23 de diciembre de 2024

Ruta de las Esculturas de Bogarra - Mirador del Diablo de Aýna - El Zarzalar de Nerpio

 Viernes 1 y Sábado 2 de septiembre de 2023

Hago un break pirenaico para resumiros las tres rutas realizadas en una escapada de fin de semana que hicimos a la Sierra de Segura en la provincia de Albacete, a principios de septiembre de 2023. Un 3x1, no os quejaréis 😅.



Nuestro primer destino de esta escapada fue Bogarra, y nada más llegar allí el viernes por la tarde nos pusimos pies a la obra. Las dos horas escasas de luz solar que quedaban nos fueron suficientes para disfrutar de la Ruta de las Esculturas y también para visitar un par de bonitas cascadas. La Hoz del Río Bogarra es el escenario en el que se exhiben varias decenas de esculturas de diversos artistas, talladas principalmente en roca (muchas de ellas de la propia hoz), y que conforman un museo al aire libre de aquello más original. Lo recomendamos.

Desde las mismas calles de Bogarra bajamos al río, y allí, entre el murmullo del agua y la vegetación, encontramos las primeras esculturas.

Esta gigantesca araña es de las primeras que llama la atención, y no es para menos, ya que hay pasar bajo su vientre, nos enfundamos en el papel de Samsagaz Gamyi y lo hicimos.

Bogarra, y el sendero paralelo al río.

No fotografié todas las esculturas, ni tampoco pondré aquí todas las que fotografié. Más que nada por no sobrecargar el reportaje y también por darle parte del protagonismo al paisaje. Las interpretaciones que yo pueda hacer de las esculturas son totalmente personales. Despeguemos pues.

Dique rústico en el río, para represar el agua y hacer de esa manera una piscina fluvial.

Este demonio no nos recibió con muy buena cara.

Esto es a lo que se llama empezar una ruta con buen pie.

Vaya!!, un muñeco de nieve ¿Olaf? en la Sierra de Segura, en pleno verano.

Ya habíamos visto roca, hierro, y ahora madera.

Incluso vimos algunas en las que combinaban roca y agua.

Con esta...

...esta otra...

...y el atardecer, hice esta "performance", que da para reflexionar.

Hay quien nos vio por allí y puso el grito en el cielo.

Qué gordas se crían las lagartijas por esta zona.

A muchos se les va la pinza...

...cuando está esto de por medio.

Bonito valle del Río Bogarra, uno de los principales aportes que recibe el Río Mundo en la primera parte de su andadura.

Este no era ni de piedra, ni de metal, ni de madera... De carne, hueso y pelo.

¿Será verdad eso de que...

...todos ocultamos una doble cara?.

La naturaleza, un libro abierto.

A partir de ahora había que tener el ojo bien abierto...

...pues se aproximaba una sección de la hoz bien chula.

Todo el recorrido estuvo a buen nivel de paisaje, pero este tramo fue el que más nos gustó.

Si el gitano de la Sole hubiese tenido uno como este...

Creo que con esta nos identificamos todos, ¿no?.

Puente tibetano. Esto si que fue una sorpresa.

Y entre todas las esculturas esta nos pareció la más original de todas...

...cocodrilo a modo de vado. Fantástica.

Y llegamos a la zona del Arroyo del Batán...

...donde disfrutamos de un alegre espectáculo acuático...

...rematado con esta preciosa cascada...

...y esta otra, más espectacular aún, que se descolgaba en el interior de una bóveda en la que a la luz del sol ya le costaba penetrar...

...y es que regresamos a Bogarra con la noche puesta. Allí, bajo la tenue luz de las farolas, seguimos encontrando esculturas.


El día siguiente amaneció, que no es poco, y nos movimos a Aýna para hacer la ruta que se suponía que iba ser el plato fuerte de la escapada, pero yo me levanté gris y espeso como el día y no tenía yo cuerpo de Góngora, bueno, de Góngora ni para nada. Para colmo las dos veces que el track nos mandó bajar al Río Mundo no pudimos continuar por la vegetación, y tuvimos que chupar mucha carretera. Pese a llegar al espectacular Mirador del Diablo todo lo anterior nos mermó el ánimo, sobre todo a mi, y decidimos, desde allí tomar un sendero de regreso Aýna sin completar la ruta. Pero bueno, peor hubiese sido habernos quedado plantados en un bancal. Fue una mañana extraña y también un tanto surrealista, como la peli de José Luís Cuerda, los más avezados habréis captado las referencias...

Espectacular entorno de Aýna, la Suiza Manchega. Aýna, Liétor y Molinicos, en estos tres pueblos albaceteños se rodó Amanece, que no es poco, película de culto del cine patrio.

No recuerdo cual era el objetivo principal de la ruta (ya os digo que me levanté con muy mal cuerpo) pero esta empezó bien, caminando junto al Río Mundo, inicialmente por un ancho camino...

...y luego por un senderete paralelo a un reguero.

Incluso vimos a un joven macho cabrío.

La verdad es que este tramo entre Royo Odrea y Aýna en el que el Mundo va encajonado es una pasada.

Si es que hasta los tramos de carretera que nos tuvimos que tragar fueron atractivos.

El Río Mundo, en la segunda vez que bajamos a su vera. Imposible continuar por aquí.

Así que remontando un terraplén volvimos una vez más a la carretera. Vemos el Pontarrón, y también las casas de Royo Odrea.

Royo Odrea y la muela del Calentín, desde el Pontarrón.

Potentes paredones en torno a Royo Odrea.

Brutal panorámica del Pontarrón y el Río Mundo desde el Mirador del Diablo, al cual accedimos desde el barrio de las Hoyas.

Desfiladero del Río Mundo hacia Aýna. Fijaos en la canalización que se ve a la derecha...

...por que junto a ella emprenderíamos el prematuro regreso a Aýna.

Ya en los alrededores de Aýna nos deleitamos con los alardes acuáticos del Río Mundo.


"Contigo, Garcinuño, la verdad es que no sé sabe que hacer. Lo mismo da que se te riegue o que se te abone. Te da por no brotar y no brotas".

Y si ya tenía yo mal cuerpo, la subida final a Aýna me acabó de rematar esa mañana. Mi historia con Aýna no puede quedar así, así que queda pendiente volver y disfrutar mejor de todo su entorno.


El acabar con la ruta de Aýna antes de tiempo nos dejó con el resto de la tarde libre, así que la aprovechamos para irnos a Nerpio, para hacer la ruta del Zarzalar. Esta ruta nos propone recorrer un tramo de la hoz del Río Taibilla en itinerario equipado. Viendo la tendencia actual nos esperábamos encontrar hierro por un tubo, pero no, nos encontramos con un equipamiento digamos que más rústico, tanto que no sabías en que momento podía ceder un madero y acabar con los pies dentro del agua. Nos gustó ese pelín de riesgo, si se le puede llamar así, y también la hoz, que sin alcanzar mucha altura sus paredes nos regaló un paisaje bien chulo y variado.

Para ir finalizando, también nos hubiese gustado hacer alguna ruta matinal el domingo, pero nada más terminar esta ruta del Río Taibilla empezó a diluviar, y lo continuó haciendo el resto de la tarde, por la noche y también por la mañana...

Estamos ya en Nerpio, pueblo famoso por sus nueces y sus nogales centenarios. Justo al principio de la ruta encontramos este majestuoso ejemplar.

¿Habíais visto alguna vez un alcornoque en un nogal?.

Muy bien cuidado este pequeño jardín botánico de Nerpio, así da gusto.

Salimos del pueblo y llegamos a la entrada de la hoz. Pintaba bien la cosa.

Durante el recorrido hubo varios vadeos, este fue uno de los primeros.

Doble ración de puente tibetano en este reportaje. El de Bogarra y este, que encontramos al principio del recorrido.

Vemos a la derecha los pasamanos que dan acceso al puente.

Desde el puente bajamos de nuevo a ras de río por estas escaleras.

En estos tiempos de colocar hierro a cascoporro se agradecen este tipo de equipamientos.

Entrábamos en la parte más estrecha de la hoz. Los tablones, y la propia inclinación de la pared nos empujaban al agua, por lo que hubo que asirse bien a las cadenas.

Quizás en la foto parezca sencillo, pero requirió de nuestra pericia para no acabar con los pies mojados.

Ya os había dicho que pintaba bien la cosa, y vaya si lo hizo. Este tramo de la hoz, o cañón, del Taibilla nos encantó.

Y lo que teníamos por delante seguía pintando muy bien. Nuevo vadeo.

Apuntar de que la mañana al la tarde el tiempo pegó una mejoría considerable...

...así como mi estado, ya que esa tarde ya me encontré mejor y pude disfrutar más de la ruta.

Nuevo tramo equipado. Las pasarelas, más rústicas, imposible.

El sendero pasó junto a algunas covachas...

...utilizadas algunas de ellas como abrigo de ganado.

También vimos este curioso y bonito azud.

A partir del azud el cauce se fue abriendo, y fue cobrando protanismo la vegetación y el arbolado...

...muy frondosa ella.

Un enésimo vadeo.

Llegamos a una zona de bloques en el cauce, donde se formaban pequeños saltos de agua.

El agua, indiscutible protagonista de esta escapada a Albacete.

Los alrededores del río nos mostraron, en este tramo, relieves muy abruptos...

...e incluso escabrosos...

...y también totémicos.

Y para rematar este estupendo recorrido fluvial, este pequeño y precioso acueducto de un solo ojo...

...en el cual hice un poco de funambulismo de andar por casa.

Con esta pequeña obra de ingeniería hidráulica despido el reportaje. En unos días tendréis el resumen de 2024, y tras este vuelven los Pirineos al blog, y se quedarán en él durante un buen tiempo.




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