Peñalara (2428 m.)

Domingo 17 de septiembre de 2017

Aprovechando un finde largo (lunes festivo en Betxí) monté la furgoneta y me fui a darle un pequeño empujón a mi lenta e intermitente carrera de los techos provinciales. En esta ocasión el mordisco fue doble, ya que taché Madrid y Segovia, que comparten en la cima de Peñalara su punto más alto. A continuación la crónica de mi ruta en "solitario" por las lagunas y cumbres de la Sierra de Guadarrama.

La ruta parte desde el inmenso parking del Puerto de Cotos, al que subí a dormir tras haber cenado en Navacerrada. Hay que ver lo tranquila que pasé la noche y la de gente que llegó mientras me hacía la idea de levantarme, desayunaba y me preparaba la mochila, pero nada comparado con la de coches que había allí seis horas después, cuando finalicé la ruta, allí no cabía un alfiler.
Pero ya ahondaremos más tarde en lo masificada que está esta montaña, de momento me dirijo hasta el centro de visitantes del Parque Nacional, desde allí parten las diversas opciones excursionistas de la zona. Empiezo de momento siguiendo la ruta más popular, ya con bastante trasiego de gente, de subida a Peñalara, que en este primer tramo transcurre por un ancho camino bajo un alto pinar, aunque lo abandonaré de inmediato, ya que tras pasar junto a la Fuente del Cubeiro (seca) y el Mirador de la Gitana, me desviaré por el sendero que se dirige a la Laguna Grande. Todo un acierto, ya que pude disfrutar en relativa soledad de todos los encantos de este sendero que recorre la vertiente oriental de Peñalara. Empezando por el corto pero delicioso tramo de bosque bajo los Pinos de Valsaín (endemismo de la zona), del que iré saliendo progresivamente para empezar a discurrir por una zona de sotobosque en la que pasaré junto a la Fuente del Cedrón (con generoso chorro de agua) y disfrutaré de unas bonitas y nítidas panorámicas de la Cuerda Larga. Poco a poco se me irá mostrando el granítico circo de origen glacial que alberga la Laguna Grande de Peñalara, que por supuesto me desviaré para verla de cerca. Luego, recuperado el sendero principal iré disfrutando de unas extensas vistas hacia un lado y de los agrestes granitos de esta cara este del Macizo de Peñalara hacia el otro, así como del paso junto a distintas lagunas, en concreto el conjunto de Cinco Lagunas, la de los Claveles y la de los Pájaros, en la que hice una breve parada a comerme una empanadilla. Me encantó este tramo, sinceramente creo que por disfrutar de este conjunto de riscos graníticos salpicado de lagunas ya es excusa más que suficiente para venir a subir a Peñalara.

Estas son las vistas que tuve nada más despertarme y salir de la furgoneta, las dos Cabezas de Hierro de la Cuerda Larga. También había un panel con las diversas opciones excursionistas del Macizo de Peñalara. La ruta que haré hoy tendrá unos 16 kilómetros y unos 800 metros de desnivel positivo acumulado.

Ya en marcha. Centro de visitantes del Parque Nacional, al fondo Siete Picos.

Mirador de la Gitana. Desde él podemos ver Cabeza de Hierro Mayor, la Menor, el Cerro de Valdemartín y el Alto de Guarramillas...

...más conocido como la Bola del Mundo, inconfundible por esos dos "cohetes" que lo coronan.

Abandono el concurrido camino de ascensión normal a Peñalara y tomo el sendero que se dirige a las lagunas. Precioso tramo bajo pinos de Valsaín, endémico de este parque nacional.

La Fuente del Cedrón será el único punto, si no contamos las lagunas, en el que podremos abastecernos de agua durante la ruta, la encontraremos nada más salir del bosque.

La Cuerda Larga tendrá hoy un gran protagonismo. Cordal montañero que se extiende 21 kilómetros entre los puertos de Navacerrada y la Morcuera, y en el que podemos contabilizar hasta nueve cimas superiores a los 2000 metros. Es factible, si disponemos de dos vehículos, recorrer toda la cuerda y coronarlas todas, como hicieron LosK2delasKumbres (blog de referencia de las montañas madrileñas y del Sistema Central) en esta ruta.

Aunque hayamos salido del bosque aún seguiremos encontrando algún pino disperso.

El sendero realiza un gran giro, y aparece ante mis ojos el Circo de Peñalara, el cual alberga la Laguna Grande de Peñalara.

En él, y sobre un espolón granítico se alza el Refugio Zabala, construido en 1927 y llamado así en homenaje al alpinista José Fernández Zabala. Desconozco si está abierto o se pude pernoctar en él.

Abandono el sendero principal para acercarme a la Laguna Grande. Distintas tonalidades en la Hoya de la Laguna, en la que la mayor parte del sendero es de madera ya que esta es una frágil zona de máxima reserva.

Al igual que la Laguna Grande, cuyo perímetro está protegido con un cable para que la gente no se pueda acercar a su orilla y por supuesto bañarse en ella.

Preciosa estampa la de esta laguna de origen glacial.

Montaje hecho con dos fotografías diferentes.

Aunque si queremos fotografiarla entera bastará con subirnos unos metros morrena arriba.

Aquí la vemos desde mucho más arriba, con el circo y la cima de la Hermana Mayor.

Volvemos a ver la Bola del Mundo, con las pistas de Valdesquí.

Tras recuperar el sendero principal seguiré avanzando por esta vertiente oriental de Peñalara, en la que el granito ya es el indiscutible protagonista. Un "runner" me hace de figurante en la foto.

Una de las varias hoyas que atravesaré.

En esta se adivinan unas pequeñas lagunas.

Disfrutando del espectáculo granítico.

Dentro de poco estaré andando por ahí arriba.

Pero antes aún tendré que pasar junto a otras lagunas, en este caso el conjunto de Cinco Lagunas, esta es la más grande de las cinco...

...y estas otras dos del conjunto.

También gozaré de unas buenas vistas hacia el NE, hacia el Valle del Lozoya...

...con el Embalse de la Pinilla...

...y un poco más lejos la Sierra de Ayllón, en la que destaca el Ocejón, al cual subimos a principios de verano.

La verdad es que andaba alucinado con lo agreste de esta cara este del Peñalara, que me la imaginaba más como una montaña de perfiles más redondeados.

Laguna de los Claveles.

El recorrido lacustre termina con la Laguna de los Pájaros. Vemos el risco homónimo y el de los Claveles, que es el más alto.

La laguna se va estrechando para convertirse en el Arroyo de la Laguna de los Pájaros que deposita sus aguas en el Río de la Angostura, que luego pasa a denominarse Lozoya, sus aguas van a a parar al Jarama y luego al Tajo.

Bonita estampa de la Laguna de los Pájaros con el Risco de los Claveles.

Pero a la ruta aún le quedaba mucho y muy bueno. Tras el parón en la Laguna de los Pájaros abandonaré el claro rumbo N que estaba llevando hasta el momento para empezar a seguir el contrario, es decir, sur, para empezar a encaramarme a la parte alta del macizo. El terreno se irá volviendo paulatinamente más rocoso y empinado, brindándome una pequeña tregua al llegar a la base del Risco de los Pájaros, luego me aguardaba una exigente pero fácil técnicamente subida entre bloques de granito que me iba a depositar frente al Risco de los Claveles y su famosa arista, la cual evitaría de momento por el sendero que discurre unos metros bajo la misma, aunque no tardaría en trepar por donde vi factible y montarme en ella, acabé ganando una pequeña brecha, y tras una corta y fácil trepada alcancé la bonita cima del Risco de los Claveles, segunda cima más alta de Madrid y Segovia, en la que se disfruta de una bonita estampa de Peñalara, el objetivo principal de la jornada.

Tras la parada en la laguna cambio de rumbo y empiezo a subir hacia la cuerda y al primero de los objetivos cimeros del día, el Risco de los Claveles.

Personalmente siempre digo que para disfrutar bien de un lago de montaña hay que verlo desde su base y luego desde las alturas, así fue con la Laguna de los Pájaros.

La vemos desde un poco más arriba aún.

Pequeño rellano en la base del Risco de los Pájaros, donde obtengo esta bonita perspectiva del Risco de los Claveles y su antecima.

Su antecima, para acceder al Risco de los Claveles primero habrá que salvar el duro repecho que conduce a ella.

Nota: Durante la excursión fui grabando algunas tomas de vídeo para hacer un montaje que acompañase esta crónica, justo antes de empezar la subida al Risco de los Claveles a la cámara de bolsillo, que me graba con mejor calidad que la bridge, se le murió la batería, así que ya no grabé más. Aún así he editado el poco material que grabé, este es el resultado:

Apuntado lo del vídeo seguimos con la descripción. Aunque no se aprecien en la imagen unos precisos hitos me ayudaron a no perder el sendero entre este caos de granito.

Quizás esta sea la subida más exigente de toda la ruta, vemos el Risco de los Pájaros (derecha) y su laguna.

He ganado la antecima, desde la que veo así de pequeñita la Laguna de los Pájaros si miro hacia un lado...

...y el Risco de los Claveles hacia el otro. Aquí mismo se inicia la arista...

...aunque yo evitaré su primer tramo bordeando el risco por la derecha, luego treparé hasta una pequeña brecha y ganaré la arista, ya cerca de la cima. Hice esta jugada junto con una simpática pareja madrileña. Al fondo Peñalara.

Tramo de arista desde la brecha a la cima.

Y la Arista de los Claveles hacia el sur y Peñalara, tramo que luego si que haría íntegro.

En lo más alto del Risco de los Claveles, 2387 metros. Segunda cima más alta de Segovia y Madrid. La foto me la hizo la pareja, con la que estuve charlando un buen rato en la cima.

Tocaba ahora "enfrentarse" y con bastante tráfico a la célebre Arista de los Claveles, un estético crestón de unos 50 metros de longitud en que a lo sumo tendremos que realizar alguna trepada de I+ y afrontar algún paso estrecho, en el que  la sensación de patio nunca llegará a ser "acojonante", aunque eso ya va a percepción de cada uno, ya que así como a mi me pareció la mar de sencilla y la pasé disfrutando (sin bajar nunca la guardia) como un enano, incluso me crucé con niños pasándola con mucha soltura, también lo hice con gente que transmitía mucha inseguridad a cada paso que daba. Esta corta arista le daba el toque aventurero a una ruta que hasta el momento estaba siendo realmente atractiva. Decir que tanto el Risco de los Claveles como su arista se pueden evitar perfectamente y sin ningún tipo de dificultad por su vertiente occidental, por un buen y marcado sendero.Es el mismo sendero que se recupera cuando finaliza la arista, en el collado que separa el Risco de los Claveles del Peñalara, de cuya cima ya solo me separaba una última pendiente que fue coser y cantar. A partir del Risco de los Claveles ya me había empezado a cruzar con bastante gente, pero aún así no me esperaba la cantidad de gentío que encontré en la cima, ni el Paseo de la Castellana en hora punta 😂, me atrevería a decir que esta es la cima más concurrida en la que he estado, y he aquí lo de entrecomillar lo de solitario en la intro de este reportaje, pero hay que comprender que esta es una montaña, muy bonita, que está a una hora de una ciudad en la que viven más de tres millones de habitantes, y que la ruta desde Cotos es muy asequible para el gran público. Pese a ello, y pese que prefiero disfrutar de las montañas de manera más íntima, una gran satisfacción haber alcanzado este doble techo provincial. No me costó mucho buscar un rincón en el que abstraerme y mientras picaba alguna cosita disfrutar de las fantásticas vistas cimeras: La Cuerda Larga, Siete Picos, la Mujer Muerta, Somosierra, Sierra de Ayllón, Gredos en la lejanía, el Valle de Lozoya, el llano segoviano, la propia ciudad del Acueducto y el Alcázar...

En plena Arista de los Claveles, mis dos compis de cima optaron por no hacerla, así que mientras toda la gente con la que me crucé iba a la inversa, como en el chiste, el único que iba en el sentido correcto era yo 😂.

En pasos como este siempre es mejor contar con figurantes, no me fue difícil encontrarlos aquí.

Quizás sea este el paso más delicado, ya que hay que pasar de pie sobre ese bloque, que tendrá un metro de anchura y a su derecha hay unos cuantos metros de caída.

Vistazo atrás, hacia el tramo de arista recorrido desde la cima.

¡¡¡Cojan turno señores!!!.

La totalidad de la arista vista desde el collado previo a Peñalara.

Y desde dicho collado el objetivo principal de la jornada, del cual solo me separaba un último repecho.

El Risco de los Claveles durante la subida final a Peñalara, excelentes vistas hacia el norte, con la Sierra de Ayllón al fondo..

Cima de Peñalara, 2428 metros, techo geográfico de Madrid y Segovia.

Vistas hacia la Cuerda Larga.

En primer término la Peña Citores, detrás Siete Picos, Montón de Trigo y Mujer Muerta, siluetados en el horizonte los diferentes macizos de Gredos.

Vemos la preciosa ciudad de Segovia, en la que distinguiremos el magnífico Alcázar, la Catedral de Santa María y San Frutos y el Acueducto Romano.

Para el regreso iba a seguir, con un constante ir y venir de gente, el sendero que sube de forma directa desde Cotos, me iría saliendo de él para asomarme a los distintos riscos y corredores de la cara oriental de esta montaña, que en invierno también tiene un alto interés alpinístico, y para coronar las modestas y casi irrelevantes cimas de las Dos Hermanas, la Mayor y la Menor. Desde la cima de la segunda, y huyendo de la romería, decidí alargar la ruta desviándome hacia la también modesta cima de la Peña Citores. Lo que la ruta ganaba en soledad lo perdía en atractivo visual, ya que llegar a la cima fue un discurrir sin mucho interés entre piornos. Quizás el mayor atractivo de esta cima sean sus vistas y las trincheras que podremos encontrar en sus laderas, y es que esta zona fue una de las más importantes de la resistencia republicana en la Guerra Civil Española, de hecho el sendero que empezaría a seguir, una vez coronada Peña Citores, desde el collado que separa Dos Hermanas de Peña Citores se le conoce como la Senda del Batallón Alpino. Por ella iré introduciéndome de forma paulatina en otro excelso pinar que le haría recuperar el brillo a la ruta, dándole incluso un toque mágico, que se rompería al llegar de nuevo al bullicio de Cotos. Quizás sea este el único pero, la masificación, que le pongo a esta ruta, que si tuviera que calificar, le pondría una nota muy alta.

Un saludo a tod@s.

Me voy alejando de Peñalara, me iré saliendo del sendero para ir asomándome a los granitos que veía desde las lagunas. 

Uno de los muchos corredores de la vertiente oriental de Peñalara, que en invierno dotan a esta montaña de un gran interés alpinístico.

Me sigo desviando y asomando a estos cortados.

Próximo objetivo a la vista, la mayor de las Dos Hermanas.

Antes me volveré a desviar para asomarme a ver la Laguna Grande desde las alturas. La foto que hice con zoom me salió mal, y en esta no se puede apreciar la de gente que había en sus alrededores, sin exagerar diría que habría un centenar de personas.

Vemos que desde esta perspectiva la Hermana Mayor no es muy relevante.

Aún así me desviaré a subirla, cima de la Hermana Mayor, 2284 metros.

Así vemos Peñalara desde esta modesta cima.

El Refugio Zabala desde la Hermana Mayor.

Mi próxima parada será la menor de las Dos Hermanas.

Esta es su cima, a 2269 metros, buenas vistas del Puerto de Navacerrada y la Bola del Mundo.

Y también de la Maliciosa, que asoma la cabeza tras el Collado de las Guarramillas.

Desde la Hermana Menor y sin sendero me desvío hacia la Peña Citores, que es la loma que tengo delante.

Avanzando entre piornos, al fondo Peñalara, mucho menos agresiva en su vertiente occidental.

Me llama la atención este círculo en las laderas de Peña Citores, son trincheras.

A Peña Citores, 2181 metros y quinta cima del día, llego por buen sendero. Esta cima tiene unas buenas vistas, sobre todo hacia el sur.

Montón de Trigo, y las cimas del Cerro de la Muela, la Pinareja, y la Peña del Oso, que forman el conjunto de la Mujer Muerta.

No solo hubo tránsito en las laderas del Peñalara, también lo hubo por el aire, contabilicé decenas de aviones que pasaron super bajos (por la proximidad del aeropuerto de Barajas).

Desde el collado entre Hermana Menor y Peña Citores, y para regresar a Cotos, seguiré la Senda del Batallón Alpino, que poco a poco se va salpicando de pinos...

...hasta convertirse en un precioso bosque. Estos parecía que en cualquier momento iban a moverse y ponerse a hablar.

Por suerte el tramo final de la ruta, y antes de llegar al bullicioso Cotos, lo pude hacer en la soledad de este precioso bosque.

Al finalizar la ruta entré en Venta Marcelino, me pille dos San Miguel (hice de tripas corazón, no tenían otra) y me preparé (era de esos prefabricados) el cous-cous más picante que me he comido nunca.