Domingo 27 de enero de 2019
Clásica donde los haya, espectacular como pocas, por lo tanto imprescindible. Estas son las credenciales de la ruta que os voy a narrar. Si digo Chulilla os lo digo todo; punto de peregrinaje de los escaladores valencianos, uno de los entornos más espectaculares del territorio valenciano y un amplio ramillete de opciones excursionistas, para todo tipo de público y edades. Picoteando un poco de aquí y un poco de allá, de entre todas esas opciones, le dimos forma a un completo y precioso recorrido, una autentica ruta "gourmet" para los paladares excursionistas más finos.
De un tiempo a esta parte le hemos cogido el gusto a la comarca de los Serranos; Peña Cortada, Pico del Remedio, y hoy Chulilla. La ruta se puede empezar desde el mismo pueblo, pero nosotros con premeditación, nocturnidad y alevosía la empezamos desde la presa del Embalse de Loriguilla, más adelante descubriréis la razón. Cruzamos la presa del embalse y empezamos a seguir en moderado ascenso el camino que comunica la presa y Sot de Chera. En este primer tramo, a pesar de haber sido pasto de las llamas en 2012, nos podemos deleitar con unas inmejorables vistas del embalse y del primer tramo del cañón que el Turia forma entre la presa y Chulilla, por el que circularemos a la vuelta.
Por este camino alcanzamos el Collado Cullibres, a la postre punto más elevado de la excursión. Desde el collado iniciamos una bajada y no tardamos en abandonar el camino inicial para seguir otro que se encamina hacia el Barranco de Falfiguera, en el que cae de inmediato el primer sendero de la jornada. Seguimos por el interior del barranco, que se abre de forma brusca para mostrarnos el rinconazo en el que están, bien protegidas por una valla, las pinturas rupestres que nos desviaremos a visitar.
Tras las pinturas el sendero sigue su curso descendente hacia Chulilla, dejando siempre el Barranco de Falfiguera a nuestra derecha. No tardamos en tener contacto visual con el blanco núcleo de Chulilla, que empieza a mostrarnos pinceladas de su privilegiado entorno.
Llegamos así al lecho del Turia, al puente que lo cruza y a esta bonita entrada a Chulilla, razón esta por la que habíamos empezado desde el embalse, pues considero que a pueblos con un entorno como este es más bonito y romántico llegar a pie. No obstante no entramos aún en las calles de Chulilla. Seguimos junto al río, que se encajona en una hoz, en la que en un lado destaca la pared que sostiene el castillo de Chulilla, asediada por escaladores, que aprovechan las vías más soleadas, y en el otro una curiosidad geológica conocida como el Frailecico. El paisaje adquiere una majestuosidad que ya no menguará en todo lo que queda de ruta. Continuamos por la hoz, en la que se combinan las altas paredes con las huertas a orillas del río. Llegamos así al área recreativa que hay bajo la Peña Judía, donde se nos vuelve a presentar la opción de subir a Chulilla, pero lo dejaremos para más tarde, pues antes nos acercaremos, sin dejar de seguir el río, a visitar el magnífico enclave del Charco Azul.
De vuelta a Peña Judía acometemos por fin la subida a Chulilla, para así darnos un pequeño garbeo por sus calles y...qué narices!!, el verdadero propósito de haber empezado en el embalse y que el pueblo quedase en mitad ruta no fue otro que hacer parada en una de las terrazas de la Plaza de la Baronía, y pedirnos unos tercios, unas bravas y unas aceitunas que acompañasen la tortilla que porteaba en la mochila. Hablando en serio Chulilla y sus blancas calles merecen una buena visita, nosotros entre el rato que estuvimos comiendo, y que aún nos quedaba un buen cacho de ruta solo hicimos un corto recorrido por el pueblo, pero seguro que no tardaremos en volver para visitarlo con más profundidad.
Prosigue la ruta y esta sale del pueblo por la carretera que llega a él. No tardamos en abandonarla para empezar a seguir un sendero que de inmediato empieza a discurrir asomado a los acantilados del Turia, los mismos que habíamos recorrido un rato antes por debajo para ir a ver el Charco Azul, del que tendremos una impresionante y vertiginosa perspectiva cuando llegaremos a un mirador.
Desde el mirador el sendero sigue pegado a los bordes pero sin tanta sensación de vacío y describe el mismo dibujo que un meandro del río, cruzamos el Barranco de Tarragón, acometemos una breve subida e inmediatamente bajamos al primer puente colgante, que atraviesa la parte más estrecha de este cañón del Turia por el que vamos a circular a partir de ahora. Descendemos a un remanso del río, en su orilla orográfica derecha, donde nos encontramos otro puente, este más bajo que el anterior que nos vuelve a colocar en el margen izquierdo, por el que transitaremos ahora hasta el final de la ruta. El cañón se abre y gana en grandiosidad, a los altísimos paredones que nos envuelven, en los que los escaladores apuran hasta las últimas gotas de luz, se le suma la frondosa vegetación de su base. Así rodeados de tan gran paisaje nos topamos con una serie de construcciones hidráulicas, la presa, y por lo tanto el final de la ruta, está cerca. Una rampa asfaltada nos devuelve a lo alto del gigantesco dique, donde unas horas habíamos dado los primeros pasos de esta ruta que sin duda merece el calificativo de cinco estrellas...incomprensible que hayamos tardado tanto en venir a hacerla, ¿verdad?.
Un saludo a tod@s.
ALGUNAS COSITAS SOBRE LA RUTA:
Clásica donde los haya, espectacular como pocas, por lo tanto imprescindible. Estas son las credenciales de la ruta que os voy a narrar. Si digo Chulilla os lo digo todo; punto de peregrinaje de los escaladores valencianos, uno de los entornos más espectaculares del territorio valenciano y un amplio ramillete de opciones excursionistas, para todo tipo de público y edades. Picoteando un poco de aquí y un poco de allá, de entre todas esas opciones, le dimos forma a un completo y precioso recorrido, una autentica ruta "gourmet" para los paladares excursionistas más finos.
De un tiempo a esta parte le hemos cogido el gusto a la comarca de los Serranos; Peña Cortada, Pico del Remedio, y hoy Chulilla. La ruta se puede empezar desde el mismo pueblo, pero nosotros con premeditación, nocturnidad y alevosía la empezamos desde la presa del Embalse de Loriguilla, más adelante descubriréis la razón. Cruzamos la presa del embalse y empezamos a seguir en moderado ascenso el camino que comunica la presa y Sot de Chera. En este primer tramo, a pesar de haber sido pasto de las llamas en 2012, nos podemos deleitar con unas inmejorables vistas del embalse y del primer tramo del cañón que el Turia forma entre la presa y Chulilla, por el que circularemos a la vuelta.
Empezamos a ganar metros y a gozar de una perspectiva más amplia del embalse. No nos cuesta imaginárnoslo como una gigantesca laguna de montaña. |
Echamos la vista atrás, para ver la hoz o cañón por la que regresaremos, unas horas más tarde, al punto de inicio... |
...hasta entonces nos despedimos del embalse. |
Por este camino alcanzamos el Collado Cullibres, a la postre punto más elevado de la excursión. Desde el collado iniciamos una bajada y no tardamos en abandonar el camino inicial para seguir otro que se encamina hacia el Barranco de Falfiguera, en el que cae de inmediato el primer sendero de la jornada. Seguimos por el interior del barranco, que se abre de forma brusca para mostrarnos el rinconazo en el que están, bien protegidas por una valla, las pinturas rupestres que nos desviaremos a visitar.
Traspuesto el Collado Cullibres iniciamos una bajada en busca del Barranco de Falfiguera, la vegetación arbustiva se combina con algunos cultivos de secano. |
Damos con el barranco y empezamos a caminar por su lecho. |
Subimos al margen izquierdo del barranco, y nos queda al descubierto el paredón que aloja las pinturas rupestres. |
Para llegar a ellas hay que bajar de nuevo al barranco y remontar la ladera opuesta. Una escalera facilita el acceso a las pinturas. que se encuentran bien protegidas por una valla. |
Tras las pinturas el sendero sigue su curso descendente hacia Chulilla, dejando siempre el Barranco de Falfiguera a nuestra derecha. No tardamos en tener contacto visual con el blanco núcleo de Chulilla, que empieza a mostrarnos pinceladas de su privilegiado entorno.
Tras la visita a las pinturas seguimos rumbo Chulilla, siempre en compañía del Barranco de Falfiguera. El sol emerge de uno de los puntales calizos que dominan este tramo del barranco. |
Por placentero sendero. A la derecha distinguimos las paredes de la Moratilla y el Cerro Negro, al fondo se deja ver la Muela de Chulilla. |
El Falfiguera forma este estrecho antes de unirse al Turia. |
Vistazo hacia este barrancazo que dejamos atrás. |
Delante nos espera, ya bien visible, la blanca Chulilla. |
La doble cima de la Muela actúa como faro guiador. |
Ahí la tenemos, Chulilla, asentada en el collado que separa el cerro del Castillo y la Muela. |
Un pueblo precioso, como muchos de esta comarca interior valenciana. |
Llegamos así al lecho del Turia, al puente que lo cruza y a esta bonita entrada a Chulilla, razón esta por la que habíamos empezado desde el embalse, pues considero que a pueblos con un entorno como este es más bonito y romántico llegar a pie. No obstante no entramos aún en las calles de Chulilla. Seguimos junto al río, que se encajona en una hoz, en la que en un lado destaca la pared que sostiene el castillo de Chulilla, asediada por escaladores, que aprovechan las vías más soleadas, y en el otro una curiosidad geológica conocida como el Frailecico. El paisaje adquiere una majestuosidad que ya no menguará en todo lo que queda de ruta. Continuamos por la hoz, en la que se combinan las altas paredes con las huertas a orillas del río. Llegamos así al área recreativa que hay bajo la Peña Judía, donde se nos vuelve a presentar la opción de subir a Chulilla, pero lo dejaremos para más tarde, pues antes nos acercaremos, sin dejar de seguir el río, a visitar el magnífico enclave del Charco Azul.
Cerro del castillo, con Chulilla a sus pies. |
A partir de ahora las altas paredes de la hoz, que combinan a la perfección con las huertas de ribera, copan todo el protagonismo. |
Nos fijamos en el Frailecico... |
...donde no pasan desapercibidos estos gendarmes en equilibrio. |
Por el camino paralelo al meandro del río, en frente vemos la Cueva del Gollisno, esta, junto al Frailecico, el castillo y la subida a la Muela quedan pendientes para una próxima visita a Chulilla. |
Un espectáculo de paredes y fajas. |
El paseo junto al río, con sus algarrobos, también tiene su encanto. |
Un paisaje para recrearse. |
Cruzando el Turia por una pasarela. |
Llegamos bajo la Peña Judía, desde allí seguiremos acompañando al Turia hasta el Charco Azul. |
Camino del Charco Azul iremos encontrando bonitos remansos de río. |
Siempre envueltos de la majestuosidad de estas paredes, tanto en un margen del río... |
...como en el otro. |
Llegamos así al Charco Azul, un precioso remanso que forma el Turia cuando este sale del tramo más estrecho de la hoz. |
Cuando llegamos allí estábamos solos, y pudimos disfrutar más y mejor de este bello paraje fluvial. |
De vuelta a Peña Judía acometemos por fin la subida a Chulilla, para así darnos un pequeño garbeo por sus calles y...qué narices!!, el verdadero propósito de haber empezado en el embalse y que el pueblo quedase en mitad ruta no fue otro que hacer parada en una de las terrazas de la Plaza de la Baronía, y pedirnos unos tercios, unas bravas y unas aceitunas que acompañasen la tortilla que porteaba en la mochila. Hablando en serio Chulilla y sus blancas calles merecen una buena visita, nosotros entre el rato que estuvimos comiendo, y que aún nos quedaba un buen cacho de ruta solo hicimos un corto recorrido por el pueblo, pero seguro que no tardaremos en volver para visitarlo con más profundidad.
Subiendo a Chulilla, el paisaje nos sigue impresionando. |
Finalizando la subida, con una buena perspectiva de las paredes de la hoz y la Peña Judía. |
Y ya en Chulilla, en una concurrida Plaza de la Baronía, nos dimos un pequeño homenaje. |
También hicimos un pequeño recorrido por el pueblo y sus blancas calles, en este montaje podemos ver la Plaza de la Baronía, la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles y los muros del castillo. |
Prosigue la ruta y esta sale del pueblo por la carretera que llega a él. No tardamos en abandonarla para empezar a seguir un sendero que de inmediato empieza a discurrir asomado a los acantilados del Turia, los mismos que habíamos recorrido un rato antes por debajo para ir a ver el Charco Azul, del que tendremos una impresionante y vertiginosa perspectiva cuando llegaremos a un mirador.
Le decimos hasta la próxima a Chulilla... |
...y afrontamos el tramo final de la ruta, conocida y señalizada como los Pantaneros, pues es el camino que seguían los chulillanos que trabajaron en la construcción del Embalse de Loriguilla. |
Como habréis denotado en la anterior foto y en esta el sendero no vacila a la hora de asomarse a los precipicios. |
Y para que quede mayor constancia de ellos mirad que osado mirador hacia el Charco Azul (hay una valla). |
Un "saltito" de unos 70 metros. Impresionante. |
Desde el mirador el sendero sigue pegado a los bordes pero sin tanta sensación de vacío y describe el mismo dibujo que un meandro del río, cruzamos el Barranco de Tarragón, acometemos una breve subida e inmediatamente bajamos al primer puente colgante, que atraviesa la parte más estrecha de este cañón del Turia por el que vamos a circular a partir de ahora. Descendemos a un remanso del río, en su orilla orográfica derecha, donde nos encontramos otro puente, este más bajo que el anterior que nos vuelve a colocar en el margen izquierdo, por el que transitaremos ahora hasta el final de la ruta. El cañón se abre y gana en grandiosidad, a los altísimos paredones que nos envuelven, en los que los escaladores apuran hasta las últimas gotas de luz, se le suma la frondosa vegetación de su base. Así rodeados de tan gran paisaje nos topamos con una serie de construcciones hidráulicas, la presa, y por lo tanto el final de la ruta, está cerca. Una rampa asfaltada nos devuelve a lo alto del gigantesco dique, donde unas horas habíamos dado los primeros pasos de esta ruta que sin duda merece el calificativo de cinco estrellas...incomprensible que hayamos tardado tanto en venir a hacerla, ¿verdad?.
Un saludo a tod@s.
Vemos el sendero perfectamente marcado al borde de los acantilados de la hoz. |
Desde aquí arriba vemos como en el estrecho previo al Charco Azul hay un pequeño represamiento. |
Cascada y poza del Barranco de Tarragón poco antes de tributar en un meandro del Turia, en el paraje conocido como los Calderones. |
Vemos el primer puente colgante, un sendero escalonado facilita la bajada a él. |
Este puente, junto al otro que veremos unas fotos más adelante, fueron construidos en 2012, y se han convertido en uno de los principales reclamos turísticos de Chulilla. |
No es para menos, además de la sensación atravesar un puente suspendido a 15 metros se obtienen estas vistas de este estrecho. |
Vistazo hacia el otro puente al que se llega bajando por el bosquecillo de la izquierda de la imagen. |
Disfrutando. |
Hemos bajado al lecho del río, es poca luz la que entra, lo que nos permite tomar este sombreado del estrecho y el puente. |
Cruzando el segundo puente, que nos anticipa el espectáculo de paredones que vamos a disfrutar de aquí al final de la ruta. |
Mirada atrás, que paisajes tan espectaculares labra el Turia a lo largo de su recorrido hacia el Mediterráneo...y que luego tenga una muerte tan fea. |
Antaño en este punto se encontraba la pequeña Ermita de San José, capilla construida por los madereros que bajaban con sus balsas de troncos río abajo. |
No solo son protagonistas los paredones a ambos lados, también destaca la frondosa vegetación de su base, entra la que discurre nuestro sendero. |
Los escaladores, en este caso escaladora, apuran hasta última hora en estas paredes. |
Y es que el sol aquí dentro se oculta mucho más pronto que en el exterior. |
Pero entra la suficiente luz para disfrutar de este impresionante paisaje. |
Buscamos detalles, como este tajo en la pared... |
...o esta zona de chorreras negras en las que podemos ver algún escalador. |
Echamos un último vistazo a este maravilloso cañón. |
Diferentes capas y estratos de la Punta. |
Y con las calmadas aguas del Embalse de Loriguilla esta gran ruta llegaba a su fin. |
ALGUNAS COSITAS SOBRE LA RUTA:
- La excursión consta de unos 16 kilómetros, en los que se salva un desnivel positivo acumulado de 420 metros.
- La totalidad de la ruta se realiza por senderos balizados (PR-CV 77 del Embalse de Loriguilla a Chulilla, SL-74 hasta el Charco Azul y Ruta de los Pantaneros desde Chulilla hasta el Embalse de Loriguilla), por lo tanto es una ruta que no presenta problemas de seguimiento.
- La ruta no presenta dificultades técnicas reseñables, aunque pasa por algunos puntos expuestos a grandes precipicios, sobre todo en el inicio del tramo de los Pantaneros. La subida a las pinturas rupestres (equipada con una escalera) es opcional.
- Una completa información sobre los senderos de Chulilla en este enlace.
- Para llegar a la presa del embalse nos tendremos que desviar de la CV-35, si venimos de València, un poco antes de llegar al punto kilométrico 56 (indicación Embalse de Loriguilla), sin dejar el asfaltado principal llegaremos a la presa, donde hay abundante sitio para aparcar.
Hola Dani,
ResponderEliminarChulilla siempre me ha llamado mucho la atención, pero es que tras leer tu crónica aun tengo más ganas de acercarme algún finde que ande por Montanejos.
Os ha salido una ruta impresionante, que gozada esos paredones calizos, le entran ganas a uno de escalarlos.
Vosotros si que sabéis, paradita técnica en Chulilla para daros un buen homenaje, seguro que esas bravas, pero sobretodo las cervezas, entraron de fábula después del esfuerzo de la primera parte de la ruta.
Un abrazo.
Hola David.
EliminarHala!, para que luego digáis que nunca pongo fotos de las birras jajaja.
Chulilla es de esos sitios a lo que vas con las expectativas muy altas y las cumple con creces. Más allá de los puentes, las pinturas, la escalada y otros reclamos turísticos lo que más me impresionó es el privilegiado entorno que rodea al pueblo, en el que lo más destaca sin duda son esas hoces del Turia.
Entre la Peña Cortad y Chulilla ya tienes deberes por la zona ;-).
Un abrazo.
Hola Dani.
ResponderEliminarCuriosamente, si es verdad que según nos hemos ido conociendo, veía que controlabas mucho de Castellón y todas sus sierras, Alicante por supuesto, bastante de Teruel pero de Valencia y sus sierras, comprobaba que había sitios que había estado yo y tú aún no lo conocías, como por ejemplo el Acueducto de Peña Cortada, el Barranco de la Hoz de Sot de Chera o Chulilla. La verdad que hay mucho que ver pero me extrañaba un poco, ahora ya veo que estas corrigiendo eso rápidamente, como debe de ser.
En cuanto a Chulilla, es de los primeros sitios que conocí en el inicio de mi nueva etapa senderista hace ya unos cuantos años, y me lo recomendaron mi padre y mi madre, que ellos en sus muchos viajes a VLC a ver a amigos y a su piso, se hacían pequeñas rutas por muchos enclaves de allí.
Y allí por supuesto fuimos Maru, yo, Marcos y Nacho que eran muy jovencillos. También fuimos en invierno y aquello nos encantó. Recuerdo el Charco Azul que había una pasarela de hierro tipo túnel que iba por las paredes laterales y que como no la veo en tus fotos, me imagino que la quitarón porque aquello estaba en muy mal estado y podría haber accidentes.
Nos faltó subir a los bordes de arriba y ver los puentes colgantes pero bueno, algún día, haremos una escapada y lo completaremos, pero es lo que tú dices, el pueblo, el paraje donde está, esa hoz perfectamente tallada, el Turia siempre con agua corriendo, la exuberante vegetación.....todo eso suma un conjunto de los mas bonitos que se pueden ver hoy en día.
Me imagino que el pantano de Loriguilla llevaba tanta agua porque noviembre y mitad de diciembre fueron lluviosos tanto en Teruel, Rincón de Ademuz como en la Serranía baja de Cuenca, por lo que se llenaría bastante con eso, ya que a partir de entonces nada de agua por ningún lado.
Lo único que no me gusta de esta entrada son esas patatas bravas, tortilla y cerveza fresquita en mitad de la ruta. Pero Daniel, eso no se hace!! que solo he desayunado dos miserables galletas, jajaja.
Un abrazo.
Hola Toni.
EliminarEs cierto que de las tres provincias valencianas en la que menos nos habíamos prodigado era la de València, pero de un tiempo a esta parte le estamos poniendo remedio a eso, pero sigue siendo imperdonable que rutas como esta, la de Peña Cortada o la del Barranco de la Hoz hayamos tardado tanto tiempo en hacerlas.
Pues según comentas igual cuando fuisteis Maru, los chicos y tú igual los puentes ni estaban. Es verdad que han sido un importante reclamo turístico para el pueblo, pero a mi no fue lo que más me gustó, de la ruta me quedo con el entorno de Chulilla y el recorrido por esas espectaculares hoces, tanto per dalt como per baix jeje. Para lo que esperaba no encontramos demasiada masificación (hacía viento y había nevado en Javalambre y Gúdar, mucha gente se iría para allá), pero me imagino la época de tus padres, en la que el senderismo no estaba tan de moda como ahora y aquello estaría sin masificar, seguro que sería un disfrute mucho más auténtico.
A raíz de lo de las birras y las papas te voy a confesar un secreto, pero no se lo digas a nadie, que quede entre tu, google y yo jeje, ya sabes que detestaba las aceitunas, pero desde hace unos meses me las como y me estoy viciando a ellas, y he de confesar que de todas las que he probado hasta la fecha las que nos sirvieron en esta terraza de Chulilla han sido las mejores, espectaculares, a la altura de la ruta!!
Un abrazo.
Bueno, bueno, Dani, ya te estaba echando de menos, amigo. Pensaba que ya conocías mi querida Chulilla pero veo que ha sido tu estreno. Y nada mejor que hacer esa ruta, todo un clásico, para tener un primer contacto con la zona que ya ves la de posibilidades montañeras que alberga.
ResponderEliminarYo soy un enamorado de la zona como podrás comprobar en mi blog y siempre me dejo cosas para una próxima visita. Aunque si toca repetir alguna ruta pues se repite porque el lugar bien lo merece.
Un abrazo.
Hola Paco.
EliminarEsta es la época del año en la que hago ruta y publico su crónica la semana siguiente, pero un inoportuno y violento constipado me dejó fuera de combate un fin de semana, y una entrada que tenía preparada "por si las moscas" y a la que le faltaban unos flecos no llegó a tiempo. Ese ha sido el motivo de mi "desaparición".
Impresionados nos quedamos con Chulilla, el pueblo en si ya es precioso, pero el entorno en el que está, sencillamente impresionante, sobre todo por esa fantástica hoz del Turia, que demuestra que un gran paisaje de montaña no tiene que ser necesariamente un paisaje de altas y picudas montañas.
Volveremos sin duda a Chulilla, vimos que hay otras muchas opciones senderistas allí, pero si me dicen de repetir esta ruta no dudaré en hacerlo.
Un abrazo.
Chulilla, que recuerdos...
ResponderEliminarQue tal Dani!!
Una ruta que se ha popularizado y masificado (tramo de los puentes)por el resto de trazado seguro fuisteis solos. Pienso que se trata de una de las que no hay que perderse en la comarca, ya que tiene suficientes atractivos para merecerla, sobre todo la "parada técnica" en la Plaza de la Baronía, jajaja.
Y que decir de Chulilla, para mi uno de los pueblos más bonitos de la Comunidad, tanto por su entramado como por su enclave y decorado.
Salud y bravas con birras.
Hola Javi.
EliminarSeguro que en tu haber tienes un buen puñado de esas vías de escalada de Chulilla jejeje.
Pues del embalse hasta las pinturas más solos que la una, de las pinturas hasta Chulilla nos fuimos cruzando con alguien, por Chulilla y alrededores había buen ambiente, pero en el Charco Azul (era hora de comer) estuvimos solos, fue camino de los puentes cuando más gente vimos (pero no llegó a ser agobiante), de los puentes al embalse otra vez en soledad.
Completamente de acuerdo contigo, un pueblo precioso Chulilla, y un entorno del que presumir.
Salud y paradas técnicas.
Buenas Dani!!
ResponderEliminarUna ruta molt bonica!!
Una de les poques que hem fet per l'interior de València junt amb la de Cortes de Pallás, tindrem que moure'ns mes per allí!!
Quan vam anar nosaltres el tram dels ponts semblava València en falles jejeje, mai havia vist una cosa així amb tanta gent, ni en la Font Roja en pasqua que també tela, però molt xulo. Això si, a partir de l'embassament ja està tranquil!!
Salut i muntanya!!
Hola Ignacio.
EliminarPues com comentava als companys gent hi havia ixe diumenge a Chulilla, però en cap moment va arribar a ser agobiant, ja que anomenes la Font Roja hi havia més gent el dia que vam anar allà que fa unes setmanes a Chulilla.
On més gent hi havia va ser als voltants de Chulilla i als Ponts, la resta de la ruta la vam fer prou tranquils, especialment del embassament a les pintures i dels ponts al embassament. Però per un altra banda és normal que la gent s'acoste tant a Chulilla, pues el paisatge que té al voltant és espectacular, i hi han propostes senderistes per a tots el públics i edats.
La ruta de Cortes de Pallás, supose que et refereixes a la de Cavanilles/la Cortada, la vam fer fa uns anys, i també és espectacular.
Salut!!
Pues si Dani,como bien apuntas al final de esta espectacular entrada,ruta cinco estrellas.
ResponderEliminarLa verdad es que esta propuesta saliendo desde el Embalse,para que Chulilla sea parada de ''avituallamiento'',me gusta...jajaja.
He tenido el placer de estar en un par de ocasiones,una con el mismo recorrido que el vuestro,pero saliendo desde el pueblo y la otra algo mas larga,ya que incluimos la Cueva del Gollisno y el Frailecico,siguiendo un track magnifico de Tiocanya.
La verdad es que,es una ruta completísima,desde las vistas del Embalse a ese sendero por el barranco que lleva hasta las pinturas,que por cierto,ayer me hizo un comentario en mi track de wikiloc,una chica francesa,a la que le gusto mucho la ruta,pero comentaba que no habían podido subir a ver las pinturas,me extraño un poco y ahora con tu entrada,veo que si se puede subir.Bueno no es que este fácil,pero creo que se sube bien.
La parte de senda que sigue también es ''chulisima''...y que decir de ese Charco Azul,un rincón,simplemente precioso(por lo que veo,no llegasteis a la pasarela,aunque ya estaba en bastante mal estado,no se ahora como andará.
La ''traca final'' con esos puentes colgantes y ese paso por ese cañón,es una autentica pasada.
En definitiva,un rutón en toda regla y por supuesto de los de recomendar,sin dudarlo.
Un abrazo.
Hola Juane.
EliminarPues aprovecho ya que mencionas lo de la pasarela para contestarle a Toni, que también la nombraba y había olvidado decirle algo al respecto. Pues si que la vi y me llamó la atención, pero solo había algún tramo y estaba bastante destartalada.
El Charco Azul sin duda es uno de los puntos fuertes de la ruta, que tiene muchos (el Barranco de Falfiguera queda un poco a la sombra con lo que viene después, pero es espectacular también), los puentes, tienen su chispa, y ahora por ahora son el principal reclamo de Chulilla, pero como he dicho antes no fue lo que más me gustó de la ruta, ya que valoro otro tipo de cosas, me quedo, no me canso de repetirlo, con Chulilla, su entorno y rincones y sobre todo con ese majestuoso cañón labrado por el Turia. Sin duda uno de los enclaves más bonitos del país, tenemos una gran suerte de tenerlo tan a mano, aunque mira que lo tenemos cerca, auto-tirón de orejas jeje, y lo que hemos tardado en visitarlo. Volveremos sin duda, a descubrir más rincones de Chulilla, y si se tercia a repetir esta gran ruta.
Un abrazo.
¡Hola, Dani! Desde luego, como comenta Javi más arriba, este trazado se ha popularizado sobre todo por el tramo de los puentes colgantes. Es una ruta que debe estar entre las imprescindibles de cualquier senderista. Me apunto el inicio desde el embalse para la parada en Chulilla. A nosotros no se nos ocurrió, pero es una excelente idea.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Emilio.
EliminarAsí es, esos puentes se han convertido en el principal reclamo turístico de Chulilla, pero yo me quedo con todo lo demás de la ruta, las vistas del embalse, el Barranco de Falfiguera, y no solo por las pinturas, la estampa con la que nos recibe Chulilla al llegar andando, el paseo junto al río envuelto de grandes paredes, ese Charco Azul, ese sendero asomado a los bordes camino de los puentes, y sobre todo el magnífico cañón del Turia, del que creo que ya he agotado todos los adjetivos en estos comentarios jaja.
Imprescindible, y de las que no importa repetir.
Ya sabes, a la próxima a empezar desde el embalse ;-)
Un abrazo.
Hola Dani.
ResponderEliminarChulilla es conocido por sus puentes colgantes, pero, además de su entorno que ofrece múltiples opciones senderistas o de escalada, veo que también su núcleo urbano merece una visita, tanto cultural como gastronómica.
Habitualmente nos suele pasar que lo que tenemos más o menos cerca de casa, por una u otra causa lo vamos dejando para "otro día" y una vez lo descubrimos por primera vez, nos damos cuenta de nuestro error y en poco tiempo acudimos varias veces, como es vuestro caso con está zona y por lo que parece no será la última visita.
Esta circular, es de las que uno se queda saciado y también con dolor de cuello, de estar todo el rato mirando para arriba, para abajo y alrededor. Yo en tiempo estuve mirando la que subía al Frailecillo, tendré que mirar la opción de hacer un mix con está que realizasteis vosotros, siempre y cuando no se vaya en distancia.
Un saludo
Hola Eduardo.
EliminarToda la razón en lo que comentas en el párrafo del medio. Respecto a lo que comentas en el tercero, menos mal que ahora el "carrete" de las cámaras es ilimitado, que si no...y cualquier combinación de las rutas de Chulilla es garantía de gran excursión, incluir la ruta del Frailecico en esta que hicimos nosotros pues se te dispararia a unos 20 kilómetros, pero tu estás fuerte ;-)
Y sobre el primer párrafo, pues para todos los públicos, para quien quiera andar poco pues los Puentes y el Charco Azul, para el que quiera andar más Frailecico+la ruta narrada, el que quiera escalar tiene donde elegir, y si no se quiere hacer ninguna de las anteriores pues a conocer el pueblo y luego a ponerse como el kiko en cualquiera de los bares o restaurantes del pueblo.
Un saludo.
Vaya entorno más espectacular. Yo no conozco esa zona, pero le dan ganas a uno de organizar un viaje... El día que vaya por allá, prepararé unas cuantas rutas, pues montañoso es bastante el levante.
ResponderEliminarSaludos, socio, y gracias.
¿A qué mola Chulilla?, pues lo tenemos a una hora de casa y todavía no habíamos venido. Desde luego si planificáis un viaje por aquí Chulilla no se puede quedar fuera del "planning", y por supuesto el Penyagolosa, y te podría nombrar muchas más imprescindibles (conocidas y no tan conocidas) no dudes en pedirme consejo si se da el caso y venís a visitarnos.
EliminarUn saludo.