2 de diciembre de 2018

Penyagolosa (1815 m.), Vertiente Sudeste

Domingo 21 de octubre de 2018


Al igual que el año pasado, y sin ser premeditado, a las dos entradas de la Serranía de Cuenca le sigue una de Penyagolosa. Acudimos una vez más a nuestra montaña de cabecera para volverla a subir por su vertiente sur y por el Portellàs, pero esta vez llegando hasta este collado huyendo un poco de las rutas más convencionales que llegan allí y aplicando un i+d bajo las pedreras que quedan a pies del Tossal de Fraga y los roquedos más orientales, resumiendo, perspectivas hasta ahora inéditas para nosotros de esta montaña y una de las veces que más nos ha hecho sudar el Gegant de Pedra.






Como la mayor parte de este recorrido ya lo he hecho y reseñado muchas veces seré muy breve en la descripción, y solo profundizaré en el tramo de acceso al Portellàs.

Una vez más iniciamos la ruta en Sant Joan de Penyagolosa, remontamos el Barranc de la Pegunta hasta la Banyadera y de ahí al Corralico, donde tomamos la senda que baja hasta el Pla de la Creu y da la vuelta al pico. Sin llegar al Pla de la Creu nos desviamos para afrontar el tramo que os describiré con más detalle a continuación. Una vez alcanzado el Portellàs buscamos el sendero normal de la norte, por el que coronamos. Por este mismo sendero bajamos hasta el Corralico, desde donde nos fuimos en busca del Mas de la Cambreta, de ahí bajamos a la fuente homónima para luego, por la Lloma del Conill, regresar a Sant Joan. Destacar que debido a las abundantes lluvias caídas a mediados de octubre el Barranc de la Pegunta, bonito ya de por si, se encontraba esplendoroso y rebosante de agua.

Nos situamos en la pista forestal que une la Banyadera con el Pla de la Creu, justo al llegar a un desmonte, en el que un sendero ataja las curvas hormigonadas que descienden hacia el Pla de la Creu, empezó la parte aventurera de esta ruta. En ese punto dejamos de seguir cualquier tipo de sendero o camino y nos encaramamos ladera arriba, monte a través y con el vértice de Penyagolosa como faro, hacia la impresionante vertiente sudeste de la montaña. A pesar de ir fuera de sendero el avance fue bastante cómodo y acabamos llegando a unas ruinas, que también nos sirvieron de referencia en la subida. Allí hicimos un alto para comernos un aguacate, mientras disfrutábamos de unas bonitas vistas de Penyagolosa.

Tras retomar la marcha cruzamos un bosquecillo, que nos ocultó parcialmente las vistas de Penyagolosa, las cuales reaparecieron de forma espectacular e inédita, contemplando las menos conocidas paredes y torres que quedan al este del Portellàs. Bajo ellas iba a transcurrir ahora nuestra ruta. En un principio tenía pensado circular por las pedreras, trazando una horizontal por ellas, pero nada más pisar la primera esta se desmontó bajo nuestros pies, así que opté por hacer esa horizontal por la más superior de las repisas que quedan bajo las pedreras. Decir que el avance no fue mucho menos penoso, pero recibimos a cambio unas brutales y novedosas vistas de esta vertiente sur del Gegant.

Llegados a la altura de la canal de acceso al Portellàs buscamos el terreno más favorable, que no cómodo, para llegar a ella, intentando huir lo máximo posible de las pedreras. Tras un gran esfuerzo, y algún que otro traspiés, nos plantamos bajo la descomunal pared sur de Penyagolosa, en la que enlazamos con el sendero que transcurre bajo ella, desde ahí, y no sin esfuerzo remontamos el acanalado canchal que da acceso al Portellàs, en el que obtienen, en mi humilde opinión las imágenes más alpinas de todo el Massís de Penyagolosa.

En la cima, mi decimoctavo Penyagolosa, nos pudimos recuperar largo y tendido del esfuerzo realizado mientras disfrutábamos de las vistas y la magia de esta montaña. Decir que como acabamos la ruta antes de lo previsto llevaba idea de comerme el bocata en la terraza del restaurante del Ermitori de San Joan, con tercio en mano, pero estaba cerrado por reformas, por lo que me lo comí sentado en el "peiró", regado por agua. No todo puede salir perfecto siempre.

Un saludo a tod@s.


Una vez más, la segunda este año, acudimos a Sant Joan para subir a la más emblemática de nuestras montañas, que merece esta escultura y muchas más.

Tiramos de clásicos, y empezamos la aproximación por el frondoso y siempre mágico Barranc de la Pegunta.

No tardamos en darnos cuenta de que lo vamos a encontrar rebosante de agua.

No lo encontramos con la explosión otoñal del año pasado por las mismas fechas, pero el agua la suplió con creces.

Los efectos de las generosas lluvias de días antes son bien patentes y dotan de mucha más alegría y belleza a este lugar.

Estos pequeños saltos de agua nos vienen de perlas para jugar con la cámara.

Llegamos a la Font Nova, nunca la habíamos visto tan rebosante de agua.

Seguimos jugando con la cámara y conseguimos una preciosa fotografía.

Si la Font Nova estaba rebosante no lo estaba menos la Font de la Pegunta.

Nos saltamos fotográficamente el paso por la Banyadera, el Corralico, la Font Trobada (que paradojicamente estaba seca) y ya estamos bajando hacia el Pla de la Creu. Vistas hacia las cimas más orientales del Massís de Penyagolosa.

Tras un buen rato sin contacto visual con la cima lo recuperamos, es hora de dejar la comodidad del camino y empezar a subir monte a través.

A pesar de la ausencia de sendero se avanza bastante bien. Ademas de Penyagolosa y la Golosilla capturamos en la imagen el vuelo de una mariposa ¿la veis?.

Llegamos a unas ruinas, creemos que de unos corrales. Desde allí ya tenemos una bonita visión de Penyagolosa.

El tránsito por el pinar nos la ocultará parcialmente, y la recuperaremos de esta manera.

Sencillamente brutal.

Alcanzamos este ventisquero, donde ya tenemos una impresionante visión de la cara sur de Penyagolosa, con sus paredes y pedreras.

Vemos este fantástico circo de forma panorámica. Si no vemos factible avanzar por las pedreras lo haremos por cualquiera de las repisas que hay bajo ellas.

Siempre que subimos a Penyagolosa por su cara sur vemos cabras, hoy no fue la excepción.

Mientras Laia no le quita la vista a la cabra yo intento visualizar por donde iremos mejor, si por las pedreras o por la repisa de abajo.

Lo intentamos por las pedreras, pero son muy inestables, así que bajaremos a la repisa, será menos penoso, y disfrutaremos igual de las fantásticas estampas de la sur de Penyagolosa.

Aunque habrá veces que será inevitable no pisar pedrera. Descomunal pared sur de Penyagolosa.

Tossal de Fraga y su altivo espolón oriental.

Aquí vemos dicho espolón, impresionante, una vez superado.

Llegados a este punto dejaremos la horizontal y habrá que pensar en subir, si no nos alejaremos mucho de la pedrera de subida al Portellàs. Iremos hacia la zona con más arbolado, que parece el terreno más estable.

Nos preparamos para disfrutar de las estampas más alpinas de Penyagolosa.

A ver esto nos vienen fantásticos recuerdos de la ruta que hicimos Laia y yo el día de Reyes de 2015, y también de la subida, unos meses después, con nuestros amigos de Magia Serrana.

Cada vez más cerca de la pared, en nada encontraremos el sendero y se terminaron las penurias en el avance.

Sobrecogedora grandeza de la pared sur de Penyagolosa.

Subida al Portellàs, donde Penyagolosa cobra reminiscencias pirenaicas.

Aunque no lo parezca un sendero remonta esta pedrera y hace que sea relativamente cómodo subirla. Aunque cómodo no significa que no sea fatigoso.

Viendo esto son inevitables las comparaciones con la Tartera del Pedraforca.

Laia aprovecha la sombra de uno de los pinos que salpican la pedrera para descansar.

Otro vistazo atrás, para que os hagáis una idea de lo inclinado que está el terreno.

Y tras llegar al Portellàs y enlazar con la senda de la vertiente norte coronamos Penyagolosa, 1815 metros, con esta van dieciocho para mi y cuatro para Laia.

Sacamos las típicas fotos de cumbre, de una cima a otra...

...y viceversa.

La canal sur, por la que tantas veces hemos subido, la última unos meses antes con Jaime.
Una foto de ese día, para que quede constancia de esa subida.

Visualizamos por donde hemos subido hoy.

Miramos hacia tierras turolenses, vemos Puertomingalvo...

...y también Mosqueruela, entre estas dos poblaciones hicimos una ruta hace poco y que os contaré en el blog en un par de semanas.

Unas pocas imágenes del regreso a Sant Joan, Mas de la Cambreta...

...Font de la Cambreta...

...y el Peiró, donde me comí el bocata, mientras charlaba con el ermitaño.

Para finalizar un pequeño montaje de vídeo, con algunas tomas que grabé durante la ruta .  Imágenes de Penyagolosa con la personal y preciosa voz de Zaz, muy buena combinación para mi gusto.



8 comentarios:

  1. Hola Dani,

    Siempre es una gozada leer tus crónicas del Penyagolosa, un montañçon que por desgracia me queda demasiado lejos.

    Es impresionante la cantidad de posibilidades que ofrece esta montaña, es difícil que repitas una ruta, y mira que nos has propuesto variantes distintas.

    Por cierto, aun tengo pendiente subir al Penyagolosa por su canal Sur, a ver si un día me animo y me hacer de maestro de ceremonias... jejeje

    Un abrazo.

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    1. Gracias David.

      A ver si cuando estés unos días por Montanejos lo podemos cuadrar y hacemos juntos un exhaustivo recorrido por Penyagolosa, por supuesto estaré encantadísimo de hacerte de guía.

      Un abrazo.

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  2. Hola Dani.

    Cuando has dicho que tenías que elegir, pedrera a pie del Tossal de Fraga o repisa. He pensado lo mismo que tu...vamos a probar la pedrera primero pero es verdad que se ve muy chunga y al final repisa. Por cierto las vistas del Gegant desde ese punto son guapísimas. No sé si el barranc de la Pegunta suele llevar agua en estas fechas otoñales pero, si ya era bonito seco, con agua pues una maravilla. Este otoño se están viendo los arroyos como si fuera Marzo.

    Un abrazo.

    Aparte del Penyagosola en si, a mi me encantó las visiones del Tossal de Fraga, demás rocas y los pinos salpicando las pedreras en esa verticalidad. Una delicia, como tú dices, de reminiscencias pirenaicas.

    Por lo demás, me ha pegado un bajón anímico cuando el final ha tenido que ser sentado en un peirón bebiendo agua ¿agua? si, pero bueno es lo que tocaba, uno está para lo que toca en ese momento.

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    1. Hola Toni.

      Espero que la versión que me contó el ermitaño sea la verdadera y el bar estuviese cerrado por reformas, por que no hace mucho alguien me contó que si lo habían cerrado definitivamente, si es así espero que lo coja alguien pronto, pues subir a Penyagolosa no es lo mismo si después no te tomas una cervecilla en Sant Joan.

      Pues una semanas después se repitió un episodio de lluvias similar, así que el Barranc de la Pegunta habrá estado esplendoroso todo el otoño, yo desde luego, y no es la primera visita otoñal que le hago, nunca lo había visto así de espectacular. La que si que siempre está igual de espectacular es esa vertiente sur de Penyagolosa, que no nos cansamos nunca de visitar.

      Ahora a ver si lo vemos pronto de blanco y la decimonovena la hacemos en modo invernal ;)

      Un abrazo.

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  3. Hola Dani.

    Ya hacía días que no veíamos una crónica del Penyagolosa, al que como toda buena montaña, siempre se le puede dar una vuelta de tuerca a los recorridos habituales.

    Como siempre, me quedo con el tramo que recorre el Barranc de la Pegunta, que con agua aún es mucho más bonito.

    Ahora que ya he visitado la serranía de Cuenca, toca el turno al Penyagolosa, seguramente esta primavera sea una buena ocasión, ya te avisaré.

    Un saludo

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    1. Hola Eduardo.

      Tu avisa, y si me cuadra estaré encantado de guiarte por la sur de Penyagolosa, por supuesto no dejaremos de visitar el Barranc de la Pegunta ;-)

      Llevo dos semanas que paso más tiempo en el trabajo que en casa, a ver si saco un rato y me leo con detenimiento tu crónica del Midi.

      Un saludo.

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  4. ¡Hola, Dani! Como calificas en algún momento de la ruta, "brutal". Parece mentira que habiendo subido dieciocho veces al "Gegant" aún queden posibilidades de ascenso diferentes y preciosas y disfrutemos más que el primer día. Precioso el barranco de la Pegunta, exultante. Seguro que a pesar de no poder echar mano de un tercio, el agua te supo a gloria después de la aventurera y trepidante ruta.
    Un abrazo.

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    1. Hola Emilio.

      Y si se acaban las posibilidades no nos importará lo más mínimo subir las veces que haga falta por las vías ya conocidas. Penyagolosa nunca nos defraudará.
      Cierto que las perspectivas obtenidas del Gegant fueron sublimes y novedosas, pero encontrar así el Barranc de la Pegunta fue un puntazo y le puso un punto acuático a la ruta. Habrá que volver pronto a ver si ya han abierto el bar del ermitori.

      Un abrazo.

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