17 de septiembre de 2025

La Tosa d'Alp (2536 m.)

 Sábado 23 de marzo de 2024

Escapada de fin de semana a la comarca barcelonesa del Berguedà y a la zona del Parc Natural del Cadí-Moixeró, la cual solo conocía de las dos ascensiones al Pedraforca (en 2011 y 2014). Esta vez el objetivo fue subir a la Tosa d'Alp, o la Tosa a secas, una montaña muy humanizada en su vertiente norte, pero cuya subida por la vertiente sur, además de presentar un escarpado y salvaje paisaje, salva un desnivel de 1300 metros, y ofrece la posibilidad de encadenar varias cimas.



Ese sábado tuvimos el privilegio de contar con la compañía de nuestro gran amigo David Bonilla, que cuando le comenté que íbamos a subir a esta zona del Pirineo catalán no dudó en apuntarse a esta magnífica ruta, que copiamos a Xavi, del blog El BuscaRacons, y que os paso a describir de forma más detallada en la generosa galería fotográfica que viene a continuación.

Esta ruta comenzó, y acabó, en esta revuelta de la carretera que desde Bagà sube al Coll de Pal. Al lado mismo del punto de inicio, y a pies de la vertical vertiente sur de la Serra de Moixeró, se encuentra...

...el caserío de l'Hospitalet de Roca-sança. Unos perros alertaron de nuestro discreto paso por allí. No fueron para nada discretas las montañas y sierras de la zona, que de inmediato empezaron a asomar...

...como la Serra d'Ensija (con globo incluido), por la que caminaríamos el día siguiente...

...o el emblemático Pedraforca, que sacaba una de sus dos cabezas tras la Roca Tallada.

Sendero, que desde l'Hospitalet sube hasta el Coll de Jou, y por el cual salvaríamos los primeros 700 metros de desnivel de la ruta.

El sol empezaba a proyectar sus primeros rayos sobre las escarpadas laderas de esta vertiente meridional de la Serra de Moixeró.

A pesar de la aparente verticalidad del terreno fuimos encontrando varios descansillos durante la subida que la hicieron más llevadera. Penya Tallada y Pedraforca al fondo.

En este punto pudimos apreciar los contrastes de esta misma vertiente sur, con mucho más arbolado mirando a poniente...

...y calizas más desnudas y escarpadas mirando a levante.

Otro arreón en la subida.

Fabulosas calizas, que más tarde veríamos desde una perspectiva diferente.

Tramo del sendero que pasa junto a la base de la Roca-sança...


...en la que llamó nuestra este símbolo, iniciales y fecha tallados en la roca.

Otro descansillo, antes de afrontar la subida...

...al estrecho paso del Collet de Deogràcies.

Cerca de allí conseguí esta bonita foto del Pedraforca.

Y tras pasar por el Collet de Deogràcies una corta subida nos hizo alcanzar el Coll de Jou y el cordal principal de la sierra. Primeras, y todavía limitadas, vistas hacia el norte y la Cerdanya...

...que se unían a las que ya conocíamos hacia el sur y el Berguedà.

Y de nuevo el emblema montañero de esta comarca del Berguedà, el Pedraforca, con la Tartera de Saldes y sus dos pollegons ya bien definidos.

Desde el Coll de Jou enfilamos el cordal en dirección este, pasando bajo bonitos tramos de pinada.

En un claro del bosque David me hizo mirar hacia el oeste...

...para identificarme la cima de les Penyes Altes de Moixeró, a la que subió él unos años atrás, también por esta vertiente sur y que representa la excusa perfecta para una próxima visita a esta sierra.

Antes de afrontar un nuevo tramo de potente subida pasamos por este rincón tan chulo...

...y que también tiene un topónimo la mar de bonito, la Pleta del Llamp.

Espectacular paisaje calizo.

Detalles de esta Pleta del Llamp.

De nuevo en subida, en la que se añadió una nueva protagonista al elenco visual...

...la Serra del Cadí, con bastante nieve en las afamadas canales de su vertiente norte, y que asomaba tras les Penyes Altes de Moixeró.

Este tramo de subida nos hizo ganar una buena tacada de metros, sino mirad lo abajo que habíamos dejado la Pleta del Llamp.

Pedraforca, Cadí y Penyes Altes, en perfecta triangulación.

Esta subida nos hizo alcanzar una zona más rocosa, y en la que el arbolado ya casi desapareció por completo. Frente a nosotros apareció el contrafuerte occidental de la Tosa...

Y a la derecha del sendero la que iba a ser la primera cima de la jornada, el Puig de la Canal Freda.

Desde este punto pudimos observar algunas cicatrices artificiales en las laderas de la Tosa, y es que en esta parte de la montaña hubo algunas explotaciones mineras, en las décadas 50 y 60 del pasado siglo.


Para alcanzar esta primera cima tuvimos que abandonar el sendero y trepar fácilmente roquedo arriba. Fue la única dificultad técnica de todo el recorrido.

David en la cima...

...en la que ya si, pudimos gozar de muy buenas panorámicas hacia la Cerdanya, de las montañas que limitan con Andorra e incluso horizontes aragoneses.

El equipo Choriburger, en el Puig de la Canal Freda, de 2331 metros.

Desde allí tuvimos el primer y pleno contacto visual con la Tosa, objetivo principal de la jornada.

Cautivador paisaje, con todos esos pináculos calizos aflorando en las laderas meridionales de la Tosa...

...y deslizándose hacia lo que supusimos que es la Canal Freda.

Y evidentemente, desde esta cima, también pudimos disfrutar, y de manera más amplia, del fantástico panorama que nos había amenizado la subida.

Hollada esta primera cima fijamos nuestra mirada en la siguiente, el rocoso Puig de la Mena, que lo teníamos justo en frente.

Nos pusimos en marcha. Inicialmente pensamos bajar del Puig de la Canal Freda siguiendo su cresta oriental, pero llegó un punto que la vimos demasiado aguda...

...por lo que decidimos bajar, más o menos, por donde subimos. La hilera de pinos allá abajo delata el Torrent de Fontllebrera.

Recuperamos el sendero principal, que se enfilaba hacia al Coll de la Solà del Riu.

En el collado, y al rasero de unas rocas, David sacó su hornillo y preparó dos cafés con leche, que nos tomamos mientras disfrutábamos de estas vistas de la Canal Freda...

...o nos fijábamos en la siguiente cima a subir...

...y la que habíamos subido minutos antes.

Tras la reconfortante parada cafetera nos pusimos en marcha. Dejábamos atrás el Coll de la Solà del Riu y el Puig de la Canal Freda.

El trazado del sendero nos introdujo en la vertiente norte del Puig de la Mena, en la que pisamos los únicos neveros del recorrido.



En este tramo a la sombra tuvimos que extremar precauciones pues la nieve estaba muy dura, si no que se lo pregunten a uno de estos tres runners, que se pegó un batacazo importante.

Para subir al Puig de la Mena repetimos la operación que llevamos a cabo en el Puig de la Canal Freda, abandonar el sendero y subir al trochemoche, con la salvedad de que aquí no hubo que utilizar las manos.

La liebre de Arrancacepas 😅, coronando.

Puig de la Mena, 2413 metros.

Foto de equipo en la segunda cima del día.

Este Puig de la Mena es un inmejorable mirador hacia la Tosa.

Vistas hacia el sur, y hacia la zona por la que discurriría la primera parte de la bajada hacia l'Hospitalet...

...pero para eso aún quedaban un par de horas, y antes teníamos que rematar la subida a la Tosa. El primer paso para ello fue acercarnos al Coll de la Vall, y una vez allí recuperar el sendero principal.

Vistazas durante la subida final a la Tosa...

...con las dos cimas subidas anteriormente más los demás protagonistas que ya conocéis.

De nuevo el Bonilla, al más puro estilo Chiappucci, se escapó del pelotón y coronó en solitario, qué fuerte que está el amigo 😉.

La Tosa, o Tosa d'Alp, 2536 metros.

Balcón de lujo hacia la Cerdanya, tanto la catalana como la francesa, y el amplísimo valle del Segre.

El equipo al completo en la cima de la Tosa.

En la Tosa se nos abrió un amplio panorama visual, sobre todo hacia el norte, del cual todavía no habíamos podido disfrutar. Hagamos un repaso. Valle del Segre, y al fondo un skyline en el que entran montañas de la Vall Fosca, Aigüestortes, Val d'Aran e incluso las Maladetas.

Vemos aquí las montañas del sector Eyne/Nùria, destacando el Puigmal a la derecha.

Skyline divisorio de la Cerdanya y Andorra. Destacan cimas como la Tossa Plana de Lles, la Muga o el Puigpedrós, montaña más alta de la provincia de Girona, ascendida en este 2025, unas semanas antes de publicar este reportaje.

Estos tres, y ya mirando hacia el Capcir, son el Puig de la Portella Gran, el Puig Peric y el Petit Peric. Bajando de esta última, en enero de este 2025, tuve un pequeño accidente, que me provocó una lesión en la rodilla que me ha tenido seis meses en el dique seco.

Esta otra montaña destacada, de la zona Puymorens/Carlit, es el Puig Pedros de Lanoux. Se me pasó hacer un zoom al gran Carlit, montaña en la que en 2022, mientras bajaba, me rompí un hueso del tobillo, las dos veces que he estado en esta zona del Pirineo francés he acabado en urgencias 😅. 

La Tosa tiene un par de cotas secundarias al sur. Nos subimos a una de ellas. Desde ella os enseño el Refugi Niu de l'Àliga, que se trata del refugio guardado situado a mayor altitud de todo el Pirineo Catalán, y si no me equivoco, de toda la vertiente sur de la divisoria. Desde hace unos años, los remontes de la estación de esquí de la Massella también llegan hasta la cumbre.

Desde esta cota secundaria también gozamos de esta preciosa visión del la Vall del Llobregat, que nace en Castellar de n'Hug, no muy lejos de donde nos encontrábamos. Hemos visitado, ya recuperado de la lesión, este nacimiento, les Fonts del Llobregat, a principios de septiembre de este 2025.

Disfrutado del festín visual proseguimos con la ruta. Dejamos atrás la Tosa, cruzamos los Rasos de Comabella...

...y enfilamos el cordal del Serrat Gran. Al fondo el Puigllançada.

¡¡Ojo!!! ¿Se avecinaba persecución?...

...pues va a ser que no 🤪. Este Isard forma parte del Circuit de la Natura de la Tosa, una pequeña ruta interpretativa, pensada para los más peques, en la que se pueden encontrar reproducciones, a tamaño real, de los animales salvajes de la zona.

En otro punto del cordal, y mirando ladera abajo, algo llamó nuestra atención...

...¿recordáis que os había dicho que en la zona hubo explotaciones mineras?, pues pudimos distinguir las ruinas de una cabaña, la Cabana de la Mena, en la que vivían los mineros.

Tras pasar por la insignificante cota del Puig de Comabella empezamos a bajar hacia la Collada de Comabella.

Aquí recuerdo que me senté a sujetar a Laia, pues íbamos a cruzarnos con un perrete, y David nos hizo esta bonita fotografía.

Bajando a la Collada de Comabella, con el siguiente objetivo cimero, el Cap del Serrat Gran, a la vista.

En este collado volvimos a retomar el contacto visual con la vertical vertiente sur de la Serra de Moixeró...

...pudiendo ver incluso el punto, 1000 metros más abajo, donde habíamos empezado la ruta. Espectacular entorno.

Vistazo atrás al cordal recorrido, con los escarpes que caen al valle del Riu de l'Hospitalet.

Tras una pequeña parada en la Collada de Comabella nos esperaba la última subida importante de la jornada, la que nos llevaría a la cima del Cap del Serrat Gran.

Fue una subida corta pero explosiva, y más aún con los más de 1300 metros de desnivel que llevábamos a cuestas. Mientras David y yo negociábamos las últimas rampas, Laia ya había alcanzado la cima, y hasta le había dado tiempo de hacer dos amigas.

Cap del Serrat Gran, 2402 metros. Cuarta, y última, cima de la jornada.

Era el sitio ideal, con este soberbio paisaje, para sacar los bocatas y hacer la más que merecida pausa para la comida.

La Tosa limitó las vistas hacia el norte, pero no lo suficiente para que no asomasen de nuevo las montañas del Capcir, pudiendo, ahora si, señalaros el Carlit, justo en el centro de la imagen.

Desde la cima pudimos ver la siguiente estación de la ruta, la Collada de Comafloriu, en la que iniciaríamos la bajada definitiva.

De camino allí pasamos por un pequeño karst.

Bajando a la Collada de Comafloriu. Por cierto, qué bonitos topónimos los de esta ruta.

La Collada de Comafloriu, además de extensísima...

...muy panorámica.

Llegaba la hora de afrontar la bajada definitiva, que haríamos por la margen izquierda del valle del Riu de l'Hospitalet.

Las vistas durante este primer tramo de bajada, y antes de ser engullidos por el bosque, fueron excelsas.

Esta perspectiva de la vertiente sur de la Serra de Moixeró resultó ser incluso más espectacular que la que tuvimos durante la primera parte de la ruta.

Fantástica estampa de les Penyes Altes de Moixeró.

A punto de adentrarnos en el bosque...

...en el que tuvimos alguna vista parcial de las verticales y calizas laderas de la otra vertiente del valle.

Vistazo hacia el Coll de la Solà del Riu, en el que habíamos tomado el café con leche unas horas antes.

Y para añadir más variedad de la que ya tuvo la ruta, nos plantamos en esta pradería de altura, conocida como Pla Bagà, y que nos ofreció un bonito contraste con las montañas del entorno...

...ya fuese el Pedraforca...

...les Penyes Altes de Moixeró...

...o la propia Tosa d'Alp.

Tras este tramo llano de los prados el terreno se volvió a poner cuesta abajo. Ya distinguíamos los tejados...

...del Refugi del Rebost...

...en cuya terraza, y al agradable solecito, nos tomamos unas cervecillas. Apuntar que, desde el Coll de Jou, y hasta el Refugi del Rebost, el trazado de nuestra ruta coincidió con una parte del recorrido de la travesía por etapas Cavalls del Vent.

Tras la parada en el refugio afrontamos la corta subida al Coll de la Gavarra, séptimo y último collado de la ruta.

Allí nos despedimos de la Tosa.

La práctica totalidad de lo que restaba de ruta fue por un cómodo camino forestal. Menuda ruta guapa nos marcamos David, Laia y yo ¿no creéis?.

Valle del Riu de l'Hospitalet y el Cap del Serrat Gran al fondo.

l'Hospitalet de Roca-sança, en su privilegiada ubicación, a la vista. Esta extraordinaria ruta llegaba a su fin. Tras despedirnos de David, que se volvía a Castellar del Vallès, Laia y yo nos fuimos a Bagà, a tomarnos una señora ración de patatas bravas. Luego nos fuimos al Coll del Pradell, en la Serra d'Ensija, a cenar y a dormir allí, pues la mañana siguiente nos íbamos a enfrentar a una gallina de dimensiones desproporcionadas 🤪. Os lo cuento en diez días.



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