24 de septiembre de 2024

Picos de Astazu (3071 y 3013 m.)

 Lunes 3 y martes 4 de julio de 2023

Empezamos a desgranar las vacaciones pirenaicas de julio de 2023, que sin duda fueron las vacaciones de la resiliencia, ya que no hubo día, y fueron quince, en el que no tuviésemos ningún contratiempo o imprevisto. Nos tuvimos que sobreponer, por ejemplo, a una fuerte avería mecánica de la furgoneta, a una enfermedad, con visitas a urgencias inclusive y hasta algunas cosas inexplicables. No quedó otra que ir adaptándose a según como viniese cada día la situación e ir tirando de improvisación, de tal forma que la hoja de ruta que completamos al final de las vacaciones apenas tuvo nada que ver con la que llevábamos al principio. De hecho, solo esta ascensión a los Astazu que os voy a narrar, y la ruta que os contaré en diez días, fueron las únicas actividades planeadas que realizamos.



Desde el día que supe que quería subir a los Astazu tuve claro que sería con un vivac o acampada en el Ibón de Marboré, y así lo llevamos a cabo. No hicimos experimentos e hicimos el ascenso desde Pineta, en el que va incluida la célebre subida al Balcón de Pineta. No vamos a descubrirla ahora, el que a estas alturas no haya oído hablar de ella es que vive en una cueva... Pero vamos, que se trata de una subida espectacular en todos los aspectos, una de las imprescindibles del Pirineo. Si la encontráis jalonada de flores, como nosotros, os gustará mucho más... A nivel personal me pude quitar la espinita de 2014, cuando en el marco de la Monte Perdido Extrem hicimos esa subida, y al llegar arriba no vimos un carajo. En aquella ocasión aún nos quedaba un buen trecho hasta el Refuge des Espuguettes, hoy nos quedábamos en el lago, bajo la protección del Glaciar de Monte Perdido. Con la tienda montada, y ya sin ninguna obligación hasta la hora de cenar, matamos las horas disfrutando de este majestuoso paisaje, y por si nos aburríamos, que no, un numeroso grupo de sarrios nos brindó un bonito espectáculo, con continuas idas y venidas a la zona de nuestra acampada, acercándose, curiosón, bastante alguno de ellos. Pero para espectáculo el del amanecer, ya que tras formarse una pequeña tormenta, que me trajo recuerdos 😱 de mi anterior vivac en Ordesa, emergió, de la base del glaciar, un bonito arco-iris. Inolvidable. Pero en vez de ir en busca de la olla repleta de oro de los Leprechauns nos fuimos, bajo una fina pero heladora lluvia, a por el tesoro que esconden los Astazu, creemos que muchísimo más valioso, aunque si hubiésemos encontrado oro tampoco nos hubiese importado cargar con él 😂... Por suerte la lluvia cesó pronto, dando paso a un viento moderado, que ayudo a secar las dos estrechas pasarelas, situadas a 3000 metros, que dan acceso a las cimas de los hermanos Astazu. Por aquello de las jerarquías subimos primero al mayor y luego al pequeño.

Durante la bajada a Pineta alguien nos preguntó si por allí había algún valle  🙃🙄🫥🤭...

Ya en Bielsa nos tomamos un par de birras por cabeza, una por cada Astazu. Luego pusimos rumbo a Gavarnie, donde teníamos pensado hacer una ruta y una vía ferrata los dos siguientes días, pero bajando el Puerto de Bielsa una rueda delantera de la furgoneta empezó a echar humo, obligándonos a volver al sur de la divisoria en busca de un taller, pero eso ya fue otra historia...

Pineta. Casilla de salida de esta aventura.

Clásica foto del Circo de Pineta, con el el Cilindro, las Cascadas del Cinca, el Pico de Pineta y la Punta el Garién.

Y aquí el equipo inicial de estas vacaciones. Esther, Ampa y yo. Como iréis comprobando en los próximos reportajes, a lo largo de las vacaciones fueron entrando y saliendo miembros del equipo.

Por delante casi 1400 metros de desnivel positivo y un paisaje espectacular. Al tramo inicial por el hayedo le siguió otro entre helechos. A partir de aquí subida a pleno solano, en un día bastante caluroso.

No podía faltar una foto de las cascadas que traen a la luz al Cinca.

Mis dos compis contemplan embelesadas este soberbio paraje del Pirineo Aragonés.

Hasta el momento la subida estaba siendo bastante cómoda, pero poco a poco el terreno se fue poniendo más áspero, y la pendiente más acusada...

...la mejor manera de acometer esta subida sin "petar" en el intento es poner velocidad, corta, de crucero, e ir tirando para arriba, sin dejar de hacer paraditas para disfrutar y fotografiar el paisaje...

...como por ejemplo esta propulsión de una de las cascadas del Cinca.

No me gusta poner fotos de cartelitos, pero incluyo esta imagen por que en este punto, en el que paramos a comer algo, tuvo lugar el primer incidente de las vacaciones, ya que una de nuestras mochilas empezó a rodar ladera abajo, y estuvo a nada de caer en un barranco. Por suerte la pudimos recuperar.

Repuestos del pequeño susto continuamos para arriba, vigilados por las torres calizas del macizo de Monte Perdido.

Tampoco nos quitaban ojo las picudas cimas cercanas al Balcón y Puerto Nuevo de Pineta o de la Lera.

En concreto este pico es la Punta el Garién...

...un bellezón, que en tiempos masificación de ciertas montañas y de sobre-información sobre ellas en Internet, del que apenas encontraremos reseñas de ascensión por la red.

Durante el ascenso fuimos encontrando una gran variedad de flores, que le dieron un colorido extra a esta espectacular subida. Rosa pendulina, o Rosa alpina.

Al fondo empezaron a aparecer cimas como la Munia, la Robiñera y el Comodoto.

A punto de afrontar las rampas que dan acceso al Embudo, tramo final de esta subida.

Eso, unido...

...al brutal paisaje, nos espoleó a seguir hacia arriba con más energía.

Nos vino bien esa energía, ya que podría decirse que estábamos en el tramo más duro de todo el ascenso.

Hablando de energía, positiva, Amparo "All cookies", siempre en mi equipo!!🤪

En este tramo de subida vimos muchos Leontopodium alpinum, es decir, edelweiss o flor de nieve.

Ya en pleno embudo, con todo el Valle de Pineta o la Valle Verde tras nosotros. Aunque empezaron a acumularse nubes estas no nos ocultaron estas vistas. En 2014 a partir de este punto ya no vimos nada...

...si os apetece echarle un vistazo al reportaje de aquella espectacular primera etapa de la Monte Perdido Extrem os dejo aquí el enlace.

Las nubes empezaron a cubrir las cotas más altas...

...por ejemplo la Munia, la cual veíamos perfectamente unos minutos antes.

Ya casi estábamos arriba. Está claro por que le llaman el Embudo, ¿no?.

La subida al Balcón se remata con esta elegante y aérea travesía horizontal.

Estábamos a punto de entrar en un mundo de fascinante geología. Tras Esther un sinclinal de libro.

Desde arriba vimos mejor las zetas del sendero que remonta el Embudo.

Y de repente apareció el Cilindro...

...lo cual fue un auténtico subidón, normal que mis dos compis estuviesen tan contentas.

Ahí estamos, Ampa y yo, en el Balcón de Pineta, que ya me vale, pues no eché ninguna foto hacia el valle 😅.


En 2014 apenas pudimos apreciar el Glaciar de Monte Perdido. Hoy lo pudimos ver, y pese a las nubes, con bastante claridad. Contentos con ello, pero a la vez tristes de comprobar la agonía de este glaciar.

También tuvimos el primer contacto visual con el Gran Astazu, que asomaba la cabeza tras la cascada.

La cara norte de Monte Perdido, uno de los escenarios más bonitos de todo el Pirineo.

Tras el Balcón afrontamos un laberíntico tramo entre un caos de bloques.


Las nubosidad que había empezado a formarse en la última parte de la subida ya no parecía tan amenazante cuando llegamos aquí.

Enorme "plateau" a pies del Glaciar de Monte Perdido. Se le conoce como Plana Marmorés.

Sorprendimos a este sarrio, que salió disparado tras vernos, ¿iría a pedir refuerzos?...

Y por fin llegamos ante el Ibón de Marboré o Marmorés, también Lago de Pineta en algunos mapas. Asombroso paisaje.

Mejor sin el de la gorra naranja, ¿verdad? 🤪.

Ibón de Marboré, con la Brecha, o Forqueta, de Tuca Roya, en la cual se encuentra el refugio, libre, homónimo. En 2014 subimos hasta allí para luego, en vertiginosa, delicada y descompuesta bajada, seguir hacia el Refuge des Espuguettes.

Hoy nos quedábamos aquí. Entre la abundante oferta de vivacs elegimos este, en el cual plantamos la tienda. Había que inmortalizar el momento.

Bonito hotel el que nos habíamos buscado, ¿no creéis?.

Ya cerca del atardecer bajamos a pie de lago a hacer algunas fotos...

...y a disfrutar del ocaso en tan privilegiado rincón..

...pero sin esperárnoslo el espectáculo nos vino por otro lado, efectivamente el sarrio había ido a llamar a su cuadrilla. Os dejo con una secuencia de fotos de este mágico momento.






Se acabó la función, a cenar y a intentar dormir, mañana nos esperaban los Astazu.

El amanecer vino acompañado de una tormentilla de verano, que trajo como premio este bonito arco-iris. Vimos nacer un arco-iris en el Glaciar de Monte Perdido!!, y no se nos va olvidar nunca este mágico momento!!!

"...Now, look, look, look, look. Look at this tower of stone. I see a rainbow rising. Look there, on the horizon. And i'm coming home, i'm coming home, i'm coming home. Time is standing still. He gave back my will. Going Home. I'm going home. My eyes are bleeding. And my heart is leaving here. But it's no home. But it's no home.."

Stargazer
, Rainbow.

El otro extremo del arco caía hacia la Collata de Astazu. Increíble como lo que quedaba dentro del arco-iris estaba más iluminado que lo del exterior.

Pese a que la lluvia no cesaba, y sin perder la sonrisa, partimos hacia los Astazu.

Poco a poco fue escampando y se empezaban a abrir claros hacia el este, aunque no llegó a despejarse del todo durante la mañana.

Empezamos a remontar hacia el Collado de Swan por la zona que albergó el hoy extinto glaciar sur de Astazu. Este vídeo de Francesc Navarro nos ilustra sobre él. Os recomiendo su canal de YouTube GeologUia, en el que podréis encontrar vídeos muy interesantes sobre geología, sobre todo del Pirineo.

Ganamos altura con bastante rapidez, tanta que el Ibón se dibujaba como una manchita, que incluso se confundía con los neveros existentes.

Empezaban a abrirse también algunos claros en la zona por la que andábamos. Vemos el Pico Marboré, en cuya pared, unos minutos antes, habíamos oído y visto desprenderse una gran roca, y creerme, ese sonido acojona, y mucho.

Esther, con el Ibón de Marboré, que ya habíamos dejado bastantes metros más abajo.

Monte Perdido, su glaciar, el Cuello del Cilindro, el propio Cilindro y la Plana Marmorés.

Afrontando el último tramo de subida hasta el collado.

Más rápido de lo que esperábamos ganamos el Collado de Swan (qué bonito nombre), y nos vimos asomados hacia valles y montañas francesas. Como de costumbre la vertiente norte del Pirineo mucho más verde, y con mares de nubes matinales.

Una breve paradita en el Collado de Swan, a 2967 metros de altitud.

Este collado divisorio separa el picudo Astazu Occidental...

...del mastodóntico Astazu Oriental. Dejamos las mochilas en el collado y nos fuimos a por el mayor primero. 104 metros de desnivel nos separaban de su cima.

En el la parte inicial de la subida fuimos alternado trepadas por la vertiente aragonesa...

...con tramos en los que fuimos por la cresta divisoria.

En una de las brechas de la cresta vimos el Pic Rouge de Pailla y el Lac des Gloriettes.

El tránsito por la cresta es sencillo, pero con cierta exposición sobre todo hacia el norte, por lo que no está de más extremar las precauciones. Impresionantes estratos de la cara norte del Astazu Occidental.

Nueva trepada por la escalonada vertiente de Marboré...

...y ya salimos definitivamente a la cresta, por la cual remataríamos la subida.

Un recorrido muy disfrutón...

...pero en el que, como decía antes, no hay que bajar la guardia...

...y si no mirad el patio que tenía Ampa a su izquierda en este pasito.

Un pequeño franqueo...

...y llegaba el último tramo de cresta, que se hace caminando.

Hito cimero a la vista.

Astazu Oriental o Grand Astazou, Marmorés d'el Cul Gran en aragonés, 3071 metros.

Las nubes nos limitaron bastante las vistas desde la cima, pero aún así gozamos de alguna bonita panorámica, como esta hacia el Ibón de Marboré...

...o esta hacia la dupla Munia/Robiñera.

No nos demoramos mucho allí arriba, pues el vientecillo era bastante molesto. Desandamos la cresta de regreso al Collado de Swan. Al fondo el Taillón se encontraba tapado por las nubes...

...al igual que el Pico Marboré.

De nuevo el Pic Rouge de Pailla, esta vez con el Pimené, y si agudizáis la vista se distingue también el Refuge des Espuguettes.

La cresta en descenso...

...en el que extremamos más si cabe las precauciones.

Regresamos al Collado de Swan, nos esperaba ahora el Astazu Occidental...

...en un principio, y por evitar un rodeo, pensamos ir allí ceñidos a la divisoria...

...pero no lo vimos claro, y bajo la imponente mirada del Astazu Oriental volvimos al collado. Nada, daríamos el rodeo.

Cargamos de nuevo con la mochilas y empezamos a bajar por este tedioso pedregal...

...para de inmediato empezar a remontar hacia la Collata de Astazu, desde donde es más sencillo acceder a la cima.

Remontando hacia el collado, por terreno pedregoso.

Collata de Astazu o de Gavarnia, 2962 metros. Efectivamente, y como indica el segundo nombre, nos vimos asomados al majestuoso Cirque de Gavarnie...

...en el que os propongo un nuevo juego de agudeza visual, para a ver si sois capaces de localizar en la imagen dos puntos emblemáticos de este circo, la Brecha de Roland y el Refuge des Sarradets.

Dejamos las mochilas en un vivac del collado y empezamos a subir hacia el Astazu Occidental.

Para acceder a esta cima también tuvimos que recorrer una cresta, que ganamos con facilidad.

Cresta muy facilona...

...pero diría que un poco más aérea que la del Astazu Oriental.

Menuda pasarela de altura, ni la Cibeles, oiga 😅.

Esther nos regaló un baile en la cima del Astazu Occidental.

Astazu Occidental, Petit Astazou o Marmorés d'el Cul Chicot, 3013 metros.

El Astazu grande desde el Astazu chico.

Mar de nubes en el valle de Gavarnie.

Satisfechos con el doblete volvimos al collado, con impresionantes vistas hacia el Cirque de Gavarnie.

Desde el collado tomamos el itinerario que baja de forma más directa al Ibón de Marboré, trazando así una pequeña circular.

El primer tramo de la bajada, por la pedrera, lo hicimos rápido, luego ya encontramos más roca, lo cual nos ralentizó.

Pero no teníamos ningún tipo de prisa. Llegando a las inmediaciones del lago.

Bonita perspectiva del Ibón de Marboré, con el Pico de Pineta.

También es muy bonita esta imagen de mis dos compis con un serac del Glaciar de Monte Perdido.

Nos despedíamos del que había sido nuestro hotel la noche anterior.

Y de la bajada del Balcón al Valle de Pineta, y por no sobrecargar más el reportaje, solo pondré dos fotos, esta de mis compis calibrando la grandeza del lugar...

...y esta, toque floral para despedir. Aguileña alpina, Aquilegia alpina.


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