El Montgó, por el Barranc de l'Emboixar

Domingo 10 de febrero de 2019

Volvemos, cuatro años después, al mastodonte del litoral alicantino Montgó, pero esta vez huiremos de sus vías de ascensión más habituales y masificadas y realizaremos una solitaria y más aventurera ascensión por el espectacular Barranc de l'Emboixar, que eleva a esta gran montaña a una dimensión aún más superior.

Muchas cosas pueden pasar en cuatro años, por ejemplo a modo personal un cambio de vehículo o un cambio radical de alimentación. Pero el que no cambia es el Montgó, que ahí sigue imponente e inalterable, eso si, con algún que otro incendio más en sus faldas, dominando todo el litoral mediterráneo valenciano y ejerciendo de faro de la Marina Alta y el Cap de Sant Antoni. Tampoco cambió el punto de inicio de la ruta, la ermita del Pare Pere y el Camí de la Colonia. Esta vez del equipo de 2015 se cayó Senda, hicimos bien en dejarla en casa, pues habría salido por patas a las primeras de cambio nada más entrar en el Barranc de l'Emboixar, con ello también nos evitamos que le robase el sándwich a algún excursionista distraído, tal y como sucedió en la cima hace cuatro años 😥.

Subimos al Camí de la Colònia, el cual recorre toda la vertiente norte del Montgó y empezamos a seguirlo en dirección a la Cova del Camell, obviando el inmediato desvío a la Cova de l'Aigua. Durante este tramo contraste total, a un lado los salvajes paredones calizos y la vegetación de umbría de la norte del Montgó y al otro esa marabunta de urbanizaciones que hay junto a Dénia.
Tras andar cuatro plácidos kilómetros por el Camí encontramos el desvío al Barranc de l'Emboixar. Se termina la comodidad, y aunque encontraremos un sendero bastante bien definido, y bien balizado con hitos y marcas amarillas, en el próximo kilómetro y medio salvaremos un desnivel de 500 metros, lo cual no es moco de pavo.
Inicialmente progresamos por una ladera, entre palmitos y demás vegetación arbustiva, y más adelante el sendero entra en contacto con la caliza, y es donde empiezan las trepaditas, todas muy sencillas excepto una, que sin ser excesivamente difícil si que tiene cierta exposición. Entramos en una especie de embudo, en lo que es propiamente dicho el Barranc de l'Emboixar, y el paisaje que se nos presenta no puede ser más espectacular, una faceta alpina del Montgó que el puñetero tenía a buen recaudo, con un altísimo e impresionante paredón y unas estéticas fajas como estandartes, aderezada por una variopinta vegetación de umbría, todo ello con el Mediterráneo como telón de fondo.
Superamos una última trepada y terminan las dificultades, en nada el sendero sale del barranco y enlaza, en un collado, con la ruta que viene desde la vertiente sur. No obstante nosotros optamos por no buscar este sendero y seguir uno que discurre por una bonita faja herbosa para luego hacer un pequeño trochemoche y enlazar con el sendero del sur ya casi en la cima, en la que corría un molesto viento, por suerte nos pudimos resguardar en un vivac y comernos tranquilos el bocata, mientras disfrutábamos de las vistas. Todas las montañas desde las que habíamos visto el Montgó a lo largo de todos estos años, pues hoy las veíamos todas desde aquí arriba. Un bonito espectáculo visual.

Punto de inicio, desde donde ya es bien visible la cara norte del Montgó.

Unas revueltas nos suben al Camí de la Colònia, por el que iremos, cómodamente manteniendo cota, durante los próximos cuatro kilómetros.

Cuatromil metros de contraste, por un lado los rinconazos de la norte del Montgó...

...y por el otro una ciudad de chalets.

Muchísimo antes que se pusiera ahí todo ese hormigón ya estaba aquí la Casa de la Colònia, pasamos junto a sus restos. Dicha colonia se trataba de una colonia agrícola, si queréis saber más de su historia os recomiendo que leáis este artículo.

Hoy en día este camino se ha convertido en un privilegiado paseo en el que se puede disfrutar sin agobios ni dificultades de esta bonita vertiente norte del Montgó.

A nosotros hoy nos servirá de cómoda aproximación al Barranc de l'Emboixar, el cual ya vemos marcado claramente en las paredes del Montgó.

Pasamos junto al panel informativo de la micro-reserva de flora del Barranc de l'Emboixar, un poco más adelante encontramos el desvío hacia él, hoy nuestra vía de ascensión al Montgó.

Ya estamos en faena. Tras un fuerte inicio de subida viene una pequeña tregua, y será la única que tendremos en toda la ascensión.

En un momento hemos ganado un porrón de metros, y si no mirad que abajo ha quedado ya el Camí de la Colònia. Vemos Dénia y su puerto, y la plana sembrada de chalets.

Miramos al frente, y hacia donde se encamina ahora la ascensión, la cara más alpina del Montgó.

Mirando esto me vinieron varias estrofas de la canción de Zoo "El Cap per Avall"..."Nos vamos a forrar, un finde en Benidorm, posar la mà i callar, platges de formigó...", "Vinc de les platges horteres, sostingudes amb deutes brutals...", "...una costa traida, un desig de fugida...".

Impresionante paredón el que sostiene la cima del Montgó, y que también nos oculta el sol del mediodía (empezamos a andar pasadas las diez y media).

Poco a poco el sendero nos va integrando en este portentoso paisaje.

Aunque empinado, el avance hasta ahora y dentro de lo que cabe había sido bastante cómodo. Eso se acabó, topamos con la caliza, precisos hitos nos marcarán el mejor camino para progresar por ella.

Empiezan a sucederse las trepadas, generalmente sencillas. Al fondo el Mediterráneo y el Cap de Sant Antoni.

Eva afrontando la que quizás es la trepada más comprometida de la ascensión. Es un murete de unos dos metros y medio y con buenas presas, pero con cierta exposición.

Siguen las trepadas. Mirad que abajo se ve ya el Camí de la Colònia, para que os hagáis una idea de lo directa que es esta subida.

Seguimos progresando, y disfrutando a cada metro.

El Montgó nos muestra ahora estas fajas, que junto al Cap de Sant Antoni y el azul del Mediterráneo forman una espectacular conjunción.

Y también, como no, nos descubre esos matices tan propios de las montañas alicantinas, para que no nos olvidemos que estamos en una de las más emblemáticas de ellas.

Nos introducimos en este embudo, donde más arriba podemos ver la cabecera del barranco.

Ademas de la caliza empieza a tomar protagonismo también una excelente vegetación de umbría.

Vale la pena detenerse a menudo y contemplar el paisaje.

Una nueva trepada se interpone en nuestro avance.

Tramo final de la subida, en la que, como dice el amigo David, hay que apretar los dientes 😉.

Llegando a la parte final de la subida, muy estética.

Laia mira fijamente al frente, en un principio pensamos que sería hacia la gente que subía por la normal, pero no.

Antes miramos de nuevo atrás, y apreciamos perfectamente la verticalidad de la subida realizada.

Descubrimos que a donde miraba realmente Laia era a ese grupo que se disponía a bajar, no con mucha soltura, por donde subimos nosotros.

Personalmente veo esta vía más para subir que para bajar y tampoco voy a entretenerme a contar la situación vivida al cruzarnos con ellos. Nosotros seguimos a lo nuestro, esta si, última trepada.

Bonita panorámica de la cabecera del Barranc de l'Emboixar.

El Montgó también tiene sus gendarmes (spoiler de la crónica de la semana que viene 😁).

Declinamos seguir el sendero que llevábamos, y que se unía más adelante al de la vía normal, y seguimos este que discurre dibujado en esta terraza herbosa.

Al tomar esta opción obtenemos bonitas estampas que remataban esta fantástica ascensión por el Barranc de l'Emboixar.

Vemos aquí el collado donde la senda de l'Emboixar se une a la que sube al Montgó por el sur, más la cota central del macizo.

Al final este sendero no tenía la continuidad deseada, así que tiramos campo a través hacia la cima. Otra fantástica estampa de la parte alta del macizo.

Acabamos enlazando con el sendero del sur y coronamos. El Montgó, 752 metros.

Panorámica hacia el norte, a continuación un GIF con otras vistas desde la cumbre.

Con nuestro segundo Montgó en la mochila, y el bocata y las birras en nuestros estómagos iniciamos el descenso, y lo hacemos por donde subimos la ocasión anterior, por la susodicha senda de la vertiente sur, de la cual no recordábamos su engorroso lapiaz, pero si sus imponentes vistas de la cima del Montgó.
Descartamos el ramal que se dirige a Jesús Pobre primero y el de la impresionante Cova de l'Aigua después, ya que hace cuatro años subimos por allí. Hoy queríamos descubrir el Racó del Bou y hacia allí pusimos dirección. El sendero traza una serie de preciosas lazadas descendentes colgadas de la ladera para luego dibujar una horizontal e introducirse en esta espectacular rinconada de la cara norte del Montgó, en la que nos habíamos vuelto a introducir, y en la que nuevamente volvíamos a empequeñecer. Si elegante era la entrada al Racó del Bou no menos es la salida, con otro tramo de sendero colgado sobre el vacío. Un nuevo tramo descendente por un bosquecillo y nos reencontrábamos de nuevo con el Camí de la Colonia. Cuestión de seguirlo y cerrar esta fantástica circular en el parque natural de esta icónica montaña alicantina. Como si de un deja-vu se tratase, al igual que cuatro años atrás, rematábamos la jornada, en la misma chocolatería de Dénia, tomando un chocolate caliente con churros.

Un saludo a tod@s.

Vertiente sur del Montgó, por la que haremos la primera parte del descenso, y en la que también es un icono este pino, de los pocos que podemos encontrar en esta vertiente.

Detalles de la variopinta flora del Montgó, si alguien sabe de que especie se trata agradecería que me lo indicara.

Cordal del Montgó hacia poniente, con la cota central antes mencionada y la de la Creu de Dénia. El sendero por el que iremos nosotros va bastantes metros por debajo del cordal.

Nos despedimos de la cima del Montgó.

Esta vertiente sur no alcanza los niveles de espectacularidad de la norte pero también nos ofrece buenas y verticales estampas.

El sendero lapiaz transcurre entre la vegetación, especialmente palmitos. De fondo el Golfo de Valencia.

Otro solitario pino junto al sendero.

El sendero nos descubre buenos barrancos, como este que se desprende hacia la plana del Riu Gorgos.

Al fondo la Penya de l'Àguila, cota más occidental del macizo, y a nuestra derecha el circo por el que empezaremos a bajar, de nuevo, a la cara norte del Montgó.

Vuelve la verticalidad, que el sendero solventa con numerosas revueltas. En frente ya se empieza a adivinar el Racó del Bou. También distinguimos, mucho más abajo la espectacular continuidad del sendero que estamos siguiendo.

Eva, en una de las numerosas lazadas de este precioso, pero también incómodo, sendero.

Nos asomamos al frondoso rincón que oculta la Cova de l'Aigua.

Ese lo visitamos en 2015, hoy descubriremos el Racó del Bou, que parece que tiene buena pinta, hacia allí que proseguimos.

Ya estamos llegando, la cosa, ya desde la distancia, promete.

El rincón está a la altura de lo que esperábamos, ha valido la pena tomar esta variante.

Impresionante circo calizo de umbría, el sendero discurre oculto entre la frondosa vegetación...

...hace el semi-círculo del circo y sigue bajando por la espectacular trazada que veíamos antes desde las alturas.

Pero antes de seguir con la bajada nos seguimos deleitando con tan majestuoso rincón.

Dejo que Eva se adelante para captarla transitando por ese tramo colgado del sendero.

Impresionante Racó del Bou.

Le cedo la cámara a Eva, para que nos capture a Laia a mi con esa belleza detrás.

Menuda diferencia de vegetación entre las dos vertientes del Montgó, ¿verdad?.

Sí, de ahí venimos.

Y de nuevo por el Camí de la Colònia, un plácido final para esta gran ruta.

No ha sido esta una crónica de mostraros muchas vistas a larga distancia, y no fue por que no las hubiese, incluso desde cotas más bajas, como esta. Asomando tras la ladera del Montgó vemos la Serra de Segària, y en el horizonte más lejano destaca el Mondúber.

Vaya, parece que no llegaremos a tiempo de coger este crucero a Grecia...

...pero si para tomarnos un chocolate calentito en Dénia.

SI OS ANIMÁIS A HACER ESTA RUTA DEBERÍAIS SABER QUE...

• ...tiene una longitud de 12 kilómetros, y un desnivel positivo de 660 metros.
• ...aunque la distancia y el desnivel sean muy asequibles esta no es una ruta sencilla, aunque más que difícil es incómoda, sobre todo por el largo tramo de lapiaz de la cara sur. Reseñar también la inclinación del terreno y las trepadas durante la subida por el Emboixar.
• ...no encontraréis agua durante toda la excursión, así que venid bien abastecidos de casa.
• ...la subida por el Barranc de l'Emboixar atraviesa una zona de micro-reserva de flora, por lo que recomiendo que no os salgáis del sendero marcado y que seáis lo más respetuosos posibles con el entorno.