el monte. Tras remontar una sección caliza entramos en el bosque, y enseguida encontramos el desvío a la Penya del Frare. Cada vez que bajamos a sierras alicantinas siempre hay un momento de la ruta en el que te paras y dices "por esto solo ya ha valido la pena el madrugón y la kilometrada", y en esta ruta ese momento llegó aquí, en el Penya del Frare, cuando esta se despojó de su niebla matinal y nos dejó ver su desplomada verticalidad, pero no solo eso, sino que también nos permitió ver la vertiente sur de la Serra del Benicadell, con un espectacular mar de nubes a sus pies. No nos hubiésemos ido de allí.

Primeros compases de la subida hacia la Penya del Frare, envueltos en el misticismo que siempre otorga la niebla.

Para acceder y ver mejor la Penya del Frare nos tendremos que desviar de forma breve del sendero, aunque de momento nos tendremos que conformar solo con intuirla.

Pero mira por donde, conforme nos íbamos aproximando, y quizás como queriendo premiar el habernos acercado hasta allí, la niebla empezaba a disipar.

Así pudimos ver mejor la desplomada verticalidad de esta pared...

...y además desde diferentes perspectivas.

También pudimos comprobar que en la pared hay diversas vías de escalada, algunas de ellas con seguros de la época de María Castaña.

Y al disipar la niebla no solo pudimos ver con nitidez la pared, sino que se nos abrió esta vista...

...el Benicadell, con un mar de nubes bajo él.

Mar de nubes que se extendía en toda la plana del Comtat. Un bello espectáculo el que pudimos vivir en la Penya del Frare.

Y hablando del Frare que le da nombre a la peña, aquí lo tenemos...

...el Frare d'Agres.

A medida que pasaban los minutos el azul del cielo era más radiante, cosa que no hacía más que resaltar la belleza de esta pared caliza.

Lo que son las cosas, unos minutos antes apenas si podíamos intuir este rincón...

...y ahora este se nos mostraba en todo su esplendor.

Pero quedaba mucha tela que cortar. Volvemos al sendero principal, que empieza a remontar una vaguada, en la que será inevitable no mirar a nuestras espaldas para contemplar como toda la plana del Comtat estaba oculta bajo un mar de nubes, del que solo emergían sierras como Benicadell, Safor, Foradà o Serrella. Ese espectáculo lo pudimos ver en toda su amplitud al situarnos en el mirador de natural de la parte superior de la Penya del Frare, al cual nos desviamos brevemente y en el que además tuvimos el primer contacto visual con el objetivo principal de la jornada; el Montcabrer.

Tras la visita a la Penya del Frare le retomamos el pulso al sendero principal, que empieza a remontar una vaguada. El mar de nubes tras nosotros persiste.

Aquí tenemos la Serra Foradà, en la Vall de Gallinera, emergiendo del mismo.

Desde la cima de la Penya del Frare, que más bien es un pequeño promontorio, pudimos disfrutar mejor de ese mar de nubes bajo el que estaba sumergida la plana del Comtat.

Miramos, también desde ese punto, hacia la dirección opuesta...

...para ver, entre los pinos, la cima del Montcabrer, si os fijáis bien, atestada de gente.

Tras un breve tramo de tránsito por una pista forestal vuelve a mandar el sendero, que hará un "slalom" por las cimas de este sector nor-oriental de Mariola. Evitaremos por el norte, y por sus boscosas laderas, la Penya del Sombrero, por el sur, y territorio calizo, el Alt de la Reja, y pasaremos de nuevo a la vertiente norte, tras trasponer un bonito collado, del Alt de Montagut, entrando en el Runar dels Teixos, una extensa pedrera de gran riqueza botánica, pudiendo encontrar allí, como bien indica el topónimo, tejos. Un tramo este, pasando de norte a sur y de sur a norte, de umbría a solana y de solana a umbría, la mar de atractivo.
Una exigente subida nos hace alcanzar el paso natural del Comptador, que nos deja con una buena visión del ya cercano Pic del Teix y sobre todo con una impresionante estampa del Montcabrer, vistas prácticamente calcadas a las que tuvimos en la cima del Pic del Teix, a la cual llegamos unos minutos después, tras salvar una última subida.

La ruta prosigue por terreno más abierto, lo que nos permite tener esta visión, del aún lejano, Montcabrer.

Seguimos prendados con el mar de nubes, nos es inevitable no mirar atrás.

Bosque en la vertiente norte de la Penya del Sombrero.

Superamos la Penya del Sombrero, cruzamos un collado y empezamos a transitar por la más agreste cara sur del Alt de la Reja. En el mar de nubes distinguimos...

...Muro d'Alcoi, que se muestra tenebroso entre la niebla.

Ahora, y bajo la mirada del Montcabrer y el Alt de Montagut, toca ir a buscar el collado que vemos a la derecha de la imagen...

...y que acercamos con el zoom.

Estas son las vistas desde dicho collado.

Y seguimos avanzando, el Alt de la Reja se nos muestra así ahora...

...y adquiere esta apariencia unos metros más adelante. Choca el contraste de ese crestón calizo, con esa línea de pinos.

Y entramos de lleno en otra vertiente norte y por tanto de umbría. Estamos andando ya por las pedreras del Runar dels Teixos.

El sendero en este tramo transcurre bien definido por la pedrera, y es parte de un recorrido botánico balizado.

Pudimos allí algunas especies caducifolias que seguro que en otoño hacen muy interesante este recorrido. Nosotros, oyendo lo del Runar dels Teixos, y la cercanía del Pic del Teix, nos pusimos a buscar el porqué de esos topónimos. Ahí va un ejemplo...

...y aquí otro, ¿no lo veis?...

...os lo acerco con el zoom.

Tras la dura subida al Comptador encontramos este tejo, el más accesible que vimos.

Las vistas desde el Comptador compensan el esfuerzo. Así vemos desde este paso el Pic del Teix...

...y como no, la elegante presencia del Montcabrer.

Tampoco escapa a nuestra vista la población de Agres, desde la que partimos la primera vez que vinimos a subir al Montcabrer.

Tras disfrutar de la vistas del Comptador ponemos rumbo hacia el Pic del Teix, que allí arriba también serán buenas.

Pasamos por este collado...

...y enfilamos la rampa final al Pic del Teix.

Mirando hacia una vaguada que se descuelga a su vertiente norte pudimos ver un par de tejos más.

Cima del Pic del Teix, a 1264 metros de altitud. Un vistazo hacia el Comptador, el Benicadell y la plana del Comtat, que poco a poco salía a flote del mar de nubes.

En la cima del Pic del Teix hicimos un parón a reponer fuerzas, pues aunque parecía cercano, de aquí al Montcabrer aún había un trecho, y unos 200 metros de desnivel a salvar. En un segundo plano vemos las sierras de la Serrella y Aitana...

...y con un golpe de zoom acercamos el Castell de Cocentaina, bajo el que empezamos a andar la segunda vez que subimos al Montcabrer.

Nos bajamos del Pic del Teix por el hormigonado que sube a su puesto de vigilancia forestal, y entramos en la parte más lúdica de Mariola, de no habernos cruzado con un alma en todo el recorrido a la algarabía total, y es que atractivos no faltan... la Cava de l'Habitació, el Refugi del Montcabrer, y sobre todo la que es, junto al Montcabrer, símbolo indiscutible de este parque natural; la Cava Gran o Arquejada, a cuyo interior de puede acceder, tras su reciente restauración, para así disfrutar de otra perspectiva de los arcos que hacen tan peculiar a este pozo de nieve, y sobre todo poder ver de cerca el tejo que alberga su interior.

Desde el Pic del Teix ponemos rumbo al Montcabrer, pero antes nos iremos deteniendo ante todos los reclamos de esta parte del camino; la Cava de l'Habitació...

...el Refugi Montcabrer, con la cresta del Teix detrás suya...

...y como no la Cava Gran o Arquejada, una preciosidad. Si hay una imagen característica de Mariola es esta, sus dos emblemas, la Cava y el Montcabrer.

Cuando, en 2014, vinimos por primera vez, este pozo de nieve se encontraba en proceso de restauración. Esas obras ya han terminado, y además han colocado una escalera metálica que permite bajar al fondo de la Cava, en la que hay un hermoso tejo.

El poder bajar hasta el fondo también permite gozar de bonitas perspectivas de los arcos que hacen ta peculiar a este nevero, como esta y las dos siguientes:

Visitada la cava tomamos uno de los PR's de la zona para encaminarnos hacia el collado donde nace el sendero que baja al Racó Llobet, por el que, más tarde retomaremos la circular. Antes nos enfilaremos, en tramo de ida y vuelta, rumbo al Montcabrer, transitando por el fantástico tramo de sendero que discurre bajo su pared oriental, en el que pasamos junto un característico gendarme o el bonito rincón de la Font del Pouet.
Sin necesidad de pasar por el collado de les Monteses enfilamos la rampa final a la siempre concurrida cima del Montcabrer, hoy, tratándose de la fecha que era, aún más, pues al parecer fuimos unos cuantos bastantes los que la elegimos como última excursión del año, y no es para menos, esta montaña tiene algo que hechiza. Pese al gentío no me resulto difícil evadirme y sentarme en silencio a hacer un balance interior de lo que había sido un año complicado para mi, un momento en el que fue inevitable que no afloraran las emociones. Tras este instante más íntimo y emocional si que ya disfruté como toca de esta cima, de sus vistas, de su entorno, del bocata y la cerveza, de la charla con unos y otros... Por cierto, de las famosas y descaradas cabras del Montcabrer, hoy ni rastro.

Visitada la Cava Gran, ponemos rumbo, y por ancho sendero, al Montcabrer. En este collado es donde nace el sendero que baja al Racó Llobet.

Poco a poco nos vamos aproximando al Montcabrer...

...hasta enlazar con el fantástico sendero de su vertiente oriental, que transcurre a media ladera y bajo la imponente pared del Montcabrer.

El paso junto a este gendarme es todo un clásico de esta parte de la subida.

Así como el que se hace junto al bonito rincón de la Font del Pouet, que es donde están los dos excursionistas.

Así se ve la cima del Montcabrer desde la Font del Pouet.

Cogemos el sendero que nos llevará a la cima. Al fondo les Penyes Monteses.

La rocosa cima del Montcabrer al alcance de la mano.

Posamos contentos en el vértice que señala sus 1390 metros, que convierten al Montcabrer en la tercera montaña, tras Aitana y Puig Campana, más alta de Alacant.

En una cima tan emblemática como esta, y en fechas como en las que andábamos, no podía faltar su correspondiente Belén.

Nos acercamos a los precipicios orientales de la cima, que son desde donde mejores vistas se obtienen.

Impresionante Montcabrer.

Pese a lo a gusto que estábamos en la cima había que pensar en reprender la marcha, pues a la ruta aún le quedaba un trecho. La inmediata pasaba por invertir todo el camino que nos había llevado a la cima y regresar al collado del Racó Llobet, pero al llegar al Coll de les Saleretes vimos un sendero que tenía toda la pinta de bajar también al Racó Llobet y así nos evitaríamos desandar un buen tramo. Y a propósito de desandar, Aprender a Desandar, así se titula la más reciente canción de Rodrigo Mercado, que como habréis deducido por su apellido se trata del hijo del mítico Rosendo. Rodrigo no hace rock como su padre, sino que con su voz tan personal se mueve en terrenos más reggae, rap, funk, pop y como es el caso de esta deliciosa canción, incluso el soul, eso sí, sin perder la esencia callejera y lírica heredada. Totalmente recomendada su escucha.


De vuelta a la ruta, efectivamente, este sendero nos aboca también al Racó Llobet, a su masía/refugio y a su fuente.
Tras ello siguió un tramo de sendero que "ni chicha ni limoná", para luego entrar primero en una zona boscosa y después en un tramo más interesante junto al Barranc de la Quebrantà, donde tuvimos un bonito contraste visual entre el frondoso verde del barranco y el gris calizo de las cimas por las que habíamos transitado horas antes, tras las que el sol ya se había ocultado.
Poco a poco fuimos saliendo del encajonamiento del valle y entrando en la "civilización". Un "tour" por las diversas urbanizaciones de la zona pusieron el cierre a esta gran circular al Montcabrer, con la que, valga la redundancia, poníamos el cierre montañero al 2019.

El Montcabrer tres de tres. Tres veces hemos venido a subirlo, y tres veces que nos hemos vuelto a Betxí super satisfechos.

Es hora de iniciar el descenso, y de decirle hasta la próxima al Montcabrer.

Al final no retrocedemos hasta el collado del Racó Llobet y empezamos a bajar hacia allí bastante antes, desde el Coll de les Saleretes. Vemos la masia/refugio del Racó y las calizas del Alt de Montagut.

Llegamos a la masía que hace las veces de refugio para un club de cazadores.

Cerca de la masía encontramos esta carrasca de tan buen porte.

Poco a poco vamos bajando valle abajo, y tras un tramo un poco soso volvemos a tener vistas interesantes, como esta hacia las cresta caliza por la que habíamos deambulado camino del Pic del Teix.

La sombra iba ganando la partida en este descenso por el Barranc de la Quebrantà, pero el sol seguía iluminando las cumbres, creando un bonito contraste.

Nos recreamos con la potente silueta del Alt de Montagut.

Y poco a poco vamos descabalgando de la sierra, volviendo a ver de nuevo...

...la torre del Castell de Cocentaina, que corona la cima de la Penyeta Blanca.

Ya montados en la furgo vi esta imagen de la Penya del Frare y me detuve para inmortalizarla con la cámara, y también tener así una foto apropiada para cerrar este reportaje.

Un saludo a tod@s y hasta la próxima.

• Longitud del recorrido: 19 kilómetros.
• Desnivel positivo acumulado: 1112 metros.
• Desnivel negativo acumulado: 1112 metros.
• Track de la excursión.
• Página GVA del Parc Natural de la Serra de Mariola.
• Al Montcabrer desde Agres.
• Al Montcabrer desde Cocentaina.
• Si os animáis a realizar esta excursión quizás os interesaría saber que...

...la ruta transcurre en todo momento por buenos caminos y senderos de montaña, alguno de ellos balizados (PR-CV-37, PR-CV-57, GR-7 y PR-CV-277), pero la mayor parte de los que pisaremos en están sin balizar, por lo que no está de más realizar esta ruta con el apoyo de un track o un mapa. El tramo comprendido entre la Penya del Frare y el Pic del Teix tiene algunos tramos de agreste pisar, si a ello le sumamos la distancia y desnivel a salvar podríamos considerar esta ruta de una exigencia física media/alta. En el aspecto técnico nada a reseñar. Encontramos tres fuentes durante el recorrido, en la Cava Gran, la Font del Pouet y la Font de la Quebrantà, las tres tenían agua, pero dependiendo de la época del año en que se realice esta ruta, puede que no tengan.
Para llegar al punto de inicio, desde Muro tomaremos la carretera a Agres (CV-700). Entre los puntos kilométricos 15 y 14 encontraremos a mano izquierda el Camí del Romer, nos desviaremos por él, buscando más adelante algún punto en el que poder aparcar sin que moleste nuestro vehículo y echar a andar.