27 de septiembre de 2025

Cap de la Gallina Pelada (2321 m.)

Domingo 24 de marzo de 2024

Continuamos en el Berguedà. Tal y como os comenté en la entrada anterior, tras finalizar la fantástica ruta a la Tosa d'Alp, y por recomendación de David, nos fuimos a la Serra d'Ensija, para el día siguiente, desde las inmediaciones del Coll del Pradell, subir a la cima más emblemática, y también la más alta, de esta sierra barcelonesa, el Cap de la Gallina Pelada.




Es cierto que existían otras opciones para subir a esta cima, pero esta subida desde el Coll del Pradell se adaptaba perfectamente a las necesidades de nuestro modus operandi en las rutas de domingo de nuestras escapadas de fin de semana, es decir, ruta de 3/4 horas, que nos permite luego comer en algún pueblo cercano y por la tarde regresar tranquilamente a Betxí.
Al ser esta una subida tan directa, la ruta no tuvo mucha variedad, a lo que se sumó también el hecho de subir y bajar por el mismo camino. Así que el recorrido se podría resumir en una primera parte bastante vertical, por el interior del bosque, y una segunda más llevadera y sostenida en cuanto los árboles dieron paso a los prados y pastizales de altura, todavía amarillentos, pero que ya le ganaban la partida, y con claridad, a las superficies nevadas, aún así hubo un par de tramos que precisaron de colocación de crampones.
La zona alta de esta Serra d'Ensija, de relieves suaves, es realmente bonita, y el principal reclamo visual de su punto culminante, el Cap de la Gallina Pelada, tiene un nombre propio: Pedraforca. Se divisan otras sierras y montañas, si, pero el Pedra acapara casi todos los focos. Nosotros esa fría, pero soleada mañana, y por cortesía de la inversión térmica, gozamos de un regalo adicional, y es que todos los valles del Berguedà yacían bajo un mar de nubes, que se tradujo en un precioso espectáculo visual desde las alturas.
Tras la ruta, y ya de camino a casa, paramos en Berga, a darnos el homenaje gastronómico, en el que no faltaron las obligadas bravas, acompañadas esta vez por una deliciosa coca de verduritas y queso de cabra. Como la ruta, sencillo pero exquisito...

Primeros compases de la ruta, en los que el sendero, tras pasar junto a la Font Freda, se abre paso entre el boj.

Más arriba, cuando el terreno empezó a ganar inclinación, llegamos a una torrentera, que se había comido algún trozo del sendero. Tuvimos el primer contacto visual con el Pedraforca, observando que tenía unas nubes en su base...

...y que no imaginábamos ni por asomo que fuese un mar de nubes de tales dimensiones.

Poco a poco la barrera visual del bosque fue menor, pudiendo disfrutar con menos límites de este fantástico panorama...

...que se prolongaba también hacia el valle del Llobregat.

Exprimiendo la mirada en esa dirección pudimos distinguir tres colosos de la Alta Cerdanya y el Capcir: El Puig Pedrós de Lanós, el Puig Carlit y el Puig Peric.

Volvemos a dirigir la mirada a las montañas que teníamos más cercanas...

...que no eran otras que el Pedraforca y la Serra del Cadí.

No es la perspectiva que más conocemos del Pedra, pero aún así pudimos distinguir algunos de los puntos más característicos de esta montaña, como los dos pollegons (el Superior y el Inferior), la Tartera de Saldes o la cima del Calderer.

Dejamos, momentáneamente, el Pedraforca, para centrarnos en la ruta, que comenzaba a entrar en los prados de altura.

Las panorámicas continuaban ampliándose, pudiendo distinguir montañas del sector de Núria.

Un poco más cerca quedaban les Penyes Altes de Moixeró y la Tosa, en cuya cima habíamos estado el día anterior.

Visión más general de las vistas que se nos habían abierto hacia el este.

Alcanzamos este pequeño collado, donde la pendiente empezó a suavizar...

...aunque para hacer este tramo me tuve que calzar los pinchos, pues había alguna que otra placa de hielo un tanto traicionera. Al final, y tras haberles dado un paseo en la mochila el día anterior, los crampones no fueron una carga innecesaria en esta escapada.

La helada subida que venía requería atención, así que aproveché la parada a poner crampones para empaparme aún más si cabe del espectáculo.

😍

Tras remontar esa pendiente alcanzamos la zona alta de la sierra, en la que ya predominaban los prados. Quité crampones.

Vemos algunas cotas del sector central de esta Serra d'Ensija.

Y aquí tuvimos el primer contacto visual con el Cap de la Gallina Pelada.

Tras superar una pequeña loma nos vimos asomados a la hoya en la que está situado el Refugi de Serra d'Ensija. Esta fotografía me hace gracia, ya que la perspectiva de la foto, con la presencia de Laia, hace que el refugio parezca una maqueta 😅.

Refugio Serra d'Ensija, antiguamente conocido como Refugi Delgado Úbeda, situado a 2156 metros de altitud. Esa mañana lo encontramos cerrado.

Dejamos atrás el refugio y nos pusimos con la subida definitiva, en la que nuevamente hubo un tramo en el que me tuve que colocar de nuevo los crampones.

Me encanta esta foto, no en vano es la que he escogido para encabezar el reportaje.

Suave, pero resbaladiza pendiente, que nos hizo alcanzar un collado previo a la cima.

Este collado nos asomó al sur, donde vimos que también había un mar de nubes...

...del que emergía la dentada e inconfundible silueta de Montserrat.

Preciosa estampa de esta Serra d'Ensija, en la que distinguimos otra de sus cimas más conocidas, el Serrat Voltor, que es la que está totalmente poblada de pinos.

Ya teníamos la cima al alcance.

Antes hay una antecima, a pies de esta nos asomamos a poniente, pues el mar de nubes también se prolongaba en esa dirección.

Cap de la Gallina Pelada o Cap Llitzet, 2321 metros, y que tuvimos para nosotros solos.

Vamos con el pertinente repaso panorámico. Empezamos, como no, hacia el norte...

...con la Serra del Cadí y el Pedraforca, del cual, y al ir retrocediendo el mar de nubes, pudimos ver su base...

...y justo en la base del Pedraforca está el pueblo de Saldes. La primera vez que subimos al Pedra, en 2011, lo hicimos partiendo desde las calles de Saldes. Si os apetece ver como éramos hace 14 años os adjunto el vídeo, que reedité en 2022, que resume aquella inolvidable aventura.



Miramos ahora a levante. Vemos en primer término el Serrat Voltor...

...y tirando de zoom el grupo del Puigmal, con otras montañas de la zona como el Bastiments, el Torreneules o el Balandrau.

En la misma dirección, pero tirando un poco al norte, Serra de Moixeró y la Tosa. Tras estas vimos asoman...

...picos de la Fontnegra, Puigpedrós, Puig Pedrós de Lanós, Carlit, Peric.

Oeste. Serra de Boumort en el centro, y detrás con algo de nieve, el macizo del Port del Comte. A la derecha se aprecia un skyline...

...en el que identificamos cimas como el Turbón, Cotiella, Posets, Aneto, Punta Alta de Comalesbienes o el Pic de Peguera. Un lujazo de vistas.

Una pareja de montañeros nos hicieron el relevo en la cima. Los fotografiamos desde la antecima, a la que nos encaramamos tras haber pegado un bocado resguardados del cortante vientecillo que soplaba arriba.

Desde allí, al sur, vimos la Roca Gran de Ferrús. Por esta vertiente existe una interesante subida, que nos apuntamos, al Cap de la Gallina Pelada.

Descenso. No pondré muchas fotos del mismo. Volvimos a pasar junto al refugio.

Bastante afluencia de montañeros durante toda la bajada...

...y es que la Gallina Pelada es una montaña muy popular en los círculos excursionistas de Catalunya, y además la fantástica mañana invitaba a salir al monte.

Con Laia y el Pedraforca despido este reportaje.












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