4 de octubre de 2024

Midi de Bigorre (2878 m.)

 Viernes 7 de julio de 2023

En este reportaje os voy a contar nuestra ascensión al Midi de Bigorre, uno de los dos Midis del Pirineo Francés. Uno, el más famoso, es, por su prominente, oscura, imponente y bicéfala silueta, quizás la montaña más reconocible, y para mi la más bella, de todo el Pirineo. El que hoy nos ocupa también es muy prominente, pero por lo que es más reconocible es por el gigantesco repetidor y observatorio astrofísico de su cima, la cual cosa nos podría hacer caer en el prejuicio fácil de menospreciar esta montaña. Pues no amigos, no hay que dejarse llevar por los prejuicios, y menos con las montañas. Nuestros vecinos franceses lo saben bien, y tienen a este Midi de Bigorre como un símbolo, pues además de tener una vía normal de ascenso sencilla y bonita, esta montaña es poseedora de una de las mejores panorámicas de toda la cordillera, la cual cosa comprobamos nosotros de primera mano el día de San Fermín del año pasado.



Arreglada la avería de la furgoneta (mil gracias Taller Reycar de Aínsa por vuestra profesionalidad), y tras dos días de obligado relax en Aínsa, en los que os puedo asegurar que no nos aburrimos, continuábamos con el plan de irnos a Francia, solo que abortábamos lo de ir a Gavarnie y nos quedaríamos en el Tourmalet, para desde allí subir al Midi de Bigorre. Todo sin saber que ese día pasaba por allí Le Tour de France, y al llegar allí nos encontramos con todo el tinglado. La carrera ya no la vimos pasar, pero si que nos vimos inmersos en todo el ambiente, cosa que lejos de molestarnos nos encantó. Sabíamos todo lo que arrastra tras de si La Grande Boucle, pero por mucho que te lo hayan dicho, lo hayas visto en la tele o te lo puedas imaginar, nada comparado con vivirlo desde dentro. Impresionante. En la vida habíamos visto tal movimiento de bicicletas, caravanas, furgonetas y gente ataviada con camisetas con puntos rojos... Y en La Mongie había un ambientazo y un fiestazo que parecía que no estuviésemos en Francia 😂...

Como he comentado antes, el ascenso hasta la cima, por esta vía normal desde el Tourmalet, es de lo más sencillo y muy cómodo, ya que prácticamente se realiza íntegro por un ancho camino. Diría que posiblemente es la ascensión más cómoda que podemos realizar a una montaña de semejante altitud en toda la cordillera pirenaica. Después están las vistas, ya que si esta montaña es visible desde muchos puntos del Pirineo, son muchas montañas del Pirineo las que se divisan desde allí. Sin lugar a duda se trata de una de las cimas, como he dicho antes, con mejores vistas del Pirineo. Luego, si subís a la cima con 539 euros, podéis pasar una inolvidable noche allí arriba, con todo tipo de lujos... Más puntos a favor de esta ascensión: El mero hecho de empezarla en un puerto de montaña tan mítico como el Tourmalet, en el que se han gestado épicas historias del ciclismo, ya no es un punto, sino un puntazo, como los del maillot del líder de la montaña... El paisaje del que disfrutamos durante la subida es muy bonito, con lago incluido, y a nivel geológico también vimos algunas cositas interesantes. Y por último os voy a contar un secreto, pues la verdadera razón por la que quería subir al Midi de Bigorre era por que sabía que suelen haber llamas pastando por allí, y me hacía ilusión ver de cerca, y por primera vez, a estos animales. Tuvimos suerte y vimos un montón, y además no nos escupieron...

De regreso al Tourmalet nos reunimos con Ampa y Natalia, que se había incorporado al grupo por la noche (ellas dos hicieron una ferrata ese día). La idea era irnos a la reserva natural del Néouvielle para subir algunos de sus tresmiles, pero el estado de salud de Esther, que ya se venía encontrando mal desde que llegamos a Pirineos, empeoró, por lo que nos tocó volver a Aínsa, esta vez en busca de asistencia médica...

Primeros compases de la caminata, en los que vimos la verde vertiente occidental del Col du Tourmalet, y algunos de los abruptos picos cercanos a este mítico puerto de montaña, como el Pic d'Espade o el Pic de Campana.

Quería ver llamas y no tardaron ni un kilómetro en aparecer, y en buen número!!, y encima estaban, tan relajadas, tumbadas en mitad del camino.

Intentando no molestarlas las fuimos sorteando. Aunque al ser esta una ruta tan frecuentada ya deben estar acostumbradas a la gente, tanto que ni se inmutaron.

Así que pude hacer algunas buenas fotos...

...como esta a este adorable junior.

Fue un momento realmente curioso, el ver y pasar tan cerca de estos animales.

Desconocemos la razón por la que pastan estos animales por aquí ¿fabricación de lana quizás?...

..pero lo cierto es que por momentos te ves trasladado a montañas peruanas... Se podría decir que estábamos en los Perúneos!! 😅.

Un poco más arriba vimos otro buen grupo de estos curiosos camélidos.

La protagonista de la foto que encabeza este reportaje con su cría.

Dejamos las llamas y nos centramos en el paisaje, que empezó a encandilarnos. Verdes laderas, y al fondo aparece...

...el altivo Pic de Néouvielle, en la reserva natural de mismo nombre, escoltado por el Pic Ramougn.

Y a medida que fuimos ganando altitud se fue ampliando el panorama hacia este precioso rincón del Pirineo Francés.

Por cierto, el ascenso desde el Tourmalet al Midi de Bigorre, que ya vemos en la imagen, no tiene más misterio que seguir el ancho camino hasta el Col des Laquets, que también vemos allá arriba, y desde allí seguir el sendero hasta la cima. Imposible perderse. Al fondo de este bonito circo apareció...

...el Lac d'Oncet, precioso lago a pies de este gigante de los Hautes-Pyrénées.

Nuestra ruta pasó por el Col de Sencours, al sur del mismo se extiende la Crête du Tourmalet...

...tras la que asomaba el Soum du Cot de l'Espade.

Más sugerentes montañas francesas asomaban tras estos escarpes, en este caso l'Arbizon.

Dejamos atrás el Col de Sencours, en el cual hay un refugio no muy bien conservado. Al fondo los picos d'Oncet y la Bonida.

Afrontando la subida al Col des Laquets tuvimos esta aérea perspectiva del Lac d'Oncet, así como de parte del camino de subida.

Y seguían apareciendo más y más picos, todos ellos espectaculares. El que más destaca, es el Pic des Quatre Termes.

Mientras, nuestra ruta iba entrando en terreno más agreste.

Otra chula visión del Lac d'Oncet.

Ya cerca del collado apareció la Hôtellerie des Laquets.

Fue en esa zona donde la ruta nos dio una sorpresa que no esperábamos, ya que vimos algunos detallitos geológicos realmente curiosos, como este que hay bajo el refugio.

Nos acercamos al refugio, que tenía pinta de llevar mucho tiempo cerrado.

Parece ser que esta clásica edificación de montaña ha sucumbido a la más moderna arquitectura con la que se ha mancillado a esta gran montaña.

Alcanzamos el Col des Laquets. Al norte del mismo cae el Couloir de l'Ours, un asequible corredor que ofrece una elegante ascensión invernal a esta montaña.


Desde el collado afrontamos la parte final del ascenso.

Col des Laquets, con los picos de Pene Blanque detrás.

Punto en el que acaba el camino y empieza el sendero. Desde aquí la Hôtellerie...

...parecía tener forma de cruz e iba decir eso de que con la iglesia hemos topado, pero solo es un efecto óptico 😅.

Con el gigantesco repetidor como faro empezamos a restarle metros a la subida final...

...sin quitar ojo al esplendido horizonte que teníamos al sur.

Volvemos a ver el Lac d'Oncet, que por cierto es donde nace le Bastan o Ruisseau d'Oncet, un pequeño río afluente del Gave de Gavarnie.

Últimos metros...

...y cima!!!

Pic du Midi de Bigorre, 2878 metros.

Las vistas desde allí arriba son espectaculares, y eso que hubo cierta nubosidad que nos limitaron la panorámica.

Pero para que os hagáis una idea, según el PeakVisor, en un día de cielos limpios se puede divisar desde el Orhy hasta la Pica d'Estats... Prácticamente todo el Pirineo!!!. Aquí un pequeño vídeo que he encontrado en Youtube con las vistas con cielo impoluto.

Algunos zooms, este hacia l'Arbizon...

...este hacia la Brecha de Roland...

...y este otro, ya durante la bajada, hacia el Balaitous y todas las pirámides del sector de Respomuso.

Al volver a pasar por la Hôtellerie nos fijamos en más filigranas geológicas.


El Midi de Bigorre, una montaña y unas vistas para disfrutar en varias disciplinas.

En la bajada seguimos descubriendo más picos, como el Mont Arrouy, que destaca allá al fondo.

Detalle del camino, que si os fijáis atraviesa un pequeño túnel. Impresionante Soum du Cot de l'Espade.

Y con un grandísimo sabor de boca regresábamos al Tourmalet, en que todavía había cierta resaca del paso del Tour.



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