14 de octubre de 2024

La Munia (3134 m.)

 Sábado 8 de julio de 2023

La Munia, o l'Almunia, es el punto culminante de la cresta que ejerce de vértice entre los circos de Barrosa, Barroude y Troumouse. En este reportaje que estáis empezando a leer, os voy a contar la ruta, no exenta de compromiso en su tramo final, que nos llevó hasta lo más alto de esta montaña. Ruta y ascensión, que de paso sea dicho, no estaba en los planes iniciales de estas vacaciones pirenaicas. Y qué decir, las cosas improvisadas siempre suelen ser las mejores, y mucho más cuando son de este calibre...



La urgencia médica nos obligaba, por si las moscas, a no andar muy lejos de Aínsa, así que habría que ir improvisando rutas por la zona. Se nos presentaba la ocasión perfecta para subir a la Munia y no la íbamos a desaprovechar... Para poder acceder al punto de inicio de la ruta, la Borda Bruned, hay que tramitar un permiso (3 euros) para poder circular con vehículo por la Pista de Ruego, este permiso se puede sacar en una máquina automática en las piscinas de Bielsa y también en el ayuntamiento de esta localidad. Como la máquina no funcionaba fuimos a tramitarlo al ayuntamiento, y ya se sabe, edificios gubernamentales y papeleos... Empezábamos a andar pasadas las 10:30 de la mañana, pero bueno, los días de julio son muy largos, no se anunciaban tormentas y nosotros no teníamos prisa ninguna, mira si nos lo tomamos con calma que estuvimos nueve horas por el monte. Aunque es extenso, bastante menos os costará a vosotros leer y ver el siguiente reportaje fotográfico, aunque también recomiendo que lo hagáis sin prisas. Ya sé que eso es mucho pedir en estos tiempos de inmediatez, estos de deslizar rápidamente fotos con un dedo sin apenas reparar en los detalles, y pasar automáticamente de cualquier publicación que contenga más de dos líneas, pero creo que el "slow reading", ya que están tan en boga los anglicismos, es la mejor fórmula para conseguir que las siguientes fotos, con sus respectivos textos, os logren transmitir a vosotros las sensaciones que experimentamos nosotros en esta intensa jornada de montaña.

El tramo de pista que una la Borda Bruned y el Cubilar de Petramula, solo autorizado para vehículos 4x4, nos sirvió para ir calentando piernas, y disfrutar de las diferentes tonalidades de verde del valle del Río Langorrués.

En el Cubilar de Petramula abandonamos la pista, que continúa montaña arriba hasta el Refugio de Ruego. Empezamos a seguir el sendero hacia los Gorgos de la Lalarri. 

La pirámide del Comodoto fue la protagonista indiscutible de este primer tramo de la ascensión.

Y hablando de protagonistas. Aquí mis dos compañeras de ruta, Natalia y Ampa. Esther, por prescripción médica, se tomó el día libre. Esta parte inicial de la subida, que ya conocía de nuestra ascensión a la Robiñera en 2018, empezó a mostrarnos algunos puntos significativos del sector Pineta/Ordesa, como las Tres Marías, el Collado de Añisclo y pico de mismo nombre.

Y hablando de la Robiñera, aquí la tenemos, con la pedregosa pala que da acceso a su cresta cimera.

A medida que nos íbamos aproximando a la Puerta los Gorgos se iba ampliando el horizonte a nuestras espaldas.

Frente a nosotros, sobre el nevero superior, la Puerta los Gorgos, o Collado de las Puertas, punto donde ramifican las itinerarios a la Munia y a la Robiñera.

Aquí tenemos el objetivo principal de la jornada, con el que tuvimos el primer contacto visual.

Dejamos el conocido camino a la Robiñera y tomamos el que nos subirá hasta la Munía...

...lo hacíamos con ese cosquilleo que provoca el asomarte a lo desconocido y descubrir nuevos paisajes.

Y lo primero que descubrimos fueron los Gorgos de Lalarri, o Ibones de la Munia, y nuestra progresión hacia la cima implicaba pasar junto a sus orillas.

 La lámina de agua del lago inferior nos permitió gozar de bonitas estampas como esta de la Punta del Puerto, el Pico de la Capilla y el picudo Astazu Oriental al fondo, en cuya cima habíamos estado unos días antes.

El Cilindro de Marboré también se dejo ver durante este tramo de los lagos.

Al norte de este primer lago destacaban la Penna l'Ombre y la Blanca de Lalarri.

Bordeamos el lago hasta su extremo norte...

...observando desde ese punto toda su longitud y la Puerta los Gorgos.

Unos metros más arriba, y casi a la misma altura, encontramos el lago superior...

...en el que repetimos operación.

Dejamos atrás la cuenca lacustre y empezamos la remontada hacia la Collada es Ibons.

A poco que ganamos altitud fuimos teniendo una bonita perspectiva de los dos lagos, con la Punta de la Puerta y el Pico del Chinipro detrás.

También descubrimos un perspectiva de la Robiñera hasta ahora inédita para nosotros.

La subida hasta el collado se hace en general por terreno bastante cómodo, y con buenas vistas hacia la Robiñera y los Gorgos de la Lalarri.

Tras estar toda la mañana cubierto por las nubes, Monte Perdido al fin nos mostró su cara, en concreto la norte.

Un gran nevero resistía a pies de la Collada es Ibons...

...pero lo pudimos sortear sin problemas y alcanzar este paso divisorio, también conocido como Cuello de la Munia. Desde allí la Munia imponía, y bastante.

Natalia, contenta en la Collada es Ibons.

Y no era para menos, pues desde allí tuvimos esta perspectiva del fantástico Cirque de Troumouse...

...y también del camino recorrido desde la Puerta los Gorgos, todo presidido por la Robiñera.

También pudimos ver de allí el macizo del Vignemale...

...así como el de Monte Perdido con las Treserols.

Disfrutadas las vistas desde el collado tocaba poner el modo cresta.

No tardaron en aparecer las primeras trepadas, en las que mis compis tomaron la delantera.

Tras este primer tramo de trepes llegamos a otro un tanto confuso...

...eso, e ir sin ningún track (recordemos que esta ascensión fue improvisada), nos tuvo un rato entretenidos buscando el camino correcto.

Mis dos compis, haciendo honor al nombre de este blog 😅.

Se puede salir a la montaña, y sobrevivir, sin la dependencia de un GPS. Con un poco de orientación, otro poco de sentido de común y una pizca de memoria de todo lo que habíamos leído sobre esta ascensión, hallamos el camino correcto. Lo supimos por que nos plantamos frente al Paso de Gato/Pas du Chat, paso clave de la ruta.

Este paso esta graduado como de III, pero la cadena instalada reduce muchísimo, casi al mínimo, su dificultad.

Pero tras el paso felino no terminaron las dificultades, ya que seguimos encontrando sucesivas trepadas en terreno expuesto.

Ampa, disfrutando. Lo dije el otro día y lo reitero, esta chica, siempre en mi equipo.

Bueno, las dos, Natalia y Ampa, una bonita pareja 😊, y que posan sonrientes con el Macizo de Monte Perdido al fondo.

Superado este primer tramo más técnico entramos en un terreno menos vertical. En frente las dos cotas (ambas superan los 3000 metros), previas a la Munia.

Tras alcanzar la primera cota la cresta se volvió a agudizar. El patio que cae hacia el sur es de los que causan respeto.

Por eso es mejor afrontar la cresta escorando un poco al norte.

Sin ser excesivamente complicado, este tramo de cresta entre cotas exige concentración, y saber moverse con soltura en este tipo de terrenos.

Este colladete entre cotas nos permitió tomarnos un pequeño respiro en el cresteo. Volvemos a ver los Gorgos de la Lalarri.

Reanudamos la marcha. Trepando a la segunda cota.

Aquí nos venimos arriba, y nunca mejor dicho, e hicimos este pequeño tramo al filo de la cresta. Se puede evitar por la vertiente sur, que es lo que hicimos en la bajada.

Y tras un destrepe delicado y una última trepada alcanzamos la cima de la Munia, en la que posamos la mar de contentos.

Y es que estábamos en lo alto de una prestigiosa cima pirenaica, que como tal es poseedora de unas grandes vistas. Vemos, 1500 metros más abajo, el bello Valle de Barrosa, por el cual andaríamos la jornada siguiente. Al fondo distinguimos macizos como el de Cotiella, Posets e incluso Maladetas.

Más cercana teníamos la cresta que desde la Munia se extiende hacia el norte, y que Munia aparte cuenta con cuatro cimas oficiales de 3000 metros (Pequeña Munia, Sierra Morena, Troumouse y Heid). Realizar el cresteo precisa de conocimientos y material de escalada. De haber empezado la ruta más temprano quizás nos hubiésemos acercado a las más asequibles Pequeña Munia y Sierra Morena.

En otra ocasión será. Acercamos con el zoom algunas cimas del sector del Néouvielle, como el Soum des Salettes, Pic de Campbieil (ambas ascendidas por el menda unos meses después) y el prestigioso Pic Long. También vemos al fondo el Midi de Bigorre, cuya ascensión teníamos muy reciente.

El magnetismo de Monte Perdido era tal que era inevitable el no mirar hacia allí.

Volvemos a ver el Vignemale, que también atrae lo suyo. A su izquierda fotográfica destacan las cumbres del macizo de las Argualas, y a su derecha la Gran Facha, los Picos de la Frondella y el Balaitús.

Primer plano de la Robiñera. Al fondo distinguimos la Peña Montañesa.

El descenso lo hicimos invirtiendo el camino de subida, aunque los tramos más agudos de la cresta final los evitamos por el sur...

...cosa que no estuvo exenta de compromiso, pues nos encontramos con un terreno muy expuesto y descompuesto.

Negociando, con una sonrisa, el destrepe previo al Paso del Gato...

...y el que esto suscribe en dicho paso.

De nuevo en el collado descenso rápido...

...hacia los Gorgos de la Lalarri, donde hicimos una breve parada para la comida/merienda.

Tramo final entre la Puerta de los Gorgos y Petramula, con la bonita presencia del Comodoto.

Borda Bruned, a la que regresábamos 9 horas después, cansados, sedientos de cerveza y enormemente satisfechos por el buen sabor de boca que deja siempre el éxito de las cosas improvisadas.


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