Estanys y Refugi de Juclà

 Viernes 10 de septiembre de 2021

Segunda ruta de mi escapada veraniega a Andorra. De los días que iba a estar allí, este viernes era en el que peores previsiones meteorológicas se anunciaban, con posibilidad de fuertes lluvias incluso antes del mediodía. Así que de nuevo tocaba buscar un plan que no fuese muy pretencioso, una ruta corta que en caso de un repentino empeoramiento de la meteo me brindase la posibilidad de batirme en una rápida retirada. La subida al Refugi y Estanys de Juclà, en la Vall d'Incles, cumplía a la perfección con esas premisas y por lo tanto fue la ruta elegida.

Sorprende ir por la carretera que sube al espectacular Port d'Envalira, viendo el gigantesco dominio esquiable de Grandvalira, y desviarte por la carreterilla que se adentra en la Vall d'Incles y de repente encontrarte con uno de los valles más vírgenes de Andorra. Virgen en el sentido de que no le han metido mano con el tema del esquí, y las pocas edificaciones que hay esparcidas por allí tienen que ver con fines pastoriles y rurales. Una de esas edificaciones es el Centre d'Interpretació Vall d'Incles, en el Pont de la Baladosa, desde donde eché a andar.

La ruta no tiene complicación alguna, y es muy sencilla de seguir, los dos intersecciones importantes que encontré (ambas iban al Refugi del Sicaró) se encontraban bien señalizadas. En este bonito y sencillo recorrido encontré pureza, la pureza casi inalterada de un valle de origen glacial, y también encontré dos cosas que no me ofreció la ascensión a los Casamanya el día anterior. La primera fue una subida más escalonada, y la segunda fue variedad, la variedad que puedes encontrar cuando remontas este tipo de valles. Y es que en esa subida a los Casamanya eché de menos que el sendero se intrincara entre el granito, eché de menos un amplio abanico vegetal, y eché de menos el discurrir del agua, que hay que ver como es capaz de llenar y colorear una ruta algo tan simple como ver y oír un modesto barranquete. Pero esta subida a los Estanys de Juclà también me mostró, monumento mediante, que la montaña también puede ser cruel, y la vida efímera. Volviendo al lado amable (always look on the bright side of life) el Estany Primer de Juclà no solo es el más grande de los dos, sino que es el más grande de toda Andorra. La ubicación de estos dos lagos de montaña es espectacular, un circo granítico en el que destacan altivas torres, el Pic d'Escobes la más impresionante de todas ellas. Y allí, en ese privilegiado entorno, se halla el coqueto Refugi de Juclà.

Y la verdad sea dicha, es que este precioso entorno invitaba a continuar hacia adelante, a trasponer la Collada de Juclà, pasar a Francia, ver el Estany Negre de Juclà... Pero esos nubarrones que cubrían las montañas y oscurecían el color del agua de los lagos me hicieron tirar de prudencia, así que tampoco hubo improvisación ese día. Por donde subí bajé. Y la verdad es que a mitad bajada si que cayó un chaparroncillo importante pero breve, una avanzadilla de la pronosticada lluvia fuerte que finalmente se presentó, pero con retraso, ya bien entrada la tarde, por lo que me quedé con el regustillo amargo de que podía haber estirado esta excursión un poco más. Pero no hay mal que por bien no venga, cuando vuelva a Andorra, con mejor meteo, repetiré esta subida, y la prolongaré hasta la Collada de Juclà, luego bajaré a la vertiente francesa para visitar el conjunto lacustre del Estany Negre del Juclà, l'Estanhól y els Estanys de Fontargent, para luego regresar a Andorra por el Port de Fortangent. Seguro que será una bonita caminata.

Pero no creáis que desaproveché el resto del día. Subí con la furgo al Port d'Envalira (2400 metrazos), luego regresé a Arinsal a comer, posterior ducha y relax en el hotel, viendo como llovía, y a esperar a un buen amigo que iba a venir a cenar conmigo y a acompañarme en la ascensión al Pic de Tristaina del día siguiente 😉.

Pont de la Baladosa. Justo en el punto donde confluyen lo ríos de Juclà y del Manegor, formando el Riu d'Incles, eché a andar. Apuntar que en temporada alta veraniega no se puede acceder allí con vehículo particular, en esa época estival un trenecito eléctrico permite llegar a este punto.

Riu de Juclà. Esta pasarela de madera permite vadearlo y remontar la vertiente contraria...

...yo opté por continuar por la que iba. No pintaba nada bien el tiempo.

Acabé llegando a este llano, allí encontré...

...este bonito puente, el Pont del Travenc...

...y la fuente homónima.

Superado este paraje seguí remontando, de manera muy suave, el valle.

El granito empieza a predominar en las laderas, lo cual es señal de que a partir de ahora el avance ya no será tan cómodo.

Un ejemplo, aquí el sendero se introdujo en este acanalamiento.

Y el agua, que gozada ir viéndola y escuchándola durante la subida.

Pese a que septiembre suele ser un mes en los que los arroyos y barrancos pirenaicos suelen menguar bastante su caudal, incluso secarse algunos...

...este Riu de Juclà bajaba muy vivaracho todavía.

Más avanzada la subida encontré este puente que ayuda a vadear el torrente. Fue un buen punto en el que hacer un alto y ver todo lo que llevaba remontado.

Como podéis ver fui casi todo el rato acompañando el curso del barranco, y con tramos de senda tan chulos como el de la imagen.

Un poco más arriba ya se me empezaron a mostrar algunos de los picachos de los que vigilan la cubeta del Estany. Si no me equivoco el que destaca en la imagen es la Punta Sud de la Cresta de Juclà.

Superado el Mirador de la Pleta llegué a un punto donde el avance entre el granito iba a resultar un poco caótico.

En este tramo tuve que estar atento a las marcas amarillas y a las rojiblancas de la HRP.

Solventé el escollo sin problemas, aunque había por allí algunas que se desenvolvían mejor que yo.

Y así llegué a orillas del Estany Primer de Juclà, situado a unos 2300 metros de altitud.

El cielo encapotado oscurecía sus aguas. Al fondo vemos la Collada de Juclà y el impresionante Pic d'Escobes.

El lago está represado por un pequeño dique, de ahí que se note la línea de que lo pillé un poco bajo de caudal.

Aunque eso no le restó ni un ápice a su belleza. Detrás la Cresta de Juclà.

Preciosa estampa del Estany Primer, atisbando ya el Estany Segon y el Pic d'Escobes.

Puse rumbo al Estany Segon...

...pero esos nubarrones me hicieron plantarme aquí. Fue lo más cerca que estuve del lago pequeño.

Volviendo atrás, para ver el refugio, me volví a deleitar con las estampas del Estany Primer.

Y en tan privilegiado entorno se halla el Refugi de Juclà, situado a 2313 metros de altitud. Aquí estuve a punto de hacer una "danielada" de las mías:

Y es que al llegar al refugio y ver que estaba abierto y se escuchaba música, me dije que por qué no entrar y tomarme un cervecilla, y de paso a ver si me podían hacer un bocata tortilla, pero caí en la cuenta de que  mi cartera estaba 500 y pico metros más abajo, en la guantera de la furgoneta... Menos mal que me di cuenta antes de entrar en el refugio, imaginad menudo cuadro si llego a entrar y pido el bocata y la birra y me doy cuenta del descuido después 😥

Así que hice un frugal almuerzo en este pic-nic del exterior, que oye, con este breve solecito no estuvo mal del todo. Lo compensé horas después con un plataco de hummus y una hamburguesa vegetariana XL (todo casero), con sus patatas, en un restaurante de Arinsal.

Aproveché esa corta y semi-despejada ventana para hacer algunas fotos por los alrededores del refugio.

Este Refugi de Juclà es uno de los refugios en los que se puede pernoctar en la GRP, el sendero circular de gran recorrido que en siete etapas da la vuelta al país.

Ya en la bajada, me detuve un instante en el Mirador de la Pleta a ver este monumento, levantado en septiembre de 2011 en homenaje y memoria de las cinco personas que fallecieron unos meses antes en ese mismo lugar, en un terrible accidente de helicóptero, cuando subían a hacer labores de acondicionamiento del Refugi de Juclà.

Cada una de las cinco personas fallecidas tiene allí su recordatorio.

Y el resto de la bajada me obligó a enfundarme la membrana de lluvia y a sacar lo mínimo la cámara. Esta es una de las pocas fotos que hice.

Y abajo me entretuve haciendo algunas fotos por el valle. Mirad que casoplón, construido imitando el románico.

Me despido con la que quizás sea una de las estampas más fotografiadas de esta Vall d'Incles, a la que sin duda estaré encantado de volver.

Saludos!!