La Maladeta (3308 m.) por el Corredor de la Rimaya

Viernes 15 de Junio de 2012

El origen de esta esta ascensión viene de principios de este mes de junio, cuando el sábado 2 Xevi, Guillem, Jesús, Jordi y un servidor hicimos un viaje relámpago a Benasque con la intención de ascender la Maladeta.
El plan previsto era el sábado nada más llegar empezar a caminar y hacer vivac en el Portillón Inferior, puesto que no teníamos sitio en la Renclusa, pero cual fue nuestra desdicha que prácticamente al poco de sobrepasar el refugio se lió a tronar, y las previsiones meteorológicas no eran demasiado halagüeñas, lo que nos obligó a retroceder e improvisar un vivac en la diminuta ermita de la Virgen de las Nieves.
Luego, el domingo cuando nos levantamos a las 3:30 estaba lloviendo a mares, y más tarde a las 6:30 la misma lluvia, pero acompañada de una espesa niebla tiró por el garete cualquier posibilidad de intentar la ascensión, por lo que regresamos a la Besurta un tanto cabizbajos y muy empapados, nuestro consuelo, un buen almuerzo en Benasque, que siempre es bien recibido.
Pero esta ascensión bien merecía una "vendetta" y este pasado jueves volvimos a hacer otro viaje relámpago, en el que por fin logramos nuestro objetivo, en una jornada fantástica de alpinismo.

Pero antes de empezar con la crónica os muestro algunas fotos y un vídeo del vivac en el ermita y como estaba el panorama climatológico el pasado domingo 3 de junio. 

En la puerta de la ermita Virgen de las Nieves, mirando la evolución de la tormenta.

Interior de la ermita, hicimos vivac bajo protección divina ;-)

Así estaba el panorama a las 7 de la mañana, la Renclusa, ni se aprecia.

Vamos al grano, esta vez si que teníamos reserva en la Renclusa, y del equipo se nos cayó a última hora Jesús, que tuvo que ir a combatir contra las llamas del incendio de la Safor (Xevi lo estuvo haciendo el día anterior).
En el refugio del burro solo eramos 14 personas de los cuales solo nosotros cuatro eramos peninsulares, los demás eran todos franceses, allí disfrutamos de una buena hospitalidad y una mejor cena y unos simpáticos galos, ya entrados en años, que nos dieron a probar un licor de hierbas que según pudimos entender era de fabricación propia, bastante digestivo, por cierto jejeje...en el fondo no son tan malos después de todo nuestros vecinos del norte...

Subiendo a la Renclusa, tras nosotros el Salbaguardia el Portillón de Benás y el Pico de la Mina.

La de veces que he visto este valle, pero no me canso nunca de admirarlo.

La Renclusa, y detrás al fondo las Maladetas.

Una habitación de seis para nosotros cuatro, todo un lujo.

...las tomas, o las dejas, deliciosas.

Y un poco de "chicha".

Toca diana a las 4:00, desayunamos lo poco que puede entrar en el cuerpo a esas horas de la madrugada, acabamos de preparar el material y equiparnos y nos ponemos de marcha.
Evidentemente aún es de noche, y entre la oscuridad y a la luz de nuestras linternas frontales hacemos este tortuoso primer tramo en el que el camino es poco definido y se avanza entre rocas y arroyos formados por el deshielo.

Strangers in the night.

Las tucas de Salbaguardia y la Mina, y el Portillón de Benás silueteados en la noche.

Paulatinamente va amaneciendo, ha salido un día precioso y despejado y al mismo tiempo que el astro rey hace acto de aparición entramos en la zona de la nieve, donde por constantes palas de nieve, unas más empinadas que otras vamos ganando altura hasta llegar al glaciar de la Maladeta, todo ello acompañado de grandes vistas, mirando hacia atrás del valle y sus picos y hacia delante las afiladas crestas de los Portillones y las Maladetas. 

Primeros neveros, entre tanta roca eran de agradecer.

Un vistazo hacia el Ibón de la Renclusa y hacia la zona del Mall Pintrat, Sacroux y el Puerto de la Glera.

Un poquito de trepada.

El sol empieza a iluminar las Maladetas...

...y la zona del Perdiguero, Remuñe y Literola. En primera instancia vemos el Pico de Paderna.

Primera pala de nieve.

Imposible no volver la vista atrás...

...una y otra vez.

El sol despierta de su letargo y aparece tras el Pico de la Renclusa...

...y ya con todas sus fuerzas nos da luz en las palas.

Guillem.

En fila de a uno, por una pala.

Jordi, buscando el solecito.

Guillem y Xevi.

Una paradita a admirar las vistas.

Espectacular.

Gran pala, omnipresentes Salbaguardia y la Mina.

En el glaciar el espectáculo nos tira de espaldas ¡¡¡precioso!!! la cresta de las Maladetas impone y mucho, con el Sayó, el Cordier y nuestro objetivo, la Maladeta coronándola.
En ese punto decidimos encordarnos, no es preciso, pero Xevi, Guillem y Jesús se van este finde al Gran Paradiso, y nosotros en septiembre al Mont Blanc, así que hay que practicar el tema de ir encordados, auto detenciones, polipastos y demás maniobras de progresión en glaciar.
Hacemos dos cordadas, Xevi y yo por un lado y Guillem y Jordi por otro.

Glaciar de la Maladeta.

Ahí está nuestro objetivo.

Otra vez el glaciar...

...y la Maladeta, más cerca.

Las vistas desde aquí ya eran preciosas.

La Maladeta.

Portillón Superior.

Encordados, grandes vistas.

El Collado de la Rimaya parecía desaparecer.

Montaña y escalador, todo en uno.

Pico del Collado de la Rimaya.

Ahí está, el Corredor de la Rimaya.

A buen ritmo llegamos al pie del Corredor de la Rimaya, donde esta ya se empieza a intuir, dentro de poco ya no se podrá acceder al corredor debido a este fenómeno.
Decidimos afrontar los 100 metros que tiene el corredor encordados y lo haremos en ensamble y pegados a la roca, para poder meter seguros, Xevi y yo lo haremos en primer lugar, nos recibe un primer tramo de mixto, la nieve está fatal, muy blanda, nos hundimos mucho, sobre todo en un tramo de unos 4 metros donde habrá a ojo de buen cubero una pendiente de 55º, luego mantiene una pendiente más sostenida de 45-50º, una pequeña travesía y un tramo fácil de mixto hasta llegar al Collado de la Rimaya.
Para ser la primera vez que compartíamos cordada nos entendemos muy bien y subimos bastante rápido el corredor, Xevi metiendo seguros en la roca y yo limpiando detrás, siete seguros nos bastaron para salvar el corredor.

En pleno corredor, quizás la parte más inclinada.

Guillem y Jordi.

Aquí se aprecia mejor la inclinación.

Llegar al collado ya es como hacer cima, porque las vistas son increíbles, toda la cresta de las Maladetas, el Circo y el Ibón de Cregüeña (que recuerdos), y la Maladeta ahí arriba, al alcance de la mano.
Nos esperamos a que suban Guillem y Jordi, al ver que tardan nos asomamos a ver que pasa, a grito pelado (a la próxima un walkie) Guillem nos dice que Jordi no sube, lo más correcto y sensato ya que no lo ve claro, que va asegurarle la bajada y que luego sube él.
Así que Xevi y yo nos vamos hacia cima, allí esperaremos a Guillem.

El Ibón de Cregüeña desde el Collado de la Rimaya.

Posets y Bachimala.

La Maladeta, a tiro.

Vertiginosa vista hacia el glaciar.

En un suspiro nos plantamos en la cima de la Maladeta, el espectáculo allí es sublime, prácticamente se domina desde allí todo el pirineo, Posets, Perdiguero, Maladetas, Vall d'Aran, parezco distinguir también la lejana Pica d'Estats...pero especial mención merece el monarca de los Pirineos, el Aneto que luce hermoso, y el glaciar ¡¡¡espectacular!!!...un momento mágico estar ahí arriba.
Para hacer tiempo mientras sube Guillem decidimos ir a lo que nos pensábamos que era el Pico Abadías, que al final resultó ser el Maladeta Sur (¿cuenta este como un tresmil?), desde allí tenemos una buena visión del collado, pero al ver que Guillem no aparecía por allí, regresamos preocupados y rápidamente a él, está en el glaciar y nos hace señas de que el tampoco sube, así que toca bajar. 

No es la mejor foto de cima, pero ahí estamos.

Cresterío de las Maladetas, con el Perdiguero al fondo.

El Aneto y su glaciar, engalanado de blanco.

Cresta de los Portillones y Pirineos orientales.

Cresta de las Maladetas y Collado de la Rimaya.

El Aneto y la cresta de los Picos de Coronas y del Medio.

Como la nieve está muy blanda decidimos bajar rapelando el corredor, hacemos el primer largo y ahí nos llega un imprevisto cuando tiro para recuperar la  cuerda esta se ha enganchado, por lo que Xevi tiene que volver a subir a por ella, yo por mi parte cometo un error de bulto, la cuerda termina antes de llegar a la reunión y ya me había colgado el piolet en la mochila, y me toca afrontar los 3 metros que me separaban de la reunión, los más inclinados, a pelo, clavando crampones hasta el fondo en la blanda nieve y muy poco a poco, un momento de muchísima tensión.
Al final yo asegurado en la reunión y con la cuerda ya recuperada, realizamos el segundo rápel que nos deja a pie de corredor sin más complicaciones, y de allí en modo "tobogán" a la seguridad relativa del glaciar, donde nos estaban esperando Jordi y Guillem.

Rápelando el corredor.

Xevi, después de recuperar la cuerda.

Segundo rápel.

Empezando el segundo rápel, desde la perspectiva de Guillem y Jordi, esas dos manchitas negras en mitad del corredor somos Xevi y yo.

Una vez todos reunidos de nuevo, solo nos queda desandar el camino andado primero hasta la Renclusa y luego hasta la Besurta, eso si, admirando todas estas maravillas que nos rodean, llamadas Pirineos.

Un último vistazo a la cresta...

...al glaciar...

...y a la Maladeta y el Corredor de la Rimaya.

La Renclusa.

Hasta pronto, Maladeta.

DATOS DE LA ASCENSIÓN:

Alpinistas: Xevi, Dani, Guillem y Jordi
Altura mínima: 1868 metros
Altura máxima: 3308 metros
Desnivel positivo y negativo acumulado: 1560 metros
Duración: 10 horas en total
Dificultad: Ascensión que requiere buen estado físico y experiencia en alta montaña, el Corredor de la Rimaya, aunque esta calificado como PD, requiere saber moverse en este tipo de terrenos y si se sube del mismo modo que nosotros saber utilizar cuerdas y material de instalación.
No recomiendo ascender el corredor cuando se forme la rimaya.

MATERIAL TÉCNICO UTILIZADO:

Crampones, piolet, botas de alpinismo, polainas, casco, una cuerda de 50 metros, cordinos o cintas, cintas expres, friends, empotradores, mosquetones, arnés, ocho o reverso.

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