31 de enero de 2021

Rubielos de Mora - Ermita de Santa Isabel - Peñarroya (1241 m.) - Ermita de la Magdalena - Fuentes de Rubielos - Carrasca de los Toranes

 Domingo 11 de octubre de 2020

Segunda de las tres rutas que hicimos en octubre de 2020. En esta ocasión nos fuimos hasta la bella población turolense de Rubielos de Mora, para desde allí trazar una bonita circular en la que descubrimos algunos de los parajes y lugares más destacados que hay entre esta población y la de Fuentes de Rubielos. Un recorrido que, como veréis a continuación, superó con creces nuestras expectativas.


10 de enero de 2021

Serra d'Espadà: Alfondeguilla - l'Arquet - Penyalba (648 m.) - Penya de Migdia (584 m.)

 Domingo 4 de octubre de 2020

Vamos con la crónica de la primera de las tres rutas que pude hacer en octubre, antes de que la ansiedad me fuese a más. Una vez más volvíamos con sumo gusto a mi querida Serra d'Espadà, más en concreto a la población de Alfondeguilla, para descubrir un pequeño patrimonio histórico de la sierra que aún no conocía; l'Arquet, un pequeño acueducto ¿árabe? ¿romano?, encajado en el rodeno. Para redondear la ruta subimos a las cimas de Penyalba y la Penya de Migdia, dos montañas a las que hacía bastante tiempo que no subía.



3 de enero de 2021

2020, ¿Un Año de Mierda?

Viendo la corriente generalizada en las redes sociales, medios de comunicación, blogs etc.,  parece ser que sí, que la inmensa mayoría ha tildado de maldito a este recién terminado año 2020, me pondría a enumerar aquí todos los adjetivos negativos que he leído y oído y no terminaría nunca. Y os preguntaréis, ¿Dani, y entonces, esos interrogantes en el título de la entrada?, con toda la que ha caído, está cayendo y caerá, ¿aún dudas de que este no ha sido un año nefasto?. Paso a explicarme. Vale que ha estado el virus de por medio, pues dejadme deciros que no me ha preocupado en exceso, de hecho me he aislado de la sofocante avalancha de sobre-información vomitada por los medios de ¿comunicación?, y al odio que se han encargado, también de vomitar, la clase política de este país, sin duda la peor de toda la ¿democracia?, y el dardo va para los dos lados. Digamos que he intentado no sucumbir al miedo y creo que lo he conseguido. Quien vive con miedo es más manipulable. Para mi lo peor de todo esto han sido esos dos meses en los que no pudimos salir de casa, dos meses en los que no pude ver a mis padres ni a mi hermano, ni a mis amigos ni a mis dos fieles Laia y Senda. Dos meses en los que no pude salir al monte. También me jodieron, y me siguen jodiendo, las cada vez más numerosas restricciones, muchas de ellas, a mi parecer, totalmente absurdas y dictatoriales, me jodió no poder ver a los Foo Fighters, pero lo que más me jodió, y me jode es no poder dar besos  ni abrazos, aunque no los he negado a quienes me los han ofrecido, de hecho, desde que terminó el confinamiento no habido ningún día en que mi madre y yo no nos hayamos dado dos besos, llamadme inconsciente si queréis, pero si perdemos el amor y el cariño, bajo mi punto de vista, lo perdemos todo, qué le voy a hacer, me han educado así. Eso no quiere decir, antes de que me llaméis egoísta, que no me hayan dolido y haya sentido las numerosísimas muertes que han habido durante estos meses, hayan sido consecuencia directa o indirecta de virus, pero así como he lamentado esas muertes también he lamentado todas las que se producen a diario, y que no son pocas, producidas por el hambre, el frío, las guerras, el cáncer y otras muchas más enfermedades, que aunque parece que ahora solo exista el Covid, siguen ahí. Todas esas "otras" muertes han quedado en un segundo plano y ya no tienen cabida en los telediarios ni en las portadas de los periódicos, cosa que también me jode y mucho.

Virus aparte, también he tenido razones, y no pocas, para vilipendiar este 2020, especialmente desde julio en delante, pues fue en ese mes cuando a la persona que más quiero en este mundo, mi madre, le diagnosticaron una leucemia, en ese momento cuando ella mismo me lo comunicó, se te cae el mundo encima, creedme. Eso no hizo otra cosa que agravar unos mareos y un dolor en los pectorales que tenía yo desde finales de mayo, que no fueron otra cosa que los primeros síntomas del trastorno de ansiedad que padezco en este momento, y que sobre todo desde principios de noviembre no me ha permitido hacer una vida normal, haciendo solo salidas intermitentes a la montaña, de ahí la casi nula actividad en el blog. Es por eso que yo también podría subirme al carro "mainstream" y enviar a tomar por saco al 2020, pero los que me conocéis ya sabéis que suelo huir de los tópicos y esta vez tampoco va a ser la excepción. Simplemente voy a desechar las cosas negativas de este año, desecharlas pero no olvidarlas ojo, pues, y aunque ahora esté cayendo en un tópico, de las cosas malas también se aprende, y quedarme únicamente con las cosas positivas que me han sucedido, que también las han habido, empezando con la fortaleza que nos ha mostrado mi madre y toda su vitalidad durante estos duros meses, cosa clave en la estabilidad de su enfermedad, me quedo también con mi mejor estado de ánimo actual, de lo contrario no estaría escribiendo esto. Más cosas positivas: "mis" Foo Fighters sacaron nueva canción en 2020 y sobre todo el respiro que le dimos a la naturaleza y al medio ambiente durante el confinamiento (aunque una vez nos dejaron salir se haya y se esté abusando indiscriminadamente de ellos). En el ámbito del blog y la montaña me quedo con que celebré el décimo aniversario del blog, y que este alcanzó el millón de visitas (gracias a todos!!), y me quedo con el mar de nubes en el Pic d'Espadà el primer día del año; con el majestuosos vuelo rasero de los buitres en las Canteras del Pellejero; de lo agradecido que es siempre el Benicadell; con el descubrimiento y redescubrimiento de sendas, parajes y pueblos en las tres etapas del GR-333 que hicimos; con otro regalazo, esta vez por parte del penyagolosa, que me permitió ver los Pirineos desde su cumbre nevada; con la ascensión, con mi gran amigo Miguel Ángel; al Molló de la Creu, el Cervino valenciano; con la espectacularidad acuatica de los Amanaderos de Riodeva; con la más pura esencia de Javalambre en la ruta en que unimos el Pico Javalambre con el Alto de las Barracas; con las tres visitas que le hicimos a la Cova de l'Oret, con el grupete que formamos en la enésima repetición del cresteo de les Agulles de Santa Àgueda; de lo bien que lo pasamos, también con compañía de diez, en las Callejuelas y en el Pico Ranera, el buen rato que pasamos escuchando las aventuras patagónicas de la simpatiquísima Fátima Gil en el Mendi Tour de Canet d'en Berenguer, donde tuve la suerte de conocer al "empinado" Juane 😏; con las primeras salidas tras el confinamiento, que me hicieron apreciar más si cabe las montañas cercanas a Betxí y mi querida Serra d'Espadà; con la ruta en busca de tejos y petroglifos en Penyagolosa; los baños en la Fuente del Toro y en el Embalse de Benitandús con Maru y Toni, que vinieron a visitarme, o con las tres rutas que puede hacer en una tregua que me dieron los mareos, y que espero contaros próximamente en el blog. 

Sí, definitivamente me quedo con todo esto último que os he contado, lo positivo, por lo tanto, y repito, sin olvidarme lo negativo, no voy a calificar 2020 como un mal año, sino todo lo contrario, un buen año, no tan bueno como otros anteriores, pero bueno al fin y al cabo.

Y hasta aquí este peculiar balance del año, muy distinto a los que suelo hacer habitualmente, así lo he ido carburando los últimos días y así lo he plasmado. 

Solo me queda desearos un próspero, sano, despierto y fructífero 2021.

Nos seguimos leyendo, un abrazo a tod@s.