17 de julio de 2025

Puntal Alto de lo Foratón (2154 m.)

 Lunes 1 de enero de 2024

El Puntal Alto de lo Foratón no es de las cimas más altas que he subido en los Pirineos, ni tampoco de las más llamativas y prominentes, pero sin embargo, el simple hecho de haberla subido en semejante contexto, 1 de enero (recordemos que estábamos pasando el fin de año en el Pirineo), y que significase la primera cima de un 2024 que a la postre resultó fantástico en lo que a montaña y cimas se refiere, y que además la subiese en la compañía de uno de mis mejores amigos es razón más que suficiente por la que siempre va a ser una cima que recuerde con especial cariño. 



El poemario durante el desayuno en Lizara era digno de ver. Las caras de los que no habíamos pegado ojo apenas desentonaban con las caras de resaca de los que habían cerrado la fiesta de Nochevieja. Quizá eso justificase que de todos los que estábamos en ese salón solo Toni y yo llevásemos intención de salir al monte, y es que desaprovechar la bonita mañana con la que se había presentado el año hubiese sido todo un delito. La pena es que no nos pudiese acompañar Maru, pero es que el día anterior, mientras volvíamos del Valle de los Sarrios, tuvo una pequeña caída y se encontraba algo dolorida, así que por precaución se quedó en el refugio mientras el Dúo Sacapuntas subíamos al Puntal Alto de lo Foratón, aunque a Toni y a mi nos pegan más Faemino y Cansado que el Pulga y el Linterna...

La ruta no tenía más misterio que seguir la GR 11 hasta el Collado de lo Foratón, y una vez allí remontar la ancha arista que lleva a la cima. Imposible perderse, y menos con la excelente visibilidad que había esa mañana. Pues bien, aún con esas, y sin saber muy bien como, llegó un momento en que nos vimos fuera de ruta e inmersos en un to tieso hasta la cima, marcándonos la directísima Alcalà/Virtudes, vamos 😅. La cuestión -no importa el como, sino el para qué y con quien- es que nos plantamos arriba, y ustedes perdonarán que haya utilizado filosofía barata de sobrecillo de azúcar... En la cima recibimos un botín visual que la verdad no esperábamos, ya que al ser esta una montaña bastante más baja que las que la rodean nos pensábamos que las vistas serían un tanto limitadas. Nada más lejos de la realidad, ya que las montañas que vimos desde la cima representaron hasta cinco valles pirenaicos (Hecho, Aragüés, Aisa, Aragón y Tena), e incluso sierras del Pre-Pirineo oscense y la Ibérica. Poca broma. La tentación de quedarse un rato más allí arriba, o incluso acercarse a coronar alguna de las puntas vecinas, era grande, pero no queríamos hacer esperar mucho a Maru, y además, esa misma tarde yo regresaba a Betxí. En Lizara nos volvimos a reunir con ella, y con unos sabrosos bocatas que nos prepararon en el refu, y unas birras, of course, despedimos este fantástico fin de semana. Con semejante rampa de salida, 2024 solo podía tomar un impulso brutal...

Refugio de Lizara, 1545 metros. Mismo punto de partida que el día anterior, pero con muchísima mejor visibilidad...

...ideal para ir capturando detalles, como por ejemplo el Pico Liena de la Garganta...

...la luna a punto de ocultarse tras las Crestas del Gallo...

...o cositas calizas de la zona del Bisaurín.

Aquí mi compañero, todavía por la GR 11, y con el circo (Val de la Fuen Fría) a remontar bien blanquito. El Puntal Alto de lo Foratón queda en el centro de la foto, un poco escorado a la izquierda.

Y aquí, seguramente absortos en alguno de nuestros habituales desvarios, ya nos habíamos salido de la ruta balizada. 

A nuestras espaldas empezaron a aparecer algunas cimas del sector Aspe, como la Punta Lecherín y uno de los mallos de Lecherines.

Como vimos factible continuar pala arriba decidimos no retroceder en busca de la GR. Tras nosotros el emblema de este Valle de Aragüés, el Bisaurín.

Mirad que panorámica tan chula se estaba formando a nuestras espaldas.

Ante semejantes condiciones nos pudimos regocijar con la fotografía, cosa que apenas pudimos hacer el día anterior.

Vista de la pala que estábamos remontando.

Este afloramiento rocoso nos fue sirviendo de referencia para no salirnos demasiado de la traza recta hasta la cima.

Pese a la inclinación de la ladera no fue necesario calzarnos crampones.

Menuda postal.

Apareció también la bella Collarada, o como la llama nuestro amigo Javi Nieto, la perla de la Jacetania.


Vemos aquí el Collado de lo Foratón, por el que si que pasaríamos en la bajada, con el Bisaurín

Palas y picachos de las Crestas del Gallo, tras las que aparece la Peña Oroel. Cierran el horizonte las sierras de Guara, Gratal y Loarre.

Detalle del afloramiento rocoso.

Mi compi, señalando el Bisaurín. Toni, Maru, esta la tengo que volver a subir con vosotros amigos 😉.

Las vistas, cada vez mejores. Precioso skyline de las cimas del sector Aspe (Liena del Bozo, Liena de la Garganta, Lecherines), con la Collarada.

Detalle del grupo de cimas de Bernera, con la garganta del Achar de Catiellas, en la cual estuvimos inmersos el día anterior, y bajo una buena nevada, camino del Valle de los Sarrios.

Afrontando, en su tramo más inclinado, la parte final de la pala.

Toni, rematando la subida.

Puntal Alto de lo Foratón, 2154 metros. Primera cima de 2024 y bajo un cielo impoluto. Quedaros con la piedra que estamos sujetando, que luego os cuento algo, mejor dicho, veréis algo, sobre ella 😅.

De momento hubo que abrigarse, que hacía rasquilla allí arriba.

Repasemos las vistas. Lo primero que llamó nuestra atención fue esta potente montaña...

...se trata de la Punta Agüerri, y es una seria competidora al reinado...

...del Bisaurín.

Aquí vemos con detalle su pala meridional, por la que se salvan los más de 600 metros de desnivel entre el Collado de lo Foratón y la cima, y que es la vía más habitual para alcanzar la cumbre. Nosotros en 2013 subimos por ella, y qué bien nos hubiesen venido unas raquetas de nieve. 

Entre Punta Agüerri y Bisaurín quedan este grupo de montañas, entre las que destacan las diferentes puntas de Costatiza y el Pico de Secús.

Mirando hacia el vecino Valle de Hecho vimos esta maravilla...

...con la Boca del Infierno y el macizo de Peña Forca/Lenito/Alano.

Boca del Infierno y espectacular geología de la Punta del Rincón de Alano.

Volvemos a girar la vista hacia el Achar de Catiellas...

...para observar al único representante del Valle de Tena que se dejó ver, muy tímidamente, eso si, el Pico Palas, la pirámide perfecta.

De nuevo sector Aspe/Sierra de Aisa...

...con la poderosa Collarada, escoltada por alguna de las cimas del Circo de Ip (Pala de Ip, Punta del Águila y Pala de Alcañiz).

Tanta cerveza y tanta sidra tenían que salir por algún sitio 😅. Al fondo el Moncayo, que será el protagonista del próximo reportaje del blog. A continuación un pequeño vídeo en el que además de las vistas desde la cima podréis ver algunas tontás de Toni, incluido el affaire con la piedra 😂.




Fotos del descenso. Ahora si, por donde tocaba 😅.

En esta ancha arista se habían formado algunas cornisas, que siempre dan un buen resultado fotográfico.

Toni, el Puntal Alto de lo Foratón y la vecina Punta de Gabás.

Venteada arista, Cuello de lo Foratón y Bisaurín.

Amplísimo Collado de lo Foratón, situado a 2016 metros.

A la izquierda de Toni, en la vertiente occidental del collado, queda la depresión que recibe el topónimo de lo Foratón.

Menudo magnetismo el de Punta Agüerri, quedaba apuntada para una futura escapada a estos valles occidentales.

Bernera, Bozo, Garganta, Lecherines... Desde el Collado de lo Foratón.

Ya de bajada a Lizara pudimos dibujar visualmente el directo itinerario de subida que nos habíamos marcado.

Lo dicho, nos vemos pronto Punta Agüerri.

Diferentes perspectivas de la cima ascendida durante la bajada... 

...

...

...en la que también descubrimos algunos interesantes detallitos geológicos.

Lizara a la vista, con Maru esperándonos al solecito.

Despido el reportaje con la típica imagen del Refugio de Lizara con el Bisaurín detrás. Gracias a la gente del refugio por haber contribuido a que este fin de semana de fin de año fuese tan especial. 


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