Al Javalambre Bis (1985 m.) por el Barranco de la Hoz

Domingo 17 de junio de 2018

Javalambre Bis, o Falso Javalambre, vaya nombre frío, feo e injusto, seguramente puesto por algún funcionario que en su vida debió pisar una montaña, para la cima más destacada de Javalambre, si no la más bonita, la más aislada, la única que se conserva virgen de humanización y que no sabe de carreteras asfaltadas, antenas, telescopios o pistas de esquí, vamos, el pico más "pico" de toda la sierra, para muchos, y para mi también, el verdadero Javalambre, el Yabal Ahmar. Mucho mejor que yo explica todo esto Luis Astola Fernández en su fantástica reseña sobre esta montaña en la biblia montañera Mendikat, os recomiendo encarecidamente que la leáis.
En esta crónica os proponemos su, larga, ascensión desde el término de Sarrión, por el interior del espectacular Barranco de la Hoz.

Nos situamos en Sarrión, desde esta población buscaremos el Camino de la Laguna, en el que iremos encontrando alguna indicación de la ruta de las trincheras de la Guerra Civil, tras unos diez kilómetros de aceptable asfalto llegaremos a una intersección en la que hay unas sabinas y una charca para que beban los animales, es este el punto ideal para estacionar nuestro vehículo y empezar la caminata.

Punto de inicio de una excursión que tuvo 22 kilómetros de longitud y un desnivel positivo de unos 800 metros.

De las tres opciones que se nos presentan tomaremos el camino que se nos abre a la izquierda, que nos irá bajando de forma paulatina hasta el profundo cauce del Barranco de la Hoz, por el que circularemos ahora durante un largo trecho, recorriendo sus recodos y meandros.
Si por algo se caracteriza la Sierra de Javalambre es por la suavidad de sus relieves, así que si queremos encontrar allí paisajes agrestes y salvajes nos tendremos que introducir en sus barrancos, ya lo hemos comprobado otras veces, como cuando hemos descendido, tres veces, el Barranco de Amanaderos, o cuando asaltamos la cima del Javalambre por el Barranco de la Bellena, con posterior descenso por el de la Tejeda, todos ellos barrancos espectaculares. Pues bien, no les va a la zaga este Barranco de la Hoz. Se trata de un cauce abierto, pero que por momentos nos brindará secciones paisajísticas y botánicas fantásticas. Encontraremos parajes rebosantes de verde, en los que reina la sabina, encontrando ejemplares realmente hermosos. También se hará patente la mano del hombre de antaño, con un par de fuentes y alguna que otra "tiná", sorprenderemos a varios grupos de cabras, y como no, lo mejor del tramo del barranco, saldrán a nuestro paso tremendos cortados rocosos, que en algún punto rozarán la majestuosidad. Todo un salvaje tesoro escondido de Javalambre, este Barranco de la Hoz.
Llegado a un punto el barranco se bifurca, dejaremos el de la Hoz para seguir por el del Tajo, que aunque mantiene un paisaje encantador, ya no alcanza los niveles de espectacularidad del Barranco de la Hoz. Incluso diremos que al final el último tramo del barranco se nos hará largo, especialmente en una amplia zona donde el terreno se encontraba labrado a tractor, seguramente para la plantación de carrascas truferas, que se nos hizo muy pesado el caminar.

Obviamos fotográficamente el tramo de bajada al barranco y vamos ya con las fotos de su interior. Al poco de andar por él encontramos este primer cortado, bajo el que hay un abrigo pastoril.

Las reinas del arbolado por estos lares son las sabinas, este fue el primer bonito ejemplar de los muchos que vimos.

En el primer tramo del barranco andaremos por un ancho camino, más adelante guiará nuestros pasos un tímido, aunque siempre perceptible, senderillo.

En una jornada muy calurosa Laia pudo refrescarse en multitud de abrevaderos y fuentes, esta es la del Cavero.

A medida que iremos avanzando los paredones, sobre todo los de nuestra derecha, irán cobrando mayor altitud y magnitud...

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...hasta que llegaremos, en un meandro, a lo que es el punto culmen del barranco...

...estos dos altísimos paredones separados por una pedrera/canal.

La sensación en el momento, no sé si la llega a reflejar la imagen, es de estar en cualquier barranco pre-pirenaico.

Además, esta espectacular visión, coincide en el punto más estrecho del barranco. Lástima de contraluz.

El cauce se vuelve a abrir. Inevitable no ir volviendo la vista atrás.

La Javalambre más salvaje.

Encontramos otra "tiná", que nos vuelve a dejar patente pasadas actividades ganaderas en la zona.

En el interior de la covacha encontramos esta curiosa planta, que arraiga directamente de la roca.

Y ya que estamos con el mundo vegetal, vemos otra preciosa sabina.

Estamos circulando ya por el Barranco del Tajo, el paisaje no llega a los niveles de grandeza del de la Hoz, pero es igualmente cautivador.

Encontramos en él otra fuente de gamellón, la Fuente del Tajo.

Y también rincones tan atractivos como este y el de la foto de abajo.

Por suerte salimos del barranco y entramos en terreno más cómodo, llegando así al Prado de Javalambre, donde el radiante verde se funde, tanto en las laderas de las cimas como en los prados. Desde allí tendremos bien visible nuestro objetivo de la jornada, perfectamente identificable por el color blanco de su vértice geodésico, parece que lo tenemos ahí al lado, al tocar de la mano, pero aún nos queda un buen trecho, como comprobaremos.
Pasamos junto al Corral de Santiago y con el vértice como faro iniciamos un campo a través en pos de la cima. La ausencia de senderos, lo inaparentemente empinado del terreno y la chicharrina del mediodía hará que el tramo se nos haga duro, aunque paliado por unas vistas que cada vez irán siendo mejores. Alcanzamos un collado, donde nos espera la pala que hace una más que digna defensa de la cima por su vertiente oriental, que está empinada de narices, tampoco lo parecía desde lejos. Este último y extenuante esfuerzo se ve recompensado con la cima del Javalambre Bis, y no solo por las vistas -menuda atalaya-, también por el airecito fresco, no olvidemos que estamos rozando los 2000 metros, que corría allí arriba, que con el calorazo que estaba haciendo agradecimos mogollón -la chaquetilla no fue un lastre en la mochila-. Desde allí arriba podemos comprobar perfectamente lo humanizadas que están el resto de las cimas de Javalambre, en esta nuestra el hombre solo metió la mano para construir el vértice y los búnqueres y trincheras que hay en la cima. Por esto, por el airecillo, y por las vistas, afirmamos nosotros también, con absoluta rotundidad, que este es el Verdadero Javalambre, el auténtico Yabal Ahmar, no es de extrañar que estuviésemos cerca de una hora allí arriba.

Salimos de los barrancos, estos relieves ya nos recuerdan más a los que asociamos a Javalambre. Vemos por primera vez la cima del Javalambre Bis. En el Corral de Santiago abandonaremos la comodidad de la pista para empezar a subir monte a través.

Prado de Javalambre, verde, como ha de ser un prado.

Una parada durante la subida para ver el valle de la Zarzuela y los altos del Chorrillo y de la Buitrera.

También tuvimos la suerte de ver algún ejemplar que otro de peonía silvestre, Paeonia broteri.

Un rodal de florecillas amarillas añaden un poco de variedad de color al predominante verde. En el centro, nuestra cima y la ladera por la que subiremos a ella.

A esta depresión se la denomina la Hoya del Prado. Donde destacan estas tres cotas (1928, 1972 y 1958 metros) sin nombre, y que también se mantienen vírgenes de humanización.

Un vistazo más general a la Hoya, al fondo destaca...

...el observatorio astrofísico del Picón del Buitre (1956 metros), ¿recordáis cuando subimos?, la parte final de la ascensión también tuvo un tramo muy agreste.

Un senderillo facilita nuestro acceso al collado previo a la cima. Allí desaparecerá. Desde aquí la pala final no aparenta estar tan empinada como realmente lo está.

Nos volvemos a fijar en la cota anónima de 1972 metros, también mucho más "verdadera" que el Pico de Javalambre. 

Bonito es ver esto vestido de verde, pero también debe ser verlo engalanado de blanco, y más aquí, que no hay pistas de esquí, tomamos nota para próximos inviernos.

Y hablando de nieve, esta pala final, con ella, debe ser bestial.

Un pequeño pedregal remata la subida, un pequeño hueco en la corona cimera (en el que está Laia) será por donde accedamos a la cima.

Aquí la tenemos, la cima del Javalambre Bis.

El vértice se encuentra unos metros más abajo en su vertiente nor-oriental, vistazas hacia Gúdar y el amplísimo valle del Mijares.

Javalambre Bis, 1985 metros...

...para nosotros el Verdadero Javalambre, o simplemente el Yabal Ahmar.

Zona rocosa bajo el vértice.

Allí encontramos restos de trincheras de la Guerra Civil...

...y un par de búnqueres. 

Vistas hacia la Hoya del Prado.

Picón del Buitre, al final, la Vuelta 2018 no llegará a su cima.

Miremos ahora hacia el sector más alto de la sierra.

Destaca en él el Pico de Javalambre, punto más alto de esta sierra, ¿y también de Teruel?, para mi sí.

El vértice que mide la altura de la cima (2020 metros) está prácticamente a ras de suelo, mientras que el del Peñarroya (techo oficial), está sostenido por una torre de doce metros de altitud.

Otro 2000 de la sierra, la Atalaya (2001 metros), bonita silueta, pero pasa un asfaltado bajo su cima.

Horizontes hacia el valle del Mijares, Gúdar y comarcas castellonenses.

La reina de todas ellas, como no, no podía faltar en esta crónica.

Como nos revitalizó el airecillo de la cima, ¿verdad Laia?, pudimos incluso jugar a tirar palos 😉.

Aunque también hubo tiempo para relajarse y disfrutar de estas magníficas panorámicas.

Con lo costosa que fue la subida final y que fácil fue deslizarnos por las herbosas laderas orientales en busca de los prados del valle de la Zarzuela. Desde la preciosa fuente homónima, hasta el punto de inicio, toda la ruta fue por pistas forestales, un tramo muy largo aunque muy rico paisajíticamente hablando, en otra época se nos hubiese hecho ameno, pero como el a la vuelta de la esquina verano ya había enviado una avanzadilla, efectivamente, se nos hizo muuuy largo, ni siquiera me apeteció a desviarme a ver unas posiciones defensivas de la Guerra Civil y un mirador del Barranco de la Hoz que quedaban a mano, las dejamos para cuando vengamos a hacer esta ruta interpretativa de la guerra, hoy los objetivos principales eran recorrer el Barranco de la Hoz y subir al Verdadero Javalambre, y volvimos a Betxí, completamente satisfechos, y un poco más tostados de la cuenta, con ellos en la mochila.

Un saludo a tod@s.

Descendiendo, el Javalambre Bis va adquiriendo esa forma piramidal que lo hace destacar cuando se ve desde la Autovía Mudéjar.

Qué bonita estampa debe tener también esta cima cuando esté rebosante de nieve.

Fuente de la Zarzuela.

A partir de estos corrales el resto de la ruta transcurre por pistas y carriles, aunque con suficientes alicientes visuales...

...como los círculos perfectos de sabina rastrera...

...o estos típicos paisajes de Javalambre.

Mientras nos despedimos del Yabal Ahmar...

...en el horizonte vuelve a destacar la silueta de Penyagolosa.

"Typical" paisaje de Javalambre.

Y otro más, postal de Javalambre, en la zona de las trincheras, con la cima ascendida en el centro.

Y qué mejor que un bañito para aliviar los calores de esta larga y bonita ruta por los altos montes turolenses.