24 de julio de 2022

El Racó del Frare (Sant Mateu)

 Sábado, 22 de enero de 2022

En estos tiempos de la inmediatez en redes y periodismo mediocre que nos ha tocado sufrir, una de las cosas que más de moda se han puesto han sido los infames "clickbaits", si, esas publicaciones del rollo: "lo que continua te va a sorprender", "la mujer/hija de menganito de tal es la chica más guapa que has visto jamás", "después de ver este vídeo no volverás a comer tal cosa" o "fulanito de tal hizo esto y pasó algo que no se esperaba", que sirven como anzuelo para que abras un artículo, o veas un vídeo, que al final resultan ser una absoluta boñiga. ¿Y a cuento de qué viene todo esto?, pues a colación de que dentro de esos "clickbaits" también está el grupo de "10 lugares naturales o rutas de tal región o país que no te puedes perder", y que al final tampoco sorprenden pues suelen aparecer los lugares o rutas más obvios y frecuentados, vamos, que lo que se dice aportar, aportan más bien poco. Y seguro que existen listas de "top 10 imprescindibles" que atañen a Castelló y a sus enclaves naturales, y me apostaría cualquier cosa a que en ninguna de esas listas está incluido el Racó del Frare en Sant Mateu, un rincón, que después de haberlo visitado no me cabe la menor duda que está entre los más espectaculares y aéreos de la provincia. Dicho esto, un chico y su perrita se fueron de ruta a Sant Mateu, lo que encontraron allí te sorprenderá...



Con Sant Mateu me une un vínculo bastante especial, que se remonta a cuando yo era un pre-púber, y a cuando todos los domingos y festivos de otoño e invierno me pegaba el gran madrugón para irme con mi padre y su cuadrilla a cazar zorzales a Traiguera. En aquella época teníamos el pequeño ritual de tanto a la ida como a la vuelta parar en el Bar Moderno de Sant Mateu a tomar café (Cola-Cao en mi caso), donde recuerdo que nos trataban muy bien. Pronto la caza dejó de interesarme (ni me arrepiento ni reniego de aquella época, todo lo contrario, guardo buenos recuerdos y disparatadas anécdotas), y en los 30 años posteriores a Sant Mateu solo había vuelto un par o tres de veces, y casi siempre de paso, así que me hizo ilusión regresar para hacer esta ruta.

Sant Mateu es una villa que posee un conjunto monumental muy interesante, escenificado en su impresionante Iglesia Arciprestal. También son muy famosas sus extensiones de olivos (gran parte de la exitosa película el Olivo, de Icíar Bollaín, se rodó allí), en las cuales habitan muchos ejemplares milenarios. Un poco relegado a un tercer plano, entre monumentos arquitectónicos y arbóreos, queda el Racó del Frare, que se trata de un anfiteatro calizo que conforma la cabecera del Barranc de la Ratlla. En él destaca un imponente paredón, que es atravesado en horizontal por una estrecha y en algún punto vertiginosa repisa. En mitad de la repisa, y en su punto más aéreo se encuentra la Cova dels Ermitans, un conjunto de pequeñas oquedades que parece ser que estuvieron habitadas por algún tipo de eremita o anacoreta. A mi el lugar me pareció sencillamente espectacular, y la repisa, a la cual no es sencillo acceder, no apta para personas con aprensión al vacío.

Evidentemente este Racó del Frare fue el punto álgido de una ruta que tuvo sus altos y sus bajos, más bajos que altos para ser franco. El inicio estuvo bien, atravesando campos de olivos, en los que pudimos ver algún gigantesco ejemplar. Pero después, el tramo hasta llegar al Barranc de la Ratlla y el Racó del Frare no tuvo mucha historia. Tras la visita al Racó del Frare quise adornar la ruta subiendo al vértice del Alt del Coll, pero casi que me lo pude haber evitado, pues bien poco aportó a la ruta esta subida, que además fue lineal de ida y vuelta. La circular continuó con más sombras que luces hasta que llegamos hasta las inmediaciones del Mas d'en Coll y el Coll dels Tintorers, donde además de recobrar cierto interés el recorrido gozamos de alguna buena panorámica a larga distancia. También enganchamos en la masía un buen y largo tramo de sendero, de los cuales escaseó la ruta. Una vez dejamos de pisar sendero, el tramo final hasta la Font de Morella, que es donde habíamos iniciado la ruta, se nos hizo un poco pesado. La ruta en general no fue gran cosa, pero la visita al impresionante Racó del Frare la justificó, y las cervezas que nos tomamos después en la bonita plaza de Sant Mateu (no pudo ser en el Bar Moderno) también.

Dejamos atrás la Font de Morella, punto de inicio y final de la excursión, y a la cual se accede desde Sant Mateu por buen asfaltado.

Los compases iniciales transcurrieron entre olivares, nos salimos del camino para acercarnos a este venerable anciano.

Allí, en su enorme, y seguramente milenario tronco, nos hicimos esta foto.

Un vistazo a la zona donde se encuentra el Racó del Frare, con la luna de testigo.

Tras atravesar unos cuantos olivares más, algún tramo de campo a través y mucho caminos agrícolas, llegamos a la entrada al Racó del Frare, bien señalizada.

Al fraile no lo vimos, pero lo que fue cabras vimos un montón, ya lo iréis comprobando.

El sendero, el primero de la jornada, se adentra Barranc de la Ratlla arriba, camino del Racó del Frare.

Atravesamos esta pedrera...

...y casi llegamos a pie de pared...

...donde torcimos a la derecha para remontar otra pedrera, por la que llegaríamos a la cabecera del barranco.

Remontando la pedrera. Llegar a la parte de arriba de la ceja rocosa de en frente es la clave para acceder a la repisa...

...repisa que vemos ya bien marcada aquí...

...con la Cova dels Ermitans.

Se nos cerraba el camino, pero ya distinguimos claramente la diagonal que nos permitió continuar progresando.

Laia ya está montada sobre la diagonal rocosa.

Nos moríamos de ganas de llegar a la repisa y recorrerla.

Pero de momento aún teníamos que remontar la diagonal, que resultó ser un paso precioso.

Tuvimos vigilancia caprina en todo momento.

Nos plantamos a la misma altura que la repisa...

...pero aún teníamos que ganar un poco más de altura, y lo hicimos con este paso equipado que nos permitió salir de la diagonal.

El Racó del Frare visto a la salida del paso equipado.

La bajada a la repisa es un pelín delicada, hay que ir con cuidado.

Y cada vez teníamos más espectadores...

...sobre todo público infantil, nos entró complejo de "teletubi".

En esta imagen se aprecia la diagonal anteriormente remontada, y en la parte superior, la pequeña faja (con dos grandes bloques), por la que se empieza a bajar hacia la repisa.

Y en esta otra vemos la segunda parte de la bajada a la repisa, en la que hay que efectuar un pequeño destrepe.

Sin más dilación nos pusimos a recorrer la repisa. A partir de ahora que hablen las fotos.






Llegamos a la altura de las cuevas, donde la repisa se hace más estrecha.

Aquí tenéis a mi ermitaña 😏.






Una vez recorrida la repisa solo se puede sacar una conclusión, y es que este Racó del Frare es a todas luces un lugar espectacular.


Lo mejor es que la repisa hay que recorrerla dos veces, pues, aparentemente, no tiene continuación.



Laia, en el paso más estrecho y aéreo de la repisa. Los dos excursionistas que se ven en la esquina inferior derecha de la foto vienen de perlas para calibrar la grandeza del lugar.

El ambiente desde ese paso más estrecho.

De vuelta al sendero principal este siguió ascendiendo, dejándonos esta vista parcial del Racó del Frare.

Llegamos a este altiplano, y allí vimos el cordal montañoso del Alt del Coll, y pensé que quizás subir allí arriba le añadiría un toque panorámico a la ruta.

Nos pusimos a ello, estas primeras vistas invitaban al optimismo.

Vemos, tras el circo del Racó del Frare, la Serra de la Creu, el Montegordo, l'Esparreguera y a la derecha de este la pequeña pirámide del Puig.

También vemos el Tossal de la Nevera, en el cual estuvimos el sábado anterior.

El camino al Alt del Coll nos llevó a pasar junto a las ruinas del Mas de Roca.

Allí hice este apañado contraluz con un almendro seco...

...y también les hice a estas cabras una foto de familia. Hasta aquí todo bien...

...luego, la subida al Alt del Coll tuvo poco o nada que reseñar, además el tramo final fue de un engorroso batallar contra las coscojas.

Al menos, las vistas desde esta modesta atalaya de 831 no estuvieron mal del todo. Vistas hacia la Serra del Turmell al norte...

...y vistas dirigidas al sur, hacia sierras y montañas limítrofes entre el Baix Maestrat y la Plana Alta.

Intentamos bajar del Alt del Coll monte a través, pero no vi clara la jugada, así que por donde subimos, bajamos. Después la ruta no tuvo mucha historia, hasta que llegamos al Mas d'en Coll, donde fuimos recibidos con salvas de escopeta.

La masía es grande, pero por desgracia se encuentra en total estado de abandono.

En el mas tuvimos estas vistas de las montañas cercanas a Xert, y también a esta población.

Más d'en Coll.

Vistas también hacia la zona de donde veníamos, destacando en el centro el Alt del Coll.

Desde la masía tomamos un sendero que nos hizo pasar por el Coll dels Tintorers, donde empezamos la bajada definitiva al punto de inicio. Buenas vistas, aunque yo no estuve fino con el zoom. En primer término Cervera del Maestrat, y detrás, ya bañado por el Mediterráneo, Benicarló.

Vista más amplia hacia el llano donde se ubica Sant Mateu...

...que aquí vemos en un nada decente y denunciable zoom.

Y ya poco más que reseñar. 20 kilómetros con 700 metros de desnivel positivo y de vuelta a la Font de Morella, en la que nos relajamos un rato antes de irnos a Sant Mateu a tomarnos unas cevezas.



8 comentarios:

  1. Hola Dani.

    Hay muchas fotos, empezando por la de cabecera que me han recordado al paso de la Raya en Uña. Las fotos trasmiten esa espectacularidad, que in situ debe ser aún más. Vaya rincón chulo.

    Pienso tambien que si este Raco llega a estar en otro lugar con más alicientes como bosques ( el tronco del olivo es brutal), arroyos, más barrancos y alguna cima más cima, sería una de esas rutas imprescindbles, las 10 mejores rutas de Castellón, jejeje buen apunte es de los clickbaits que reconozco que no tenía ni repajolera idea que era eso. Tanto anglicismo hipertecnológico me supera a veces...

    Como tuviste que disfrutar con la cámara con es festín caprino, y muy curioso ese recuerdo con la cuadrilla de tu padre a cazar zorzales, jejeje te imagino y me sale una sonrisa ;-)

    Un abrazol

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    1. Hola Toni.

      Muy certera y muy bien traída esa similitud del Racó del Frare con la Raya de Uña, la verdad es que si que guardan bastante parecido, sobre todo en que ambos son lugares espectaculares.
      Y si que es cierto que si este Racó del Frare etuviese ubicado en, por ejemplo, Espadà, en la zona de Penyagolosa o en alguna población estilo Montanejos, por supuesto que tendría muchísima más repercusión excursionista.
      Respecto a esos gigantescos olivos, existe en Sant Mateu una ruta que recorre los campos en los que hay ejemplares milenarios.
      Ya sabes que en estos tiempos todo vende más si se le agrega un anglicismo, en fin...
      Recuérdame cuando nos vemos que te cuente alguna de las disparatadas historias de esa época en la que iba a cazar con mi padre.

      Un abrazo.

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  2. Hola Dani,

    Menudos olivos para empezar la ruta!!! La de senderistas y agricultores que habrán visto pasar a su lado y cobijarse bajo su sombra.

    El ascenso por el Barranc de la Ratlla hasta el pardón me ha gustado mucho, pero es que el acceso a la repisa, y la repisa en sí, me han parecido sublimes, así que mejor que no se conozca mucho ni lo pongan en listas cutres, además, de bien seguro que algún accidentre habría por gente que no sabe donde se mete...

    Pues que quieres que te diga, la segunda parte de la ruta tampoco me ha resultando tan mala, has tenido unas bunas vistas, pasado por antiguos mases, fotografiado un montón de cabras, y encima finalizado con unas ricas cervezas en el bar de Sant Mateu, recordando aventuras con la cuadrilla de tu padre, que por cierto, yo también quiero que me cuentes alguna de esas anécdotas, que tampoco te veo a ti de cazador... jajaja

    Un abrazo.

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    1. Jajaja, ya te contaré alguna de esas anécdotas, aunque cazar, lo que se dice cazar, yo cazaba más bien poco, digamos que mi principal función era la de hacer de perro jajaja.
      Yo creo que senderistas esos olivos habrán visto bien pocos, pues no es esta una zona muy frecuentada en el ámbito excursionista (si que es muy apreciada por los cazadores de zorzal), de lo que estoy seguro es que alguno de esos ejemplares habrá visto a gentes del Primer Milenio.
      El Racó del Frare es espectacular, y la repisa causa respeto. No creo que todo el mundo se atreva a caminar por ella. De hecho mientras yo estaba allí ni un grupete, ni una pareja barcelonesa con la que estuve hablando, se atrevieron siquiera en intentar bajar a ella.

      Un abrazo.

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  3. Jose Fernando Zaballa Miguel15 de agosto de 2022, 20:02

    Hola Dani:
    Como siempre buscando por donde parece que no hay nada. Encontrarías miles de recorridos para incluirlos entre los 10 mejores.

    Un abrazo

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    1. Aupa Fernan.

      El radar para buscar sitios chulos siempre lo llevamos activado ;-)

      Un abrazo.

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  4. Hola Dani.

    Así que eso se llama "clickbaits", pues ya sabes más que yo, porque alguna vez, como salen como setas, le doy alguno de esos, de, "las 10 mejores rutas de senderismo de Aragón" (por ejemplo) y aún será la primera vez que me sorprenda, porque incluir "La Cola de Caballo" no aporta nada, que cualquier persona que tenga un mínimo de conocimiento, no sepa.

    En cuanto al Racó del Frare, eso pasa mucho en la provincia de Teruel, que esta plagada de lugares espectaculares, pero son sitios muy concretos, en medio de la nada, que muchas veces no se visitan, por ese motivo, aunque en lo referente al Racó del Frare, esos olivos y la presencia, tan masiva de cabras, ya hacen que por lo menos ir hasta él, merezca la pena.

    Luego, el paraje, es espectacular, casi se agradece que no tenga salida, para poder recorrer esa faja de vuelta y la Cova dels Ermitans, sin duda muy curioso, como alguien pudo elegir ese lugar, para vivir o pasar sus ratos libres.

    Cuando he visto la fotografía 5, me ha recordado a tu anterior entrada, el Tossal de la Nevera, no se si estarán muy lejos, pero se ve, que el terreno es similar. El zoom "malo" a Benicarló, me ha servido para ubicar la zona.

    Por cierto, yo también tuve mi época de cazador y oye, cazar, cazaba poco, pero guardo muy buenos recuerdos. El que no sabe, se piensa que uno va a tirotear, pero se pasan buenos momentos, muchas veces lo de cazar es una escusa, para hacer una comida en el mas, tomarse unas cervezas y echarse unas risas. Si tu hacías de perro, yo me dedicaba a sacar al perro al monte, anda que no era listo, aquel podenco andaluz.

    Salud y montaña.

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    1. Hola Eduardo.

      Si, esta zona del Racó del Frare y el Tossal de la Nevera (lo vimos durante algunos puntos de la ruta), están bastante cerca, de hecho los términos municipales de Catí y Sant Mateu son colindantes. De ahí esas similitudes paisajísticas que se aprecian.
      Por cierto, desde algunos puntos de la ruta también vimos Xert y sus muelas, las cuales me dijiste que te llamaron la atención en el anterior comentario que me dejaste. La verdad es que estas Moles de Xert resultan ser un paisaje de lo más peculiar, y me atrevería a decir que no hay ninguno en la provincia que se le asemeje. Tampoco suelen salir en esas listas de imprescindible jejeje... Te dejo el enlace al reportaje de cuando las visitamos en 2016, por si te apetece echarle un vistazo:

      Les Moles de Xert

      Quizás si este espectacular Racó del Frare tuviese cerca otros alicientes montañeros a reseñar, sería más visitado, pero visto lo visto, mejor que siga así ;-)

      No deja usted de sorprenderme amigo Eduardo, así que también fuiste cazador jeje, bueno son etapas... y lo que dices, yo cuando iba con la cuadrilla de mi padre lo que más ilusión me hacía no es lo que pudiésemos cazar, sino los ratos del bar antes y después de la jornada de caza, y también la buena sentada que hacíamos a la hora de la comida, alrededor de la hoguera, en cuyas brasas asábamos la carne.

      Un saludo.

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