Miércoles 14 de julio de 2021
Tras no haber podido ser el día anterior, al siguiente por fin llegó mi ansiado reencuentro físico, casi dos años después, con las montañas pirenaicas. Aunque las previsiones meteorológicas todavía no invitaban a subir cimas, si que eran más favorables para cotas más bajas, así que la idea era subir hasta el Ibón de Estanés desde Candanchú, pero al llegar allí nos encontramos con una densa niebla y una ligera llovizna, así que habría que buscar una alternativa. El as guardado en la manga, más bien un conocido comodín, pues ya habíamos subido allí en 2015, cuando ascendimos a la Collarada, fue el Ibón de Ip. Ahí no erraríamos pues en Canfranc sabíamos de buena tinta que estaba despejado. No me importó volver a subir hasta el Circo de Ip. Puede que el camino, y el paisaje fuese el mismo, pero siempre puede haber alguna circunstancia que haga distinta y especial esta ruta o cualquier ruta que repitamos, y en esta ocasión, independientemente de que fue mi retorno al Pirineo, la hubo.