Pics de Casamanya (Sud, Nord y del Mig), 2738, 2749 y 2724 m.

 Jueves 9 de septiembre de 2021

Aprovechando una semana de vacaciones que tuve en septiembre me fui a Andorra a marcarme un solitario, en principio, de miércoles a domingo en el País dels Pirineus. Con una meteo la mar de revuelta para esos días no me llevé ningún planning de rutas, por lo que fui improvisando sobre la marcha. Al final pude hacer ruta los tres días hábiles (jueves, viernes y sábado). En el primero de ellos subí a los tres picos de Casamanya, y de esa ascensión os voy a hablar en estas líneas.

Muchas cosas se han escrito sobre Andorra y sus kilómetros de dominio esquiable, de sus bajos precios (Andorra tiene los "arradios mu" baratos, que dirían los Mojinos), del contrabando y el estraperlo, de los chanchullos fiscales de los Pujol, Jorge Lorenzo, la Caballé, Sánchez-Vicario y compañía, y más últimamente de la fuga de youtubers... Pero poco se habla del fantástico románico del Principat (al final de la crónica pondré algunas fotos), y luego, el sambenito ese que tiene colgado de que sus montañas están corrompidas, o desvirtuadas, por las pistas de esquí, es, bajo mi punto de vista, totalmente injustificado. Fuera de las pistas de esquí las montañas andorranas poseen una riqueza y una variedad paisajística que nada tienen que envidiarle a otros valles del Pirineo. Y por supuesto tienen un surtido de rutas para todos los públicos, edades y niveles, que convierten a este pequeño país en un paraíso para los montañeros. Además los accesos a las pistas de esquí, y los numerosos puertos de montaña permiten empezar las rutas a bastante altura, lo que da pie a poder realizar pretenciosas jornadas de montaña de las de encadenar varias cimas o valles, o en caso de días en los que la meteo se vaya a torcer por la tarde, subir picos de cierta altura de forma bastante rápida. Este último fue mi caso, pues me aproveché de los 1983 metros de altitud del Coll d'Ordino para realizar una rápida y directa ascensión a los tres picos de Casamanya, y así aprovechar la seca ventana matinal, que no despejada, que había pronosticada para ese día.

Aunque para ser sinceros esta ascensión a los Casamanya no es la más bonita que se puede realizar en Andorra ni la más bonita que he hecho en los Pirineos, todo hay que decirlo, pues la mayor parte de la subida se trató básicamente de ir remontando, prácticamente a lo recto, una sucesión de palas herbosas, cosa que al final se me acabó haciendo un poco tedioso. Quizás si el terreno no hubiese estado tan agostado, no hubiese tenido unas vistas tan limitadas, y no me hubiera caído algún puntual chirimiri, la cosa hubiese sido un pelín diferente. Lo más destacable de la ascensión fue el tramo inicial que discurrió por un bonito bosque, por el que gané los 100 primeros metros de desnivel, y la zona cimera, cuyo trazado para enlazar los tres picos si que es realmente atractivo, además las nubes enganchadas a la vertiente más abrupta de la cuerda crearon un bonito efecto. De las vistas poco, más bien nada, puedo contar. Se supone que en circunstancias normales resultarán excelentes, pues estos Pics de Casamanya dicen que están en el centro justo de Andorra...

Las previsiones meteorológicas no invitaban a hacer experimentos de buscar hacer la ruta circular, así por donde subí, bajé. Lo dicho, una ascensión que no es para tirar cohetes. Me quedó con la parte inicial del bosque y la cuerda cimera, y con que logré aprovechar una mañana, que viendo como amaneció, por la que no daba un duro...

Coll d'Ordino, 1983 metros, un primera categoría con bonita subida por ambas vertientes, tanto desde Ordino como desde Canillo. Y es que en esta escapada a Andorra además de montaña y turismo subí bastantes puertos de montaña con la furgo. A un euro raspado que cuesta allí el diésel me lo pude permitir 😉.

Primeros compases de la ruta, por el tupido y bonito bosque, en el que entraban algunos tímidos rayos de sol...

...tímidos rayos de sol que me hicieron albergar la esperanza de que despejase, pues cuando salí por la mañana del hotel en el que me hospedaba en Arinsal pintaba muy feo...

...pero no, por los horizontes andorranos aparecían nubes por todos lados.

En un claro del bosque, primer contacto visual con los Casamanya. Esas flores en un principio pensé que eran lirios...

...pero no, se trata, y según leí al finalizar la ruta en un panel informativo del Coll d'Ordino, del Aconitum napellus, Tora Blava en catalán y Acónito Común en castellano. Planta extremadamente venenosa y que puede llegar a ser letal en caso de ingestión.

Alcanzamos la Collada de les Vaques, donde el bosque empieza a desaparecer. Aquí me pilló una pequeña llovizna, que me obligó a guarecerme debajo de un gran pino.

Esta lluvia hizo que los objetivos cimeros desaparecieran momentáneamente.

Sin embargo al NE del Principat aún no se había cubierto y pude tener la que quizás fue la mejor vista lejana de toda la ascensión, esta visión del puntiagudo Pic d'Escobes, uno de los más espectaculares y alpinos de Andorra.

La lluvia remitió, y la nube disipó, así que seguí para arriba. Tras superar ese núcleo de arbolado ya no hay tregua, rampón tras rampón y pala tras pala le iré ganando metros a la montaña.

Al disiparse en mil nubes, las nube del chaparroncillo, creó un bonito lienzo en los valles occidentales de Andorra,

El sendero apenas traza curvas, la ascensión es exigente en lo físico. Fácil en orientación, pues no hay posibilidad de pérdida.

Este algodón entre montañas puso un bonito toque a una ascensión que apenas tiene variedad. Al fondo del todo, justo en el centro de la imagen, se puede ver el Comapedrosa, techo de Andorra.

Estuvo bien este nuboso momento.

Echo un vistazo atrás para observar todo lo que llevo remontado. El espinazo sur de los Casamanya vuelve a atraer a las nubes.

Supongo que esto, en primavera y a principio de verano, cuando predomine el verde, estará mucho más bonito. Última pala tiesa del ascenso...

...una vez remontada ya suavizaba la cosa. Las tres cimas de Casamanya ante mi.

Iré primero a por el Sud, que es el que tiene un gran hito en su cima.

Al tiempo que llegaba yo llegaban también nuevas nubes. Pic de Casamanya Sud, 2738 metros.

Venga, una selfie al año no hace daño.

Vistas muy limitadas casi nulas. Solo puedo distinguir los otros dos Casamanya.

Hace un vientecillo molesto y frío, pego dos bocados a una barrita y me enfilo por la sencilla arista, hacia el collado que separa el Casamanya Sud del del Mig.

Me jorobó las vistas, pero la nube enganchada a la arista creo un bonito efecto.

Collado, así vi el Casamanya Sud desde allí.

De momento me saltaré el Casamanya del Mig. Lo evitaré por un senderillo que flanquea su ladera SE...

...por él me encaminaré hacia el Casamanya Nord, el más alto de los tres.

Ya en la cima, y por algún breve momento, pude ver los precipicios de la vertiente contraria.

Pic de Casamanya Nord, 2749 metros, desde allí arriba veo el Casamanya Sud y su gran hito. Paradójicamente, este Casamanya Nord, siendo el más alto de los tres (y que además es un 100 Cims) no cuenta con ningún tipo de hito...

...eso realmente me daba igual, lo importante es que llegué arriba, y así de contento estaba.

Pocas vistas tuve, aunque si que asomaron algunos picos, como el Pic de Thoumasset, ya en Francia...

...el también galo Pic de Bourbonne...

...el andorrano Pic de la Cabeneta o el fronterizo Pic de Ransol.

Tras unos minutos en la cima bajo al collado que separa el Nord del del Mig, en un principio no tenía pensado subir a este...

...pero al final con la máxima esa de que no hay dos sin tres hice el pequeño esfuerzo extra de coronarlo. Pic de Casamanya del Mig, 2724 metros, vistas hacia su hermano Sud...

...y vistas hacia su otro hermano, el Nord.

Cuatro fotos y 'pa bajo, que no estaba la mañana como para recrearse en las cimas.

Desde el collado y para evitar tener que subir de nuevo al Casamanya Sud, lo faldeo, sin sendero, por su ladera SE...

...para llegar de nuevo a las interminables palas herbosas, que en bajada costaron menos de negociar. Tras llegar de nuevo al Coll d'Ordino me esperaban una sabrosa pizza vegetal en Canillo, una reconfortante ducha en el hotel y una tarde de turismo de paraguas después.

A continuación, y tal como os había prometido, una pequeña muestra del románico de Andorra. Estas son las cinco y preciosas iglesias que visité durante esta escapada, pero son muchísimas más las que hay repartidas por toda la geografía Andorrana. Empezamos con l'Església de Sant Joan de les Caselles en Canillo:

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Seguimos con l'Església de Sant Martí de la Cortinada:

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En el pequeño pueblo de Pal se encuentra l'Església de Sant Climent.

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Subiendo a l'Estany d'Engolasters encontramos l'Església de Sant Miquel d'Engolasters, quizás la más emblemática de todo el Principat:

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Y cerca de Sant Julià de Lòria, y con unas vistas espectaculares, se halla l'Església de Sant Serni de Nagol:

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Y para finalizar un par de bonitos pueblos Andorranos, Llorts...

...y Ordino:

Saludos y Boris para tod@s 😉.