De la Sarra al Refugio de Respomuso y Circo de Piedrafita

Lunes 1 de julio de 2019

A principios de julio subimos a pasar unos días al Valle de Tena. Esta nueva escapada a Pirineos iba a ser especial por dos razones, primera por que nos íbamos a juntar de nuevo con Maru y Toni de Magia Serrana y segunda por que con esta escapada ya son diez años consecutivos los que llevo subiendo alguna vez al Pirineo.
Como os he dicho, elegimos el Valle de Tena, ya que Toni y Maru no lo conocían y a nosotros no nos importaba volver en absoluto, pues es de nuestros favoritos en el Pirineo. Desde nuestro campo base en Escarrilla le dimos forma a cuatro rutas, la primera esta que os voy a narrar, en la que subimos al Refugio de Respomuso y pudimos disfrutar de la espectacular belleza del Circo de Piedrafita.

Ya son unas cuantas visitas las que le hemos hecho al Valle de Tena durante estos últimos años, y aún teníamos pendiente visitar el Circo de Piedrafita, pero de este año no iba a pasar, siendo además la ruta con la que iniciaríamos este pequeño periplo pirenaico.

Esta ruta tiene como protagonista principal al Río Aguas Limpias, que nunca me canso de repetirlo, tiene un nombre precioso. Este río, principal aporte de los primeros pasos del Gállego, se une a este en Sallent de Gállego, un poco antes de la cola del Embalse de Lanuza. En sus no llega a 14 kilómetros es represado dos veces, la más baja en el Embalse de la Sarra y 700 metros más arriba en el Ibón, ahora embalse, de Respomuso, situado en el Circo de Piedrafita, donde este pequeño río ve la luz. Precisamente unir estos dos embalses iba a ser el cometido de esta ruta, y lo íbamos a hacer siguiendo el GR-11, sin más misterio, en recorrido de ida y vuelta y siempre en compañía del río.

A pesar de su corta andadura este río pirenaico bajaba, y a pesar de la escasez de nieves de la temporada invernal, con inusitada bravura, al que contribuían numerosos aportes, desde el más pequeño y moribundo arroyo al más caudaloso barrancazo, todos importantes y necesarios para formar un caudal capaz tanto de formar estruendosas cascadas como de labrar angostos y profundos estrechos como el Paso de l'Onso. Especialmente bonitas estaban las riberas del río, verdes y con gran variedad de flores, y es que mientras en el resto de la Península era principios de verano, el Pirineo se hallaba en plena explosión primaveral, aunque ello no quiere decir que esos días no se librase de la ola de calor que azotaba gran parte del estado, por eso agradecimos los tramos en el que el sendero transitaba bajo un excelso hayedo. ¿Y las montañas?, pues durante el recorrido unas les fueron cediendo el protagonismo a las otras, empezaron dominando el paisaje el Arriel y la Foratata, que poco a poco le otorgaron esa labor a los picos de Soques y Soba hasta que finalmente entraron en escena esas fantásticas pirámides pétreas que presiden el Circo de Piedrafita, que junto a las azules y calmadas aguas del inmenso ibón (ante tal estampa es fácil ignorar su semi-artificialidad) forman un paisaje majestuoso, sin duda una de las mejores panorámicas de todo el Pirineo. En este privilegiado entorno se encuentra el Refugio de Raspomuso, punto estratégico ideal para dividir en dos jornadas ascensiones a tresmiles como el Balaitús o la Gran Facha; o fin, o principio, de una etapa del sendero trans-pirenaico. Hoy nuestra visita allí fue para algo más modesto como tomarnos unas cervezas que calmaran nuestra sed y que ayudaran a pasar mejor los bocatas. Cumplido con esto por donde vinimos volvimos. En la Sarra, y antes de las protocolarias cervezas en Sallent, Toni le hizo un último y particular homenaje al Aguas Limpias, zambulléndose y nadando en sus frías aguas, mientras los otros tres mortales, que solo nos atrevimos a meter los pies, le mirábamos atónitos.

Un saludo a tod@s.

Primeros compases de la ruta, con dos de los protagonistas de la jornada, el Aguas Limpias, que lo sería todo el rato, y el Pico Arriel, que dominaría las vistas durante el primer tramo. Menudo lugar eligieron los de la furgo para pasar la noche.

Zoom hacia el Pico de Arriel, una de las montañas más bellas de la zona.

Hablando de belleza, no la encontramos solo mirando hacia arriba, también la hallamos mirando al suelo. El monte estaba esplendoroso de flores. Vimos mucha variedad. Esta es una Aguileña Pirenaica.

Por el GR-11, muy ancho y llano en este tramo, ideal para ir poniendo a tono las piernas.

Superamos el Llano de las Tornadizas. Ya se intuyen las primeras cascadas.

Tramo del sendero en el que tocará mojarse un poco. Lo agradecemos, pues la mañana se presenta calurosa.

Vistazo atrás, hacia el verde valle que forma este pequeño río. A la derecha destaca imponente...

...la mole caliza de la Peña Foratata, uno de los emblemas y postales del Valle de Tena.

Bonito paso junto a esta cascada que se desprende del Barranco de Balzaroleta.

Poco a poco el sendero se va emboscando...

...hasta terminar metiéndose en las fauces de un magnífico hayedo.

Salimos brevemente del bosque y nos encontramos con el espectacular Paso de l'Onso, en el que el sendero va colgado unas decenas de metros sobre el río.

Estas amapolas amarillas captaron mi atención y las fotografié.

De nuevo por el bosque, en las inmediaciones del Llano Cheto. Un haya que dio mucho juego fotográfico.

Otra cascada, esta desploma hacia el río las aguas de los Ibones de Arriel.

Esta zona es conocida como el Paso del Pino, y en él destaca una nueva cascada, llamada Salto Pipós.

El lugar exige parada fotográfica. La cascada destaca, pero Toni lanza su objetivo hacia el lado contrario...

...y es que lo que hemos dejado atrás también es digno de admirar la gran curva del valle del Aguas Limpias. Destacan los picos de Soques.

Tras una fuerte rampa llegamos a la intersección de los Ibones de Arriel. Un hueco en el haya me sirvió para tomar esta original foto de las chicas. Toni me echó a mí otra más friki, en sus manos dejo publicarla o no en su blog.

Y seguimos sube que te sube, asomándonos de vez en cuando a las profundidades del río.

Tramo llano del sendero, que nos permite ir a buen ritmo.

Otra belleza en el camino, en este caso un Satirión Manchado, familia de las orquídeas.

Como agradecimos estos pasos en los que nos salpicaba el agua, en los que de vez en cuando también podíamos empapar las gorras y los buffs para ir más frescos.

Tramo pedregoso del camino, con el skyline de los Soques/Soba al fondo.

Ya divisamos la presa del embalse, y algunas de las pirámides del circo...

...Pico de Campo Plano, Pico de Llena Cantal y Pico de Piedrafita.

Terminando de remontar el valle, siempre con unas vistas enormes.

La presa del embalse cada vez más cerca, con las laderas del Pico de Musales a la derecha. Si nos fijamos bien veremos...

La diminuta Ermita de la Virgen de las Nieves. El Pico de Llena Cantal destaca de manera brutal.

Maru y Eva llegando a la altura del embalse, con los picos de Soques y Soba de fondo.

Y aparece ante nuestros ojos esta maravilla. Años llevaba deseando ver este circo, no nos defraudó en absoluto.

Me gustó tanto que hasta me regalé un posado.

En la zona aún se conservan algunas infraestructuras relacionadas con la construcción de la presa y que dicho sea de paso desentonan bastante con la belleza del paisaje.

Nos olvidamos de las obras de ingeniería humanas y nos centramos en las naturales, que son muchísimo más bonitas y espectaculares.

Nuestro próximo objetivo será llegar al Refugio de Respomuso, lo haremos por el margen orográfico derecho del embalse.

Ahí lo tenemos, con cascada incluida.

Panorámica del fantástico Circo de Piedrafita.

Cimas que cierran el circo por el sur, Sanchacollons, Musales, Garmo Pipós.

Plácido tramo final al refugio, con las cinco pirámides del Circo de Piedrafita.

Mediante esta vaguada vemos el sector más oriental de la Cresta del Diablo, con el Pico Gabizos/Cristales. Dos montañeros se dirigen a las altas cumbres, ¿quizás al Balaitús?.

Y llegamos al Refugio de Respomuso, situado a 2200 metros de altitud.

Estos bancos son los que nos gustan y no los que anuncia Matías Prats. Fantástico mirador al Pico Tebarrai, el Pico de la Forqueta y el embalse.

Mejor sin figurantes.

Pues nada, habrá que hacerle caso a las marmotas.

Nada de medias tintas. A una ruta como esta le correspondía cerveza grande y en jarra.

Antes de marcharnos les echamos un nuevo vistazo a las pirámides del circo. Campo Plano, Llena Cantal, Piedrafita y Tebarrai.

Y como no, la más alta de todas ellas, la Gran Facha, y no, no me estoy refiriendo a Rocío Monasterio.

Ya de vuelta a la Sarra nos deleitamos por última vez con este maravilloso paraje.

Todo un valle por descender.

Si me gusta el nombre de Aguas Limpias no me gusta menos el de esta flor; Siempreviva.

Imposible no pararse de nuevo, esta vez con diferente luz, a admirar la grandeza de la Peña Foratata.

Aquí el por qué de su topónimo. ¿Saldrían de ese agujero las hormigas de la leyenda asociada a esta montaña?.

Jugando con la cámara en el Salto de Soba.

Eran las horas de más calor, por eso agradecimos transitar de nuevo por el hayedo protector.

Era tanta la calima que el amigo Toni no sé pensó dos veces el zambullirse en el río en el Puente de las Fajas. Mientras Eva, Maru y yo no podíamos tener sumergidos los pies más de medio minuto el tío se tiró ahí dentro, tan pancho, cinco minutos.

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DATOS A TENER EN CUENTA:

• Recorrido de ida y vuelta de 15,5 kilómetros, en los que se salva un desnivel cercano a 800 metros positivos.
• Al seguir de forma íntegra el GR-11 se trata de una ruta de seguimiento y orientación fácil.
• La zona del Paso de l'Onso quizás pueda presentar problemas a la gente con vértigo, pues se trata de un sendero colgado y con bastantes metros de caída, que no obstante se encuentra equipado con una barandilla. Ojo si se hace esta ruta en época invernal.
• Para llegar al punto de inicio tomaremos la carretera que une Sallent de Gállego y Formigal, la cual abandonaremos cuando veremos el desvío a la Sarra. Una pista asfaltada llega hasta allí. Podremos empezar la ruta, o bien junto a la central hidroeléctrica, o un poco más hacia delante, donde acaba el asfalto, en el Puente de las Fajas.