La Rambla de Barrachina y la Muela de Teruel

Domingo 10 de septiembre de 2017

Si imagináramos un paisaje de muelas arcillosas y rojizas, moldeadas al más puro estilo "far west" por la erosión y los elementos seguramente no lo asociaríamos nunca con la provincia de Teruel. Pues nos equivocaríamos, por que existe allí tal paisaje, y a escasos cinco kilómetros de la capital. Se trata de la Rambla Barrachina y la Muela de Teruel, árido, formidable y peculiar paraje en el que hicimos una ruta circular el pasado domingo, y que os paso a resumir en esta entrada.

Para encontrar el punto de inicio de esta excursión tomaremos como referencia la localidad de Villaspesa, desde allí buscaremos el asfaltado que comunica el pueblo con la carretera de Cuenca, antes de salir a la misma veremos un bonito y antiguo caserón, junto a su tapia podremos aparcar y empezar a andar.

Se trata este de un fácil recorrido de unos 12 kilómetros y sin apenas desnivel que nos va a descubrir un paisaje cuya espectacularidad no decrecerá en ningún momento, y que nos permitirá ver todas estas verticales paredes y formaciones erosionadas desde todos los ángulos posibles, tanto desde abajo como desde arriba. Como en ocasiones como esta valen más un puñado de imágenes, sesenta en concreto, que miles de palabras os haré una breve descripción del recorrido y luego ya pasaré al reportaje fotográfico.

Seguiremos (N) el camino de tierra que arranca junto al caserón, que de inmediato nos bajará hasta la Rambla de Barrachina, ahora la cosa será tan sencilla como andar (NO) durante 3 kilómetros por su amplio y pedregoso cauce, por el que intuiremos un carril. Estaremos atentos a cuanto este carril se separa de la rambla, porque deberemos seguirlo (N) a partir de ahora, este nos enlazará con el camino de la Trocha de Campillo, que en ligero ascenso (E) nos dejará a tiro de piedra la cima de la Muela de Teruel, que alcanzaremos siguiendo una trocha de sendero. Además de suponer este el punto más alto de la excursión disfrutaremos desde allí arriba de unas nada despreciables panorámicas. Desde la cima continuaremos ahora (SE), siempre sin sendero definido bordeando la parte más alta de los cortados que habíamos visto desde abajo cuando íbamos por la rambla. Al llegar al extremo más oriental de los mismos los seguiremos bordeando rumbo norte hasta topar con la depresión del Barranco de Valdeciervos, enseguida encontraremos otro carril que seguiremos (E), hasta llegar un collado, donde abandonaremos la pista y empezaremos a bajar (S) sin sendero por la amplia vaguada que separa la Muela de Teruel de la Muela de la Musa. Así volveremos a llegar al cauce de la Rambla de Barrachina, donde invertiremos el primer tramo de la excursión para llegar de nuevo al punto donde la habíamos iniciado.

Ahora, sin más, las fotos 😉.

Un saludo a tod@s.

Por el interior de Rambla de Barrachina, que llevaba agua en este tramo, en los primeros compases de la ruta. Ya empezamos a vislumbrar el paisaje que nos esperaba más adelante.

Antes pasaremos junto a este azud primero y bajo el puente de la carretera de Cuenca inmediatamente después. Tras el azud ya encontraremos seco el cauce de la rambla.

Y ya ante nosotros el peculiar y espectacular paisaje de la Rambla de Barrachina y la Muela de Teruel.

La rambla, tributaria del Río Guadalaviar/Túria es muy amplia, y se camina muy bien por su interior, incluso vimos carriladas de coche recientes.

Acercamos con el zoom este paisaje más propio del lejano oeste que del cercano Teruel.

Intentamos abarcar todos los recovecos. Unas horas más tarde estaremos caminando por la parte superior de esos cortados.

Esculturas arcillosas por doquier, difícil decidir cual nos gustaba más.

Seguimos avanzando por la rambla, vemos un corral en medio de esta zona tan árida. Si nos fijamos también veremos la siguiente formación...

...esta, posiblemente la que más nos gustó...

...en especial por esa afilada aguja central, y también por los dos ojos del paredón derecho.

Paisaje que vamos dejando atrás.

Aquí de forma panorámica.

Tampoco nos íbamos a quedar hoy sin subir a una cima, fue esta, la Muela de Teruel, el zoom nos ayuda a descubrir que un vértice geodésico la corona.

Ya hemos abandonado la rambla y avanzamos por la Trocha de Campillo, que en un muy ligero ascenso nos irá aproximando hacia la Muela.

Al norte de la Muela se desprenden estas atractivas barrancadas. Cerca de aquí paramos a comernos una rica empanadilla y unos cruasanes que compramos en el horno de Villaspesa.

Hemos dejado la Trocha de Campillo y nos hemos encaramado a la loma que conduce hasta el vértice geodésico. Al fondo el Puntal de la Guea.

Durante la subida buscamos formaciones en las barrancadas que vimos anteriormente, que nos evocan a las Bárdenas Reales de Navarra.

Alcanzamos la cima de la Muela de Teruel, situada a 1053 metros de altura. Podremos encontrar muchos restos de trincheras aquí arriba, y es que estas muelas fueron triste escenario de la Batalla de Teruel.

Pero quedémonos con la cara amable de esta cima, que son las vistas. Vemos la ciudad de Teruel, a escasos cinco kilómetros.

Vemos algunos edificios del bonito casco antiguo de esta capital, como son la Catedral, la Torre de San Martín o el seminario.

En la lejanía no nos pasa desapercibida la inconfundible silueta del Cerro de San Ginés.

Vemos también el aeropuerto de Teruel, utilizado para estacionamiento y mantenimiento de aeronaves.

Pico Carbonera.

Peña de la Cruz.

Sierras de Camarena y el Pobo.

Pico de Javalambre.

Tras la cima seguiremos progresando pegados al borde de los cortados.

Al oeste de la Muela queda un bonito circo...

...que se aprecia mejor de forma panorámica.

Bonitas fajas que quedan bajo la Muela de Teruel.

No hay un sendero definido en este tramo, pero podremos avanzar sin ningún tipo de probema, y pudiendo elegir lo pegados a los bordes que queramos ir.

Mirad si ha quedado atrás ya la cima de la Muela.

Poco a poco vamos encontrando cortados de mayor altura, en los que podremos posturear un poco. Vemos abajo el cauce de la rambla.

Como comentaba siempre pudimos evitar ir pegados a los bordes, pero nos hubiésemos perdido asomarnos balcones como este.

Posemos pues en él.

Acerquemos detalles con el zoom.

Buen patio el que había aquí. Fijémonos en la pequeña ventana de la formación que corona este saliente.

También nos chocó este contraste: campos de labor en un lado e inmediatamente después un buen precipicio.

Vistazo atrás. Decir que hicimos esta ruta en una ventosa mañana de septiembre en la que apenas superamos los 15º, en condiciones normales abstenerse de venir a hacer esta desértica ruta en verano.

Más detalles...

...incluso alguno muchísimo más diminuto.

Llegamos al extremo más oriental de los cortados, estamos aquí en lo más alto del puntal que aparece en la foto que encabeza esta entrada, desde donde tenemos esta perspectiva de la Muela de la Musa y de la vaguada por la que volveremos a la rambla.

Seguimos ahora el bordeo en dirección norte, el paisaje no pierde ni un ápice de belleza.

Caminando, con la Sierra de Javalambre como telón de fondo. Si nos fijamos bien veremos también la población de Villaspesa.

Otra perspectiva del puntal de cabecera de esta crónica.

Esta fantástica alineación de rectos cortados corresponde al Barranco de Valdeciervos.

Volvemos a hacer abuso del zoom para que quede constancia de la cercanía de este paraje salvaje con la cuidad de Teruel

Espectacular este pequeño valle de Valdeciervos.

Una bella postal de este sorprendente paisaje turolense.

Un lugar donde recrearse y echar decenas de fotos.

La Musa, y el collado por el que empezaremos a bajar de nuevo hasta la rambla.

Por la vaguada entre la Musa y la Muela de Teruel, donde tendremos que estar al tanto con los numerosos socavones originados por la erosión.

Hace un momentito navegábamos por ahí arriba.

Formas.

El espolón, puntal, proa o como queráis llamarlo, con el que encabezaba esta entrada.

Paredes de la Musa.

Un solitario enebro se aferra en estas áridas laderas arcillosas.

En esta vaguada vimos varias presas de piedra, bueno, los restos, que antiguamente se utilizarían para represar las avenidas de agua.

Nos despedimos de este fabuloso paisaje.

Llegando al punto donde habíamos iniciado esta excursión que nos había dejado un gran sabor de boca. Ocupamos la tarde yéndonos a comer a la Plaza del Torico y a visitar una vez más el bello casco antiguo de Teruel.