El Embalse del Buseo y el Barranco de la Hoz

Domingo 8 de abril de 2018

Poco antes de entrar en el término municipal de Sot de Chera, en un paraje conocido como el Estrecho, las aguas del Río Reatillo son represadas y remansadas en el Embalse del Buseo, al que también abastecen, cuando corre agua por ellos, los barrancos de la Arcolla por el oeste y el de la Hoz por el este. Nos fijaremos en este último, ya que será el eje sobre el que girará la ruta que os voy a relatar. No nos dejará indiferente este barranco ni cuando nos asomaremos a sus sobrecogedores y vertiginosos precipicios al principio de la ruta ni, cuando más tarde, bajaremos a su cauce y nos embelesará con las pequeñas cascadas y pozas que forman sus vivarachas aguas. Todo ello en el geológico marco del Parque Natural Chera-Sot de Chera.

Ante el paisaje excepcional que íbamos a recorrer no le iba a ir a la zaga el equipo de la excursión; encuentro bloguero a tres bandas, conexión Cuenca/Montanejos/Betxí, ni nada más ni nada menos que Magia Serrana, la Voz de la Tierra y Per Dalt i Per Baix; Toni, Maru, Nacho, Javi-no pudo venir Tere-, Eva, Laia y yo, palabras mayores, devoradores natos de montaña y cerveza, a la que le compusimos una oda "militarizada" en el transcurso de la ruta. Hablando de cervezas, en el mismo bar de Chera que nos tomamos las post-ruta desayunamos también y bien, tras ello nos montamos en los coches y nos fuimos al punto de inicio -poco antes del punto kilométrico de la carretera que une Chera con Sot de Chera, un buen pero revoltoso asfaltado nos bajará hasta casi la misma presa del Embalse del Buseo-. Un sendero familiar nos baja hasta la presa, faraónica ella, parece querer competir con la espectacularidad del entorno, a un lado de ella el agua, la mayoría, del Reatillo es  retenida, y en el otro una poca vuelve a correr libre camino del Turia. Tras cruzar la presa de inmediato se nos presenta la circular, hoy le seguiremos la corriente al reloj. 

Presa del Embalse del Buseo, a la que hemos bajado, por un sendero con barandilla, desde la pequeña área recreativa en la que aparcamos los vehículos. Si no recuerdo mal en esa bajada hay una fuente en la que se puede llenar agua para la excursión.

Hablando de agua, aquí tenemos la del Reatillo, represada. Embalse del Buseo. Foto echada desde la presa.

Tomamos un sendero que al principio da la sensación de que vaya a naufragar entre el matorral, pero se va afianzando poco a poco, y no solo eso, sino que se pone valiente como pocos, exigiéndonos un gran esfuerzo pero de recompensa proporcional, vistas alucinantes del embalse, del prominente Ropé y del agreste discurrir norte del Reatillo, admirarlas es la excusa perfecta para ir haciendo paradas en tan tieso sendero. 

Comienza la circular. El sendero, bastante difuso al principio, va ganando metros a medida que se ensancha. A nuestras espaldas empezamos a tener las primeras perspectivas aéreas del embalse.

Y frente a nosotros se va perfilando el tajo del Barranco de la Hoz.

Toni, señalando los cortados de la Jaca...¿o el empinado tramo de sendero que nos espera?.

El susodicho sendero no se permite ni una sola curva. La exigencia física es máxima.

Con esta subida ya nos ganamos una de las dos cervezas que nos apretamos al final, ¿verdad Toni?. Hay que parar de vez en cuando a recuperar el resuello, y como no, a admirar las magníficas vistas.

Uno que nos estuvo vigilando durante la práctica totalidad de la excursión, el Pico Ropé, al que subimos el año anterior, más o menos por las mismas fechas y también en compañía del equipo Magia Serrana.

Toni sigue con la mirada el curso del Reatillo, que a su paso por Sot de Chera pasará a llamarse Río Sot, y con ese nombre tributará sus aguas al Turia, cerca del Balneario de Chulilla.

Este alcanza como un colladete, tras el que enseguida se nos muestra la faja que vamos a recorrer durante más o menos el próximo kilómetro en el que vamos a ir asomados en todo momento a los sobrecogedores vacíos de esta suerte de fiordos valencianos, que nos demuestran una vez más que por muy pequeños que seamos o nos creamos podemos ser capaces de lograr grandes cosas, y una prueba de ello es este Barranco de la Hoz, de tan modesto curso y capaz de obrar un vertiginoso paisaje de semejante espectacularidad.

Alcanzamos este rellano/collado, desde el cual ya vemos la faja por la que va a transcurrir ahora la excursión.

Llegamos a la línea de cortados. Nos morimos de ganas por asomarnos a ellos.

De momento nos asomamos hacia el embalse y el macizo del Pico Ropé.

Pero con lo que de verdad nos deleitaremos en este tramo será con estos precipicios y como ha fracturado el terreno este Barranco de la Hoz.

Espectacular, sin más. De vértigo.

Y ya que ha salido lo del vértigo, si sufrís de él decir que el sendero pasa en todo momento alejado de los cortados, ir pegado y asomarse a ellos es opcional.

Este impresionante tajo actúa de divisoria entre la Sierra de Enmedio y la Sierra del Burgal.

Una nueva "asomada". Fueron constantes en este espectacular tramo.

Una pareja alicantina me hacen de figurantes en esta foto, en la que podemos apreciar las fajas de la vertiente contraria y el sendero que parece ser se mete de lleno en el barranco.

Charla sobre el vacío. Eva departe con los de Alacant, con el Pico de Cinco Pinos como telón de fondo.

Eva asomada al precipicio del Barranco de la Hoz, en una imagen parecida a la que encabeza esta crónica.

Después de verlo en algunos blogs amigos ya teníamos ganas de conocer este increíble paraje.

En tan escarpadas laderas algo captó mi atención, eran estas cabras domésticas, que también me vieron a mi.

Si os fijáis a la izquierda de la imagen se ven mis compis transitando por el sendero. Sirvan ellos también de calibradores.

En este, como buen paraje abrupto que es, no podían faltar algunos farallones o gendarmes calizos.

Al abandonar la linea de precipicios, y también al cambiar sendero por pista el recorrido pierde interés de un plumazo, y los próximos seis kilómetros, muy descafeinados, a parte de distancia y desnivel, poco más aportan a la ruta. Primero una larga tirada de carril nos aproxima a los Llanos de Marjana, luego una breve incursión en el Barranco de la Hoz le devuelve un poco de alegría a la ruta, aunque poco tiene que ver el barranco aquí con lo que nos ha ofrecido aguas abajo. Circulando por la otra vertiente del Barranco otra larga e insulsa combinación de pistas hace que alcancemos la altitud máxima del recorrido.

El sendero se va alejando de los cortados...

...y acaba convirtiéndose en pista forestal, que nos encamina hacia llanuras más orientales.

Este paso entre rocas conglomeradas, que nos hará bajar al más amable lecho del Barranco de la Hoz puso una nota de color en este tramo un tanto soso.

Pasamos a la otra vertiente del barranco, donde nos espera otro largo tramo de pista. Por suerte, al ser llana, pusimos un buen ritmo y este tramo se pasó rápido.

De este largo tramo de pista destacaremos este refugiete, que resultó ser de cazadores. La verdad es que por dentro no resultaba muy acogedor.

Por suerte en este punto más elevado la cosa cambia radicalmente y para bien. En un recodo del camino nace un sendero descendente y de fuerte inclinación que nos enlaza con otro camino situado más abajo, y que nos introduce en una bonita zona de umbría, bastante poblada de robles. En esa umbría se sitúa, junto a un pino monumental, la Fuente de la Puerca, y un poco más abajo su refugio, el lugar es propicio, siempre bajo la autorización del Ayuntamiento de Chera, para un plan de fin de semana, y tenerlo como campo base para distintas excursiones, o simplemente para pasar unos días en plan relax frente a la chimenea, como estaba haciendo una familia. Esta vez nos conformamos con comernos allí los bocatas.

Tras alcanzar el punto más elevado de la ruta iniciamos el descenso definitivo hacia el punto de inicio, y lo hacemos por un corto pero empinado tramo de sendero.

Cositas que hacen que la ruta vaya recuperando el interés, pinos, vistas, geología...

...robles...

...o este gigantesco pino.

Allí mismo encontramos la Fuente de la Puerca, de la que mana, y a pesar del topónimo, un chorro de agua pura y cristalina.

Refugio de la Fuente de la Puerca, mucho más acogedor que el anterior de los cazadores, donde vamos a parar.

Desde el refugio la ruta continúa en descenso y por pista, rodeados de un paisaje muy rico geológicamente hablando, como se puede comprobar en el mirador que nos asoma de nuevo al embalse, situado sobre un estrecho puntal rocoso y en el que hay unos paneles que nos informan sobre la geología de este parque natural.

Tras la parada en el refugio continuamos el descenso, rodeados de un paisaje y unas vistas cada vez mejores.

Con semejante entorno poco importó chuparnos otro largo tramo de pista.

Mirada atrás, hacia la rinconada en la que está situado el refugio y por la que hemos descendido.

Nos desviamos en ida y vuelta para asomarnos al mirador del Puntal de la Fuente de la Puerca, habilitado con barandillas.

Desde el tenemos esta bonita y completa perspectiva de todo el cordal Cinco Pinos/Nieve/Ropé.

Y también de la cola del Embalse del Buseo.

Disfrutas las panorámicas del mirador la ruta continúa su inexorable descenso hacia el cauce del Barranco de la Hoz, que también impresiona visto desde abajo. Una vez en su cauce toca disfrutar del espectáculo fluvial, primero nos acercamos, en tramo de ida y vuelta, a ver una pequeña cascadita, y ya luego, siguiendo el curso del barranco hacia el embalse, acompañados por las distintos saltos de agua y pozas, en las que de haber hecho un poco más de calor seguro que hubiese caído un bañito, aunque hubo una componente del grupo que no desaprovechó la ocasión y a la mínima ocasión que tuvo se metió en el agua.

El Pico Ropé al fondo, nuestro faro particular en esta ruta.

La isla del embalse, a golpe de zoom.

El Barranco de la Hoz vuelve a acaparar el protagonismo, nos enfilamos hacia su interior. Tentados estuvimos de continuar hasta bien adentro...

...pero nos conformamos con llegar hasta esta bonita cascada...

...en la que no falta su pertinente poza, en la que Laia se metió varias veces, en persecución de los pequeños "xisparins" (zapateros).

Segunda poza, en la que Toni nos hizo esta foto de grupo tan original.

Otra poza cristalina, lástima no haber hecho un poco más de calor para haber podido emular a Laia.

Bonitos rincones los que nos ofrece este lecho del Barranco de la Hoz.

Eva, Toni y Nacho se me ofrecen para un posado 😉.

Si de normal tenemos el dedo suelto, en lugares como este aún más, ¿verdad Toni?.

Entre tantas fotos, el amigo Toni inmortalizó este bonito momento.

Incluso nos da para experimentar un poco con la cámara y lograr efectos tan "pofesionales" como este.

Hubo que bajar a un nivel inferior del barranco, no sé si estaba colocado adrede, pero este tronco nos vino a las mil maravillas.

Sacamos al pequeño funambulista que todos llevamos dentro.

Otro rincón exquisito del barranco.

Y seguimos jugando con la cámara.

Bello vistazo atrás.

Una nueva poza nos ameniza el camino.

Laia, ¿no estarás pensando en?...

...que preguntas hago, jajaja. Qué envidia nos dio, ¿Verdad, otra vez, Toni?.

Tras esta atractiva sección acuática un tramo de sendero equipado con cable nos enlaza con el sendero que bordea la orilla del embalse, por el que plácidamente llegamos de nuevo a la presa y damos por cerrada la circular y una ruta en la que lo mejor de ella está al principio y al final, y que como he comentado tiene en su parte central unos 7 kilómetros bastante insulsos, pero los 10 restantes son de mucha calidad, y solo por eso ya merece la pena venir hasta el Embalse del Buseo a hacer esta ruta.

Un saludo a tod@s.

Un cable asegura este tramo de sendero que va sobre una repisa.

Esta bonita sección nos aproximará de nuevo a las orillas del embalse.

Reunión de grupo justo en el punto en una encrucijada del PR-CV 102, sendero que tendremos en cuenta para un futuro.

Las aguas del embalse reflejan la inconfundible luz de la tarde.

A ver si la próxima vez que venimos encontramos con más agua el embalse, aunque pese a la escasez de lluvias creemos que tenía un nivel bastante aceptable.

El paraje conocido como el Estrecho, que no os lo había mostrado al principio.

En una ruta con tan marcado carácter fluvial las aguas del Buseo habrían sido un buen colofón para poner el cierre al reportaje fotográfico...

...pero he preferido hacerlo con esta del grupo al completo, en los precipicios del Barranco de la Hoz. Foto by Maru.