Montanejos: Sendero de la Bojera

Domingo, 1 de febrero de 2015

Nos vamos hasta Montanejos, en el Alto Mijares castellonense, sobran las presentaciones, a recorrer uno de sus senderos más clásicos pero por ello no menos espectaculares, la Senda de la Bojera, privilegiado mirador del angosto Barranco de la Maimona, y uno de los senderos más bonitos de toda la provincia.

Con Eva engripada en la cama, y con unas previsiones de fuerte viento que ya se estaban cumpliendo, a nada estuve de quedarme yo también en ella, y es que el día invitaba más a eso, a estar acurrucado entre los brazos de Morfeo bajo el calor de las mantas que a salir al monte, y si llego a hacer hoy el habitual ritual de "cinco minutitos más..." seguramente no estaríais leyendo estas lineas...

Pero al final me pudieron las ganas y me levanté, la idea, la misma que tenía preconcebida desde el día anterior, ir a Montanejos, pero haciendo una ruta más corta de lo previsto, así que una vez me quité las legañas y desayuné, cogí a la Laia y para allá que nos fuimos los dos.

A las nueve tocadas llegamos a una hoy atípica Montanejos, no hay moteros, no hay escaladores y tampoco hay excursionistas, parece que el viento anunciado ha echado para atrás a todo el mundo, a todo el mundo excepto a Laia y a mi, claro... pero por los pelos.
Vamos a realizar un recorrido completamente circular de poco más de  9 kilómetros, subiremos por la senda de la Cueva Negra hasta el Colladillo, y desde allí bajaremos hasta el cauce del Barranco de la Maimona, tras cruzarlo volveremos a ganar cota hasta llegar a la Bojera, y siguiendo este sendero volveremos a Montanejos.

La primera senda, la que lleva al Colladillo, y que por la que de momento vamos protegidos del viento, ya me la conozco, pasamos por ella la única vez que he hecho una excursión por aquí, sí, aquí donde me veis, el menda solo había estado una vez de ruta en Montanejos, imperdonable... el sendero, siempre en ascenso, es agradable, y envuelto de pinadas, que de vez en cuando nos permiten ver un poco más allá de ellas, como por ejemplo el altivo Morrón de Campos, los Estrechos e incluso un poco más allá, los cingles bajo los que está remansada el agua del Embalse de Arenoso.
Como viene de paso nos desviamos a ver la Cueva Negra, ya la visité en la ocasión anterior, pero me apetecía volver a hacerlo, cavidades tan chulas como esta no se ven todos los días, además no quedé demasiado satisfecho de como me quedaron las fotos aquel día, así que a ver si hoy me salían mejor, cosa que, francamente, creo que no conseguí.

Empezamos la ruta, seguimos brevemente la carretera que nos había llevado hasta Montanejos, foto tomada desde el puente que cruza la Maimona, cuyas paredes ya apreciamos

Seguimos por la carretera, superamos el puente de la carretera que va a Zucaina, y echamos un vistazo a una de las zonas de baños del Mijares

Primer sendero de la mañana, hacia la Cueva Negra y el Colladillo, y bajo la mirada del Morrón de Campos o Frontón

Si echamos un vistazo más en la lontananza podemos ver las paredes de los Estrechos, en primera instancia, y los cingles bajo los cuales está el Embalse de Arenoso

Llegamos hasta la Cueva Negra

Entramos brevemente, aunque a decir verdad dentro se estaba mejor que fuera, para hacer un par de fotos

Las dimensiones de esta cavidad son gigantescas

Alcanzamos el Colladillo, se me pasa por la cabeza añadir un extra a la ruta y subir al Morrón de Campos de forma fugaz, pero más fugaz fue el paso de esa idea por mi cabeza, tan fugaz que enseguida se esfumó.
Desde el Colladillo empezamos el descenso hacia la Maimona, el sendero sigue siendo agradable, y más ahora que vamos en descenso, es en este punto donde empezamos a notar la fuerza con la que sopla en viento, no en nuestras carnes, sino en las copas de los pinos, que de momento nos protegen de él.

Camino del Colladillo, siempre por buen sendero

Al llegar al Colladillo encontramos el poste señalizador en el suelo, a la derecha nos encaminaríamos hacia el Morrón, seguir recto lo hará hasta la Maimona, esta es nuestro camino

El sendero tiene tramos tan bonitos como este, esas piedras nos vinieron de perlas para almorzar

Empezamos a bajar hacia la Maimona, hasta el momento las tupidas pinadas nos habían privado de ver las montañas de alrededor, va cambiando la tónica, en la imagen la Rosada, o al menos eso creo, seguro que Emilio me saca de dudas

Estos cingles delatan la cada vez más cercana presencia del Barranco de la Maimona

Estamos en el mismo cauce de la Maimona, es una gozada verlo de nuevo con agua, puesto que este verano se llegó a secar, y eso que este es un barranco de aguas permanentes, cuatro rocas estratégicamente colocadas son suficiente garantía para acabar la ruta con los pies secos, ahora, tras cruzarlo, lógicamente tocaba remontarlo por la ladera opuesta, y lo íbamos a hacer por un sendero precioso, delicioso incluso, a tramos exageradamente bonito y exuberante de vegetación, la ruta cada vez nos estaba gustando más, y lo mejor estaba por llegar.

Alcanzamos el cauce de la Maimona, y cruzamos sus vivarachas aguas

Andamos cerca de un barranco, y como suele ser habitual en estas latitudes, son abundantes los zarzales, que dotan al entorno de este exuberante aspecto

Por momentos me recordó a este sendero que recorrimos hace unos años en Suera

Una pasada

A mi personalmente, encontrarme senderos como este me sube la moral, ¿no os pasa a vosotros?

Al mismo ritmo que gana cota, el sendero se va ensanchando, hasta convertirse en un camino en toda regla, y que lo comparten, ahí es nada, un PR, un GR y un SL, el tramo de camino se hace largo, pero la recompensa que nos espera por recorrerlo es el triple de extensa.
En una de las curvas de esta pista arranca al Sendero de la Bojera, durante aproximadamente kilómetro y medio íbamos a circular por una maravilla de sendero, primero por una faja y luego colgado a media ladera, y con unas vistas espectaculares del desfiladero que forma la Maimona, sobrecogedoras, diría yo, sobre todo cuando oíamos retumbar, rebotar, casi gemir, el viento en las paredes del profundo congosto que teníamos cientos de metros más abajo.
Y es que de poder haber pasado la mañana en los brazos de Morfeo ahora estábamos a merced de Eolo, totalmente expuestos a unas ráfagas de viento que literalmente nos tambaleaban, no resultaba muy agradable parar a echar una foto, o a disfrutar del paisaje con este fuerte y frío viento, por lo que tuvimos que pasar rapidito este tramo, me quedé con el regustillo amargo de no haber disfrutado este sendero, uno de los más espectaculares de la provincia, como se merece, pero seguro que tendremos más ocasiones de volver a pasar por aquí.

Señalizaciones nuevas y con muy buen gusto, las encontramos cuando ya llevamos andando un buen tramo por pista forestal, y aún nos quedaba otro buen cacho

Al fin llegamos al plato fuerte de la ventosa mañana, la Bojera, esta primera visión del Cinglo del Castillejo ya nos deja entrever que tendremos unas vistas alucinantes

Al poco de empezar el sendero encontramos este buzón de firmas

Ya se intuyen los primeros paredones, y el tramo donde el sendero va colgado a pocos metro de los mismos

Empezamos a disfrutar a lo grande de las vistas, las fotos que vienen a continuación, no le hacen, ni por asomo, verdadera justicia a la espectacularidad del lugar

Acercando el zoom a lo más hondo de la Maimona podemos ver una cavidad, que seguro hará las delicias de los escaladores caza-techos

De momento el sendero transcurre por esta especie de faja, con verticales paredes a nuestra derecha

Nos fijamos en esta super fisura

Vistazo atrás al sendero recorrido y a las altísimas paredes que lo custodian

Pero los ojos se nos van sin remedio a la profunda garganta de la Maimona

Yéndonos a lo más profundo podemos apreciar como una especie de dique

Espectacular sin más, incluso sobrecogedor, el cauce del barranco discurre muchísimos metros bajo nuestros pies

Cruzando una pedrera, dándole un toque alpino a la cosa

El Cinglo del Castillejo, totalmente iluminado por el sol

Dejamos atrás unas vistas inigualables, lo que no quiere decir que las que íbamos a tener a partir de ahora fueran peores, nada más lejos de la realidad, el sendero, que continuaba, carente de bosque ahora, nos iba a premiar con unos bonitos y amplios horizontes, sobre todo del valle del Mijares y de buena parte de esta comarca que tanto me gusta, y claro, al no haber arbolado seguíamos aguantando las embestidas del viento, pero por lo menos, el sol, que por primera vez en la mañana nos daba de pleno, mitigaba un tanto esa fría sensación, pero tampoco era para ir parándose, por lo que hicimos rápido este descenso, y a la que nos quisimos dar cuenta ya estábamos deambulando de nuevo por las tranquilas calles de Montanejos, en poco menos de tres horas nos habíamos ventilado este precioso recorrido, que de haberme quedado en la cama nos lo hubiésemos perdido, cosa que hubiese sido una verdadera lástima.

Un saludo a tod@s.

Empezamos la bajada hacia Montanejos, mirando hacia el valle podemos ver el puente desde donde tomé la primera foto del repor

Un día que esté aburrido le voy a hacer una exploración a fondo al disco duro y contaré todas las fotos que tengo del Gegant

Durante la bajada las vistas son muy buenas, aquí podemos apreciar la cima de Gallocanta, las Canteras del Gullirno y más al fondo el Alto de las Palomas

Un vistazo al bonito valle del Mijares, con Montanejos en primer término y las Alquerías en segundo

• Longitud del recorrido: 9,5 kilómetros.
• Cota mínima: 418 metros.
• Cota máxima: 759 metros.
• Desnivel positivo acumulado: 500 metros.
• Desnivel negativo acumulado: 500 metros.
• Duración total del recorrido: 2 horas y 52 minutos.