Domingo 12 de noviembre de 2017
Volvemos, por cuarta vez este año, a Ares y a l'Alt Maestrat. Seguiremos esta vez los pasos de Trotasendas & cia., que el otoño pasado realizaron por la zona una atractiva ruta, en la que entre muchas cosas, pasaron por un bonito robledal teñido de colores otoñales, así que me la "reservé" para el otoño siguiente, es decir este. Lo que pasó, y eso que fuimos más o menos por las mismas fechas que ellos, es que el otoño, desgraciadamente, no se había presentado todavía, al menos en todo su esplendor, y el bosque no había alcanzado aún la explosión cromática, pero aún así nos pareció muy bonito, el que sin embargó si que hizo acto de presencia fue un viento huracanado, que nos azotó en las partes altas del recorrido. La magia y la soledad de esta comarca, por las que nos dejamos seducir una vez más, no hicieron falta que viniesen, ya que por suerte, estas siempre están allí.
Volvemos, por cuarta vez este año, a Ares y a l'Alt Maestrat. Seguiremos esta vez los pasos de Trotasendas & cia., que el otoño pasado realizaron por la zona una atractiva ruta, en la que entre muchas cosas, pasaron por un bonito robledal teñido de colores otoñales, así que me la "reservé" para el otoño siguiente, es decir este. Lo que pasó, y eso que fuimos más o menos por las mismas fechas que ellos, es que el otoño, desgraciadamente, no se había presentado todavía, al menos en todo su esplendor, y el bosque no había alcanzado aún la explosión cromática, pero aún así nos pareció muy bonito, el que sin embargó si que hizo acto de presencia fue un viento huracanado, que nos azotó en las partes altas del recorrido. La magia y la soledad de esta comarca, por las que nos dejamos seducir una vez más, no hicieron falta que viniesen, ya que por suerte, estas siempre están allí.