Serra d'Espadà: Font de Castro- GR-36- GR-333- Nevera de Cuatro Caminos- la Rápita- Jinquer- Fuente del Corral- Pedralba- Font del Porc- els Ullals

Sábado 3 de febrero de 2018

Aunque hace unas semanas le di prioridad a la ascensión con nieve al Pic d'Espadà, la primera ruta del año por la Serra d'Espadà la hicimos Laia y yo unos días antes. Como habréis deducido por el título se trató de un recorrido muy completo, y también exigente (21 km., 1150+), por las sendas, bosques, fuentes, collados, cimas y patrimonio histórico del triángulo serrano Suera-Villamalur-Alcudia de Veo. Una jornada intensiva en la Serra d'Espadà, de las que hacía tiempo que no nos marcábamos, visitando lugares en los que hacía tiempo que no habíamos estado, otros en los que habíamos estado recientemente o otros por lo que todavía no habíamos pasado.

Nuestra ruta comienza en el área recreativa de la Font de Castro de Suera, a la que llega un buen asfaltado desde esta población. Empezaremos siguiendo la pista de tierra que le da continuidad al asfaltado, y que discurre en paralelo al Barranc de Pedralba. El ligero ascenso de esta pista vendrá bien para poner a tono las piernas para la pequeña paliza que nos esperaba. Al llegar a un curvón de la pista nos toparemos por primera vez con el GR 36, que convertido en sendero tomaremos a mano derecha, incrementando la pendiente progresivamente camino del Colladico Royo, en un tramo en el que la belleza también irá en aumento, sobre todo al aparecer los primeros grandes alcornoques de la ruta.

Caños de la Font de Castro, punto de partida de la ruta de hoy. Agua pura de la sierra.

Curiosa rosa de los vientos durante el primer tramo de pista forestal.

Por el GR-36, rodeados de la típica y frondosa vegetación de los barrancos de la sierra.

Poco a poco la vegetación va siendo menos frondosa, y el suelo del bosque se convierte en una alfombra de pinocha.

Esta tónica, la boscosa, será predominante en la excursión de hoy.

Pronto aparecen los primeros grandes alcornoques de la jornada.

Nuestros Ents de corcho.

En el Colladico Royo el veterano GR-36 se encuentra con el recién creado GR-333, que empezaremos a seguir en sentido ascendente, bien indicado, hacia la Nevera de Cuatro Caminos. El tramo que vendrá a continuación es una delicia, de mis senderos favoritos de la sierra y por el que hacía bastante tiempo que no pasaba. Este bosque de pino rodeno salpicado con algún alcornoque y de suelo tan limpio no ha perdido ni un ápice de magia desde la última vez que nos perdimos por él. Acabaremos saliendo a una nueva pista, que es la que nos aproximará a la Nevera de Cuatro Caminos. Decir que al salir a la pista llevaba intención de desviarme a visitar la Nevera de la Talaia, desconocida para mi, que está por allí cerca pero dentro de una propiedad privada y que creo que en la actualidad se utiliza como deposito de agua. Pero vi un vehículo dentro de esa finca y no vi conveniente entrar. Para trazar este nuevo GR además de apoyarse en caminos y senderos ya existentes también parece que han abierto o recuperado viejos senderos perdidos, como el que íbamos a encontrar a mitad camino de la Nevera de Cuatro Caminos, que nos hará llegar por sendero a ella, evitando un tramo de pista que siempre se hacía largo. Hacía tiempo que no venía a visitar esta precioso pozo de nieve arqueado, sus robustos contrafuertes nos iban a venir de perlas para almorzar protegidos del molesto y gélido vientecillo que ya hacía rato había empezado a soplar y que no nos iba a abandonar en toda la jornada. Quizás anticipaba la nevada de días después.

Colladico Royo, el aragonesismo del topónimo nos confirma que estamos en la zona castellano parlante de la sierra. Nos cruzamos, y tomamos, allí, con el GR-333, se nota por las paletas su reciente creación.

Laia disfruta un montón correteando por estos mullidos bosques, y no se cansa nunca de traerme piñas para que se las arroje.

¿Qué os dije?, ahí la tenéis, mordisqueando una piña. Mojón entre los términos de Suera y Villamalur.

Según el mapa, este bonito sendero es el antiguo camino de Matet a Alcudia.

El bosque en si es precioso, pero es aparecer los alcornoques...

...y se convierte en casi uno de cuento.

Incluso los que ya han muerto le otorgan un toque especial al bosque.

En un claro del bosque vemos la Rápita, cima y punto más elevado de la excursión.

En ese mismo claro tenemos esta perspectiva hacia el valle del Barranc de Castro, desde donde habíamos echado a andar. Al fondo en el centro el Montí.

En el mencionado valle distinguimos el Castell de Maús, lo acercamos con el zoom. No será la única foto que veréis hoy de él.

Camino de la nevera. No fue esta una ruta muy panorámica, y quitando de las vistas desde la Rápita quizás las mejores vistas a larga distancia las tuvimos en este tramo. No hace falta que os presente a la del centro de la imagen, ¿no?.

Llegamos a la Nevera de Cuatro Caminos, también conocida como Nevera de Onda o de Ximeno.

Los dos arcos de la parte superior diferencian a este pozo de nieve de los otros de la sierra.

La nevera data del siglo XVII y está catalogada como Bien de Relevancia Local. No hace muchos años fue restaurada, en el anterior enlace además de algunos datos sobre la nevera podréis ver fotos de como se encontraba ante de esta restauración.

Desde la nevera engancharemos otra pista, por ella llegaremos hasta el Collado de Cuatro Caminos, uno de ellos es sendero que nace para subir a la cima de la Rápita, y que es el que tomaremos nosotros, abandonando el GR. El sendero gana altura de forma rápida y hace un marcado giro que nos deja con una bonita perspectiva de la cuenca del nacimiento del Río de Veo, que en sus pocos más de 40 kilómetros de vida recibe tres nombres más (Sonella, Sec y Anna) antes de morir al Mediterráneo. Un poco más adelante el sendero pierde un poco de cota para volver a ponerse bravo en pos del Collado de los Refugios, donde comienza la empinada y definitiva subida al Pico de la Rápita, techo de la sierra. Un año y poco días habían pasado desde que subimos aquí por última vez, fue con nieve, y a propósito de nieve, hoy, desde aquí arriba, entre todas las magníficas vistas, la veíamos brillar, en las lejanas y alicantinas Mariola y Aitana...y pensar que hasta última hora estuve pensándome de ir a una de las dos, y que al final por la pereza de madrugar, y por pensar que quizás no habría mucha nieve allí me vine finalmente a Espadà...menos mal que como os he comentado antes días después nevó en Castelló, y pudimos disfrutar, no todo lo que nos hubiese gustado, de la nieve.

Collado de Cuatro Caminos, desde él podemos ir a las poblaciones de Matet, Alcudia de Veo, Villamalur y Algimia de Almonacid.

Nosotros tomaremos el ramal que va a esta última, que al poco que gana altura nos deja con estas vistas hacia el valle en el que nace el Río de Veo. Vemos también algunas cimas como el Benialí, la Penya Pastor o el Pic d'Espadà.

Alcornoques desnudos en el Collado de los Refugios, donde nos desviaremos para subir a la Rápita.

En esta vertiente norte de la Rápita además de pequeñas carrascas y alcornoques también podemos encontrar algún que otro familiar suyo, robles, que evidentemente en estas fechas se encuentran sin hojas.

Anteriormente había mencionado un par de veces Matet, lo pudimos ver durante la subida a la Rápita y os lo acerco con el zoom.

Más lejos se encuentra la bella Jérica, foto reventando el zoom.

La Rápita, como ya os he mostrado las vistas desde su cima en otras entradas, no me explayaré mucho con ellas y solo os pondré dos fotos, esta hacia el Alto Mijares y l'Alcalatén...

...y esta hacia el sector oriental de la sierra y al mar, con el Pic d'Espadà a la cabeza. Por cierto, octava vez que subo al Rápita, de 1106 metros...ummm, a ver, 1106x8=8848...¿me convalida esto como una ascensión al Everest? 😜😅😆.

Desde la cima empezaremos a seguir el sendero que baja hasta el Collado de la Nevera, una de las rutas clásicas de la sierra (PR-CV 63.6), la cual abandonaremos nosotros al llegar al Collado del Esparsa, justo antes de afrontar el repecho a las Dos Tetas, para tomar un senderillo que nos bajará hasta la pista del Jinquer, la cual tendremos que seguir a la derecha si queremos llegar al despoblado del Jinquer, en el que una vez más nos será imposible no estremecernos al pensar que una vez esta aldea llegó a tener un centenar de habitantes, y que sus calles, sus casas, su iglesia, tras ser abandonadas durante la Guerra Civil han quedado a merced de la vegetación, la ruina y el inexorable paso del tiempo. Que el nuevo GR-333 pase por el despoblado es una buena iniciativa de mantener viva su memoria. Siguiendo de nuevo este trazada nos iremos en busca del Castillo de Jinquer, ya que despoblado y castillo nunca van el uno sin el otro. Este pequeño castro de origen musulmán está construido sobre un peñasco rocoso que lo hace inexpugnable, solo el pasar de los años podrá definitivamente con él.

Iniciamos la bajada desde la Rápita hasta el Collado de la Nevera, que tiene tramos tan chulos como este...

...o como este.

En el Collado del Esparsa dejamos el cordal de la Rápita y empezamos a bajar hacia el lecho del Río de Veo y el Jinquer, vemos su castillo, que también entrará en el menú de la ruta.

Este sendero se enmaraña bastante antes de llegar al fondo del valle, lo que no quita que tenga algún rincón realmente bonito.

Desde la distancia ya podemos vislumbrar el despoblado del Jinquer.

Sin duda el edificio que más resalta, y que es el que mejor conservado está, es la iglesia. Entremos...

...por muchas veces que hayamos entrado esta imagen del altar con la hiedra siempre nos resulta estremecedora.

Poco a poco la vegetación se va adueñando de todo, este es una de las casas más grandes de todo en el conjunto.

Dentro de ella siempre me ha chocado esta especie de banco de trabajo.

Arcos que resisten...

...y otros que aún tienen algo que soportar.

Vivienda de dos alturas, a la que ya hace tiempo que se le hundió el techo. A proposito del Jinquer os recomiendo que os paséis por el fantástico blog Pobles Valencians Abandonats, en él Agustí intenta, y consigue, que la memoria de todos estos pueblos, aldeas y masías abandonadas no caiga en el olvido.

Tras la visita al despoblado nos acercamos al Castillo del Jinquer, aunque sé que es imposible siempre que voy le doy la vuelta para ver si encuentro un lugar por el que acceder a su interior.

Evidentemente en ese aspecto siempre me voy con las manos vacías, pero siempre con unas bonitas estampas de la fortaleza.

La hiedra es la única que actualmente puede presumir de haber conquistado este castro, del cual encontrareis más información en el siguiente enlace.

Un poco más arriba del castillo dejaremos definitivamene el GR-333 para empezar a seguir unas marcas de PR, a partir de ahora terreno inédito para mi, que tras pasar junto a la Fuente del Corral, nos encaramará hacia las lomas de Pedralba, sobre las que empezaremos a circular ahora en un largo tramo rompe-piernas que irá acumulando más y más metros de desnivel al recorrido. Sin duda la sección más atractiva de este tramo la encontraremos poco antes de llegar al Collado del Altico de Pedro Molina, en la que volveremos a deambular por un precioso y limpio bosque de pinos y alcornoques, muy similar al de principios de a ruta.

Siguiendo el PR por el que iremos subiendo a las lomas de Pedralba. Inmediaciones de la Fuente del Corral.

Como fuente no es muy glamurosa, pero al menos tiene agua.

Este tramo de las lomas es un continuo sube y baja. Durante el mismo podremos ver restos de trincheras y también los del Corral de la Patuda. 

Tras un tramo sin mucho a destacar el sendero vuelve a recuperar la esencia de Espadà.

Por mucho que he buscado no he logrado descubrir de que PR se trata este que recorre las lomas de Pedralba.

Bajada hacia el Collado del Altico de Pedro Molina.

En el mencionado collado, en el que también hay un precioso bosque por cierto, y por el que pasa el GR-36, haremos una breve parada a comer y reponer fuerzas, que aunque casi todo en descenso, a la ruta aún le quedaba un trecho. Continuaremos siguiendo el sendero que se dirige a los Órganos de Benitandús, tentado estuve de incluirlos en la ruta, pero al final tiré de cordura, sino hubiese salido una ruta cercana al los 30 kilómetros, y me seguí ciñendo al plan inicial, aunque al final lo varié un poco. Os cuento, tras abandonar el sendero a los Órganos nos íbamos a dejar caer por unas lazadas por la umbría del Casalet, conocida como els Ullals, para, tras desviarnos momentáneamente a la Font del Porc bajar a la pista asfaltada de la Font de Castro (por la que finalizaríamos la ruta) por un espectacular sendero envuelto de exuberante y selvática vegetación, por el cual ya había pasado un par de veces, pero nunca me había dado por seguir la continuidad del sendero que acerca a la Font del Porc. En una rápida consulta al mapa vi que por este sendero también llegaríamos al asfaltado, y no solo eso, sino que al llegar él tendríamos la posibilidad de tomar un camino que nos evitaría pisar asfalto. Así que al final seguimos esta última variante. Este sendero tampoco tiene desperdicio, y en muchos puntos casi alcanza esa exuberancia vegetal que os había comentando antes, además de brindarnos una espectacular y hasta ahora inédita para nosotros, visión del Castell de Maús. Más adelante toparemos con el Barranc de la Llosa, por cuyo interior empieza a bajar el sendero antes de llegar al asfaltado. Una vez en él bajaremos al cauce del Barranc de Castro, lo vadearemos y empezaremos a transitar por un ancho sendero que transcurre paralelo a él. Así, de forma tan plácida, y siete horas después de haber partido de allí, llegaremos a la Font de Castro. Otra gran ruta por nuestra queridísima Serra d'Espadà.

Un saludo a tod@s.

Parada en el Collado del Altico de Molina, a comernos unos "pastissets", uno de verdura y otro de tomate.

El PR fantasma continúa hacia los Órganos de Benitandús. Panorámicas, en una ruta escasa en ellas. Vistazo hacia el Benialí, Alcudia de Veo y el cordal del Pic d'Espadà.

Sendero que baja hacia els Ullals y la Font del Porc.

La vegetación ya deja entrever lo que se puede encontrar más abajo, que lo podéis ver en esta foto de 2012 o esta otra de 2014.

Font del Porc, esta no traía agua.

Seguimos por el sendero que continúa tras la fuente, precioso.

No alcanza exuberancia del otro sendero, pero tiene tramos muy frondosos.

Pasamos junto a la Caseta del Tio Fessol.

En los claros que nos deja el bosque obtenemos esta espectacular superposición, con el Castell de Maús y Penyagolosa.

Altiva atalaya en la que se encuentran ubicadas las ruinas de esta antigua fortaleza árabe.

No solo guarda restos históricos esta atalaya, también alguna curiosidad geológica.

La Rápita queda ya muy lejos.

Precioso sendero...

...que cuando se encamina hacia el Barranc de la Llosa cobra tintes mágicos.

Tramo del Barranc de la Llosa que conserva el empedrado. Algún duendecillo de estos bosques hizo que la cara de Laia saliese así.

Barranc de Castro, solo nos queda cruzarlo...

...y buscar el ancho sendero que discurre junto a su izquierda orográfica...

...en el que pudimos encontrar otra peculiar escultura.

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