30 de marzo de 2024

Peña Montañesa (2295 m.) por la Faja Toro

Sábado 11 de marzo de 2023

Le llega el turno al reportaje de la primera escapada pirenaica de 2023. El plan inicial era hacer una ascensión invernal al Garmo Negro, pero conforme se iba acercando la fecha vimos que las previsiones meteorológicas en el Pirineo no eran muy halagüeñas, lo que nos obligó, casi a última hora, a buscar algo más al sur de la divisoria pirenaica, donde no se anunciaba tan mal tiempo. Ese algo fue la Peña Montañesa. Hecho este cambio de planes, no concebíamos subir a esta emblemática montaña por otro sitio que no fuese la Faja Toro.



A estas alturas no vamos a descubrir la Peña Montañesa. Si tienes un mínimo interés por la naturaleza y has estado en l'Aínsa no te habrá pasado desapercibida su poderosa presencia. A modo personal por supuesto que me hacía mucha ilusión subir a su cima algún día. Lo que no imaginaba es que después de haberlo hecho, esta montaña dejaría tal impronta en mi, es por eso que transcribo aquí el apasionado texto que en su día le dediqué en Instagram:

"Peña Montañesa. Recurrimos a ti como un plan B, y la B fue de Bella, Bestial, Brutal... No tienes nada que envidiarle al Garmo Negro, ni a muchos otros tresmiles. Hay que estar ahí, fundido contigo, para calibrar como es debido tu magnitud. Siempre te he mirado, y te miraré, con admiración, pero a partir de ahora lo haré diciendo, orgulloso, que he estado en tu cima".

¿Y cuanto tuvo que ver la Faja Toro en esa huella que me dejó la Peña Montañesa?, pues mucho, la verdad. Mira que había leído reseñas, y visto fotos, y sabía de sobra que se podía circular por ella, pues aún así, cuando salí del apartamento, miré hacia la Peña, y vi esa rayita verde horizontal, con centenares de metros de vacío bajo ella, exclamé varias veces "¿pero como cojones va ir un sendero por ahí?", y creo que ninguno de mis cinco compañeros de ruta se quedó sin exclamar alguna cosa parecida... Así que con esa extraña tesitura, de saber de sobra que se podía circular por la faja, pero con la falsa incertidumbre de "¿y si no se puede?...", tiramos para arriba. Y al final resultó tener más miga llegar a la faja que circular por ella, que como sabíamos, y quitando de un par de puntos concretos, tiene la suficiente anchura para andar por ella sin peligro (otra cosa ya sería con nieve/viento/lluvia). Pero no se trata de la miga que tenga, o lo ancha o aérea que pueda ser, se trata de la inmensidad que transmite este camino, que nos hizo sentir muy pequeños en esta montaña que muchos cualifican como de modesta altitud... Vaya, como si medir 2295 metros fuese poca cosa... Es un tremendo error medir a las montañas por su altitud, estas se deberían medir por otros factores igual de tangibles, o más, que el sistema métrico, como por ejemplo su belleza, su vía de ascenso o por los compañeros con los que la has ascendido y los momentos vividos con ellos... Por esas tres cosas, este ascenso a la Peña Montañesa siempre permanecerá en un rincón muy especial de mi memoria, y también por la pequeña cogorza que pillé esa noche en l'Aínsa...

Esta aventura tuvo su inicio en el pequeño y tranquilo núcleo poblacional de Oncins, un poco antes de llegar al Monasterio de San Victorián, que es de donde suele partir la ruta normal a la Peña desde esta vertiente.

La Peña Montañesa, con la Faja Toro, bien presente desde el inicio. Nos recibió un día esplendido, que se iría encapotando con el paso de las horas, para volver a despejarse al final.

Andamos inicialmente por un PR...

...que abandonamos de inmediato para tomar un ramal ascendente ya en clara dirección a las paredes de la Peña. Un poco más arriba nos encontramos a un grupo de escaladores a los que el cachondo de Javi les preguntó si íbamos por el camino correcto para subir al Turbón, no veáis la cara que pusieron... Luego cuando ya se dieron cuenta de la coña echamos unas risas y estuvimos charlando un rato con ellos.

Acabamos llegando a este pequeño pedregal, en el que había una surgencia de agua.

Tras cruzar un bosquecillo y salvar algunos torrentes de agua remontamos esta pequeña pedrera.

Al final de la misma enganchamos con la ruta que sube desde San Victorián. Nos tomamos un respiro aquí.

Un poco más arriba encontramos, muy bien marcado en una roca, el ramal que conduce a la Faja Toro. Antes de ponernos con la bajada, y con tan magnífico telón de fondo le hice esta foto a mis compis. Jaime, Arnau, Fer, David y Javi. Qué buena cuadrilla nos juntamos. Como anécdota, en este grupo de seis personas se vieron representados lugares tan dispares como Betxí, Montanejos, Arrancacepas, el Puig de Santa Maria, Sabadell, Cádiz, Fuente Carreteros e incluso las Islas Canarias.

Lo dicho, para acceder a la faja teníamos que perder unos 100 metros de desnivel por una torrentera. No fue una bajada sencilla, sobre todo por la inclinación de la trocha y la piedrecilla suelta.

La clave de la bajada es llegar a la pedrera que se ve en la imagen y desviarse para empezar a subir por ella. Lo digo por que la inercia puede hacernos continuar por la torrentera, la cual desemboca, lo vimos luego desde abajo, de forma abrupta en un precipicio. 

La bajada, además de inclinada, discurre sumergida en un mar de boj. Al Nieto y al Bonilla casi ni se les ve.

Localizada la pedrera, empezamos a remontarla.

Durante esta subida vivimos un momentazo, ya que nos estuvo sobrevolando un Quebrantahuesos.

A modo personal, nunca había tenido la suerte de ver ninguno, y ni mucho menos de fotografiarlo.

Y tras superar la pedrera llegó el momento que tanto ansiábamos, la Faja Toro, Faixa Toro en aragonés. Aprovechamos para echar un trago y disfrutar de las vistazas.

La faja arranca con este paso tan interesante, en el que es mejor pasar pegado a la pared. La caída, durante toda la faja, será brutal.

A lo largo de las fotos correspondientes a la faja iréis calibrando con mis compis la grandeza del entorno.

En mi opinión el paso más crítico de la faja es este, ya que no existe posibilidad de pasar por la derecha del arbusto. Exige cinco sentidos alerta y paso firme.

Después de ese paso la faja continua en ascenso, y con un ambiente brutal.

Pero fue al llegar más o menos a este punto cuando nos dimos cuenta que elegir esta montaña y esta vía había sido todo un acierto... 

...pues a partir de entonces la espectacularidad fue en aumento, empezando por esta diagonal ascendente, en la que, aunque no lo parezca, discurre un sendero entre los erizones.

Calibrad con mis compis, calibrad.

En esta mirada hacia atrás podemos ver, en la esquina inferior de la derecha, el grupo de casas de Oncins, para que veáis lo alta que discurre la faja.

Rematando este tramo tan atractivo. Empezaban a entrar nubes desde el norte. Ahora dejo que hablen un rato las imágenes.







La faja se interna varias veces en abruptas barranqueras. Esta es una de ellas.

En este tramo, mientras andas por él no te das cuenta que la faja tiene pendiente hacía el vacío, lo haces cuando miras atrás.

Otro tramo soberbio.

Javi, empequeñecido ante tal entorno.

A punto de afrontar otro punto bastante aéreo...

...con el aliciente visual de que en este tramo la pared está desplomada.

A nuestra izquierda nada más que aire.

A nuestras espaldas el amplio Valle de la Fueva.

Superado ese pasete nos aguardaba otro fabuloso tramo a nivel visual.

La faja, bien dibujada en tan descomunal pared.

Antes de afrontar ese tramo nos introducimos en otro espectacular rinconazo...

...y salimos de él para continuar por la faja.

Nueva mirada atrás. En ese momento ya se nos habían terminado todos los adjetivos.

Jaime y Arnau, que buenas migas hicieron estos dos. Y qué peligro tienen asomándose a los bordes.

Último tramo de nuestro tránsito por la Faja Toro...

...la abandonábamos para ir en busca de la Canal Mayor. Primer contacto visual, en ruta, con la cima de la Peña Montañesa.

La Canal Mayor es otra interesante y exigente vía de ascenso a la Peña Montañesa, en la que hay diversas trepadas, algunas de ellas equipadas con cuerdas.

Esta fajeta fue la llave de acceso a la Canal Mayor.

Miramos a lo que sería la continuación natural de la Faja Toro. Desconozco si se puede seguir circulando por ella.

Enganchamos la Canal Mayor justo donde termina su parte más técnica. Nosotros solo encontramos algunas fáciles trepadas...

...y un terreno muy inclinado y descompuesto.

Y para colmo no veáis el ritmo que puso aquí el amigo Morceli Nieto.

En la parte final de la canal escoramos un poco a la derecha, donde el terreno era más estable.

Últimos metros de la Canal Mayor.

La Canal Mayor, desde arriba.

Superada la Canal Mayor enganchamos un sendero que viene desde la Faixaneta. Aquí nos cayeron unas gotillas. La cosa no fue a mayores.

Picón de Canal Garzón, con el Embalse de Mediano al fondo.

Entramos, antes de ponernos con la subida final, en un terreno más amable moteado de pinos.

Algunos de ellos pese a estar muertos se han convertido en extravagantes obras de arte...

...y otros, en vida, también.

Experiencia inmersiva.

En esta parte final de la subida cobró protagonismo visual esta montaña...

...la Tuca, con su piramidal presencia.

Afrontamos la pala final de subida...

...donde la cosa se volvió a poner exigente.

Alcanzamos el Picón d'o Libro, con sus 2295 metros, punto más elevado de esta Peña Montañesa. Hubo que abrigarse allí arriba.

Se nos encapotó bastante el cielo cuando llegamos a la cima, aún así tuvimos alguna vista parcial, como estas hacia el Macizo del Cotiella, con la Punta de Armeña y el propio Cotiella.

Al fondo, medio tapado por las nubes, el Macizo del Turbón. En primer término la prolongación hacia el este de la Sierra Ferrera, en la cual esta enclavada la Peña Montañesa.

Macizo de Peña Lierga, con las cumbres pirenaicas del sector cubiertas por las nubes.

Estuvimos en la cima lo que nos costó comernos los bocatas y dejar constancia de nuestro paso en el libro de firmas. Había que entrar en calor, y la mejor manera de hacerlo era poniéndonos de nuevo en marcha.

Impresionantes precipicios de la vertiente norte de la Tuca.

Y con la Tuca bien presente iniciamos esta primera parte del descenso, la más inclinada...

...y con secciones paisajísticas realmente chulas.


La Tuca se nos presentaba como un sugerente extra para la ruta...

...pero al final optamos por no subir a su cima. Algún destrepe y bastante piedrecilla suelta en esta primera parte de la bajada.

Poco a poco la pendiente fue suavizando, pasamos bajo las paredes de la Peña Foradada...

...y nos fuimos adentrando en una preciosa zona de agujas y escarpes.

En una guía sobre ascensiones pirenaicas que tengo, en la reseña de ascenso a la Peña Montañesa viene una foto parecida a esta. Siempre me había encantado esa foto, ese día la pude hacer yo.

Cruzando una zona de pequeños neveros residuales.


Picón d'o Libro y Peña Foradada.

Ampliamos un poco más la perspectiva para ver también las agujas y escarpes de la Tuca.

Un aguja... de libro!!

Llegamos a un punto donde podríamos haber continuado el descenso por la variante de la Faixaneta, pero finalmente optamos por seguir bajando por la vía normal de San Victorián.

Mirad que privilegiado balcón se había buscado este compañero.

De las pocas y escuetas señalizaciones que encontramos durante la ruta. Mejor así, no nos gusta el exceso de señalización en la montaña.

Nos despedimos del Picón d'o Libro, qué tan buen sabor de boca nos dejaba.

Eso, unido a  que el cielo volvía a despejarse, hizo que Javi, el Isard de Montanejos, nos mostrase su danza de la alegría.

Si no me equivoco la variante de la Faixaneta que habíamos sopesado discurre por ahí abajo. En otra ocasión será, ahora apremiaba llega abajo y apretarse una buena cerveza.

Tomamos la clásica variante de San Victorián. Este descenso se realiza por una amplia canal/embudo, con buenas vistas hacia las paredes más orientales de la Sierra Ferrera.

Más o menos a mitad nos chocó encontrar esta carretilla, en la que han colocado un hito..

David nos decía aquí que al módico precio de una Paulaner se ofrecía a bajarnos montados en ella.

El descenso, especialmente debido a la comodidad del terreno, pero sobre todo por el ansia cervecil, lo hicimos sorprendentemente rápido.

Fascinante geología de la Sierra Ferrera.

En vez de repetir la primera parte de la subida hicimos una pequeña variante que nos hizo desembocar en el parking de San Victorián. Rematamos la ruta por carretera.

Mirada hacia las calizas de la Sierra Ferrera.

Y hacia la espectacular Faja Toro. Hacía unas hora que habíamos caminado por esa rayita verde.

En esta foto vemos la parte inicial de la faja, y la pedrera que da acceso a ella.

Y en esta foto, tomada desde l'Aínsa, he marcado el recorrido. El color naranja corresponde a la subida y el amarillo a la bajada.






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6 comentarios:

  1. Hola Dani, nunca subí Peña Montañesa, pero si que la he visto desde alguna carretera, y creo que desde Aínsa también, de hecho, la última vez que estuvimos por allí, fuimos al centro de conservación que hay en lo más alto del pueblo, y vimos al quebrantahuesos. Has tenido una maravillosa oportunidad al verlo tan cerca. Es difícil verlos, porque hay muy pocos... hay que ir a los sitios donde campean. No es como otras aves, que las vas a ver casi seguro en paso migratorio... por mi casa, pasan todas... pero claro, el quebrantahuesos, no.
    Ya empezó el paso migratorio, y de hecho, ya tenemos un vencejo en casa.
    Me ha encantado esta peña... no descarto pasar por allí de nuevo (hay que ir a Pirineos, si o si) y meterle mano a este promontorio tan sublime... lo mismo hasta me da por coger la carretilla y dejarla en el aparcamiento...
    Un saludo, y gracias.

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    1. Pues mira Fran, este pasado verano, en las vacaciones de julio, por exigencias del guión (se nos averió la furgoneta) nos tocó pasar dos días en Aínsa, en los que no hicimos otra cosa que recorrer todos sus bares. Pero no todo fue comer y beber, y también vimos ese centro de conservación de aves. Nos gustó bastante la visita, y fue emocionante ver esos quebrantahuesos, a los que, a decir verdad, se les veía tristones. Pero como nos comentaron allí, no se hubiesen reinsertado correctamente en la vida salvaje. Allí los tratarán bien, tan bien como tratáis vosotros a vuestros vencejos 😊.
      Pues la próxima vez que vayáis a Aínsa, tan obligatorio es visitar su casco antiguo y su recinto amurallado, como subir a la Peña Montañesa, así que ya sabéis...

      Un saludo.

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  2. Hola Dani.

    Ufff, vamos a ver como te suelto la turra que me bulle en la cabeza con este rutón, que ya la llevo dos veces visualizada, y eso que, como bien sabes, la hicimos Maru y yo unos meses despues con el track de David, creo recordar.

    El precioso texto que pusiste en instagram resume muy bien esta montaña. Yo la llevo vista mucho menos que tú, pero las veces que lo he hecho, es como un faro en la tormenta, una luz en la oscuridad. Esa proa de trasanlántico tira de uno con mucha fuerza, y desde la primera vez que la vi, ya quise poder subirla alguna vez y recuerdo investigar mucho en el mapa, con las rutas para subirla y deleitarme en sus muchas lineas de nivel apretujadas.

    Recuerdo que en grupo de Whatssap comentabais lo de subir al Pirineo a una invernal. Yo aún no me veo para meterme en esos fregados, pero cuando cambiasteis el plan a la Peña Montañesa, se me pasó por la cabeza unirme. La cuestión que no hubiera casi nieve y que sería una subida dura pero segura es lo que hizo que pensara apuntarme. Al final no fue, pero esperaba vuestras opiniones, vuestras crónicas y el track para subir yo con Maru en alguna escapada posterior.

    Viendo tu crónica, no me habría arrepentido nada en apuntarme. Menudo equipazo, menudo buen rollo y además con la seguridad del grupo en esa faja Toro. No significa eso que cuando subi con Maru no la disfrutaramos, pero sí se nos hizo algo más peliaguda en ciertos momentos. Me explico:
    Maru y yo lo hicimos en el verano y nos hizo demasiado calor. Recuerdo la faja con los erizones con flor amarilla que la hacía visualmente espectacular. Pero si es verdad, que aunque llevaramos el track(menos mal) ese bajada de la pedrera entre el bujedal y esos precipicios (nosotros tambien llegamos a ese punto) hizo que a Maru le entrara algo de canguelo. He hecho Fajas, pero esta faja Toro vista desde lejos y a media distancia da mucho respeto. Había algunos momentos que porque sabía que habiais ido por ahí, y el track lo decía, pero ¡copón! que lugar más salvaje. A Maru debía ir cada x tiempo tranquilizándola y diciendo que se podía transitar. Ya sabes que aún le queda un poco de vértigo.

    Cuando ya salimos, recuerdo en la subida por la canal Mayor con el calor que hacía se nos hizo durillo, pero llegamos a terminarla y enganchar la senda que viene de la Faixaneta. A Maru se le fue ya la preocupación. Estabamos cansados pero sabiendo que solo nos quedaba salir y acometer la parte final, ya totalmente segura. Y aquí vino nuestra fatal confusión, que en las fotos tuyas se aprecia muy bien. Me vuelvo a explicar:

    Cuando llegamos más arriba, nos pensamos erroneamente que la cima de la Peña Montañesa era la Tuca, y la vimos tan alta, tan piramidal, tan imponente desde nuestra optica que Maru, con el calor y el cansancio a cuestas, dijo que le parecía demasiado lo que nos quedaba, que aunque oscurecía muy tarde, ibamos a acabar a las mil. Y entonces tras hacer diez mil fotos por allí decidimos bajar por la via de San Victorian. Creo recordar que al día siguiente o a los dos días, es cuando quedamos contigo.

    Resumiendo, un montañón y un paisaje de una belleza inabarcable y una rutón que Maru y yo recordaremos siempre por lo brutal y espectacular que es aquello, como bien podeis dar fe vosotros también.

    Hala, y me quedo tan pancho despues de soltar todo este rollo.
    Un abrazo.

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    1. De turra nada amigo mío, es más, aprecio mucho este tipo de comentarios tan extensos. Además, este se nota que no se lo has dictado al móvil 🤪 Lo que me reí jajaja.
      Ya me contaste vuestra calurosa aventura en la Peña Montañesa cuando nos reunimos este verano en Bielsa, y es que tela... Recuerdo que unos días antes, cuando se nos averió la furgoneta y nos vimos forzados a pasar dos días de caluroso relax en Aínsa, bajamos a hacer un pic-nic a orillas del Cinca, y cuando veía la la Faja Toro y toda la fachada sur de la Peña a pleno solano pensaba en vosotros, y le comentaba a mis compañeras lo que ibais a padecer durante la subida, por mucho que madrugaseis. Pero ni ese calorazo ni los temores (lógicos, pues esa faja puede acojonar al más pintado) de Maru, pudieron con vosotros, pues lo chulo de la ruta, que para mi son la Faja Toro y la Canal Mayor (qué como dice más abajo Eduardo se suele dejar en un injusto segundo plano), lo pudisteis hacer. El llegar o no a la cima es meramente una anécdota. Yo creo que con lo que hicisteis, que ya es mucho, espectacular, y con cierto compromiso, os podéis dar por satisfechos. Y es que esta ruta abrió a lo grande vuestras intensas, en todos los aspectos, vacaciones pirenaicas, que se unieron a las nuestras, que también estaban siendo intensas, también en todos los sentidos. Qué días más buenos pasamos en Bielsa, y qué buenos días hemos pasado en la Tinença, y qué buenos días pasaremos en breve en Cuenca...

      Un abrazo.

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  3. Hola Dani.

    La leí nada más publicar pero, aunque sea tarde te dejo el comentario. Recuerdo que hace mucho tiempo que ibas detrás de esta montaña y la larga espera, tuvo su recompensa y encima, con un grupo de lo más variopinto.

    Nosotros la hicimos un mes de junio, hace ya bastantes años y estuvimos durmiendo en el camping de Boltaña. Por la noche, no paro de llover y tuvimos que subir por la vía normal, que está bien, pero, es que comparada con la faja del Toro, no hay color.

    No llevaba idea de volver a subir, pero, viendo lo extenso de tu reportaje en el tramo de la faja del Toro, me ha entrado ganas, que pasada!, desde abajo parece que es imposible, pero mira, paso a paso, vas avanzando. Oye y esa Canal Mayor, no se le queda a la zaga, menudo tramo más guapo y que en otros blogs no la nombran.

    El tramo de bajada inicial, donde haces una foto parecida a la de guía sobre ascensiones pirenaicas, a mí, me pareció la sección más chula de la ascensión por la vía normal.

    Lo que no conocía, era esa variante de la Faixaneta, habrá que echarle un vistazo y ver la posibilidad de hacer una circular inédita y así no repito. Oye y el carretillero, en vez de querer cobrar por bajaros, lo que tenía que a ver echo, es bajar con el carretillo y subirlo cargado de cervezas 🤣.

    Salud y montaña.

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    1. Hola Eduardo.

      ...Pues con que lo hubiésemos animado un poco, David nos sube las cervezas, pues cuando este se pone en algo lo hace, y además está fuerte como el vinagre😂
      A mi también me choca un poco, que en todas las reseñas que había leído sobre esta vía de ascenso no se le dé el protagonismo que merece la Canal Mayor, pues también es bestial, y la subida además de tener un ambiente espectacular tiene su puntito físico y técnico, y eso que nosotros la enganchamos en la parte final, después de los pasos equipados.
      No descarto volver en un futuro y subir de nuevo a la Peña Montañesa, y también a la Tuca, remontando íntegramente la Canal Mayor, y luego combinarla con la Faixaneta. De momento estoy estudiando posibles rutas para ascender esta primavera una vecina de la Peña Montañesa, el macizo de Lierga, que tiene una presencia brutal. He visto una circular desde Badaín, con la posibilidad de pernocta en el Refugio de Santa Isabel, que tiene muy buena pinta.

      Salud y montaña.

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