Estrechos del Río Ebrón

Domingo 5 de junio de 2011


Seguramente la mayoría de vosotros habréis escuchado alguna vez el eslogan Teruel Existe, pues...¡¡vaya si existe!!
Existe y tiene parajes tan maravillosos como los Estrechos del Río Ebrón, los cuales hemos tenido el privilegio de conocer y caminar por ellos, siguiendo el cauce del río, uniendo así las poblaciones de Tormón y El Cuervo.
Esta ruta la hemos compartido una vez más (y las que vendrán) con Trotasendas y con Fernando y Silvia del blog Naturaleza y Medio Rural, a los que hemos tenido el inmenso placer de conocer y que además de obsequiarnos con su simpatía han propuesto y guiado esta ruta. 

El punto de inicio de esta ruta es la población turolense de Tormón, perteneciente a la Comarca de Teruel y en plena Sierra de Albarracín, pero antes de llegar allí hacemos una parada en la Venta del Aire, lugar donde habíamos quedado con Fernando y Silvia, tras el pertinente carajillo y las presentaciones partimos y acompañados por la niebla en dirección a Tormón.
Allí llegamos sobre las 9:30, el lugar es precioso, destacando unos montes de rodeno que hay poco antes de llegar, cruzamos el pueblo y aparcamos los coches en las afueras, en una explanada.
Los primeros metros transcurren sobre un camino de tierra, por suerte la niebla ha desaparecido y el sol toma fuerza aunque la temperatura es soportable.
Pronto encontramos la senda que nos bajara al río, en descenso, así da gusto empezar las rutas.

Tormón

Primeras vistas del Río Ebrón

Dos momentos de la bajada al Río

Pero antes de bajar del todo hacemos la primera parada para deleitarnos con un puente de piedra natural que la madre naturaleza ha tallado en un estrecho cañón, primero subimos a él, la caída es espectacular, sin exagerar os diré que de unos 50 metros, vamos, no apto para cardíacos, allí empezamos a escuchar el incesante ruido de la corriente de agua, que nos acompañará durante toda la ruta, luego bajamos un poco más para verlo desde abajo, cabe decir que impresiona aun más.

Bajando al puente de piedra (foto de Trotasendas)

Vista del río desde arriba del puente

El estrecho cañón donde esta situado

...y el puente

Nos metemos de lleno en el  cauce del río y es entonces cuando asistimos al "momento national geographic" del día, vemos en la distancia un zorro acechando a un corzo con sus crías, pero de golpe y porrazo es el corzo quien ataca al zorro para defender a sus pequeños, ser testigo de estas cosas, amigos, no tiene precio.
Una vez ahuyentado el zorro, los corzos se quedan allí, así que nos acercamos sigilosamente para fotografiarlos, al ver que no salían corrimos hacia ellos, entonces si que empezaron a correr, tuve la suerte de grabar a uno mientras subía una ladera, en el vídeo que muestro al final de la crónica lo podréis ver.
Después del subidón y en el primer puente metálico que cruza el río hacemos la obligada parada a almorzar.
Cabe decir que todo el recorrido esta equipado con puentes tanto de madera y metálicos para cruzar el río, así como con pasamanos, peldaños y pasarelas metálicas en los lugares mas complicados, estando todo ello en perfecto estado.

Llegando al cauce

Lugar elegido para el almuerzo, mejor, imposible

Peldaños, pasamanos...

...y numerosos puentes

Y por fin llegamos a los estrechos, y nos quedamos sin palabras, la entrada a ellos es sencillamente espectacular, un estrechísimo y altísimo cañón en el que casi no entra el sol y que cruzamos por unas pasarelas, donde el agua baja pura y cristalina...ufff, vale más una imagen que mil palabras...

Espectacular,sin más

Tras limpiarnos la baba, llega el momento divertido del día, ya que llegamos a un punto donde hay que cruzar de nuevo el río y el puente aun no estaba construido, así que nos toca descalzarnos, arremangarnos los pantalones y echarle valor a la cosa ya que el agua no estaba muy calentita que digamos, entre risas y sin más problemas pasamos al otro lado.

Paco y yo fuimos los conejillos de indias (foto de Trotasendas)

Alberto y Raúl...

...Silvia y Fernando

Y al final el agua con sabor a queso jajajaja...

Una vez calzados de nuevo, seguimos la marcha, los cañones ya no son tan estrechos, pero aun así siguen siendo alucinantes, además la flora es abundante y variada, con algunos tramos realmente hermosos, por lo que no damos abasto mirando a izquierda y a derecha y así sin comerlo ni beberlo llegamos al final de los estrechos (que poco duran las cosas buenas), nos desviamos un poco del camino para subirnos a un mirador desde el que se domina toda la parte final de los estrechos.

Foto desde el mirador

En el mirador decidimos que una vez allí iremos a visitar el Pueblo de El Cuervo, para llegar a el iremos primero por un camino de tierra sin dejar de seguir el río y cerca ya del pueblo entre cultivos (¡¡esas cerezas!!) y luego por el asfalto entraremos en El Cuervo, donde como no, animales de costumbres nosotros, entraremos en el bar a tomar una cervecilla, la ruta y la compañía lo merecen.

Camino de El Cuervo

Bonito campo de amapolas

Que ganas nos entraron de subirnos ahí...

Entrando en El Cuervo

Agua y más agua

Tras la cervecilla y la distendida charla, decidimos que es hora de volver a Tormón, lo haremos por el mismo camino por el que hemos venido, por lo que tendremos que volver a pasar por los estrechos, cosa que no molesta repetir.
Una vez en marcha caemos en la cuenta de que se esta nublando mucho, por lo que las probabilidades de sacar los chubasqueros suben y mucho.
Cuando llegamos de nuevo a la zona del mirador aprovechamos que hay unas mesas para montar allí la comilona y como no, cuando lo tenemos todo sobre la mesa y empezamos a comer aparece el inoportuno y pesado de Murphy y se pone a llover, por lo que nos toca acabar de comer al resguardo de una gran piedra.
Esta lluvia nos acompañará prácticamente hasta el final del recorrido, aunque en ningún momento llegará a llover fuerte.
De nuevo en marcha, pasamos por los mismos sitios por los que habíamos pasado antes, eso si, viéndolos desde otra perspectiva, naturalmente nos toca volver a descalzarnos y tenemos otro encuentro animal, este mucho más peligroso.

Regresando a Tormón

A la inversa, espectacular también o más

Peligroso encuentro con esta "anaconda"

Volviéndonos a calzar tras cruzar otra vez el río

Y de nuevo a la zona más estrecha

Es un pájaro, es un avión...es Trotasendas!!!

...y ya, adornándonos (foto de Trotasendas)

Una panorámica

Salimos del cauce y antes de llegar al puente de piedra nos desviamos un poco para subir a un nuevo mirador y punto más alto del recorrido, desde allí las vistas del primer tramo de los estrechos son brutales.

Dos panorámicas del mirador

Ahora solo nos queda volver de nuevo al primer camino de tierra y regresar a los coches y dar por finalizada esta maravillosa ruta, eso si, previa parada en Tormón, donde sale el sol de nuevo, volvemos a entrar en el bar, pero esta vez a por un helado y una buena dosis de cafeína, ya que hay que conducir un par de horas largas, de nuevo charla, risas , "hastaluegos"y carretera y manta, con una sonrisa de oreja a oreja por haber disfrutado de un paraje tan extraordinario y de una mejor compañía, repetiremos.

Tormón

Aquí os dejo con un vídeo que resume lo que para mi ha sido lo mejor de la ruta: el puente de piedra natural, el corzo, la entrada a los estrechos, el momento de cruzar el río y como no, y no me canso de repetir, la compañía.




Estrechos del Río Ebrón from Daniel Alcala on Vimeo.



DATOS DE LA RUTA:


Ruta circular
Longitud: 17 kilómetros
Altura mínima: 870 metros
Altura máxima: 1115 metros
Desnivel positivo y negativo acumulado: 650 metros
Tiempo: 7 horas 6 minutos en total
Dificultad: baja-media, sendero bien marcado y fácil de seguir, numerosos puentes para cruzar el río y pasamanos, pasarelas y demás equipamiento para los lugares de cierta dificultad.
Senderistas: Alberto, Dani, Fernando, J.Lastre, Jose (Trotasendas), Paco, Raúl y Silvia.