24 de octubre de 2024

Comodoto (2361 m.)

 Martes 11 de julio de 2023

Durante los primeros compases de la ascensión, que un par de días antes habíamos realizado a la Munia, teníamos a nuestras espaldas una pirámide que llamaba poderosamente nuestra atención. Esta montaña no era otra más que el Comodoto. Como ya habíamos establecido campo base definitivo en Bielsa, decidimos, acertadamente, incluirla en el menú rutero, un menú muy chic y bistró 😉, de nuestras vacaciones.



Se habían marchado Ampa y Natalia y se unían al equipo Maru y Toni, a los que de inmediato contagiamos nuestro gafe, no voy a entrar en detalles... Mejor hablar del acierto que fue subir al Comodoto, ya que su cima es un excelente mirador hacia los dos valles que caen hacia ambas vertientes, sur y norte, Pineta y Langorrués, del cordal que conduce al punto culminante de esta ruta, donde también tuvimos una privilegiada visión de los gigantes de la zona, los cuales no necesitan ningún tipo de presentación. Un par de horas antes habíamos partido de las Casas d'Alto de  Espierba, desde donde trazamos esta ruta circular, bonita en cuanto a paisajes, variada en cuanto al recorrido y agradecida en el aspecto físico, ya que solo la rampa final a cima y un inesperado tramo de ascenso casi al final lograron acelerar nuestras pulsaciones más de la cuenta.

Apuntar que sufrimos el día más caluroso de todas las vacaciones, es por eso que, ya casi cuando estábamos llegando a Espierba, salivando por las cervezas que nos íbamos a tomar en Bielsa, no pudimos hacer otra cosa que sentir compasión por un diminuto scout rubito, que cargado con una mochila que doblaba su peso, nos preguntó, casi entre sollozos, si quedaba mucho para el Refugio de la Estiva, mientras uno de sus monitores, de muy malas maneras, le instaba a que no se detuviese y continuara caminando...

Los frondosos bosques de los alrededores de Espierba fueron el escenario de los primeros compases de la ruta.

la mitad del grueso del desnivel de la ruta la realizamos bajo esos bosques, y casi sin darnos cuenta alcanzamos el cordal de la Sierra de Espierba, donde salimos a cielo abierto.

Un tapiz verde y unas vistas excelentes hacia la cuerda caliza que cierra el Valle de Pineta por el sur, ¿se puede pedir algo más?.

El siguiente tramo de cordal fue de lo más entretenido, con pequeñas vaguadas colgadas...

...o senderos asomados hacia el valle de Langorrués.

Por allá abajo discurre la pista de Ruego, que unos días antes nos había aproximado al punto de inicio de la ruta de ascenso a la Munia.

Llegamos a un punto en el que tuvimos el primer contacto visual con nuestra cima de hoy.

Aunque también se nos iba la mirada hacia la zona de Petramula...

...y en especial a la bella Robiñera, que tengo la sensación de que es un 3000 al que la gente suele menospreciar, y la verdad, no entiendo el por qué.

Poco a poco nos fuimos aproximando a la cúspide del Comodoto.

Mirando hacia atrás, vimos dos destacadas cimas del vecino Valle de Chistau, Punta Fulsa y Punta Suelza.

A pies de la subida final al Comodoto nos chocó el contraste entre los prados y una zona más kárstica...

...es más, sacamos la conclusión, tal vez errónea, de que el pequeño llano herboso a pie de las calizas se trate de un antiguo lago colmatado. Vistazas hacia el Valle de Pineta.

Tras estar jugando un rato a ser geólogos nos pusimos con la dura subida final a la cima, la cual cada uno hicimos a nuestro ritmo. Aquí tenemos a la Maru en acción.

Y aquí a Esther, que tomó la delantera. Esta rampa es de las que se las trae.

Sin necesidad de llegar arriba ya asomó el macizo de Monte Perdido...

...con las Treserols y las cascadas del Cinca.

Espectacular visión de la Valle Verde (no en vano esta ha sido la foto elegida para encabezar el reportaje), en la que se aprecia la profundidad del valle y la verticalidad de las laderas que lo cierran por el sur.

Pensábamos que al terminar la dura pendiente estaba ya la cima, pero de ella nos separaba una bonita cresta herbosa.

Ya vemos la cima. No fuimos los únicos en elegir el Comodoto en esa calurosa mañana de martes. Al fondo aparecen las cimas del Soum de Port Bieil (derecha) y el Pico de la Capilla y una de las puntas del Montaspro (izquierda).

Maru, celebrando su llegada a esta cresta, con lo que debería ser un bonito skyline a sus espaldas, ese día corrompido por la calima.

A la derecha de la foto se distinguían algunas cimas del macizo de Cotiella.

El equipo en la cima del Comodoto, 2361 metros.

Excelente mirador hacia el Collado de Añísclo, el Macizo de Monte Perdido y la cabecera del Valle de Pineta.

Zoom hacia Monte Perdido y Cilindro, en el que también vemos parte del glaciar.

Miramos ahora hacia el Pico de Marboré, los Astazu, Pico de Pineta, el Garién, los Picos de Montaspro y el Pico de la Capilla, todas ellas cimas divisorias.

Mirada hacia las Tres Marías, el Zucón, el Collado de Añisclo, la Puntas las Solas y el Pico de Añisclo/Soum de Ramond.

Miramos ahora hacia la Sierra Chinipro y la Robiñera, tras la que asoma tímidamente la Munia.

Cresta herbosa que da acceso a la cima, con el precioso Valle de Pineta.

Tras la cima nos dejamos caer por laderas herbosas...

...hasta alcanzar el paso de las Coronetas, donde hicimos una breve parada.

Bonitas vistas desde allí, con la Robiñera y la Munia, que ahora si, nos mostraba su cima, en la que habíamos estado unos días antes.

En las Coronetas enganchamos la GR-11, y por ella bajaríamos hasta el Cubilar de Petramula.

Durante esta bajada el Comodoto nos empezaría a mostrar sus dos caras, la más amable y herbosa vertiente sur...

...y la más rocosa e intimidante vertiente norte.

Bonita foto de Esther de nuestra llegada al Cubilar de Petramula.


Llegamos a un pequeño karst cercano a Petramula.

En Petramula dejamos la GR-11, que continuaba valle abajo por la pista de Ruego. Nosotros tomábamos la misma dirección, pero por un sendero en la otra margen del río.

Este sendero recorre a media ladera toda la vertiente norte de la Sierra de Espierba hasta el paso de Serratillons, donde cambia a la sur...

...y nos tuvo asomados en todo momento al valle del Río Langorrués/Real.

Este tramo de la ruta nos ofreció secciones tan chulas como esta...

...en la que Esther y Maru vinieron al pelo para calibrar todo aquello.

Pura Magia Serrana en el Pirineo 😉.

El paso natural a la otra vertiente de la Sierra de Espierba es, como he comentado antes, Serratillons, pero bastante antes existe otro, menos evidente, conocido como el Paso el Grau, y que es el que utilizaríamos, para atajar, nosotros. Es tan poco evidente, y nosotros íbamos tan embelesados con el paisaje (al fondo Punta Fulsa y Punta Suelza) que nos pasamos, y un buen cacho, el desvío. Retrocedimos y subimos por el Grau, que estaba empinado de narices. Por él volvimos al cordal, para desde allí invertir el primer sendero de la mañana de vuelta a Espierba. Incomprensiblemente no hice ni una sola foto de todo ese tramo final, es por eso que me han quitado cuatro puntos del carnet de blogger 🤪.


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