Domingo 29 de octubre de 2017
Retomo, esta vez en solitario -Laia y Eva, por razones que no vienen a cuento no pudieron venir esta vez-, el tema de los satélites de Penyagolosa. Ascenderé en esta ocasión a dos a los cuales todavía no había subido, Marcén y la Moleta de la Clocha, repetiré la Golosilla y remataré la cosa ascendiendo a Penyagolosa por una de las dos marcadas canales de su vertiente sur, en esta ocasión la catalogada como fácil, por la cual todavía no había tenido la ocasión de subir.
Una vez más el Ermitori de Sant Joan me vio partir hacia la cima de Penyagolosa. Hoy, a mi llegada allí me topé con algo que no entraba, o al menos yo no esperaba que entrase, en el guión, y es que la noche había sido tan fría que los coches allí aparcados estaban cubiertos por un dedo de hielo. Y la mañana continuaba fría, y yo había llegado allí muy "pincho", con una camiseta de manga corta, una chaquetilla fina y un chalequete, por suerte me había traído guantes, algo es algo. A mi favor, que me puse a andar de inmediato, no hay mejor manera de entrar en calor, y el día por delante, con un sol que no tardaría en emerger y a empezar a cumplir con su función.
Empecé siguiendo las marcas del GR-7 en dirección a Villahermosa del Río, aunque no tardé en dejar de seguirlas para desviarme en busca del sendero que se introduce en el bonito pinar que hay en torno al Barranc Obscur, hoy mucho más bonito si cabe adornado con algún toque otoñal. Pero pese a lo bonito del sendero lo tenía que abandonar pronto, y aunque tenía que pasar si o si por el Mas de la Cambreta, que es a donde lleva, primero quería subir a los Cingles de Marcén, por lo que me desvié para empezar a seguir una tirada de hitos, que enseguida me metieron de lleno en un antiguo cortafuegos, cuya pendiente me bastó para entrar definitivamente en calor y quedarme en manga corta. Así alcancé la parte alta de los Cingles de Marcén, que al igual que su vecino Penyagolosa es montaña de laderita por un lado y cortados por el otro. Desde este punto solo tuve que moverme unos metros en dirección SE para alcanzar el hito que marca el punto más alto de los Cingles de Marcén. Se me abrió desde allí la primera de las muchas grandes panorámicas que iba a tener en la jornada de hoy, concretamente desde aquí tuve una buena visión del laderón norte de Penyagolosa, y de todos los agrestes y profundos barrancos que desde los Cingles de Marcén se desprenden hacia el término de Villahermosa.
Desde la cima inicié un descenso, unas veces por un tímido sendero, y otras, la mayor de ellas, de manera intuitiva, hacia el Mas de la Cambreta. Desde allí seguí la pista que se dirige a la Nevera de la Cambreta, que no visité esta vez. Desde el panel señalizador de la nevera seguí en descenso, esta vez por el sendero que baja hasta la Fuente del Paso, seca como habitualmente, un poco más adelante llegué a una triple intersección, el sendero de la izquierda es el que va al Cantal de Miquelet, el ramal de la derecha es el que se dirige a la Fuente de las Mozas y debería haber tomado, digo debería porque me equivoqué y seguí el camino del centro, que tras varios centenares de metros acabó muriendo en un barranquete. Opté por no retroceder, ya que tras consultar el mapa del GPS vi que yendo por dentro del barranco acabaría saliendo cerca de la Fuente de las Mozas, así que me puse a ello. Al principio fui sin problemas por el interior del barranco, hasta que me topé con un salto de unos 5 metros que me fue imposible destrepar, salí del barranco y busqué la forma de volver a su cauce, de nuevo en su interior la cosa se empezó a enmarañar, por lo que descarté la opción del barranco y busqué el sendero de la Fuente de las Mozas al trochemoche, menos mal...
Finalmente localicé el sendero. Este es el sendero que se utiliza para subir desde el Mas de Borrás a Penyagolosa, ya recorrimos buena parte de él cuando el año pasado subimos a la Golosilla y nos pareció espectacular, el tramo que se nos quedó pendiente es el que hice hoy, y repito adjetivo, menuda ventana a los agrestes y salvajes barrancos que había visto desde los Cingles de Marcén y hacia la vertiente occidental de Penyagolosa, quizá no tan conocida como la sur, ni tan visitada como la norte, y por eso, por esa mágica suma Penyagolosa+salvaje+soledad, disfruté un montón de este tramo, además me alegré un montón de ver que de la Fuente de las Mozas manaba agua, no mucha, pero manaba, y también corroboré que de haber seguido por el barranco me hubiese metido en un berenjenal de los buenos.
Al poco de pasar junto a un antiguo oratorio abandoné este sendero para tomar el que se dirige hacia la Moleta de la Clocha, que ya conocía del año pasado, no me importó repetir, puesto que la vertiente occidental de la Golosilla no desmerece en absoluto a la de su hermana mayor, y este sendero la recorre por completo. Además, mientras yo iba por el sendero un grupo de jóvenes cabras seguían mi rumbo, pero ellas por los roquedos de arriba, de vez en cuando ellas se detenían para observarme a mi y viceversa. En esos momentos me venía a la cabeza una frase de Juanjo Garbizu, de su libro Monterapia, que me andaba leyendo esos días: "Suelo decir que un día en la montaña equivale a dos en la ciudad, por lo menos...", y en momentos así dices, cuanta razón.
Acabé llegando un collado, con la doble cima de la Moleta de la Clocha ya a vista. Allí nos desviamos el año pasado hacia la Golosilla, hoy también lo haría, pero antes seguí recto para plantarme a los pies de la Moleta, encaramarme por sus roquedos y llegar a su cima occidental, la más alta de las dos. La visión que se tiene desde allí arriba del macizo de Penyagolosa es apabullante, mucho más que desde la Golosilla, me atrevería a decir, y mira que desde allí las vistas hacia el Gegant son apabullantes, además se me empezó a abrir el abanico de las vistas a larga distancia, así que aproveché el sitio y la ocasión para sentarme un rato y comer alguna cosa, que llevaba tres horas de marcha y aún no había echado nada al estómago, aunque si que había alimentado, un pequeño aperitivo todavía, a mis sentidos con tanta belleza.
Regresé al collado y empecé, como el año pasado, a seguir los hitos que indican el mejor camino hacia la Golosilla, opté, al igual del año pasado, por desechar la subida por la vaguada que separa la Golosilla de una cima rocosa más al este y encaramarme de forma más directa por una canal, que tras unas trepadas me dejó en lo más alto de la Golosilla, que como había comentado posee unas vistas hacia Penyagolosa de lo más sublimes.
Desde la cima de la Golosilla emprendí camino hacia la senda del Cantal de Miquelet, aunque antes me desvié brevemente para ya puestos coronar la cima rocosa que os había mencionado antes. A partir de ese momento, y hasta enlazar con la mencionada senda, una indiscutible protagonista, la majestuosa estampa de la vertiente sur de Penyagolosa, a la que no dudé en hacerle una cumplida reverencia. Ya son unas cuantas veces las que he visto esta estampa, y me sigue impresionando como la primera vez.
No fue mucho rato el que caminé por la senda del Cantal de Miquelet, apenas fueron unos metros, ya que de inmediato me desvié en dirección a las canales y la pared sur de Penyagolosa. Llegué a una primera franja rocosa, que salvé trepando por una primera canal, al salir de la misma, el terreno ya no ofreció tregua, y una vez más, me hizo sudar la gota gorda para llegar a pie de pared. El espectáculo durante toda esta subida es de los que tiran de espaldas, de los que son difíciles de definir con palabras, solo quién haya subido por aquí puede saber de lo que hablo. Pura vida. Durante la subida me vinieron flashes de las anteriores veces que había subido por aquí: la ilusión, y también los nervios de la primera vez; el pequeño lío en el que nos metimos la segunda; luego de cuando acompañé a Fernan y sus amigos para tachasen "de verdad" Penyagolosa de la lista de techos provinciales; de cuando subí con Eva, que fue para pasar la noche arriba; del tesón y la fortaleza serrana de Laura Segarra...seguro que las próximas veces me vienen a la mente retazos de la subida de hoy.
Así me planté ante la famosa canal sur de Penyagolosa, pero no iba a subir por ella hoy, sino que lo iba a hacer por la que hay unos metros más al oeste, antes de ir hacia allá me asomé para ver el paredón que se extiende hacia el Portellàs y el Tossal de Fraga. Ya a pie de canal hice una breve parada para comer unos dátiles, hacer unos estiramientos y ponerme el casco, tras lo cual empecé a remontarla. Se ha catalogado, o etiquetado, a esta canal como "la fácil", y realmente si la comparamos con la principal, que no es difícil, sí, también hay que trepar pero es bastante más fácil, y bastante más amplía, pero en mi opinión esta está mucho más descompuesta y si subimos por el centro de la canal tiremos muchas piedras y será un suplicio avanzar, por lo que recomiendo es ir subiendo, como yo hice, lo más pegado posible al margen izquierdo, donde la roca es mucho más sólida. También recomiendo subir con calma y disfrutando, puesto que el ambiente alpino está a la par de la canal vecina.
Llegué así, y por decimosexta vez, a la cima de Penyagolosa, como imaginaba, y tras no haberme cruzado con nadie en toda la ruta, había bastante gente allí arriba, aunque no fue de las veces que más concurrida había encontrado la cima. Aún así fue chocante ese contraste de haber ido durante horas en la más absoluta soledad y repentinamente estar rodeado de una treintena de personas. Pero con gente o sin gente siempre es especial coronar Penyagolosa y dejarte envolver por el halo mágico, místico o sagrado, como quieras llamarlo, que flota en ella, y más si lo haces tras el tute que me había dado hoy. Así que busqué un rinconcito con vistas, en el que poder sentarme y comerme el bocata y beberme una cerveza fresca que me había permitido el lujo de portear. Una comida así de austera y sencilla en el techo de Castelló y en la montaña más emblemática del País Valencià se convierte de inmediato en un lujoso plato de un restaurante con tropecientas estrellas Michelín, además de llenar mucho más y ser infinitamente más económico.
De nuevo en marcha todo lo que me restaba era bajada. La primera parte de la misma la hice por la zigzageante senda de la umbría, es decir por la ladera norte, la que es la ruta de subida normal, y que es por donde he bajado todas las veces que he subido a Penyagolosa, así que poco os puedo contar, bonita senda y vistas, y muchos cruces con gente que subía. Al llegar a la explanada del Corralico si que se me abrieron varias opciones para regresar a Sant Joan, al final opté por la más clásica de todas; Barranc del Forn y Barranc de la Pegunta, todo un acierto, pues al contrario de lo que pensé, no me crucé con nadie hasta llegar a Sant Joan, y pude disfrutar en total soledad de un Barranc de la Pegunta acicalado de otoño, escuchando solo el ruido de mis pasos y el de las hojas de los arces y demás caducifolios cayendo al suelo. Una delicia. Ya en Sant Joan dejé la mochila en la furgoneta y entré en el bar, para tomarme un tercio que me había ganado sobradamente en esta ruta que me auto-regalé para mi cumpleaños, que fue dos días después.
Un saludo a tod@s.
Retomo, esta vez en solitario -Laia y Eva, por razones que no vienen a cuento no pudieron venir esta vez-, el tema de los satélites de Penyagolosa. Ascenderé en esta ocasión a dos a los cuales todavía no había subido, Marcén y la Moleta de la Clocha, repetiré la Golosilla y remataré la cosa ascendiendo a Penyagolosa por una de las dos marcadas canales de su vertiente sur, en esta ocasión la catalogada como fácil, por la cual todavía no había tenido la ocasión de subir.
Una vez más el Ermitori de Sant Joan me vio partir hacia la cima de Penyagolosa. Hoy, a mi llegada allí me topé con algo que no entraba, o al menos yo no esperaba que entrase, en el guión, y es que la noche había sido tan fría que los coches allí aparcados estaban cubiertos por un dedo de hielo. Y la mañana continuaba fría, y yo había llegado allí muy "pincho", con una camiseta de manga corta, una chaquetilla fina y un chalequete, por suerte me había traído guantes, algo es algo. A mi favor, que me puse a andar de inmediato, no hay mejor manera de entrar en calor, y el día por delante, con un sol que no tardaría en emerger y a empezar a cumplir con su función.
Empecé siguiendo las marcas del GR-7 en dirección a Villahermosa del Río, aunque no tardé en dejar de seguirlas para desviarme en busca del sendero que se introduce en el bonito pinar que hay en torno al Barranc Obscur, hoy mucho más bonito si cabe adornado con algún toque otoñal. Pero pese a lo bonito del sendero lo tenía que abandonar pronto, y aunque tenía que pasar si o si por el Mas de la Cambreta, que es a donde lleva, primero quería subir a los Cingles de Marcén, por lo que me desvié para empezar a seguir una tirada de hitos, que enseguida me metieron de lleno en un antiguo cortafuegos, cuya pendiente me bastó para entrar definitivamente en calor y quedarme en manga corta. Así alcancé la parte alta de los Cingles de Marcén, que al igual que su vecino Penyagolosa es montaña de laderita por un lado y cortados por el otro. Desde este punto solo tuve que moverme unos metros en dirección SE para alcanzar el hito que marca el punto más alto de los Cingles de Marcén. Se me abrió desde allí la primera de las muchas grandes panorámicas que iba a tener en la jornada de hoy, concretamente desde aquí tuve una buena visión del laderón norte de Penyagolosa, y de todos los agrestes y profundos barrancos que desde los Cingles de Marcén se desprenden hacia el término de Villahermosa.
Mañana fría en Sant Joan, punto de inicio, y siete horas, 18 kilómetros y 1200 metros de desnivel positivo acumulado después, también punto final de esta excursión. |
Antes de entrar en el bosque ya recibo los primeros regalos otoñales. |
Por el Barranc Obscur, la anterior vez que pasé por aquí fue en descenso y finalizando la ruta, hoy tocaba en ascenso y al principio. |
Más toques otoñales. |
Mirad que delicia de sendero el que atraviesa el Pinar Obscur. |
Pero pese al topónimo no es este un lugar oscuro, todo lo contrario, además el amarillo de los arces le dieron mucha más luz. |
Tras remontar el cortafuegos llego a la parte alta de los Cingles de Marcén, como cambian desde esta perspectiva, ¿verdad?, no me será necesario llegar hasta la cima para gozar de buenas vistas. |
Vistas hacia la cota más occidental de Marcén y hacia montañas turolenses. |
Punto más alto de los Cingles de Marcén, 1621 metros. |
Penyagolosa y la Golosilla. |
Profundos barrancos labrados en el término de Villahermosa del Río. |
Cortados de Marcén hacia poniente. |
Como suele se habitual cada vez que venimos a Penyagolosa vi muchas cabras, esta fue la primera de ellas. |
Tenía muchas ganas de coronar estos Cingles de Marcén y estos no me decepcionaron. |
Desde la cima inicié un descenso, unas veces por un tímido sendero, y otras, la mayor de ellas, de manera intuitiva, hacia el Mas de la Cambreta. Desde allí seguí la pista que se dirige a la Nevera de la Cambreta, que no visité esta vez. Desde el panel señalizador de la nevera seguí en descenso, esta vez por el sendero que baja hasta la Fuente del Paso, seca como habitualmente, un poco más adelante llegué a una triple intersección, el sendero de la izquierda es el que va al Cantal de Miquelet, el ramal de la derecha es el que se dirige a la Fuente de las Mozas y debería haber tomado, digo debería porque me equivoqué y seguí el camino del centro, que tras varios centenares de metros acabó muriendo en un barranquete. Opté por no retroceder, ya que tras consultar el mapa del GPS vi que yendo por dentro del barranco acabaría saliendo cerca de la Fuente de las Mozas, así que me puse a ello. Al principio fui sin problemas por el interior del barranco, hasta que me topé con un salto de unos 5 metros que me fue imposible destrepar, salí del barranco y busqué la forma de volver a su cauce, de nuevo en su interior la cosa se empezó a enmarañar, por lo que descarté la opción del barranco y busqué el sendero de la Fuente de las Mozas al trochemoche, menos mal...
Entre Marcén y Penyagolosa se encuentra el Mas o Masía de la Cambreta, con su característico fresno. |
Saltamos las fotos de la bajada hasta la Fuente del Paso, y vamos al tramo en que me equivoqué de camino, que al menos me sirvió para tener estas vistas de Peyagolosa... |
...o estas de los Cingles de Marcén. No hice fotos durante el tramo por el interior del barranco y en el posterior campo a través. |
Finalmente localicé el sendero. Este es el sendero que se utiliza para subir desde el Mas de Borrás a Penyagolosa, ya recorrimos buena parte de él cuando el año pasado subimos a la Golosilla y nos pareció espectacular, el tramo que se nos quedó pendiente es el que hice hoy, y repito adjetivo, menuda ventana a los agrestes y salvajes barrancos que había visto desde los Cingles de Marcén y hacia la vertiente occidental de Penyagolosa, quizá no tan conocida como la sur, ni tan visitada como la norte, y por eso, por esa mágica suma Penyagolosa+salvaje+soledad, disfruté un montón de este tramo, además me alegré un montón de ver que de la Fuente de las Mozas manaba agua, no mucha, pero manaba, y también corroboré que de haber seguido por el barranco me hubiese metido en un berenjenal de los buenos.
Una vez recuperado el sendero estas son las vistas que empiezo a tener. |
De haber continuado por el barranco me hubiese encontrado con este "saltito". |
Por si el paisaje no fuese ya bonito apareció de nuevo Penyagolosa. |
Agrestes laderas, no en vano, la parte de Penyagolosa que le toca a Villahermosa del Río pertenece al salvaje Alto Mijares. |
Fuente de las Mozas, de la que a pesar de la persistente falta de lluvias manaba un chorrete de agua. |
Al poco de pasar junto a un antiguo oratorio abandoné este sendero para tomar el que se dirige hacia la Moleta de la Clocha, que ya conocía del año pasado, no me importó repetir, puesto que la vertiente occidental de la Golosilla no desmerece en absoluto a la de su hermana mayor, y este sendero la recorre por completo. Además, mientras yo iba por el sendero un grupo de jóvenes cabras seguían mi rumbo, pero ellas por los roquedos de arriba, de vez en cuando ellas se detenían para observarme a mi y viceversa. En esos momentos me venía a la cabeza una frase de Juanjo Garbizu, de su libro Monterapia, que me andaba leyendo esos días: "Suelo decir que un día en la montaña equivale a dos en la ciudad, por lo menos...", y en momentos así dices, cuanta razón.
Antiguo oratorio junto al sendero, al poco de pasarlo me desviaré para poner rumbo a la Moleta de la Clocha, Penyagolosa se me ocultará ahora durante un buen tramo... |
...pero a cambio aparecerá la Golosilla y sus roquedos occidentales, bajo los que caminaré ahora. |
Este es fantástico paisaje que iré dejando atrás mientras camino hacia la Moleta de la Clocha. |
Momentos como este, andar en la más absoluta soledad, y que acompañen tu caminar, por unos roquedos superiores unas cuantas cabras, amigos, no tienen precio. |
La Moleta de la Clocha se deja ver al fin. |
Acabé llegando un collado, con la doble cima de la Moleta de la Clocha ya a vista. Allí nos desviamos el año pasado hacia la Golosilla, hoy también lo haría, pero antes seguí recto para plantarme a los pies de la Moleta, encaramarme por sus roquedos y llegar a su cima occidental, la más alta de las dos. La visión que se tiene desde allí arriba del macizo de Penyagolosa es apabullante, mucho más que desde la Golosilla, me atrevería a decir, y mira que desde allí las vistas hacia el Gegant son apabullantes, además se me empezó a abrir el abanico de las vistas a larga distancia, así que aproveché el sitio y la ocasión para sentarme un rato y comer alguna cosa, que llevaba tres horas de marcha y aún no había echado nada al estómago, aunque si que había alimentado, un pequeño aperitivo todavía, a mis sentidos con tanta belleza.
Decía antes que Penyagolosa se me ocultaba temporalmente, que volviese a aparecer de esta manera fue sencillamente brutal. |
Sin necesidad de subir a la Clocha ya fui premiado con esta bella panorámica... |
...pero ya hacía un tiempo que tenía ganas de subir a esta cima, no me la iba a dejar. Trepando hacia ella. |
Aquí me tenéis en la cima, en la que tuve el privilegio de construir un pequeño hito, ya que no había ninguno. Moleta de la Clocha, 1431 metros. |
La verdad es que la visión que se tiene del Massís de Penyagolosa desde esta cima es maravillosa. |
Vistas hacia la cima oriental y el Cabeço Roig. |
Alto Mijares castellonense y Gúdar-Javalambre turolense. |
Extensísimas vistas hacia el sur, si me pusiera a nombrar todas las cimas que se ven en esta imagen no terminaría nunca. |
Volvamos al protagonista indiscutible de las vistas, que aparece aquí junto al Tossal de Fraga. |
Un poco de zoom para ver mejor las dos canales, la de la izquierda es por la que subiré hoy hasta la cima. |
Regresé al collado y empecé, como el año pasado, a seguir los hitos que indican el mejor camino hacia la Golosilla, opté, al igual del año pasado, por desechar la subida por la vaguada que separa la Golosilla de una cima rocosa más al este y encaramarme de forma más directa por una canal, que tras unas trepadas me dejó en lo más alto de la Golosilla, que como había comentado posee unas vistas hacia Penyagolosa de lo más sublimes.
Desde la cima de la Golosilla emprendí camino hacia la senda del Cantal de Miquelet, aunque antes me desvié brevemente para ya puestos coronar la cima rocosa que os había mencionado antes. A partir de ese momento, y hasta enlazar con la mencionada senda, una indiscutible protagonista, la majestuosa estampa de la vertiente sur de Penyagolosa, a la que no dudé en hacerle una cumplida reverencia. Ya son unas cuantas veces las que he visto esta estampa, y me sigue impresionando como la primera vez.
Subiendo a la Golosilla se me quedará a mis espaldas esta perspectiva de la Moleta de la Clocha. |
Los hitos se encaminan hacia la vaguada que se ve en la imagen... |
...pero optaré, al igual que el año pasado por acortar por la canal, en compañía de estos gendarmes. |
La canal de subida a la Golosilla vista desde arriba. |
Cima de la Golosilla, 1582 metros. |
Aunque los ojos se me vayan irremediablemente hacia Penyagolosa... |
...las vistas y precipicios de la Golosilla hacia la otra vertiente no son nada despreciables... |
...incluso descubro esta otra canal, ¿se podrá subir por ella?. |
Lo comprobaré en otra ocasión, ahora tocaba el plato fuerte del día, Penyagolosa, unos hitos me indicarán en mejor camino hacia el Cantal de Miquelet. |
Pasaré junto a vaguada por la que se sube a la Golosilla desde el sur. |
Esta vaguada separa la Golosilla de una cima rocosa secundaria, a la que ni dudé en subir, nos tomaremos la libertad de llamarla Golosilla Oriental, y su altura son 1558 metros. |
Esta cima me ofrece esta inédita, para mi, perspectiva de la Golosilla... |
...y esta de Penyagolosa con los precipicios de los Rincones. |
Sobran las palabras. |
Última foto del reportaje en la que salgo... |
...a partir de ahora le cederemos todo el protagonismo al Gegant de Pedra. |
No fue mucho rato el que caminé por la senda del Cantal de Miquelet, apenas fueron unos metros, ya que de inmediato me desvié en dirección a las canales y la pared sur de Penyagolosa. Llegué a una primera franja rocosa, que salvé trepando por una primera canal, al salir de la misma, el terreno ya no ofreció tregua, y una vez más, me hizo sudar la gota gorda para llegar a pie de pared. El espectáculo durante toda esta subida es de los que tiran de espaldas, de los que son difíciles de definir con palabras, solo quién haya subido por aquí puede saber de lo que hablo. Pura vida. Durante la subida me vinieron flashes de las anteriores veces que había subido por aquí: la ilusión, y también los nervios de la primera vez; el pequeño lío en el que nos metimos la segunda; luego de cuando acompañé a Fernan y sus amigos para tachasen "de verdad" Penyagolosa de la lista de techos provinciales; de cuando subí con Eva, que fue para pasar la noche arriba; del tesón y la fortaleza serrana de Laura Segarra...seguro que las próximas veces me vienen a la mente retazos de la subida de hoy.
Superada queda esta primera canal, entre la que vemos la Golosilla. |
Una vez dejada atrás la canal el terreno se empina considerablemente, esta foto lo atestigua. La Golosilla y la Moleta de la Clocha se ven muy pequeñas ya. |
Poco a poco se me va mostrando toda la grandeza y esplendor de esta pared sur... |
...y se van marcando las canales, la clásica sur... |
...y su vecina occidental, por la que ya estaba impaciente por subir. |
Mientras yo disfrutaba de Penyagolosa a pie otros lo hacían escalando. |
Así me planté ante la famosa canal sur de Penyagolosa, pero no iba a subir por ella hoy, sino que lo iba a hacer por la que hay unos metros más al oeste, antes de ir hacia allá me asomé para ver el paredón que se extiende hacia el Portellàs y el Tossal de Fraga. Ya a pie de canal hice una breve parada para comer unos dátiles, hacer unos estiramientos y ponerme el casco, tras lo cual empecé a remontarla. Se ha catalogado, o etiquetado, a esta canal como "la fácil", y realmente si la comparamos con la principal, que no es difícil, sí, también hay que trepar pero es bastante más fácil, y bastante más amplía, pero en mi opinión esta está mucho más descompuesta y si subimos por el centro de la canal tiremos muchas piedras y será un suplicio avanzar, por lo que recomiendo es ir subiendo, como yo hice, lo más pegado posible al margen izquierdo, donde la roca es mucho más sólida. También recomiendo subir con calma y disfrutando, puesto que el ambiente alpino está a la par de la canal vecina.
Canal Sur de Penyagolosa, acojona, ¿verdad?, pues no es tan complicado subir por ella, siempre que se esté acostumbrado a moverse por este tipo de terrenos. |
Vistazo hacia el Tossal de Fraga. Bordear rumbo este la pared y luego remontar la pedrera del Portellàs también es una espectacular manera de subir a Penyagolosa. |
Pero yo hoy voy a hacerlo por esta canal, que veremos en las siguientes fotos desde diferentes perspectivas. |
¿Preparados para adentraros en terreno salvaje?. |
Despacio, sin prisas y disfrutando ya casi me he ventilado media canal. |
Vaya, un delicioso toque otoñal en esta agreste canal. |
Quizás sea esta la parte más técnica de toda la subida, nada del otro mundo, la trepada apenas excede de un primer grado de escalada. |
Roble que emerge de las rocas. |
Las paredes, sobre todo la que queda a mi izquierda, alcanzan una altura considerable. |
Llegué así, y por decimosexta vez, a la cima de Penyagolosa, como imaginaba, y tras no haberme cruzado con nadie en toda la ruta, había bastante gente allí arriba, aunque no fue de las veces que más concurrida había encontrado la cima. Aún así fue chocante ese contraste de haber ido durante horas en la más absoluta soledad y repentinamente estar rodeado de una treintena de personas. Pero con gente o sin gente siempre es especial coronar Penyagolosa y dejarte envolver por el halo mágico, místico o sagrado, como quieras llamarlo, que flota en ella, y más si lo haces tras el tute que me había dado hoy. Así que busqué un rinconcito con vistas, en el que poder sentarme y comerme el bocata y beberme una cerveza fresca que me había permitido el lujo de portear. Una comida así de austera y sencilla en el techo de Castelló y en la montaña más emblemática del País Valencià se convierte de inmediato en un lujoso plato de un restaurante con tropecientas estrellas Michelín, además de llenar mucho más y ser infinitamente más económico.
Y una vez más, cima de Penyagolosa, 1815 metros, a continuación las típicas fotos de cumbre. |
Espolón o arista sur de Penyagolosa, escalable en clásica. |
Canal sur, la "difícil", ahora vista desde arriba. |
Cima central, en la que hicimos vivac en 2013, con el paredón que se desprende de ella. |
Posiblemente la estampa más fotografiada de la cima de Penyagolosa. |
Precipicios de vértigo hacia la canal sur. |
También hacia el Tossal de Fraga y las pedreras del Portellàs. Pero entre tanta grandeza me llama la atención algo muy pequeño... |
...mirad que preciosidad de toque otoñal que da este arce. |
De nuevo en marcha todo lo que me restaba era bajada. La primera parte de la misma la hice por la zigzageante senda de la umbría, es decir por la ladera norte, la que es la ruta de subida normal, y que es por donde he bajado todas las veces que he subido a Penyagolosa, así que poco os puedo contar, bonita senda y vistas, y muchos cruces con gente que subía. Al llegar a la explanada del Corralico si que se me abrieron varias opciones para regresar a Sant Joan, al final opté por la más clásica de todas; Barranc del Forn y Barranc de la Pegunta, todo un acierto, pues al contrario de lo que pensé, no me crucé con nadie hasta llegar a Sant Joan, y pude disfrutar en total soledad de un Barranc de la Pegunta acicalado de otoño, escuchando solo el ruido de mis pasos y el de las hojas de los arces y demás caducifolios cayendo al suelo. Una delicia. Ya en Sant Joan dejé la mochila en la furgoneta y entré en el bar, para tomarme un tercio que me había ganado sobradamente en esta ruta que me auto-regalé para mi cumpleaños, que fue dos días después.
Un saludo a tod@s.
Obviaremos fotográficamente la bajada por ladera norte y pasaremos directamente al otoño en el Barranc de la Pegunta. |
Penyagolosa, "...antes de marcharme ya quería volver". |
Hola Dani:
ResponderEliminarLos Cingles de Marcén, que grandes recuerdos que me trae a la memoria, al igual que esa canal fácil con ese vigilante (pino) casi al final de la misma. En esa ruta hicimos casi 500 fotos en un total de algo más de 15kms, visitando, también el Portellás y el Tossal de Fraga. Al igual que tú, vimos una infinidad de cabras.
Me has hecho recordar, que Sandra y yo tenemos algo pendiente allí, pero como suele pasar siempre, la dejamos para la próxima. A nosotros también nos ocurre, que cuando quedan los últimos metros para acabar la ruta, ya estamos pensando en volver a este magnífico lugar.
Saludos y un fuerte abrazo compañero.
Hola Eulogio y Sandra.
EliminarPara la subida a Marcén me llevé de apoyo vuestro track ;-).
Es que Penyagolosa no te le acabas, siempre hay rincones por descubrir allí, y si repites ruta pues tampoco importa. A ver si la próxima visita ya la hacemos con nieve en sus laderas.
Y yo que estaba preocupado por que hacía muchas fotos, pero veo que hay alguien que hace muchísimas más que yo jajaja.
Un abrazo.
Hola Dani.
ResponderEliminarJjeejeje, para la resaca post serranía has descorchado un Rioja del 92. Que hermosura de ruta y de paliza que te metiste.
Mira que tenéis grandes y buenas sierras y rutas en Castellón, empezando por la Serra d'Espadà, pero la de Penyagolosa y alrededores me cautiva hondamente.
Igual que tú magistralmente has contado en ese párrafo tus recuerdos que te iban llegando mientras subías (gracias por mentar a mi madre), yo he recordado nítidamente aquel estupendo día que pasamos contigo y el Gegant, según iba viendo tus fotones porque las fotos de la canal de subida a la Golosilla o la canal al mismo Gegant son canela fina, bueno la verdad que todas.
Según la iba viendo, estaba pensando que el barranco de la Pegunta debería estar con ese toque otoñal de sus arces, y al final de la entrada las fotos me lo han corroborado. (Te cuento una anécdota tonta que me paso el finde pasado, ya que estando en el término de Santa Cruz de Moya pase por un barranco muy chulo que no conocía llamado de la Chirona, y luego volviendo ya a casa, me intentaba acordarme del nombre y siempre me salía de la Pegunta. Hasta que tuve que llegar a casa y mirarlo en el mapa)
Me ha gustado eso de cuando cuentas que te metiste por ese barranquete para atajar y salir a la Fuente de las mozas, y te encontraste con una verticalidad, y tuviste que volver. Ese es uno de los grande temores de los que hacemos senderismo sin gps ni track, meternos por barrancos sin saber bien lo te vas a encontrar.....
Un abrazo y ya te contaré que tal en el Moncayo.
Hola Toni.
Eliminar¿Pues sabes que me vino también a la mente mientras subía por la canal fácil?, pues que el día que vinisteis, si en vez de haber subido por la pedrera del Portellàs hubiésemos subido por esta canal tu madre si que hubiese podido subir a Penyagolosa, ya que esta sale a la misma cima y nos es más difícil que la canal previa de más abajo. Pero claro, en aquel momento no lo pensé. Pero todo esto es hablar a toro pasado, no cambio nada de aquel magnífico día, pero me comprometo, y si tu madre se vuelve a hacer el ánimo, a acompañaros de nuevo a subir Penyagolosa, aunque sea por la normal.
Acabe super-satisfecho con esta ruta, por que la tenía diseñada desde hace mucho tiempo y todo salió conforme lo tenía planeado, todo menos el error que me hizo meterme en ese barranquete, pero como lo solventé rápido y sin problemas pues como que también fue un añadido positivo a la ruta. Luego, como imaginarás, durante la ejecución del recorrido disfruté como no está escrito ;-).
Mira que los dos tenemos buen melón, pero hay veces que nuestro disco duro no puede retener tantos datos jajaja, precisamente me pasó a mi algo parecido el día que subimos juntos a Penyagolosa y precisamente con la Moleta de la Clocha, que la vimos desde lejos y no fui capaz en ese momento de recordar ese topónimo y decíroslo, también lo tuve que mirar en casa en el mapa jajaja.
Un abrazo, y que no os visite el Cierzo en el Moncayo ;-)
Hola Dani.
EliminarNo se cuando irá, pero hoy después de diez días se ha parado ... y de momento aguanta hasta el fin de semana, eso si, ya hay nieve en la cumbre.
Hola Eduardo. Van este finde, que parece que lo dan bueno. He visto algunas fotos actuales y si que se ve blanca la cima. Toni, llevaos los crampones por si las moscas!!
EliminarLo único malo, es que cuando hay sol, y no sopla en viento, aparece la niebla. No se si el hayedo todavía tendrá hoja, hace quince días todavía aguantaba, pero con la nevada y el viento, es fácil que no. Ya nos contará
EliminarA ver si tienen suerte con la meteo, yo en el Moncayo de tres solo he tenido un día bueno, y disfrutan de esta gran montaña, y Toni nos prepara un reportaje a la altura de la misma, seguro que sí!! ;-)
EliminarHola Dani
ResponderEliminarUn rutón y además por una zona que solemos pisar mas de una vez al año...por algo será verdad??
Esa canal por la que subiste es por la que subí yo la primera vez pensando que era la otra y por eso no encontré las cadenas jajaja. a la siguiente ya si que las encontré, en cualquier de los casos las dos canales son divertidas de subir.
Un abrazo
Jose
TROTASENDES BENICALAP
Hola Jose.
EliminarGracias, la verdad es que como le he comentado a Toni me salió todo como lo planeé, y acabé muy contento esta ruta en la que disfruté un montón.
Recuerdo cuando leí, y también me contaste, ese anécdota de subir por una canal pensando que era la otra jajaja. Ahora que ya he subido por las dos, opino igual que tu, ambas resultan una fantástica manera de coronar Penyagolosa.
...y que nos dure muchísimo tiempo esta sana costumbre de visitar Penyagolosa al menos una vez al año.
Un abrazo.
Hola Dani.
ResponderEliminarYa hacía días que no leía una crónica del Penyagolosa, eso si, rara es la crónica por tierras valencianas, es las que no aparece una foto suya.
Joder dani, pareces el tío calores para ir en manga corta, aunque todavía hace buen tiempo para la época del año en la que estamos, las noches y las madrugadas son bastante frecas, por eso yo en la furgoneta siempre llevo un forro polar, que en más de una ocasión he tenido que echar mano de él, incluso en verano.
Menuda vuelta que diste para llegar al Penyagolosa, con su confusión incluida, que a mi también me pasa muchas veces, aun llevando track, ya que normalmente no le hago ni caso, y cuando lo miro suele ser tarde. Después miras el mapa, ves todo cojonudo para ir monte a través y enlazar con el camino bueno, y acabas tardando más, que si hubieras retrocedido para coger el camino bueno, pero es que sin estos momentos, no sería lo mismo.
A mi de todo el recorrido, sin duda me quedo con el tramo final de la canal, no me importaría nada subir por cualquiera de las dos, e incluso me las imagino con nieve, no se si serán más difíciles o más fáciles ...
El tramo final por el barranco de la Pegunta, una maravilla, a mi me apasionan los bosques, así que para mi primera vez seguro que a la ida o la vuelta paso por el, y para tocar las narices y ponerte en un compromiso, si tu fueras de Zaragoza, que visitarías primero la Serranía de Cuenca o Penyagolosa ... tienes que mojarte, jaja.
Un saludo
Hola Eduardo.
EliminarPenyagolosa es para nosotros los valencianos y sobre todo los castellonense lo que es para los de Zaragoza el Moncayo, nunca nos cansamos de subirla ni de admirarla.
Jajaja, en menudos compromisos me metes tú jajaja, sin duda, y que no se enfade el amigo Toni, Penyagolosa, con los ojos cerrados, pero eso sí, Penyagolosa por la cara sur, por cualquiera de sus dos canales, o por la pedrera del Portellàs, no vas a cascarte cuatro horas de coche desde Zaragoza para subir y bajar por la norte jejeje, ya sabes, que cuando vengas, y si me cuadra, yo encantado de acompañarte y guiarte.
La canal clásica con nieve debe de tener su miga, pero sabes lo que pasa, que cuando acaba de nevar la nieve suele estar muy pastelosa en ella, y rara es la vez que llega a compactar, pues en esta cara sur le está dando todo el día el sol y dura poco la nieve, sin embargo en la norte si que aguanta, e incluso se llega a congelar, como comprobé yo el año pasado en la ruta que hice el día de nochevieja.
Respecto a lo de la manga corta, la noche de antes en casa miré la meteo en aemet y ponía 5 grados de mínima en Vistabella, que está a la misma altura que Sant Joan, solo que este se encuentra en plena umbría de la cara norte del pico, y por eso que las mínimas fueron más bajas allí, no conté con eso, menos mal que entré en calor enseguida con las primeras rampas.
Un saludo.
A ver si el trabajo me da una tregua, y por fin me deja recuperar mi vida, si es así, para la primavera una de las dos zonas tengo que visitar, y más o menos en tiempo andan parejas.
EliminarDesde luego, vaya donde vaya, iré con un experto de la zona, eso te lo aseguro, jaja.
Un saludo
Si por expertos te refieres Toni y a mi debes saber que ambos cobramos en cerveza...y nos gusta mucho!!! jajaja.
EliminarUn saludo.
jajaja, pero bueno Eduardo te gusta esto de meter en compromiso.
EliminarSi te soy sincero, si tengo que elegir yo, me voy al Penyagolosa (desde finales del otoño hasta mediados de primavera); lo tengo claro. Es una zona montañosa rocosa boscosa que recuerda a otras latitudes mas agrestes (la parte boscosa tiene mucho parecido con la Serranía pues aquello es Sistema ibérico (El Maestrat y parte de la Serranía alta/baja de Cuenca tienen muchos parecidos). Eso si, una montaña de rodeno tan impresionante con la cara sur del Gegant no hay ni en la Serranía, ALto Tajo y Montes Universales turolenses.
Aunque tambien decirte, sabiendo que te gustan muchos los ecosistemas botánicos, que la Serranía guarda una variedad increíble que la gente cuando lo conoce, se sorprende, jejejjeje. Aunque como no pare de una pu...vez esta sequía, mal camino lleva.
Dani habla con conocimiento de causa, si vienes por Cuenca soy capaz de arruinarte con el cobro cervecero, jajajaja ;-)
Un saludo.
Oído vuestros comentarios del Moncayo. Llevaremos crampones y cruzaremos los dedos para que no hay mucha niebla.
ResponderEliminarGracias.
Hola Dani...
ResponderEliminarPedazo de rutón que te has metido entre pecho y espalda.
Inevitablemente me ha venido al pensamiento nuestra ruta de inicio de este año,desde el Mas de Borras y subiendo por esa canal ''fácil'',al majestuoso Gegant y de hecho al acabar tu crónica,me he pasado a ver la mía otra vez,antes de ponerte el comentario...jajaja.
Ha sido una combinación apabullante y preciosa visualmente,desde ese Pinar Obscur,pasando por esos Cingles de Marcen(los pasamos por abajo y que ganas tengo de ir por arriba,esperemos no tardar...jejeje),junto a esos dos buenísimos''satélites'' y por supuesto esa canal ''fácil'',que es una perla(doy fe de lo que comentas de ir a la izquierda para progresar mejor).Todo esto unido a una dosis aventurera,es realmente un ''cocktel montañero'',para tomarlo casi una vez al mes...jajaja
Gran frase de Juanjo Garbizu,me a gustado mucho.
La verdad es que no se cuando volveré al Penyagolosa(de momento llevo tres),lo que si es indudable,que su magia te atrapa.
Gran entrada Dani.
Un abrazo.
Hola Juane.
EliminarSe nos agotan los adjetivos para definir a Penyagolosa, ¿verdad?, de lo que estoy seguro que no se nos agotarán nunca serán las ganas de visitar muchas más veces al Gegant y hacer nuevas rutas, o repetir otras que ya hayamos hecho, allí no importa, y sobre todo dejarnos atrapar, como bien apuntas por su magia.
Pues al comentar lo de vuestra ruta de principios de año yo también me he ido de cabeza a tu crónica, pues no recordaba si te había comentado o no en ella, y si, si que te dejé un comentario ;-), la verdad es que la subida desde el Mas de Borrás, sin ser tan conocida como la Sant Joan, a parte de tener más desnivel, no sé si sera más bonita, pero si mucho más salvaje.
Pues el libro entero de Juanjo Garbizu, Monterapia Cuesta Arriba se Piensa Mejor- que es el título completo, no tiene desperdicio alguno, lectura ágil y amena, y una manera de pensar con la que seguro que te identificarías enseguida, te lo recomiendo, y sin haberlo empezado todavía, la segunda parte del libro, Slow Mountain.
Un abrazo.
Cuanta montaña y rincones preciosos alrededor de Penyagolosa... Bonita la foto de las dos cabras e interesante tanto como acojonante esa subida final.
ResponderEliminarSaludos.
Así es Salvador, aunque Penyagolosa sea la reina del cotarro, bailando en sus faldas hay unos rincones y parajes que no tienen desperdicio. La próxima vez que vengas no lo dudes, vertiente sur, nada que ver con la norte, que es la que conoces tú.
EliminarGracias por el comentario.
Un saludo.
¡Hola, Dani! Impresionante ruta en este precioso macizo que habla mucho y muy bien de la belleza de este agreste paraje capaz de hechizar a cualquiera. No nos cansamos de venir aquí nunca y eso tú lo representas muy bien con ese número tan alto de veces que has subido hasta Penyagolosa.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Emilo.
Eliminar¿Cómo nos vamos a cansar de subir o rutear en el entorno de Penyagolosa, si cada vez que lo hacemos volvemos a casa contagiados de la gran y buena energía que desprende esta montaña?, yo, cada vez que vuelvo de hacer una ruta allí, y más si es tan cañera y completa como esta, estoy luego siempre un par o tres de días como montado en una nube de satisfacción.
Un abrazo.
Hola Dani,
ResponderEliminarVaya rutón te marcaste...
Cada vez que veo tus entradas del Penyagolosa me entran ganas de subirlo por la canal, tarde o temprano me animaré... Jejeje
A ver si en uno de mis viajes a Montanejos coincidimos y me haces de guía por la zona, ya sabes que yo pago bien con cerveza, incluso sibquiere una del Montseny, jejeje
Un abrazo!!!
Hola David.
EliminarEstuvo bien esa resbaladiza subida que hiciste por la norte, para abrir boca con Penyagolosa no estuvo mal, pero ahora ya te toca "estrenarte" con la cara sur, con cualquiera de las dos canales, o con la pedrera del Portellàs ;-). Ya sabes que estaría encantado de guiarte...eso sí, siempre que el pago no sea no con Cruzcampo ni con San Miguel jajajaja.
Un abrazo.
Gràcies Víctor!!, ara mateix acabe de veure el vídeo de la vostra ascensió hivernal, i nocturna al final jeje, a la Golosilla i a la Clocha, molt currat i amb molt bona qualitat d'imatge, cóm tots els que penges a Youtube. Al meu parèixer des de aquests dos cims es d'on es gaudeix de la millor panoràmica de la paret sud i de les canals del Gegant. M'alegre que la fita, o part d'ella, que vaig construir a la Clocha encara estiga allí, encara que aquest és un cim al que crec que no puja molta gent jeje. M'apunte aquesta variant des de Villahermosa.
ResponderEliminarSalut!!