22 de mayo de 2023

Serranía de Cuenca: el Picón del Royo Frío

 Sábado 15 de octubre de 2022

Las visitas otoñales a Cuenca y su Serranía son muy especiales para mi, y no solo por las espectaculares rutas que nos suele preparar Toni, hay muchas más cosas... Están esa exquisita hospitalidad de Maru y Toni; esas cervezas que nos tomamos mientras ultimamos los detalles de lo que también suelen ser unas exquisitas cenas en su casa; los ratos de después de esas cenas, siempre amenizados con algún juego de mesa, alguna peli o documental o simplemente una divertida charla; esas comidas campestres en mitad de las rutas, o después de ellas, ya sea en algún merendero serrano o en un parque de la ciudad; esos tercios post-ruta en los cada vez más escasos bares de los pueblos de la Serranía... Por todo esto, y muchísimas cosas más, estos tres años que he estado sin Serranía de Cuenca se me han hecho, muy, pero que muy largos...



Y es que no me canso nunca de decirlo, tengo la inmensa suerte de ser amigo de la persona que mejor se conoce la Serranía de Cuenca, y esa persona se llama Toni y se apellida Virtudes. Otra persona no hubiese encontrado una manera tan atractiva de subir al Picón del Royo Frío como fue hacerlo recorriendo unas fajas o ceñajos y remontando una atrevida canaleta. Pero eso no fue más que la guinda, que el Picón del Royo Frío sea el título de esta entrada no significa que fuese lo mejor de esta gran ruta que nos diseñó Toni, ni mucho menos, pues lo mejor de la ruta podría haber sido perfectamente el punto de inicio, la Hoya Hermosa, cuyo topónimo no miente, con sus prados, sus robles o su Fuente del Rey; o el Rincón de la Primavera, otro bonito topónimo, que ese día de calor veraniego lucía colores otoñales, encontrarle un toque invernal ya hubiese sido la pera. Claro que también podríamos haber dicho que lo más destacable del recorrido fue la Losilla, que nos asomó al desfiladero del Júcar primero y a la más modesta cuenca del Arroyo del Molinillo, en la cual se descolgaba una tímida cascada, después. Y tampoco sería descabellado si afirmáramos que lo más interesante que vimos durante la ruta tuvo que ver más con lo humano que con lo natural, el túnel por el que un principio se pensó meter el Canal Uña-Villalba; el mastodóntico puente por donde lo colgaron al final, hermano gemelo del Puente de San Pablo de Cuenca ciudad; o un laberíntico y exuberante molino excavado en la toba serían buenos argumentos. Y también sería justo decir que si, que lo mejor de la ruta fue el Picón del Royo Frío, con sus ya mencionadas fajas y canales, a las que habría que añadirle las formaciones rocosas que vimos por allí arriba, aunque para formación rocosa, caprichosa y espectacular, el Tío Cogote, el Tío Acojonao o el Moai Serrano, de las miles y miles de formas erosionadas de la Serranía conquense, una de las que más acertado nombre tiene, si dijésemos que fue lo mejor de la ruta, tampoco pasaría nada. Y tampoco pasaría nada si nos decantáramos por afirmar que lo que realmente valió la pena de la excursión fue el remojón de colodrillo que nos dimos en la Fuentecilla, ya casi terminando la caminata.

En definitiva, la clásica ruta serrana "Made in Toni", en la que la suma de las múltiples cosas que vamos viendo solo pueden dar un único resultado, y ese no es otro que rutón. Vamos, que estas rutas de Toni, al que se le da igual de bien cocinar que trazar recorridos por su Serranía, son como un menú degustación, esos de los que vas picando de aquí y de allá hasta que al final terminas completamente henchido y satisfecho.

Por cierto, todo esto transcurrió en las Majadas, pueblo al que fuimos a tomarnos los reglamentarios tercios de después de la ruta, que bien pensado, eso, y la compañía, ¿no sería acaso lo mejor de la jornada?...

Serranía y Libertad!!

Hoya Hermosa, punto de inicio de la ruta. ¿Y por qué es hermosa?, pues por muchas cosas, puede ser por sus robles, por sus verdes pastizales...

Aquí tenemos a mis tres compis de ruta, Toni, que no necesita presentación, y Santi y Blankita, que aparecen por primera vez en el blog. Más adelante os hablaré de ellos dos.

Nos desviamos brevemente del rumbo de la ruta para encontrar, en un claro del robledal...

...la elegante Fuente del Rey.

De nuevo en el trazado dibujado por Toni encontramos esta preciosa palestra otoñal...

...antesala del Rincón de la Primavera, donde también destacaba algún que otro luminoso caducifolio.

Dejamos atrás el Rincón de la Primavera, nos esperaba ahora cruzar este páramo moteado de robles...

...la Losilla.

Atravesarlo estaba más que justificado, pues en el otro extremo nos aguardaba esta ceja rocosa...

...un excelente balcón hacia el Júcar, el cual vemos allá abajo.

Blankita, Santi y Toni posan contentos en tan excelente mirador.

Continuamos bordeando la Losilla, en frente aparece el objetivo central de la ruta...

...el Picón del Royo Frío, una de las numerosas proas rocosas de la Muela de la Madera.

No dejamos los bordes de la Losilla, que ahora nos asoman...

...al Arroyo del Molinillo, que pese a tener el rango de arroyo se ha labrado un tajo que ya querrían para sí algunos ríos.

Incluso tiene un salto de agua de una veintena de metros, del que ese día, y debido a la parquedad de lluvias, apenas se descolgaba un hilillo de agua (en el vídeo adjunto al reportaje lo veréis mejor).

Con mis compis se calibra mejor la altura del salto. Debemos dirigirnos hacia el pedrolo que hay en mitad del cauce, para luego empezar a transitar por la vertiente contraria del arroyo.

Cuando llegamos allí vimos que el pedrolo se movía, con el consiguiente riesgo de que rodara arroyo abajo y nos arramblase, menos mal que Toni sacó su lado más hercúleo para contenerlo y luego calzarlo.

Una vez a salvo nos pudimos recrear con la Solana de Uña, y su línea de torres calizas, conocidas como los Mirones.

El rincón previo a la cascada y bajo el pedrolo es muy chulo...

...con pliegues horizontales, que Toni me dijo que allí se conocen como pliegues de librería.

El pedrolo se va a quedar ahí por los tiempos de los tiempos...

...gracias al superhéroe enmascarado Toni.

Ya estamos transitando por la vertiente contraria del arroyo, con el Picón del Royo Frío como faro. Pero antes de subir a él nos acercaremos al Puente del Royo Frío, el cual ya veíamos en la lejania.

Vemos de nuevo la sugerente línea caliza de los Mirones...

...en los que si que había un mirón, un Gyps Fulvus, que vino de perlas para calibrar la altura de esas torres calizas.

Y como un avión cuando se dispone a aterrizar nos alineamos con el Puente del Royo Frío...

...pero antes bajaremos a este barranquete, el Arroyo del Río Frío...

...para ver esto, ¿una cueva?, no!!, Toni nos explicó que se trataba de un túnel, por el que en un principio se pensó meter el Canal Uña-Villalba, para salvar este Arroyo, o Barranco del Río Frío, cosa que se hizo finalmente mediante la construcción del puente. Toni nos explica mejor la cosa con esta magistral entrada.

Visitado el túnel nos aprovecharemos parcialmente de las terrazas que tenían que sostener el canal para bajar al Arroyo de Río Frío, ya confluido con el del Molinillo, y dirigirnos al puente.

Ahí lo tenemos el Puente de Royo Frío, o Sifón de Río Frío, sobresaliendo por encima de la exuberante vegetación y arbolado del arroyo.

Esta magna obra arquitectónica fue construida en la década de los 20 del siglo pasado, es decir que cuenta ya con 100 años. Es hermano gemelo del Puente de San Pablo y al igual que aquel fue inaugurado por Alfonso XIII.

Fue tal el subidón de llegar allí que Toni nos mostró una de sus facetas ocultas...

...la de arácnido escalador. Luego nos enteramos que en los círculos más exclusivos de la escalada conquense lo conocen como el Tercer Pou.

Impresionante, sin más.

Se me hizo la boca agua cuando Toni me dijo que luego caminaríamos por arriba.

Pero antes Toni nos tenía reservada una deliciosa sorpresita...

...la visita a este verde, húmedo y frondoso rincón, que está justo debajo del peunte, y al que él llama la Pequeña Galicia.

Pero la verdadera sorpresa fue que en ese verde rincón había un molino excavado en la roca tobácea.

El lugar es un laberinto de estrechos pasadizos y túneles por los que se movería el molinero.

Nos lo pasamos pipa allí, y más cuando apareció esa planta luminosa alienígena...


...planta que a la que quisimos darnos cuenta saltó sobre el hombro de Santi, y de Santi, y Blankita, toca hablar ahora...

...Santi, Toni y yo ya hacía un tiempo que habíamos conectado en redes sociales, Instagram concretamente, quedando patente allí nuestra común pasión por la montaña, además a mi con Santi también me unía el ir acompañado por una perrita al monte y el gusto por la música cañera. Al ser Santi de Villar de Olalla (pueblo de Maru) era normal que él y Toni se conociesen pronto en persona. Cuando Toni me hablaba de Santi me contaba su pasión por la Serranía, y que también era habitual lector de este blog, así, que con el nexo de Toni, y mi visita anual a Cuenca, estaba claro que el encuentro en persona con Santi llegaría tarde o temprano. Lo más lógico, queridos lectores, es que ahora estéis pensando que nos conocimos en esta ruta que os estoy contando, pero no siempre ocurre lo más lógico, pues un mes antes de esta ruta, Santi, su chica María y Blankita nos encontramos, de manera medio fortuita, medio pactada, en Benasque, allí rutas no hicimos juntos, pero si que nos juntamos a cervecear todos los días que coincidimos allí, no hace falta decir pues que el feeling fue inmediato, y que esta primera ruta juntos, en su Serranía, fue la primera de la que espero que sean muchas.

Y tras contaros todo esto retomo, con esta foto que hizo Santi, la descripción de la ruta. Continuamos en el molino de toba, recreándonos con todos sus recovecos.

Vaya par de tronkos 😉.

Bien explorado el molino, y tras una dura subida nos plantamos en lo alto del puente, el cual cruzaremos, empresa esta no apta para gente con vértigo.

En esta perspectiva vemos, además de la altura del puente, los dos tubos que producen el efecto sifón.

Y en esta el próximo objetivo de la ruta, el Picón del Royo Frío.

Y este grumete, ¿de donde ha salido?, pongo el mismo texto que cuando compartí la foto en Instagram: "Al timón, y probablemente a la deriva 🤪"

Cruzado el puente, y hechas las tonterías pertinentes, nos pusimos con la tiesa subida al Picón del Royo Frío. Allá arriba una formación captó nuestra atención...

...la bautizamos como el Tío del Karaoke, o el Tío Agarrado al Micro.

La subida nos exigió superar alguna que otra sencilla trepada.

En unos minutos estaremos por encima de esas formaciones...

...incluso encima del tío brasas del micro 😂.

Poco a poco nos vamos acercando a la faja previa a la parte alta. Altísimos pinos, y erosiones típicas de la Serranía.

Ya estamos en la faja...

...que con sus techos abovedados es todo un deleite para los sentidos.

Me atrevería a decir que es una de las fajas más bonitas que Toni nos ha enseñado en todos años de Serranía, y eso que el listón está alto...



Apuntar que toda esta línea de fajas y cortados forman parte de la extensísima Muela de la Madera.

En algunos tramos de la faja era tal la bóveda que daba la sensación de estar en el interior de una cueva.

Un marco incomparable para el desfiladero del Júcar.

Continuamos unos metros más por esta faja tan espectacular...

...hasta llegar al bolo donde están mis compis. A partir de ahí ya no se puede avanzar más por la faja. Y ahora os preguntareis: "Entonces, ¿por dónde cojones subisteis a la parte alta?...

...pues por aquí, un paso que si no vas con un tío que se conoce la Serranía como Toni lo más fácil es que no lo encuentres.

La miga del paso está en sus primeros tres cuatro metros, en los que tuve que sacar mis casi ya olvidadas habilidades de escalador.

Más allá de ese primer paso luego la cosa es tan sencilla como andar por este estrecho pasillo.

Eso si, la pendiente se las trae, por lo que viene bien apoyarse de las rocas.

Toni nos explicó que este cuchillejo, que es como se conoce a este tipo de pasos en la zona, lo descubrió gracias a un lugareño, que le dijo que por él se podía acceder a lo alto del Picón del Royo Frío.

Ya cerca de la cima fuimos encontrando rincones y formaciones...

...como este ventano, en el que nos hicimos una foto de familia.

Se dice que por esta zona era muy común ver volar al Tío Chamana agarrado de las patas de los buitres, y que si realizas una ancestral danza serrana este aparece. Aquí estamos Toni y yo ejecutando dicha danza. El Chamana no dio señales de vida...

Fascinante geología serrana.

Bárbaras vistas hacia el Júcar... ¿Y esa formación?, un momento, ¿no será?...

...si, lo es!! es el tío del micro que seguía dando la turra con sus canciones melódicas, y al que además le descubrimos una especie de peluquín verde 😂.

Aquí Toni inmortalizó este momentazo. Como disfruto de estos parajes serranos!!.

Y seguimos descubriendo formaciones...

...como este puente de roca...

...o esta vertiginosa repisa o ceñajo.

Vistas desde el puente de roca, con la omnipresencia del pesado del karaoke, el Sergio Dalma, o Eros Ramazzotti, calizo.

Aquí el artífice de todo este disfrute, el mago de la Serranía.

El puente desde el otro lado, increíble como agarran los pinos en la roca viva.

El Júcar desde lo más alto del Picón del Royo Frío, a 1439 metros de altitud.

Inmenso desfiladero del Júcar. El Puente del Royo Frío apenas se distingue desde aquí arriba.

Tras comer en la cima empezamos a seguir las marcas del GR-66 para aproximarnos al siguiente punto de interés del recorrido...

...la más cobardica de todas las formaciones serranas...

...el Tío Acojonao, o Tío Cogote, eternamente petrificado en su repisa colgada al vacío.

Y esta es la última foto mía, y que encima está recortada, que va a aparecer en este reportaje, el cual se va a quedar cojo, pues lo que quedaba de ruta fue muy chulo, pero es que me empezó a fallar la cámara, ya que al momento de hacer las fotos si que aparecían en la pantalla, pero inmediatamente desaparecían de la galería, en la cual aparecía el icono de formato no compatible. De aquí al final de la ruta hice unas 30 fotos que me ha sido imposible recuperar. Por suerte al final resultó ser cosa de la tarjeta de memoria, que compré en el bazar chino de debajo de mi casa el día de antes, por lo cual el briconsejo del día es que no compréis tarjetas de memoria de los chinos.

Para completar el reportaje he cogido prestadas algunas fotos del blog de Toni, esta y la abajo, en las que se ve mejor al Tío Cogote...

...el Moai Serrano que le llama Toni...

...esta de un curioso abrigo pastoril que vimos durante el regreso a la Hoya Hermosa...

...y esta de un tramo del sendero de regreso...

...y esta de la Fuentecilla, donde nos refrescamos, y que es propiedad de Mariano López Benito. Despido el reportaje con un montaje de vídeo que he hecho con algunas escenas que grabamos.



8 comentarios:

  1. Hola Dani.

    Aquí el tercer (y cuarto Pou si hace falta) Como siempre, es una delicia leer los textos de tus entradas. Si no todos, casi todos, son amenos y muy acertados y te visitan mucho las musas de la inspiración. Te lo digo yo, que sé lo que es también, enfrentarte el folio blanco (virtual) de las entradas cada semana o dos. Esa descripción de los distintos parajes para ver cuál podría haberse llevado el premio del título de la entrada es genial terminando con esa comparativa de trazador de rutas serranas y menús gastronómicos.

    Incides en que tanto las visitas tuyas, como las nuestras (ahora que Maru libra algunos sábados tenemos que empezar a visitarte más veces) son un cúmulo de actividades estupendas y haces bien, pues la ruta serrana y montañera se complementa a las mil maravillas con todo lo que conlleva el fin de semana entero, con sus birras, sus cenas, los garitos, las charlas, juegos, etc, etc. Y al final siempre se queda un regusto de fin de semana super completo, como nos pasó a nosotros en la última visita a Betxí.

    En cuanto a la entrada, te ha quedado estupenda. Todos esos parajes conforman un rincón muy chulo, y si hubiéramos tenido más agua, habríamos disfrutado todavía más, al ver la cascada y varios arroyos y confluir al Júcar debajo del puente, y eso que el toque otoñal le queda muy bien. La foto del puente desde el otro lado (que vamos Santi y yo cruzando) y la que se ve el puente con Santi y arriba el Picón son cojonudas. A lo mejor en un futuro te los cojo.

    Y luego, pues la tuya con el timón de barco a la deriva ya es un clásico MS/PDPB. Luego las distintas formas rocosas made in serrania que sacas son muy graciosas, empezando con el del del Karaoke (tengo que subir algún día a la parte alta a investigar bien esa sección de la parte superior de la faja donde se ven esos rectángulos rocosos). Y es que la parte rocosa de la entrada con la faja, las formaciones, los cuchillejos y los karate kid ha quedado muy espectacular.

    Hicimos un equipo estupendo con Santi (y la kita), (ya ves que un tío muy majo) y qué curioso me sigue siendo vuestra anécdota pirenaica y vuestras quedadas cerveceras al acabar el día. En la próxima visita tuya que planeemos le avisaré con antelación para ver si se pueden unir María, Blankita y él.
    Aún le echare un par de visitas más a esta entrada en los próximos días.

    Un abrazo.

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    1. Hola Toni.

      Ya sé que a estas alturas de nuestra amistad y de nuestras visitas mutuas estas cosas no tenemos ni que decírnoslas, pero era de recibo apuntar en el blog que mis visitas a la Serranía van mucho más allá de esas rutazas que preparas, y que a pesar de que estas siempre nos vienen a costar de siete horas para arriba, antes y después de ellas también hay cosas que valoro mucho, en la introducción de la crónica he enumerado unas cuantas, pero es que hay muchas más... Joder, si me encanta hasta esa pequeña parada mañanera a comprar pan que solemos hacer en la gasolinera cercana a vuestra casa!!
      Respecto a la inspiración... Ya sabes, y lo hemos hablado muchas veces, que va a rachas, ahora mismo parece que estoy en una época en la que tengo a las musas de mi lado, y que también estoy aprovechando para empezar a darle forma a lo que tu sabes jejeje.
      Y ya hablando de la ruta, pues cada vez que salimos de Cuenca en dirección a la Sierra mis expectativas respecto a la ruta siempre están por las nubes, y joder, no sé como lo haces, pero siempre se me ven superadas, y ese día en las Majadas no fue la excepción, ya fuese por el trazado diseñado con todos sus puntos de interés, a los que siempre hay que añadir las cositas que vamos descubriendo sobre la marcha (formaciones rocosas etc); o por esas tontás tan nuestras (Santi debió flipar al vernos en acción), que no paran de engrosar la galería fotográfica friki MS/PDIPB... Y luego que tuviéramos la compañía de Santi y su terremoto Blankita también influyó mucho en que la ruta, y la jornada en general, fuesen tan redondas. Cuando los conocí en Benasque ya te comenté lo bien que me cayeron, cosa que quedó corroborada en esta jornada y en la siguiente.
      Y una pena que me pasase lo de la tarjeta de memoria y el tramo desde el Tío Cogote hasta el final de ruta, que fue precioso, no haya tenido testimonio fotográfico en esta entrada, pero no hubo manera de recuperar las fotos. De haberlo podido hacer este reportaje hubiese tenido más de un centenar de fotos 😅

      Un abrazo.

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  2. Hola me ha gustado mucha esta ruta. Hay posibilidad de ver esta ruta en wikiloc. Gracias de antemano y no pareis. Un saludo

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    1. Hola Anónimo.
      Antes que nada agradecerte que te hayas pasado por el blog y hayas comentado en él. También me alegro que esta ruta que nos preparó Toni, te haya gustado.
      Siento decirte que no, que no grabé el track de esta ruta, es más, ni llevé el GPS encima, pues en estas rutas por la Serranía me dejo guiar por Toni y me despreocupo totalmente de GPS y demás. He estado mirando el perfil de Wikiloc de Santi y el tampoco grabó la ruta. Lo siento.

      Un saludo.

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  3. Hola Dani.

    Poco queda por comentar, que no hayas expuesto al principio de la entrada. Como es habitual, el amigo Toni, os preparo un cóctel fantástico, mezclando lo mejores ingredientes de la zona y aderezado con el Tío del Karaoke de fondo.

    Así que poco más que añadir, salvo esas formas calizas de los Mirones y el término colodrillo, que lo he tenido que mirar en internet, porque no estaba seguro a lo que te referías.

    Salud y montaña.

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    1. Hola Eduardo.

      Jeje, el término colodrillo es una referencia a Francisco Ibáñez y Mortadelo y Filemón, de los cuales soy un gran fan y poseo una gran colección de tebeos. Es una palabra que suele utilizar mucho en las aventuras de estos dos peculiares agentes especiales.
      Y de la ruta, que te voy a contar, tu ya sabes de primera mano los recorridos que es capaz de sacarse de la chistera Toni jeje.

      Un saludo.

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  4. Hola Dani,

    Bufff... menudo trazado que os preparó el amigo Toni... si es que no hay nada como dejarse llevar por alguien que se conoce tan bien la Serranía de Cuenca.

    No te sabría decir que es lo que más me ha gustado de l ruta, ya que toda ella es de 10, tal vez el volver a ver al Dani trepador, ¡Aprieta bicho! jajaja

    Un abrazo.

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    1. ...mákina, loko, titán, jajaja... Creo que lo comentamos en una ocasión, que cuando se confirmó que la escalada iba a ser olímpica, además de la habilidad de los escaladores, la jerga escaladora también tenía que haber tenido mucha importancia a la hora de repartir puntuaciones 😂.
      Yendo de la mano del tío que mejor se conoce la Serranía voy con la garantía de que por allí no me voy a perder, y de que voy a disfrutar de un gran recorrido.

      Un abrazo.

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