Vía Ferrata la Mulatica

 Sábado 1 de abril de 2023

Con un creo que respetable bagaje ferratero a mis espaldas tocaba ya por fin dar el salto al nivel K4, para ello elegimos todo un clásico del ferrateo levantino, la Mulatica de Andilla, en la valenciana comarca de los Serranos. Este exigente recorrido que discurre mimetizado en unas torres de rodeno exprimió y puso a prueba nuestras fuerzas y habilidades.

Si además de por su dificultad, las ferratas se graduasen también por la belleza del entorno en el que están situadas, a esta de la Mulatica no sería exagerado otorgarle una graduación muy alta. Y es que el estrecho de rodeno, por el cual cruza el Barranco de la Cingla, es una maravilla visual, y os lo dice un tío que vive cerca de algunos sitios de rodeno bien chulos 😉. En cuanto a su dificultad, K4, creo que es el nivel perfecto que se le puede asignar a esta vía. Cierto que el primer tramo no tiene una exigencia excesiva, pero es muy vertical y enseguida te pone muy arriba, y es que todo el picante de esta ferrata sucede a mucha altura. Empezando por el puente tibetano, y continuando por el explosivo desplome que viene después, el aleje posterior que se me atragantó (no lo voy a poner como excusa, pero hice la ferrata con un trancazo considerable), previo a una travesía horizontal desplomada y que te hace llegar "reventao" al paso de salida de la vía, que como dice la reseña de Deandar, "tiene alegría"... La alegría la tuvimos cuando lo superamos y pisamos en horizontal 😅, y es que esta Mulatica puso ese toque de compromiso y sufrimiento que a veces buscamos en nuestras actividades y cuyo nivel también está sujeto a variaciones, ya que unos lo buscan alto y nosotros siempre solemos buscar el justito, como explicarlo... Sufrir, si, pero sin llegar al punto de no pasarlo bien. Me quedo con la sentencia final de mi compi Isa al finalizar la vía, y de momento nos plantamos en el K4...

La Mulatica... Asúuuucarrr!!! 

La aproximación a esta vía se suele hacer desde el paraje de la Fuente del Señor (pista de tierra desde Andilla). Nosotros, debido al estado de la pista, empezamos a andar un poco antes. Tras una caminata de 20/30 minutos llegamos al estrecho de rodeno del Barranco de la Cingla.

Desde el minuto cero quedamos fascinados con este bello paraje de rodeno.

La primera parte de la ferrata está en la torre de rodeno que tenemos en frente. Para llegar a pie de vía hay que caminar un trozo por el interior del barranco.

Aquí comienza la Mulatica. Unos empezábamos, y otros, si os fijáis bien, estaban negociando los últimos pasos de la vía.

Vamos para arriba, con una sonrisa... De momento.

Este primer tramo no entraña excesiva dificultad...

...aunque si que iremos encontrando pequeños desplomes y grapas dispuestas en diagonal.

Y como habréis podido comprobar en las anteriores fotos, enseguida nos pusimos a mucha altura.

Mirad que pasito tan chulo, y que abajo se ve ya el barranco...

...y más abajo que lo íbamos a ver.

Llegamos al puente tibetano, donde nos tomamos un pequeño respiro.

Bajo mis zapatillas nada más que aire. Si os fijáis bien, allá abajo veréis una cordada que se aproximaba a la vía.

Y conociendo un poco nuestro historial, pues también hicimos un poco el ganso allí arriba...

El puente sirve de nexo entre la torre donde había discurrido el primer tramo de la ferrata y la torre en la que discurre el segundo.

Isa se dispone a cruzar el puente. Tras ella se hacen patentes los efectos del devastador incendio forestal de Bejís de 2022.

Después del puente vino un tramo vertical, seguido de este desplome, en que Isa me hizo este fotón.

Isa, saliendo del desplome.

La exigencia de este tramo de la vía nos limitó bastante el tema de hacer fotos. Isa, negociando el paso del aleje, con un buen patio, y el puente bajo ella.

Y esta es la travesía, de altura, previa a la salida de la vía...

...en la que tuvimos que sacar al contorsionista que llevamos dentro.

Y para finiquitar la vía hay que confiar en el rodeno.

Ya arriba volvimos a sonreír.

La Mulatica me había dejado 'pal arrastre.

Y antes de ponernos con el sendero de retorno disfrutamos del entorno.

Unos buenos bocatas en un bar de Andilla remataron esta intensa mañana ferratera.