Miércoles 31 de enero de 2018
Hoy nos vamos de aventura a Vilafamés, uno de los pueblos más bonitos del país, para nada exagera el cartel que te recibe a la entrada del pueblo, tampoco exagero yo al decir que nos vamos de aventura, ya que vamos a recorrer dos de los enclaves naturales más significativos de esta localidad; el Monte Morral y les Roques de Mallasén, ya sea trepando por el rodeno, encaramándonos por pasos equipados, descolgándonos por precarias cuerdas o internándonos por frondosos y enmarañados barrancos, así que poneros una ropa que no os apreciéis mucho y acompañadnos a Miguel Ángel y a mi en esta aventurera ruta mañanera por Vilafamés.
Rutas desde pueblos bonitos hemos empezado muchas, pero pocas han dado comienzo desde conjuntos tan monumentales e históricos como Vilafamés. Remontamos las empinadas calles de rodeno para salir del casco urbano por el sur. Lo hicimos por un empedrado, de los más bonitos y bien conservado que hayamos pisado nunca, casi lo vi yo más como una calzada que como una senda de herradura. Sea como fuere este nos hizo retroceder a aquellos antiquísimos tiempos en los que estos tipos de caminos eran los que servían para entrar y salir de los pueblos, sensación mucho más real al tratarse de Vilafamés, y que tuvimos dos veces en la ruta de hoy, ya que este tramo conformó la parte lineal de ida y vuelta de la ruta.
Al cabo de un rato dejamos el empedrado para empezar a seguir un senderillo que fue ganando altura aprovechándose de los antiguos bancales, en la actualidad poblados de pinos, aunque poco a poco se fueron afianzando las pequeñas carrascas, palmitos y otras especies más acordes al terreno rodeno en el que andábamos inmersos. Así llegamos a la base de los imponentes bloques de rodeno del Morral. Enseguida encontramos los primeros pasos equipados (cuerdas, grapas de ferrata), a los que le siguieron el paso por una estrecha repisa (equipada con pasamanos) y unos estéticos pasos entre el rodeno que nos hicieron ganar la parte alta de la cresta del Morral. Ahora solo se trataba de seguirla hasta la cima del Morral, una sección que nos evocó, sin llegar nunca a los niveles de compromiso y espectacularidad de este, al cresteo de le Agulles de Santa Àgueda en el Desert de les Palmes. Desde la cima pudimos observar la curiosidad geológica del entorno, ya que esta Cresta del Morral, mas el monte en el que se asienta Vilafamés, y más al suroeste el Tossal de Mollet, son tres grandes afloramientos de rodeno en terreno estrictamente calizo. Además tuvimos unas excelentes vistas de todo el Pla de l'Arc y como tras este van creciendo los macizos montañosos de l'Alcalatén y l'Alt Maestrat.
Por un buen sendero nos bajamos de la cima por la vertiente contraria a la que habíamos subido, por ella transcurre una pista forestal por la que podríamos haber regresado plácidamente a Vilafamés, que es lo que hubiésemos hecho de no habernos desviado a ver la pintura rupestre de les Roques de Mallasén. Lo dicho, teníamos pensado verla y luego regresar a la pista para acabar la ruta por ella, pero al final nos vimos "seducidos" por unas viejas cuerdas que parecían que le daban continuidad al sendero que nos había bajado hasta la pintura, así que nos aventuramos. Las primeras de ellas nos metieron en un sendero bastante jabalinero, que acabaría muriendo en una especie de mirador natural hacia el Barranc d'en Gil y Vilafamés, así que volvimos a subir hasta la pintura. Allí encontramos otro ramal descendente, que tras descolgarnos por un par de cuerdas más, una de ellas bastante precaria, y cruzar sobre un "fiable" tablón de madera nos acabó depositando en el mencionado barranco, por cuyo enmarañado interior nos invitó a seguir una "nueva" cuerda. Enseguida nos topamos con un salto de unos tres metros y una vieja cinta colocada para salvarlo, aunque no sé que estaba en peores condiciones, o la cinta o el arbolito a la que estaba atada. Hicimos un acto de fe y acabamos descolgándonos por ella, el arbolito aguantó, pero...¿aguantaría un nuevo envite?, ya que nos iba a tocar subir a pulso por la cinta ahora, ya que para continuar por el barranco más que cuerdas lo que nos hubiese hecho falta hubiese sido un machete...El arbolito resistió como un jabato, y cuando ya pensábamos que nos tocaría remontar hasta la pista forestal entre tal emboscada hayamos un senderillo que poco a poco se fue afianzando y que no solo nos llevó por buen camino sino que nos otorgó el poder pasar junto a la peculiar Roca Badà y tener unas fantásticas vistas del conjunto de les Roques de Mallasén. El senderillo nos acabó enlazando con el de los bancales del principio y de ahí al tramo empedrado, que como os había comentado antes, repetimos íntegro, bueno, no del todo, ya que hicimos una ligera variación para entrar a Vilafamés por otro lado y así profundizar un poco más en sus calles, que aunque las hayamos recorrido muchas veces siempre apetece hacerlo. Tanto nos gusta este pueblo que incluso rompimos una de nuestras reglas, que es, comer siempre en el monte, y si la ruta es de mediodía hacerlo en casa, hoy nos quedamos en Vilafamés, y de restaurante y menú, un día es un día.
Un saludo a tod@s.
Hoy nos vamos de aventura a Vilafamés, uno de los pueblos más bonitos del país, para nada exagera el cartel que te recibe a la entrada del pueblo, tampoco exagero yo al decir que nos vamos de aventura, ya que vamos a recorrer dos de los enclaves naturales más significativos de esta localidad; el Monte Morral y les Roques de Mallasén, ya sea trepando por el rodeno, encaramándonos por pasos equipados, descolgándonos por precarias cuerdas o internándonos por frondosos y enmarañados barrancos, así que poneros una ropa que no os apreciéis mucho y acompañadnos a Miguel Ángel y a mi en esta aventurera ruta mañanera por Vilafamés.
Rutas desde pueblos bonitos hemos empezado muchas, pero pocas han dado comienzo desde conjuntos tan monumentales e históricos como Vilafamés. Remontamos las empinadas calles de rodeno para salir del casco urbano por el sur. Lo hicimos por un empedrado, de los más bonitos y bien conservado que hayamos pisado nunca, casi lo vi yo más como una calzada que como una senda de herradura. Sea como fuere este nos hizo retroceder a aquellos antiquísimos tiempos en los que estos tipos de caminos eran los que servían para entrar y salir de los pueblos, sensación mucho más real al tratarse de Vilafamés, y que tuvimos dos veces en la ruta de hoy, ya que este tramo conformó la parte lineal de ida y vuelta de la ruta.
Al cabo de un rato dejamos el empedrado para empezar a seguir un senderillo que fue ganando altura aprovechándose de los antiguos bancales, en la actualidad poblados de pinos, aunque poco a poco se fueron afianzando las pequeñas carrascas, palmitos y otras especies más acordes al terreno rodeno en el que andábamos inmersos. Así llegamos a la base de los imponentes bloques de rodeno del Morral. Enseguida encontramos los primeros pasos equipados (cuerdas, grapas de ferrata), a los que le siguieron el paso por una estrecha repisa (equipada con pasamanos) y unos estéticos pasos entre el rodeno que nos hicieron ganar la parte alta de la cresta del Morral. Ahora solo se trataba de seguirla hasta la cima del Morral, una sección que nos evocó, sin llegar nunca a los niveles de compromiso y espectacularidad de este, al cresteo de le Agulles de Santa Àgueda en el Desert de les Palmes. Desde la cima pudimos observar la curiosidad geológica del entorno, ya que esta Cresta del Morral, mas el monte en el que se asienta Vilafamés, y más al suroeste el Tossal de Mollet, son tres grandes afloramientos de rodeno en terreno estrictamente calizo. Además tuvimos unas excelentes vistas de todo el Pla de l'Arc y como tras este van creciendo los macizos montañosos de l'Alcalatén y l'Alt Maestrat.
Plaça de la Font de Vilafamés, desde la que ya podemos ver dos de los símbolos arquitectónicos de esta villa, l'Església de l'Assumpció y el castillo. |
Otro punto de paso obligado en el callejeo por Vilafamés es la Roca Grossa. Si queréis saber más sobre ella pinchad aquí. |
Veremos más fotos del pueblo al final del reportaje, nos centramos ahora en la ruta. Abandonamos Vilafamés, y lo hacemos por este ancho empedrado. |
Siempre es especial caminar por este tipo de caminos, pero mucho más cuando estos se encuentran tan bien conservados. |
Tras el descenso inicial nuestra vía toma anchura de sendero, y se encarama hacia el monte. |
Caminar por estos firmes es como viajar atrás en el tiempo, a la época en la que nuestros antepasados utilizaban estos caminos para ir de pueblo en pueblo, o acceder a sus cultivos. |
El tramo posterior al empedrado discurre por antiguos bancales y puede resultar perdedor. Una buena referencia para saber que vamos por el buen camino son este enorme pino y esta antigua caseta. |
Un poco más arriba el sendero se va abriendo paso entre una maraña de vegetación varia. |
Así alcanzamos los rodenos de esta vertiente del Morral, por los que nos tendremos que encaramar para ganar la parte alta. |
En breve estaremos asomados ahí arriba, pero antes deleitémonos con las oquedades en la roca... |
...o las espectaculares, o fantasmagóricas, como prefiráis, formas erosionadas. |
Siempre lo he dicho; no hay mejor artista que la madre naturaleza. |
En esta imagen podemos calibrar con Miguel Ángel la altitud de estos rodenos. |
Y en esta ya podemos ver la repisa por la circularemos en un rato, y también la "V" por la que tendremos que pasar, pero, ¿por donde se sube?, ¿y como?... |
...pues por esta mini-ferrata, que ha substituido a una escalera de cuerda que había tiempo atrás. |
Tras las grapas viene la repisa, aquí está Miguel Ángel en ella... |
...y aquí estoy yo. |
Y este es el bonito paso que nos hará alcanzar la "V" que veíamos unas fotos atrás. |
Disfrutando de este sorprendente entorno. |
En esta captura podemos ver mejor la repisa por la que hemos circulado. |
En esta sección de la ruta pudimos captar instantáneas tan bonitas como esta, que se ha llevado el honor de encabezar este reportaje. |
Aunque esta tampoco hubiese sido mala candidata para hacerlo. |
Esta ya no por que salgo yo y la estropeo 😂. |
Finalizadas las poses seguimos trepando hacia arriba. Siendo miércoles por la mañana no esperábamos encontrarnos con nadie haciendo esta ruta. No fue así y coincidimos con unos chavales. |
Alcanzada la cresta tenemos una visión íntegra de Vilafamés. |
Trepada que da acceso definitivo a la parte alta de la cresta. |
Ahora solo es cuestión de seguirla, muchas veces por el mismo filo, hasta la cima del Morral. |
Aunque oigamos la palabra cresta no vamos a encontrar aquí ningún paso comprometido, aéreo ni peligroso. |
Eso sí, nos van a salir unas fotos la mar de estéticas, de esas de posturear luego en las redes sociales. |
Punto en el que dejamos de ir sobre la cresta para escorar un poco a la izquierda. |
Cara a cara. |
Cruzando una placa lisa de rodeno. |
Aparece Penyagolosa en el horizonte, posemos con estilo ante ella. |
Desde ese punto tenemos una estupenda visión del cresteo realizado, pero un momento, ¿qué vemos al final del la cresta?... |
...son los chavales de antes, venga el "selfie", la próxima vez que vengamos no se nos pasará por alto esa roca. |
Llegamos al punto más alto de esta cresta del Morral, a 552 metros de altura. |
Desde aquí arriba dominamos la práctica totalidad del extenso Pla de l'Arc. |
Mirando hacia otro lado tenemos en primer término y tapado por mi compi el Tossal del Mollet, y al fondo del todo la silueta de la Serra d'Espadà. |
Y si miramos al frente quien más destaca es nuestro amigo el Gegant de Pedra. |
Por un buen sendero nos bajamos de la cima por la vertiente contraria a la que habíamos subido, por ella transcurre una pista forestal por la que podríamos haber regresado plácidamente a Vilafamés, que es lo que hubiésemos hecho de no habernos desviado a ver la pintura rupestre de les Roques de Mallasén. Lo dicho, teníamos pensado verla y luego regresar a la pista para acabar la ruta por ella, pero al final nos vimos "seducidos" por unas viejas cuerdas que parecían que le daban continuidad al sendero que nos había bajado hasta la pintura, así que nos aventuramos. Las primeras de ellas nos metieron en un sendero bastante jabalinero, que acabaría muriendo en una especie de mirador natural hacia el Barranc d'en Gil y Vilafamés, así que volvimos a subir hasta la pintura. Allí encontramos otro ramal descendente, que tras descolgarnos por un par de cuerdas más, una de ellas bastante precaria, y cruzar sobre un "fiable" tablón de madera nos acabó depositando en el mencionado barranco, por cuyo enmarañado interior nos invitó a seguir una "nueva" cuerda. Enseguida nos topamos con un salto de unos tres metros y una vieja cinta colocada para salvarlo, aunque no sé que estaba en peores condiciones, o la cinta o el arbolito a la que estaba atada. Hicimos un acto de fe y acabamos descolgándonos por ella, el arbolito aguantó, pero...¿aguantaría un nuevo envite?, ya que nos iba a tocar subir a pulso por la cinta ahora, ya que para continuar por el barranco más que cuerdas lo que nos hubiese hecho falta hubiese sido un machete...El arbolito resistió como un jabato, y cuando ya pensábamos que nos tocaría remontar hasta la pista forestal entre tal emboscada hayamos un senderillo que poco a poco se fue afianzando y que no solo nos llevó por buen camino sino que nos otorgó el poder pasar junto a la peculiar Roca Badà y tener unas fantásticas vistas del conjunto de les Roques de Mallasén. El senderillo nos acabó enlazando con el de los bancales del principio y de ahí al tramo empedrado, que como os había comentado antes, repetimos íntegro, bueno, no del todo, ya que hicimos una ligera variación para entrar a Vilafamés por otro lado y así profundizar un poco más en sus calles, que aunque las hayamos recorrido muchas veces siempre apetece hacerlo. Tanto nos gusta este pueblo que incluso rompimos una de nuestras reglas, que es, comer siempre en el monte, y si la ruta es de mediodía hacerlo en casa, hoy nos quedamos en Vilafamés, y de restaurante y menú, un día es un día.
Un saludo a tod@s.
Bajando del Morral pasamos junto a más rodenos erosionados, el magnesio delata que son utilizados para la escalada en bloque o "boulder". |
Vistas del Barranc de Ferrer y el Tossal de Mollet. |
Durante el tramo de pista que nos aproximará a les Roques de Mallasén podremos disfrutar de estas bonitas vistas de Vilafamés. |
Aquí las tenemos, les Roques de Mallasén. |
Para bajar a ver la pintura rupestre que hay allí también encontraremos pasos equipados, un tanto rústicos pero eficientes. |
Excelente balcón hacia Vilafamés... |
...y también hacia el Morral. |
Un nuevo descuelgue... |
...y llegamos a estos rodenos, en los que hay numerosas vías de escalada en bloque. |
Vamos loco!!!, aprieta bicho!!!. |
La zona, dicho sea de paso, es espectacular. |
Bajar por cuerdas engancha, y como vemos que hay más instaladas nos lanzamos a la aventura. |
Esta primera nos llevó a un callejón sin salida, por la vegetación y por la insalvable caída. Eso sí, las vistas sensacionales. |
Volvamos arriba y probemos con esta a ver. Las cuerdas que habéis visto hasta ahora, estaban aceptablemente bien... |
...pero poco después el equipamiento ya no era tan fiable. |
Para descolgarse por esta cuerda ya hubo que poner huevos, puesto que solo tenía la camisa. |
Tampoco desaprovechamos la ocasión se subirnos a este gran bloque. |
Llegados al Barranc d'en Gil seguiremos por su interior, ya que parece que está equipado. |
Otro acto de fe, descolgarse, y luego trepar, por este viejo cintajo amarrado a un frágil arbolillo. |
Otro vistazo hacia les Roques de Mallasén, un momento, ¿eso es una cabra?... |
...efectivamente, una cabra, pero, ¿una? ¿seguro?... |
...pues había dos!!. |
Pero la ruta nos reservaba más sorpresas, una de ellas la Roca Badà, que vendría a significar algo así como Roca Rajada, esta claro el por qué, ¿no?. |
Se puede pasar, y hacer un poco el gamba, perfectamente entre ambos bloques. |
El castillo de Vilafamés entre enebros. |
Ya en el tramo que repetiremos, pasamos junto al enorme pino... |
...por el empedrado... |
...y por otro diferente al del principio de la ruta remontamos hacia Vilafamés. |
Antes de comer callejearemos un poco por Vilafamés; Ermita de Sant Ramon (s.XVIII). |
Castillo y murallas de Vilafamés (s.XIV), de obligada visita si venís a Vilafamés. |
Campanario de l'Església de l'Assumpció. |
La Torreta, antigua torre vigía, hoy casa vacacional. |
Gárgolas de l'Església de l'Assumpció. |
Vemos aquí su fachada. Edificio de estilo renacentista y con transformaciones barrocas. |
Despedimos con una de mis calles preferidas de esta población, por la que siempre procuro pasar cada vez que venimos. |
Hola Dani
ResponderEliminarVilafamés lo conozco y como pueblo cierto es que es un pueblo muy bonito y que ese Morral lo tengo pendiente desde hace mucho tiempo, pero aún no le ha tocado el turno...ya veremos cuando le llega jajaja.
Por lo que puedo apreciar, es verdad que es una ruta bonita y aventurera y que emoción no le falta, así es que habrá que tomar nota también de esta variante que no conocía y seguir esperando el turno jajaja.
Un abrazo
Jose
TROTASENDES BENICALAP
Hola Jose.
EliminarPues ahora que tenéis reciente esa cresta de Vernissa es buen momento para venir a Vilafamés, y así cogéis carrerilla con las crestas jejeje.
Yo también hacía tiempo que andaba tras este recorrido del Morral, y la verdad, no me decepcionó, lo pasamos genial en esta pequeña aventurilla.
Un abrazo.
Hola Dani.
ResponderEliminarQue bonita la ruta conjugando el pueblo con esos pasos rodenales y esos bloques tan estéticos. Veo que el rodeno en su erosión empieza a formar taffonis (busca el significado de este vocablo tan raro). En Cuenca hay algunos muy desarrollados.
No sé a vosotros, pero yo también hice una ruta no hace mucho, comiendo en el pueblo donde hicimos la ruta matinal y se me hizo raro, tan acostumbrado a comer de travesía. Eso si, casi prefiero hacerlo de marcha, pues en el restaurant me calcé las botas, como no podía ser de otra manera, tratándose de mi.
Ah decirte, que Vilafamés ya lo conocía, pues los padres de mi amiga de Benicassim tiene un terreno y alguna vez hemos ido allí a pasar la tarde. Un pueblo pequeño con mucho encanto.
Un abrazo.
Hola Toni.
EliminarHa sido oír taffoni y lo primero que me ha venido a la cabeza es algún tipo de pasta italiana, para que veas en lo que pienso yo también, en zampar, jajaja. Ahora en serio, no sabía que se llamaba así este tipo de erosión en la roca, he buscado información por Internet, sobre todo fotos, y hay algunos espectaculares, y otros que me recuerdan...a colmenillas!!!, ¿ves?, ya estamos otra vez con la comida jajaja.
No suele ser muy habitual en nosotros lo de comer en el bar, y mucho menos de menú, ya que cuando lo hemos hecho alguna vez ha sido de tapeo o bocata, sin ir más lejos el miércoles pasado salimos también Miguel Ángel y yo a hacer una rutita por la Serra Espaneguera (para ver cuales fueron los efectos del incendio del día de nochevieja) y también acabamos comiendo en un bar, pero de bocata y tercio, recuérdame que te cuente las anécdotas con el dueño del bar, todo un personaje, pero en el buen sentido ;-)
Un abrazo.
Hola Dani, una bonita y divertida ruta. Nosotros la hicimos,aunque un poco diferente, hace más de cuatro años (¡¡¡ joer como pasa el tiempo !!!) y nos lo pasamos pipa. Ahora veo que han puesto grapas en lugar de la precaria escalerilla de madera que había. Y en cuanto a la Roca Grossa la desconocía y eso que he estado un par de veces en Vilafamés, lo que son las cosas ... Bonita su leyenda.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Paco.
EliminarPues todos esos años, e incluso alguno más creo yo, llevaba en nuestra de lista de pendientes esta Cresta del Morral, incluso le hicimos una tentativa anterior a esta, sin ir más lejos a principios de verano, que fuimos Eva y yo, pero una repentina tormenta nos obligó a abandonar al poco de comenzar, al final hicimos cambio de planes, almuerzo en Vilafamés viendo llover y luego visita al Museo de Arte Contemporáneo, que al fin y al cabo no fue un mal plan.
En la próxima visita a esta localidad visitaremos la Cova de Bolimini, no creas que no me acuerdo de tu crónica ;-), y también el poblado íbero del Racó de Rata. Tu no te olvides la próxima vez de pasar junto a la Roca Grosa jeje.
Un abrazo.
Hola Dani,
ResponderEliminarBuff, no se por donde empezar...
Primero nos sorprendes con un pueblo precioso y unos empedrados espectacularmente conservados, luego sigues con unos bonitos senderos seguidos de pasos equipados y aéreos...
Después una cresta espectacular con unas vistas impresionantes, continuas con unas pinturas rupestres.
Y como no hay suficiente te vas de aventura y descubres un precioso y algo precario barranco que le da un toque aventurero perfecto a la ruta.
Si es que más no se puede pedir...
La próxima vez que vaya por tu tierra tienes que llevarme a alguna de tus aventuras... jejeje
Un abrazo.
Hola David.
EliminarSí, yo creo que más jugo no se le pude sacar a una ruta que no llega a los 8 kilómetros jeje.
Ya teníamos ganas de hacer esta ruta, llevaba mucho tiempo en la agenda para ser un sitio que tenemos a no llega media hora de casa, y además ya le hicimos una tentativa este verano pasado y no pudo ser. Ahora que ya la he hecho, y teniéndola tan cerca, seguro que la repetiré algún día, por que me encantó, eso sí, el tramo ese de las cuerdas chungas no sé si lo repetiré jeje.
Un abrazo.
¡Hola, Dani! Ruta espectacular y aventurera donde las haya. Lugar de inicio espectacular y monumental y recorrido también espectacular y monumental por esas crestas y cimas de rodeno con equipamientos a lo "juego de Play" y con esa inseguridad que le aportan la carga adrenalítica que la hacen especial.
ResponderEliminarUn abrazo.
Así es Emilio, con todos estos componentes pasamos una mañana la mar de entretenida en Vilafamés. Os la recomiendo, los pasos equipados de la primera parte de la ruta están en muy buen estado, y si se hacen con precaución, no revisten ninguna dificultad especial. Luego si uno no quiere exponerse a las precarias cuerdas de Mallasén siempre está la opción de volver a Vilafamés por el camino.
EliminarUn abrazo.
Hola Dani...
ResponderEliminarDespués de leer y ver tu crónica,sin lugar a dudas que Vilafames y ese Morral,pasan a la agenda de ''lo antes posible''...jajaja.
La verdad es que tampoco nos pilla muy lejos y por lo que he visto,en hora y cuarto como mucho estamos allí.
Esa Roca Grossa es una pasada y curiosas sus leyendas,habrá que tocarla cuando vayamos por allí,a ver que pasa...jejeje.
En cuanto a la subida a ese Morral,con ese rodeno erosionado,que vaya maravilla de la naturaleza,como tu apuntas y bueno Toni nos a ilustrado con el nombre,curiosos desde luego esos taffoni.
La subida por la ferrata,el paso por la repisa y la ''cresta'',ya te dejan con una espectacular ruta.Si le añades mas aventura,pues lo que nos has mostrado,sin desperdicio y desde luego después de leer que tan solo hicisteis unos 8 kms,pues pasada doble en tan poco,disfrutar de tanto.
Lo dicho,Vilafames en el punto de mira...jejeje
Un abrazo.
Espero que no pasen tanto tiempo en tu agenda como han estado en la mía jajaja.
EliminarLa verdad esta ruta es ideal para ahora que empieza a alargar el día y a hacer mejor temperatura, ya que el recorrido se puede realizar perfectamente por la mañana, después comer por Vilafamés, y luego bajar la comida recorriendo las bonitas calles y visitando los monumentos de la población...y por supuesto tocar, y hacer la típica foto en la que haces como que "sujetas" la Roca Grossa jajaja. Así queda más que amortizada esa hora y cuarto de coche.
Un abrazo.
Hola Dani.
ResponderEliminarNo conozco esa zona, pero ciertamente solo por visitar Vilafames, ya merece la pena acercarse.
Un recorrido, que sin duda haría bueno el día de menos es más (pocos kilómetros, pero muy bien aprovechados). Me ha gustado mucho la ruta, desde el inicio por la calzada, seguido de los pasos equipados por el rodeno, y esa cresta final, sencilla, pero muy atractiva visualmente.
Aquí en Aragón, las pinturas normalmente están protegidas por un vallado, que permite visualizarlas, pero no tocarlas.
También tuvisteis una pequeña dosis de suerte, al investigar y encontrar esos pasos equipados con cuerda, que aunque en malas condiciones, os permitieron bajar por el barranco, y caminar por una zona más bonita, a la vez que menos transitada.
En definitiva, un recorrido cinco estrellas, que añadiéndole la visita a Vilafames, da para una buena jornada, cultural y de aventura. Nosotros ahora que ya tengo fiesta los fines de semana queremos visitar otra bella localidad castellonense, Morella.
Salud y montaña!
Hola Eduardo.
EliminarPues te va a encantar Morella, además si vas a combinar la visita con senderismo hay bastantes opciones, así a bote pronto te recomendaría la Mola Garumba, por el blog tengo una reseña de esa ruta. También cabe la posibilidad de poder visitar Vilafamés también, pero queda bastante apartado de Morella, como a una hora y cuarto de coche. De todas formas los pueblecitos cercanos a Morella también tienen su encanto, y cerca de allí está también el Santuari de la Balma de Zorita, un lugar espectacular cargado de energía y leyendas.
Respecto a la ruta de Vilafamés, pocos recorridos encontraremos que aglutinen tantas cosas interesantes y a la vez diferentes entre sí en tan poca distancia. Yo algo intuía pues había leído alguna reseña del recorrido, pero mi compi lo desconocía por completo y flipó con la ruta ;-).
Es que lo de las pinturas rupestres, sobre todo las que están tan accesibles, debería ser así, vallado, en todos los sitios. Es chocante que esta de Vilafamés esté así, que la pueda tocar todo el mundo, y que por ejemplo, y sin ir muy lejos, las obras y los cuadros del bonito Museo de Arte Contemporáneo de la población no se permita tocarlos, cosa que por otra parte me parece perfecto, pero que pasa, ¿que un arte lo protegemos y el otro no?...
Un saludo.