21 de noviembre de 2021

Ibón de Ip

 Miércoles 14 de julio de 2021

Tras no haber podido ser el día anterior, al siguiente por fin llegó mi ansiado reencuentro físico, casi dos años después, con las montañas pirenaicas. Aunque las previsiones meteorológicas todavía no invitaban a subir cimas, si que eran más favorables para cotas más bajas, así que la idea era subir hasta el Ibón de Estanés desde Candanchú, pero al llegar allí nos encontramos con una densa niebla y una ligera llovizna, así que habría que buscar una alternativa. El as guardado en la manga, más bien un conocido comodín, pues ya habíamos subido allí en 2015, cuando ascendimos a la Collarada, fue el Ibón de Ip. Ahí no erraríamos pues en Canfranc sabíamos de buena tinta que estaba despejado. No me importó volver a subir hasta el Circo de Ip. Puede que el camino, y el paisaje fuese el mismo, pero siempre puede haber alguna circunstancia que haga distinta y especial esta ruta o cualquier ruta que repitamos, y en esta ocasión, independientemente de que fue mi retorno al Pirineo, la hubo.



Partimos de Canfranc y subimos y bajamos por el Camino de la Solana, podíamos haber bajado luego por la Besera, o haber subido por la Besera y bajado por la Solana, pero sencilla y llanamente, no me apeteció. Hoy lo que menos importaba era el recorrido en si. Hoy lo realmente importante era saborear, disfrutar y recrearse con cada momento de este retorno al Pirineo; volver a respirar su aire y que este purificara nuestros pulmones y también nuestras almas, todo ello sin la menor de las prisas. El entorno de este ibón represado, y pese a tener este menos agua que hace seis años, es, como recordaba, espectacular, y justificó la hora que estuvimos allí, simplemente, disfrutando. La subida por el bosque, como en 2015, deliciosa, y hoy a la que salimos al Valle, o Canal de Ip, al contrario que hace seis años no soplaba ni pizca de viento, y rezumaba primavera aunque fuese verano, y lo escenificaban miles de lirios.

Y me perdonaréis que haya sido tan parco en la descripción de la ruta, pero es que me ha apetecido profundizar más sobre lo que, al menos para mi, fue lo más bonito de la jornada. Os cuento: Cuando ya nos disponíamos a emprender el regreso a Canfranc vimos que una mujer apretaba el paso, casi corría, hacia nosotros, diciéndome que por favor no me fuera. Lo primero que pensé es que le había pasado algo, pero resulta que lo que quería, tras presentarse muy educadamente, es que le hiciese una foto, para mandársela a su hijo y que supiese que había llegado allí. Total que nos pusimos a hablar y resultó que María José, que así se llamaba, era una mujer la mar de agradable y dicharachera, hablamos de la subida, que le había parecido muy bonita pero dura (son 1100 metros de desnivel positivo), y que le había costado 3 horas y media (un poco más que a nosotros, que oye, no está nada mal), pero es que resulta que ella había subido por la Besera, que físicamente es un poco más difícil que la subida por la Solana, y ya cuando me dijo que tenía 71 años ya me quedé totalmente admirado, pues su vitalidad era la de una persona mucho más joven, aunque para mi lo de ser joven o viejo no lo mide la edad, sino la mente.

Total, que continuamos hablando y hablando, de montaña, de sus 40 años subiéndolas y bajándolas, de rutas, pasadas, presentes y futuras, y un poco de la vida también... Y cuando llegó el momento de hacerle la foto con el ibón se puso a llorar como una magdalena, y me dijo que la anterior ocasión que había estado allí, en el Ibón de Ip, había sido hacía 30 años y con su difunto marido, del que sacó una camiseta, que me dijo que siempre llevaba en la mochila. Ahí no pude evitar que a mi también me afloraran las emociones y me puse a llorar yo también... Qué necesario es llorar, creedme, tanto cuando estamos tristes como cuando estamos felices.

Después del emotivo momento emprendimos juntos la bajada, hasta que ella me dijo que se quedaba para hacer una parada a almorzar y a hablar por teléfono con su hijo. Me ofreció de todo lo que sacó de la mochila, incluidos macarrones con carne... para no hacerle un feo le acepté un trozo de chocolate. Antes de darnos un abrazo de despedida - me arrepentí luego de no haberme una foto con ella- me dijo algo que me marcó, y fue que, dijeran lo que dijeran, que mientras el cuerpo le aguantase ella iba a seguir subiendo montañas en solitario... 

...y empapados de su energía volvimos a Canfranc.

Y esta fue la bonita historia que nos pasó en el Ibón de Ip y que me apetecía contaros, toda una sincronicidad que haya coincidido con la entrada número 500 del blog, ¿verdad?.

Puen d'Arriba en Canfranc, punto de inicio y final de esta excursión. Somos los primeros del día en llegar allí, también seremos los primeros en llegar al Ibón de Ip.

Tras un tramo en ligero ascenso paralelos al Río Aragón llegamos al Puen d'Ip, bajo el que pasa el Barranco d'Ip, en el que se descuelga esta cascada. En la descripción fotográfica de la ruta voy a utilizar algunos topónimos en aragonés conforme vienen en el mapa de Prames.

Tras el puente la subida se puso más seria. No tardamos en pasar bajo las vías del Canfranero*.

*Son muchas cosas las que se respiran en el Valle del Aragón. Se respira montaña evidentemente, pero también se respira historia, pues ahí están los búnkeres de la Línea P o el Fuerte del Col de Ladrones para atestiguarlo. También se respira Camino de Santiago, pues el Camino Francés, Camino Aragonés desde Somport, baja por todo el valle camino de Jaca. Pero sobre todo se respira ambiente ferroviario, siendo su máximo exponente la Estación Internacional de Canfranc. Este magnífico y ya casi centenario edificio, ubicado en el antiguo barrio de los Arañones, hoy Canfranc Estación, está siendo sometido a una merecida restauración, y está quedando precioso. Sobra decir que es el estandarte del valle y que es obligada su visita.

Volver a Canfranc tiene como escenario principal la Estación Internacional de Canfranc. Esta novela, de mi paisana, la segorbina Rosario Raro, nos traslada a 1943, cuando en plena Segunda Guerra Mundial, muchas personas de los Arañones, algunas de ellas trabajadoras de la Estación, por aquel entonces bajo el dominio nazi, ayudaron, arriesgando sus propias vidas, a miles de judíos a cruzar la frontera y a escapar del infierno al que el régimen nazi les estaba sometiendo.

El libro lo compré allí en Canfranc Estación, como regalo para mi madre, y ahora, mientras escribo estas líneas, lo estoy empezando a leer yo. Promete ser apasionante.


La mayor parte del desnivel de la subida lo salvamos por el variopinto bosque.

En general no es una subida muy dura, y los tramos con más pendiente son paliados por la frondosidad de la foresta.

No solo fueron árboles lo que encontramos en este bosque, también vimos flores, como esta. Si no me equivoco lilium martagon, Martagón, Lirio Llorón o Bozo. Preciosa.

Poco a poco fueron apareciendo claros en el bosque, los cuales nos permitieron ver por primera vez la Canal o Bal d'Ip, y también a la reina del valle...

...la Peña Collarada, asomando tras Os Campanils.

Salimos definitivamente de la espesura del bosque. El valle se nos mostró de esta guisa, totalmente engalanado de lirios.

¿Alguien se atreve a contarlos?.

Tras esa preciosa sección tan florida el sendero nos asoma a las profundidades del Barranco de Ip.

Nos apartamos un poco del sendero para ver esta zona de chorreras, sobre la que seguimos caminando luego.

Estamos ya sobre las chorreras de la foto anterior. Increíble, como, al principio de la subida el barranco era estrecho, y unos centenares de metros más arriba se abría de manera tan espectacular.

Pasamos junto a esta cabaña, una de las muchas diversas construcciones que hay repartidas por este valle. Las nubes cubrían la Collarada.

Y hacían lo mismo con el fondo del circo, al cual nos dirigimos y teníamos cada vez más cerca. Como veis hasta llegar allí la subida fue muy suave y paulatina.

Corredor NO o de los Militares, en mayo de 2015, cuando subimos a la Collarada, llevábamos la idea de subir por él*

*Debido a las fuertes embestidas del viento, y la poca nieve que tenía el corredor, decidimos subir finalmente por la vía normal de esta vertiente, pasando por el Cuello de Ip. En un principio llevábamos la idea de hacer la ascensión de un tirón, bajando luego a dormir en el refugio libre que hay junto a la presa. Al llegar al refugio el viento nos hizo ser precavidos y aplazamos la subida para la mañana siguiente, pero eso de estar toda la tarde apalancados en el refugio no nos molaba a ninguno, así que desafiando al viento, que por otra parte había calmado algo, decidimos tirar para arriba. Paradójicamente en la cima, a la que llegábamos a las seis de la tarde, no soplaba nada de viento, y tuvimos unas vistas espectaculares, de las mejores que he tenido nunca en una cima pirenaica. El posterior atardecer, mientras nos preparábamos la cena en el refugio, fue inolvidable. Si os apetece leer la crónica entera de aquella ascensión os remito a ella en este enlace.

Cada vez nos íbamos aproximando más al circo, con la esperanza de que esas nubes que lo cubrían parcialmente desaparecieran.

De momento algo si nos dejan ver...

...son los plegamientos de los Cuchillares.

Mirada atrás, para constatar que, aquí arriba el Barranco de Ip era un dócil curso de agua, quien lo iba a decir viendo las fotos anteriores, ¿verdad?.

Hace seis años nos tocó hacer equilibrios para no ser tumbados por las embestidas del viento. Hoy esos equilibrios los hicieron las rocas...

...aunque también podríamos decir que eran las equilibristas del circo, del Circo de Ip, que ya lo teníamos al alcance de la mano.

Estamos en la Mallada d'Ip. Volvemos a ver la impresionante barrera rocosa de Os Campanils. El edificio corresponde a uno de los varios que hay por las inmediaciones de la presa, todos ellos relacionados con la construcción de la misma. De la construcción de la presa ya os hablaré en la crónica de la ruta que hicimos el día siguiente.

Nos plantamos frente a la presa...

...y por ende ante el Zierco d'Ip. Vemos el refugio libre en el que pasamos la noche en 2015, aquel día estaba impecable, seis años después, por desgracia, no puedo decir lo mismo 😢.

Me gusta esta presa por que se integra bastante bien con el entorno.

Nos dispusimos a cruzar la presa, y fue cuando vimos que el nivel del agua estaba unos metros más bajo que seis años atrás, aún así el entorno del circo seguía estando precioso.

El Ibón se encuentra custodiado por un bonito skyline, ya casi despejado, de cumbres. De izquierda a derecha Punta del Águila, Punta Bucuesa o Pala de Alcañiz, los Cuchillares y Peña Nevera.

Bajamos hasta el nivel del agua, para almorzar tranquilamente allí y disfrutar del entorno, del que hice un buen puñado de fotografías.



Más plegamientos, en esta ocasión los de la Punta del Águila.

Como ansiábamos el volver a fundirnos con estos paisajes...

...por eso posamos tan contentos con el Circo de Ip, en nuestro retorno al Pirineo.

Nos vamos. Nos despedimos el Circo de Ip.

Pasamos junto a otra cabaña en la Mallada d'Ip.

Tocaba ir ahora valle abajo, junto a un dócil barranco...

...que más abajo se abría de forma brusca.

Nos despedíamos también de la Collarada, o como la llama el amigo Javi Nieto, la Perla de la Jacetania, aunque la volveríamos a ver en las siguientes rutas.

El Pirineo, muchísimo más bonito con cielos azules.

De nuevo las profundidades del Barranco de Ip. Por la vertiente contraria a la nuestra transcurre el camino de la Besera, por el cual regresamos en 2015 a Canfranc.

Y de nuevo con el campo de lirios, pero con el cielo más azul, despedimos este reportaje.


10 comentarios:

  1. Hola Dani,

    Que maravilla de rincón en el que se encuentra el Ibón de Ip, ya me vale no haberme pasado aún a conocerlo... pero bueno, todo se andará... jejeje

    Me ha encantado leer las líneas de tu encuentro con la mujer, que si bien ya me lo explicaste en persona, siempre es bonito recordar esta bonita historia personal, llena de sentimientos, de una auténtica montañera.

    Como debió entrar el almuerzo en el ibón, bajo un cielo tan azul y solos tú y Laia.

    Ahora nos tocará esperar con muchas ganas la crónica de la siguiente jornada, que esta escapada pirenaica que nos está compartiendo parece que va en aumento.

    Un abrazo!!!

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    1. Hola David.

      Esto si que fue un cambio de planes en toda regla, pues la subida al Ibón de Ip no la tenía prevista ni como plan B. Pero al final resultó todo un acierto volver a subir hasta allí, por muchas razones, la principal por supuesto el haberme encontrado allí con esa mujer y haber vivido esa historia, que le puso un toque si cabe más emocional a mi regreso a los Pirineos. Y que decir del paisaje y la ruta, preciosos. Y los recuerdos de cuando estuvimos por allí con Javi & cia, ascendiendo la Collarada.

      No te puedes perder el Valle del Aragón, has estado allí de paso (ya te dije que nos alojamos en los mismos apartamentos de cuando el Anie), ahora no estaría mal que profundizaras un poco más en él, más ganas de ello te van a entrar con la siguiente crónica jeje.

      Un abrazo.

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  2. Dani, chaval, que buena ruta, y que buena lectura. Para empezar, nunca he subido ahí... y ya has levantado la liebre...
    Oye, que emocionante el encuentro con María José. Espero que la vida le depare muchos años mas de salud para que pueda seguir disfrutando de la montaña. Seguro que es eso lo que la mantiene con energía. La montaña es vida... ahí se ve.
    Muchas gracias por tus relatos, y a ver si estas navidades nos decidimos a ir por tu comunidad.
    Un abrazo.

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    1. Hola Fran.

      Me alegro que te haya gustado el relato. La verdad es que cuadró para que lo escribiera así. La ruta en si no precisaba de mucha descripción (recorrido lineal de ida y vuelta y por un sendero del que no hay posibilidad de perderse)
      y el encuentro con María José merecía llevarse todo el protagonismo. Fue algo bonito, y en un marco montañero precioso como es el Circo de Ip, un regalo que solo la montaña nos puede ofrecer.
      Totalmente recomendada la visita al Valle del Aragón, mucha y muy buena oferta excursionista regada con una gran carga histórica.
      Si al final os animáis a venir no dudes en darme el toque. Después te paso mi número de teléfono en un privado por facebook.

      Un abrazo.

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  3. Hola Dani.

    Historias como la que te pasó con esta mujer son las que jalonan la vida de hitos que siempre recordaremos y que nos ayudaran a nosotros mismos a marcar nuestra senda en la vida y en el monte.

    Aunque nos la habías contado en persona, verla narrada en la entrada, acompañada de las fotos y el texto de eeste brutal rincón del ibón, su barranco asaetado de lirios y los muracos de la Collarada, convierte esta ruta y esta crónica algo super especial.
    Sigue así, amigo!!!

    Un abrazo.

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    1. Hola Toni.

      Un hito, ahí le has dado amigo. Esta bonita historia que viví, vivimos, que Laia algo debió sentir también, en el Circo de Ip la valoro más, y la voy a recordar incluso más, que ya es decir, que algunas cimas pirenaicas que haya podido subir.

      Bonito también que ocurriese en una ruta que no tenía planeado hacer, y que el entorno, ya precioso de por sí, estuviese engalanado de primavera.

      El Ibón de Ip ya era un lugar especial para mi, pues allí viví un precioso atardecer cuando bajamos de la Collarada y nos quedamos a dormir en el refu. Y ahora, tras esta historia, todavía lo es más.

      Me alegro que te haya gustado la crónica, la de la ruta del día siguiente también va ir un poco en el estilo de esta, eso si, con unas cuantas fotos más jeje.

      Un abrazo.

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  4. Hola Dani.

    Con lo rápido que transcurre el tiempo, que mejor forma de aprovecharlo, que disfrutar de lo que nos gusta, en este caso, la naturaleza.

    De la subida al ibón de IP, hace tiempo que la tengo en mente, en circular, pero siempre, por unas causas u otras, la he ido dejando. Es una zona muy bonita, con esos bosque en la parte baja y luego ya en altura, con unas vistas preciosas hacia Collarada, el circo de IP y toda la zona de Lecherines-Aspe, aunque en esta ocasión, las nubes no te dejaron disfrutar de esa zona.

    Además del entorno del ibón de Ip, me ha gustado mucho la fotografía que sacas de regreso, de las profundidades del Barranco de Ip.

    La idea inicial de ir al ibón de Estanés, también estaba bien, pero todo lo que es la vertiente francesa, climatológicamente, es complicada, porque muchos días salen con lluvia, nubes o niebla.

    Salud y montaña.

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    1. Hola Eduardo.

      Así es, hay que agobiarse menos con lo que pueda deparar el futuro y vivir más el presente, y ese presente si es en la montaña y en la naturaleza se disfruta más ;-)

      El Ibón de Ip en circular, ya sea subiendo por Besera o Solana, es una excursión excelente, que te permite disfrutar, además de todo lo que comentas, de ambas vertientes de ese espectacular y profundo Barranco de Ip. Otra opción muy interesante hubiese sido subir al Ibón por la senda del Carretón, y luego bajar por Besera o Solana, pero el Carretón ya lo tenía reservado para el día siguiente jeje.

      El Ibón de Estanés queda pendiente para una próxima visita al valle, junto con la subida al Pic des Moines, que tampoco pude hacer y otras rutas que llevaba en la recámara y algunas más que descubrí luego informándome por allí. Da mucho de si este bonito valle ;-)

      Un saludo.

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  5. hola Dani,

    Como cambian los paisajes pirenaicos en pocas semanas! Hicimos la ruta al ibón de Ip 5 semanas después que tu y todo se veía bastante mas seco, incluido el ibón. Por supuesto, de esa ladera cuajada de lirios, no quedaba ni rastro. Y que decir de como estaba en mayo, cuando subiste a la Collarada. Viendo esas fotos del circo y el ibón de Ip tengo que reconocer que son magníficos. Las fotos desde Collarada me han dejado sin palabras, cuanta belleza!
    También me ha emocionado el relato de tu encuentro con Maria Jose, la montañera veterana. Una mujer valiente. Yo estoy segura que mantendré el espíritu y las ganas, pero tengo mis dudas sobre mis posibilidades físicas. Pero seamos optimistas! Ojalá que podamos llegar a esas edades y seguir subiendo montañas!
    Un saludo,

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    1. Hola Nuria.

      Es lo común del Pirineo en agosto, encontrar laderas herbosas herbosas con color amarillento y sin flores, arroyos secos e incluso lagos menguados. Yo he ido muchas veces en agosto, e incluso septiembre, y para mi ese paisaje agostado sigue teniendo su encanto. Es simplemente un ciclo estacional más y hay que saber apreciarlo. Claro, que si me dan a elegir como me gustó más el Circo del Ip, si en mayo del 2015 o en julio de 2021 me quedo sin duda con mayo de 2015, eso a nivel paisaje, claro, pero a nivel personal me quedo con la bonita historia del encuentro con María José, y es que igual de importante es, creo yo, lo bonito que podamos encontrar un paisaje, como las vivencias que podamos experimentar en él. Yo siempre digo una cosa, lo más importante no es la montaña a la que has subido, sino con quien la has subido, y tu, Nuria, siempre lo haces con una compañía inmejorable, la de tu familia y amigos ;-)

      Un saludo.

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