18 de diciembre de 2022

Via Verda del Serpis y Alt de la Safor (1013 m.) desde l'Orxa

 Sábado 23 de abril de 2022

Cuando hablamos de la Serra de la Safor enseguida nos vendrá a la cabeza el espectacular circo de su valenciana vertiente norte, que fue por donde subimos a lo alto de la sierra allá por 2014. Sin duda se trata del paraje de la sierra y de la subida más popular a esta cima, pero desde l'Orxa, en la vertiente alicantina de la sierra, también parten un par de subidas la mar de interesantes, que además de tener un nada desdeñable desnivel positivo de 800 metros, cosa de la que muy pocas montañas valencianas pueden presumir, nos permiten recorrer un buen tramo de la vía verde del Riu Serpís al combinarlas. ¿Gustáis de conocer esta bonita y exigente combinación?, pues seguid leyendo.



El término francés "cul-de-sac" se lo podríamos aplicar perfectamente a l'Orxa, puesto que la carretera que lleva hasta el pueblo muere allí. Tras aparcar desandamos unos metros esa carretera, y tras cruzar el puente sobre el Serpis nos vamos en busca del trazado de la vía verde, que en todo momento transcurre paralela a dicho río. Lo que actualmente es la Via Verda del Serpis fue antaño el trazado de una línea ferroviaria que unía Alcoi y Gandia, a la que se la conocía como el Tren dels Anglesos, pues la empresa que se encargó del proyecto era de esa nacionalidad, y que estuvo en funcionamiento desde el 18 de julio de 1892 y el 15 de abril de 1969. En aquella época la zona de Alcoi experimentó un potente auge industrial, y la forma más rápida de dar salida al mar todo lo que se producía allí fue construir una línea férrea que en uno de sus tramos, entre l'Orxa y Villalonga, atravesaba el espectacular desfiladero del Serpis, convirtiendo este tramo en muy peligroso para quien montase en este tren, puesto que este no solo transportó mercancías, ya que tuvo una época en la que también transportaba personas. En este artículo dan una interesante información sobre este tren (es en valenciano, así que darle al traductor).

A nivel excursionista, en los 10 kilómetros del trazado de la vía verde que recorrimos en esta ruta encontramos un Serpís desbocado gracias a las generosas lluvias de semanas anteriores. El rugido de estas aguas, que retumbaba en las abruptas laderas de este desfiladero dotaron a este modesto río (75 kilómetros) de un aspecto pre-pirenaico, y os juro que no exagero para nada. Cuando recorrimos un cacho de esta vía verde en la mencionada ruta de 2014, ya nos quedó esa sensación, hoy nos reafirmamos en ella. Este espectacular paisaje fluvial tiene los elementos necesarios para codearse sin problema con otros potentes desfiladeros valencianos tallados por ríos más grandes como el Júcar, el Turia o el Mijares...

Calle principal de l'Orxa, junto al canalizado cauce del Barranc de les Foies.

    El Benicadell tuvo un gran protagonismo en esta ruta, y nos ofreció muchas perspectivas diferentes. Esta fue la primera ¿no os recuerda al Ama Dablam?, nada más abandonar las calles de l'Orxa.

Pero el protagonismo total lo acapararía más tarde. En la primera mitad de la ruta el actor principal fue el Serpis. El río discurre por ancho valle en este tramo.

Baja con buen caudal, lo vemos con la Serra del Serrillar al fondo.

Buena pinta tiene esta sierra, en sus laderas meridionales, sobre un promontorio, destaca...

...el Castell de Perputxent (hins burbudjân) de origen musulmán y que data de los siglos XII-XIII

Nos centramos ya en la vía verde, por la que circulamos casi 10 kilómetros. Poco a poco el valle se va cerrando hasta convertirse en un desfiladero.

Pasamos por uno de los desmontes realizados para la construcción de la vía férrea. Las paredes del desfiladero se van tornando más agrestes.

El Serpis nace en las faldas de la Serra del Carrascar de la Font Roja, y tributa sus aguas al Mediterráneo en Gandía.

Uno de los cinco túneles del desfiladero, en el que un ciclista nos hizo de figurante.

Llegamos a l'Assut del Forn o de l'Infern, fotogénico...

...y estruendoso.

El recorrido entra en el tramo más espectacular del desfiladero.

La comodidad del trazado nos permitió disfrutarlo con tranquilidad, aunque tampoco nos pudimos dormir en los laureles, ya que la ruta iba a tener una longitud de casi 25 kilómetros.

Salvaje entorno del Serpis. Vemos algunas antiguas construcciones relacionadas con la extinta vía férrea.

Entramos en lo que se conoce como el Racó del Duc, allí vemos, casi engullida por el arbolado, la Fábrica de Llum de l'Infern, que como su propio nombre indica se utilizaba para producir electricidad aprovechando la fuerza del agua.

A partir de este punto, y mediante un vado, pasamos a circular por la margen orográfica derecha del Serpis.

Nos detenemos para contemplar los pilares de lo que fue un antiguo puente por el cruzaba el tren.

Y tras los 10 kilómetros de relajado caminar junto al río, y sin calentamiento, ni preliminares ni nada, llegaba un muro, el "hors categorie", seguimos con terminología gabacha, que sube hasta la cima de la Safor. Conocíamos esta vía de antemano, ya que en 2014 bajamos por allí, mis rodillas aún se acuerdan. La mayor parte de este camino es un intrincado senderillo, que sin tregua alguna, escarcea, ladera arriba, entre el joven carrascal, y del que además sobresale mucha roca, por lo que el avance fue incómodo y me obligó a hacer uso de las manos en bastantes puntos. A estas dificultades se añadieron lo fangoso del terreno, lo resbaladizas que estaban algunas de esas rocas y el fuerte y molesto viento que estuvo azotando durante toda la jornada. No voy a negar que se me hizo larga la subida, pero las vistas compensaron, sobre todo durante la subida, ya que en la cima, además del viento, las carrascas limitan un poco el campo visual, así que poco rato estuvimos allí arriba... Tanto esfuerzo, y a ratos sufrimiento, para estar unos pocos minutos allí arriba, eso es algo que al que no le apasione la montaña no podrá entender nunca por mucho que se lo quieras explicar...

El antiguo pozo de nieve que hay a pies de la cima nos ofreció un más que aceptable resguardo del viento y nos pudimos ventilar las viandas de la comida con total tranquilidad.

Abandonamos la vía verde la compañía del Serpis y tomamos la senda con la que iniciamos la exigente subida hasta lo más alto de la Safor.

Nada más empezar a subir, así a primera vista no se aprecia, distinguimos...

...la preciosa cascada del Salt de la Mata.

Pensaba que mientras subíamos encontraríamos algún sendero que nos acercara a ella, pero no fue así. Hice una consulta rápida al móvil y vi que el sendero que llega a ella se toma un poco antes de tomar el que nosotros llevábamos. Habíamos ganado bastante desnivel, y no íbamos a perderlo para luego recuperarlo de nuevo, si la ruta hubiese sido más corta tal vez... Lo dejaríamos para una próxima ocasión.


Y esa próxima ocasión no tardó en llegar, de hecho ni 24 horas, ya que el día siguiente, el domingo, tras habernos hartado de dormir y a horario de domingueros y casi en el mismo plan, nos fuimos hasta la cantera de Villalonga, y recorriendo el tramo de vía verde que ya conocíamos de la ruta de 2014 nos acercamos hasta el sendero que conduce a la cascada. Hay que decir que este sendero no es de sencillo caminar, por eso al llegar a la cascada nos sorprendió ver algunas familias con niños entre la muchedumbre que allí había. Fue el precio a pagar por haber ido a esas horas, ya que me fue complicado fotografiar el Salt de la Mata sin figurantes 😏.

A continuación unas fotos del Salt de la Mata que hice tras comerme el bocata y después que aquello se despejase un poco.




Doble baño canino. Apuntar que también vino con nosotros Senda, a la que tuve que atar por allí, ya que cuando ve a gente con comida se acerca a donde están y se pone muy pesada, e incluso alguna vez ha llegado a usurpar comida 😂.




Volvemos al sábado y seguimos con la subida, que nos deja buenas vistas hacia el desfiladero del Serpis...

...y hacia la Serra del Serrillar, que nos reafirmaba la buena sensación que habíamos tenido antes. 

Y estabais avisados, un poco más arriba apareció de nuevo, y con una de sus siluetas más espectaculares, sino la que más...

...el Benicadell.

Pero no solo él captó nuestra atención, mirando hacia la costa vimos el Mondúver...

...y también la Serra Falconera con su Molló de la Creu (derecha), con el Mediterráneo como telón de fondo.

En el punto donde la subida era más cruda esta nos asomó un par de veces al espectacular Circ de la Safor.

Siete años y pico atrás subimos por un endiablado senderillo que remonta este paisaje sin parangón en las montañas valencianas.

Vistazas hacia la comarca que domina y que lleva el mismo nombre que esta sierra. ¿O es la sierra la que lleva el nombre de la comarca?.

En uno de los crestones que se desprenden hacia el circo se encuentra la Finestra de la Safor. Al fondo del todo aparece el Montgó.

Finestra de la Safor y algunos pueblos de esta comarca valenciana.

    Se puede acceder hasta allí, pero parece ser que no es un camino apropiado para hacerlo con compañía canina.

Y por fin vemos la cima de la Safor. Bajar hasta el pozo de nieve que hay a sus pies fue la única tregua de esta durísima subida.

Vértice que marca el punto más alto de esta sierra y la comarca, 1013 metros de altitud.



Las carrascas limitan un poco las vistas hacia el mar, pero hacia el interior la panorámica es imponente, en primer término vemos la Vall de Gallinera y la Serra de la Foradà, desde este verano totalmente calcinada 😢. En la retaguardia aparecen algunos gigantes alicantinos como...

...el Puigcampana...

...Bèrnia...

...o la Penya Alta de la Xortà.

Volvemos a ver el Benicadell y la Serra del Serrillar.

Cortina de lluvia sobre la Vall d'Albaida.

Hacia un viento bastante desagradable como para comer en la cima, así que nos fuimos a buscar la protección del pozo de nieve. Antes nos desviamos por un senderete que nos volvió a asomar de forma espectacular al Circ de la Safor.

En 2014 empezamos la ruta desde la cantera que se ve abajo del todo.

La Nevera de la Safor se encuentra en estado ruinoso y totalmente derruida, lo cual permite bajar hasta su interior. Nosotros lo aprovechamos para comer resguardados del viento.

Ya con el estómago lleno, y antes de irnos, Laia me hizo un posado frente a la nevera.


El descenso, por la vertiente occidental de la sierra, fue toda una agradable sorpresa, pues siendo sincero no esperaba que nos ofreciese gran cosa. Cuan equivocado estaba. Panoramicamente toda la bajada fue excelente, con un faro de excepción como es la mejor de las siluetas del Benicadell. Luego el terreno fue exigente, muy inclinado y con mucha piedra suelta, lo cual nos, mejor dicho, me obligó a no bajar la guardia para no pegar algún patinazo, y aún así... mis rodillas también recordarán durante mucho tiempo 😅. La Font dels Olbits, que menuda generosidad de aguas tenía ese día. La aprovechamos para recargar cantimploras y de paso hacer un pequeño break, que el tute que llevábamos ya era importante.

La parte final de la bajada nos ofreció un interesante junto a unos frondosos y a la vez abruptos barrancazos, que junto a la bonita estampa del Benicadell sobresaliendo de entre las calles de l'Orxa le pusieron un bonito broche a esta exigente y productiva calcetinada en la Serra de la Safor.

Empezamos a bajarnos de la sierra, tras un tramo emboscados entre un joven carrascal se nos abre una brutal y constante panorámica. De las 19 fotos que le restan a este reportaje el Benicadell va a aparecer en 14 de ellas.

Ni siquiera mi queridísimo Montcabrer fue capaz de hacerle sombra.

Aquí lo vemos emergiendo de entre los pinos y apuntando al cielo con su pináculo cimero.

Estas vistas compensaron con creces la incomodidad de la bajada.

Hipnótico.

Vistas desde el paraje de la Font dels Olbits.

Tras recuperar un poco en la fuente proseguimos con la bajada. Pasamos junto a este pequeño rellano sembrado de ¿lirios?.

Allí hicimos una breve parada para jugar un poco con la cámara.

Acaparador.

El sendero de bajada se introduce en unos interesantes barranquetes...

...que pusieron un contrapunto diferente al marcado carácter panorámico del descenso.

Tintes junglescos el de este pequeño barranco.

El Benicadell volvía a reclamar protagonismo, y cada vez de forma más espectacular. En esta foto se llega a apreciar la senda que sube por el Regall.

Otro atractivo barranco...

...que fue otra de las sorpresitas que fuimos encontrando durante la bajada.

l'Orxa ya a la vista, la ruta tocaba a su fin.

Ya no sé que calificativos utilizar.

Al llegar a l'Orxa nos dispusimos a buscar un bar en el que tomarnos una cervecilla, pero nos sorprendió un fugaz pero intenso chaparrón que nos obligó a resguardarnos en la furgoneta. Tras la lluvia salió de nuevo el sol, y continuamos con la búsqueda, que resultó infructuosa, al menos gozamos de bonitas estampas de las calles de l'Orxa con el Benicadell apareciendo entre ellas.

Con una de esas imágenes despedimos este reportaje.


8 comentarios:

  1. Hola Dani,

    Como siempre que nos acrcas a tierras alicantinas, que preciosas que son sus montañas, y el Benicadell es espectacular, si que le tiene un aire al Ama Dablam.

    Cuanta razón tienes, la de veces que habremos llegado a una cima arbolada y no podemos ver nada, pero el simple hecho dellegar a ella ya te llena, como bien dices, solo a los que nos apasiona la montaña y recorrerla entendemos y disfrutamos de esots momentos.

    El Salt de la Mata es brutal, menuda maravilla, al igual que el recorrido por la vía verde del Serpis, impresionante y cómodo recorrido par conocer un río bien bonito.

    Por cierto, la foto Laia con el Benicadell detrás es sublime.

    Un abrazo.

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    1. Hola David.

      Tanto Laia como el Benicadell son muy fotogénicos, así que es normal que esa foto quedase tan chula 😉.
      Bueno, muchas veces, al final la cima no deja de ser la guinda a rutas que como esta, han sido muy completas, y también el mejor lugar donde ventilarse el bocata, aunque en esta ocasión el viento nos obligase a hacerlo más abajo jaja.
      Las montañas alicantinas son adictivas, y por suerte este año he hecho muchas escapadas allí. Que me chupe dos horas, mínimo, de furgoneta, para acudir a ellas es algo que al que no le guste la montaña también se le hará difícil de comprender.
      Fue todo un acierto que convirtiesen ese antiguo trazado ferroviario en un vía verde, para que así la gente, ya sea caminando o en bici, pueda conocer ese espectacular tramo del Serpis.

      Un abrazo.

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  2. Hola Dani.

    Lo del Circo de la Safor siempre me ha llamado la atención. Madre mía el día que me acerque a Alicante voy a ir con unas ganas.

    Que si estos ríos, fuentes y cascadas que generalmente han estado secos, les pones agua corriendo como es el caso de ahora por tierras alicantinas, dichas sierras se vuelven mucho más espectaculares, aún si cabe. Porque las fotos del Serpis corriendo por esos estrechos con las montañas detrás son sublimes, además el verde del entorno. Esa cascada bien ha merecido doble ruta.
    Siempre he dicho que el empecinamiento del montañero de subir y subir para ver o no ver, el querer volver a un paraje al poco tiempo porque no has podido verlo o disfrutarlo bien, el alargar la ruta hasta hacerla muy dura por querer ver más sitios, es algo inexplicable para el neófito, para el profano ;-)

    Y del Benicadell hay fotos guapísimas, y lo más contento que me pone que lo he subidoooooo!!

    Un abrazo.

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    1. Hola Toni.

      El Circ de la Safor es un paisaje único en las montañas valencianas, y es lo que hace tan peculiar a esta sierra, aunque en la vertiente contraria al circo también tiene cosas muy interesantes, como habrás podido comprobar en esta entrada. Y una de esas cosas es el poder caminar junto al Serpis por su fantástico desfiladero. Además hicimos el acierto de ir a hacer esta ruta en primavera, ya que como indicas estaba todo muy verde, además del colofón de poder ver con agua esa espectacular cascada, que cuando estuvimos en 2014 apenas caía un hilillo de agua.
      Lo de las vistas al Benicadell ¿con quien lo subirías🤔? , sobre todo en la bajada, fue sublime, pues cada perspectiva iba a superando a la anterior, sobre todo cuando nos íbamos acercando al valle y al pueblo y él seguía apareciendo por el horizonte.
      Y así es, el neófito, o profano, no logrará entender nunca, muchas de las cosas que somos capaces de hacer los que nos apasiona la montaña y la naturaleza.
      Alicante te espeeeraaa...

      Un abrazo.

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  3. Bueno, el Benicadell al final, hasta en la sopa... jaja
    ¡¿Que tal Dani?! Vamos a tener que ir organizando alguna ascensión por Sierra Nevada... más que nada por cambiar de material, que de caliza veo que ya estás a tope. Muy guapos esos parajes escarpados que rodean toda esa columna vertebral férrea. La verdad es que nunca deberían desaparecer los transportes ferroviarios, ya que bien llevados, son la mejor respuesta a la masificación de carreteras y a la descongestión del aire. Se evitan accidentes, además... pero España apuesta sólo por el AVE... larga distancia a precios caros y a toda pastilla... ¿y las pequeñas poblaciones, qué? En fin.
    Oye, no todos los vértices geodésicos tienen el privilegio de ir poco a poco siendo superados por sus vecinos árboles... dicen que los árboles no nos dejan ver el bosque, ¿verdad? A mi me encanta una cumbre arbolada... hay pocas, sobre todo a partir de cierta altitud.
    Un abrazo, chavalote, y ya va a hacer un año que nos vimos ;)

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    1. Amigo Fran!!

      Pues si, el tiempo pasa volando... Este año que va a entrar tiene bastantes puentes, a ver si en alguno de los de la primera mitad, o en Semana Santa, hago una escapada al sur y podemos quedar. Sierra Nevada estaría muy bien, pues todavía no he estado por allí.
      Respecto al tema de los trenes... Mira que sincronicidad, ayer mismo charlando con mi amigo Miguel Ángel, que desde abril trabaja como maquinista de tren, estuvimos comentando eso, lo mal vertebrada que está la red ferroviaria en España, y por que narices solo se invierte en mantener (de aquellas maneras) las vías que unen grandes ciudades, dejando abandonadas otras vías, algunas de ellas históricas... Todo eso contribuye, y mucho, a esa España Vaciada tan en boga últimamente, que eso si que es una verdadera España Dividida, pues está la España bien comunicada, a la que no le falta ningún tipo de servicio, y luego esta la España incomunicada, en la que es normal que la gente no se quiera quedar y se marche de esos pueblos... No, eso nunca te lo venderán como una división.

      Un abrazo.

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  4. Hola Dani.

    Buenas kilometradas te metiste en esas fechas, de tierras murcianas pasaste a tierras alicantinas. Como bien dices, te tiene que gustar, nosotros por ejemplo, terminamos el año subiendo al Oturia y fuimos, aún a sabiendas, que iba a llover gran parte del día, como así sucedió, pero, para una vez que podemos quedar casi todos los amigos, el mal tiempo fue lo de menos.

    El tema de las Vías Verdes, está muy bien, es una forma de aprovechar esos antiguos trazados y que no se olviden. Aquí, hay unas cuantas, pero como es tierra de secano, no hay una tan bonita, como está Vía Verde del Serpis, que ofrece un contraste brutal, con la subida al Alt de la Safor.

    La cima, no ofrece una amplia panorámica, pero tanto la subida como la bajada, si que muestra una amplia muestra de todas las montañas alicantinas, sin duda, destaca el Benicadell, que, desde la lejanía parece infranqueable, pero, bien que se intuye en la fotografía, la senda que sube por el Regall-

    Au revoir.

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    1. Bonsoir Eduardo jeje.

      Como no estoy metido en el tema de la bicicleta no controlo mucho yo de vías verdes, pero de las pocas que he podido recorrer andando sin duda esta del Serpis es la más espectacular que he visto. Sin embargo mi amigo Miguel Ángel si que controla más del tema, y me ha hablado de algunas muy guapas. Mira, sin ir más lejos el sábado subí con él, y con su hijo de 11 años, al Benicadell precisamente, y estuvimos hablando de hacer juntos los tres, ya que él tiene dos bicis, esta vía verde del Serpis de forma íntegra. Si se concreta la cosa será la primera crónica BTT en la historia del blog 😂.

      Un saludo

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