Everest. Porque Está Ahí

Esta semana, y con tal de reciclar una antigua entrada que a horas de ahora nada aportaba al blog, en vez de un resumen de ruta os voy a recomendar una nueva lectura con temática montañera, que ya hacía tiempo que no os recomendaba ninguna. Se trata de “Everest. Porque está ahí” de Ion Berasategui, obra con que ganó el Premio Desnivel de Literatura de 2017.

Everest. Porque está ahí. ©️Ion Berasategui Armedariz. ©️Ediciones Desnivel.

En este relato de ficción, el aventurero y escritor guipuzcoano Ion Berasategui nos va narrando de forma simultanea las aventuras de dos expediciones al Everest, separadas ambas por casi noventa años, la multitudinaria expedición británica encabezada por Roger Benjamin Muir en 1924 y la gamberra cordada vasca formada por Kurdo y Karpov en 2013, y las hace converger en un mismo punto casi al final, en el que las entreteje con el mayor misterio de la historia del alpinismo, el enigma de si Mallory e Irvine lograron hollar la cima del Everest, de ahí la legendaria frase de Mallory como título y la no menos legendaria foto de aquella expedición como portada del libro.

Pero lo que en mi opinión refleja perfectamente el libro son las enormes diferencias que existen entre aquellos pioneros del himalayismo y la actualidad, escenificada perfectamente en la pesada expedición, claramente inspirada en la de Mallory e Irvine de Benjamin Muir (personal, equipo, porteadores, logística...) y la ligereza del estilo alpino de Kurdo y Karpov, y como han cambiado las cosas respecto a la logística, material, aproximación al campo base, mapas, predicción meteorológica, (des)conocimiento del terreno, sociedad, valores etc..., o el espíritu de conquista de 1924 y el interés ya meramente deportivo de la actualidad. Pero la obra no se ciñe estrictamente al alpinismo, también se entremezclan asuntos como son amores y pasiones secretas, fidelidad animal, reivindicación del papel de las mujeres en las expediciones, nuevas tecnologías, ajedrez, amistad, compañerismo, muerte, ambiciones personales, y humor, mucho humor e ironía, todo ello con la cara norte del Everest como protagonista.

En definitiva, un relato de muy fluida lectura que me atrapó desde las primeras líneas y que me mantuvo enganchado capítulo a capítulo durante sus 160 páginas, las cuales me pulí en poco menos de una semana.

Si esta reseña sirve para que os compréis el libro y lo leáis, espero que os guste tanto como me gustó a mi.

Os dejo con unas fotos y una interesante entrevista al autor del libro.

Un saludo a tod@s.

Cara norte del Everest en 1924 desde el campo base, la ruta trazada es la que utilizaron Harris, Wager y Smythe en 1933 y en la que establecieron el récord de altitud (28.120 pies, unos 8570 metros) alcanzado hasta esa fecha. Más o menos es la ruta de los protagonistas de 1924 del libro.

El Corredor Hornbein es, 89 años más tarde, la ruta elegida por Kurdo y Karpov para asaltar la cima del Everest.