17 de julio de 2024

El Pou Clar

 Sábado 6 de mayo de 2023

En 2023 nos dimos algunos baños serranos. El primero de ellos fue en un caluroso sábado de principios de mayo, y fue nada más y nada menos que en el Pou Clar, emblemático enclave fluvial del País Valencià, y que todo sea dicho de paso, aún tenía pendiente de visitar. Para justificar el chapuzón hicimos una interesante excursión circular que os paso a relatar de inmediato.



A la hora de plantear esta ruta se nos presentó un dilema a nivel logístico. Teníamos la opción de empezar a andar en el Pou Clar, tomar una birra a mitad ruta en Bocairent y dejar el baño para el final. O por el contrario hacer más kilómetros en coche, empezar la ruta en Bocairent, bañarnos en el Pou Clar en el ecuador de la ruta y tomarnos la cerveza en Bocairent al finalizar. Al final, pensando en aquello de que el orden de los factores no altera el producto, elegimos la segunda opción, aunque a posteriori ordenar así los factores si que tuvo que ver con el producto... Producto local.

De la primera parte de la ruta destacaría las preciosas vistas que tuvimos del bonito núcleo urbano de Bocairent, así como el cruzar un par de antiguos puentes. También me gustó la zigzagueante subida (viacrucis) a la Ermita del Sant Crist, de cuya historia nos puso al corriente el encargado de su mantenimiento. Desde la ermita hasta el Pou Clar la ruta no tuvo mucha historia, la verdad. El Pou Clar tiene bien ganada su fama, es un rincón acuático realmente bello, con sus pozas, cascadas, azudes y gorgas. Su único punto negativo, bajo mi parecer, es que es muy accesible, y por lo tanto propenso a masificaciones. El baño allí nos sentó de maravilla, y acertamos de pleno en haberlo hecho a mitad ruta, pues estuvimos relativamente tranquilos, de haberlo dejado para el final otro gallo hubiese cantado...

El regreso a Bocairent fue lo que más me gustó de la ruta, ya que lo hicimos mayormente por el interior del Barranc dels Tarongers, en el que además de disfrutar de su abrupta orografía y del camino ancestral que lo recorre, pudimos ir viendo las ruinas, devoradas por la vegetación, de antiguos molinos y batanes, algunos de los cuales aún conservan su maquinaria.

En Bocairent, tras tomar unas cervezas y de camino a la furgoneta nos abordó el vendedor de una tienda de productos artesanales locales, que nos embaucó dándonos a probar, todo local, diversos licores espirituosos, quesos y mermeladas, sin olvidarnos de la famosa pericana. Todo un profesional, pues volvimos a casa con más peso en las mochilas del que habíamos traído. Mi pericana, vegana, por supuesto...

Aparcamos junto al cementerio de Bocairent y empezamos a andar. A los pocos metros ya nos vimos asomados al pueblo, que nos ofrecía esta magnífica estampa.

Sin lugar a ninguna duda uno de los pueblos más bonitos de la provincia de València. Bajamos al barranco y lo cruzamos por el Pont Vell o de Darrere de la Vila. Siglos atrás este era el puente principal de entrada a la villa.

Desde el puente ya pudimos ver l'Ermita del Sant Crist en lo alto de su cerro, y a la cual subiríamos en unos minutos.

Ya de camino a la ermita, y mirando al Barranc dels Tarongers, pudimos ver les Covetes dels Moros...

...que son sin duda el principal reclamo turístico de Bocairent.

Cruzamos el Pont del Sant Crist y nos pusimos con la subida del viacrucis hacia la ermita. Este puente se construyó para facilitar el acceso a la ermita.

Ese día nos acompañó Esther, con quien hacía más de un año que no coincidíamos.

Total, que poniéndonos al día la subida a la ermita nos la ventilamos casi sin darnos cuenta. Bonitas vistas hacia Bocairent y el sector norte de la Serra de Mariola.

Acabamos llegando la ermita. Al asomar la cabeza al interior vimos que estaba allí el encargado de su mantenimiento, que nos puso al corriente de la historia y curiosidades del templo.

La ermita, de estilo gótico, fue construida en el siglo XVI.

A la ermita se siguió un tramo de subidas y bajadas por las lomas del Quincaller, y que no tuvo mucha historia, aunque vimos algunas cositas interesantes, como esta cruz, que recuerda la Batalla de Camorra, y que está construida sobre una fosa común.

También tuvimos, y pese a la calima, buenas vistas. Estando en la Vall d'Albaida no podía faltar la montaña reina de la comarca, el Benicadell.

Y cuando este tramo ya se nos estaba haciendo pesado, sobre todo por la calor, vimos el rincón en el que esta ubicado el Pou Clar. Iniciamos una bajada con mucha pendiente hasta allí.

Y finalmente acabamos llegando al Pou Clar. El lugar rezuma belleza por los cuatro costados.

Hicimos multitud de fotos allí.

Y por supuesto nos dimos un buen baño, la primera en hacerlo fue mi perrita anfibia.

Hay cierta discordancia entre algunos mapas y fuentes sobre el nacimiento y trazado inicial del Riu Clariano, en muchas de esas fuentes ubican su nacimiento aquí en el Pou Clar. Parece lógico (de Clar, Clariano).

Para ser un lugar tan frecuentado, no había mucha gente, aún así, para estar más tranquilos nos fuimos a esta pequeña península rocosa.

Desde allí pudimos observar más detalles de la belleza del lugar.


Tras habernos refrescado y almorzado seguimos con la ruta. Río arriba vimos más pocetas...

...y alguna que otra gorga con su cascada.

Un recorrido fluvial bellamente excavado en la roca.

También vimos otro puente, este de factura más moderna...

...pero que conjuga igualmente bien con el paraje.


Más arriba del puente había un azud, pero ya no continuamos...

...ya que abandonamos la zona de pozas para ir en busca del tramo del Barranc dels Tarongers.

Tras caminar un tramo por la carretera hallamos el desvío a la ruta del Barranc dels Tarongers. De inmediato nos fascinó la geología del lugar.

El sendero discurre en todo momento por la margen derecha del barranco, y rodeado de un entorno agreste.

Una de las cosas que más me chocó de este tramo fue la frondosa y verde vegetación del fondo del barranco, que delata el curso fluvial.

Y allí entre ese ambiente junglesco fuimos viendo las ruinas de los molinos...

...y vimos que no eran edificios precisamente pequeños.

Incluso nos permitimos el lujo de hacer un poco de Urbex y entrar a explorar las ruinas de uno de esos molinos.

Nos sorprendió encontrar todavía restos de maquinaria...

...en especial esta espectacular noria.

También vimos que el molino tenía una inquilina, esta preciosa culebra de herradura (Hemorrhois hippocrepis).

De nuevo en ruta nos seguimos deleitando con la geología del barranco...

...en la cual no podía faltar un "forat".

Un poco más adelante, también en el lecho del barranco, vimos las ruinas de otro molino.

Llegó un momento en el que la senda se empezó a alejar del curso del barranco.

Pero nos volveríamos a encontrar con él en Bocairent. Vemos allá al fondo...

...la Ermita del Sant Crist.

Y de repente nos encontramos con un fantástico tramo de sendero tallado en la roca...

Este bonito paso tallado en roca, en el que están mis dos compis, se le conoce como la Tanca del Bou.

La Tanca del Bou.

El sendero seguía, con tramos de tierra normales...

...con otros tallados en la roca. Una maravilla de camino ancestral. Este camino fue la antigua vía de comunicación entre Bocairent y Ontinyent.

Ya cerca de Bocairent y en un entorno más rural, pasamos junto a la Ermita de Sant Antoni.

Y ya en Bocairent hicimos un callejeo para buscar la Plaça Major, donde encontramos una terraza en la que tomar unas cervezas.

Tras las cervezas y las compras pusimos rumbo de nuevo al Pont Vell para regresar al punto de inicio, y lo hicimos por este peculiar camino.

Y en la fachada del cementerio me chocó esto. Muy descriptivo.


4 comentarios:

  1. Hola Dani.

    Muy interesantes les Covetes dels Moros y curiosa l'Ermita del Sant Crist, porque, de primeras no me viene a la cabeza ninguna ermita gótica.

    Veo, que empezasteis pronto los baños en 2023, porque aquí, en Mayo todavía bajan las aguas frías, ya que muchas zonas de baño, suelen alimentar sus cursos de surgencias. Lo que no me gusta, es esa accesibilidad que tienen algunos, porque, al final, la masificación tiende a deteriorar la calidad del agua y el entorno.

    Y muy chulo el retorno por el Barranc dels Tarongers, con esos pasos tallados en la roca, como la Tanca del Bou y esos restos de los molinos, que denotan, que antaño se aprovechaban los recursos que ofrecía la naturaleza. Nosotros, hemos venido Euskadi y también, hemos disfrutado de algunos restos de molinos, pero, con unos bosques espectaculares y una temperatura muy agradable.

    Salud y montaña.

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    1. Hola Eduardo.

      Quien pudiera estar ahora en Euskadi jejeje, aunque no me puedo quejar, pues la semana pasada anduvimos por Galicia, y disfrutamos de unas temperaturas muy agradables, incluso tuvimos uno de esos típicos días gallegos en los que estuvo todo el día lloviendo y con niebla. Allí hicimos un poco de todo: ferrata, barranquismo, rutas por bosques, ascensiones, turismo en incluso un paseo en catamarán por los Cañones del Sil...
      Así es, el Pou Clar es un lugar que se suele masificar en épocas de calor, y en el que no me extrañaría nada que en poco tiempo se volviese de pago, si no lo es ya... El paraje es precioso, pero no creo que lo vuelva a visitar, al menos en época veraniega... Donde todavía no he estado es en les Covetes dels Moros, tal vez mi próxima visita a Bocairent sea para visitarlas, y de paso comprar alguno de esos licores espirituosos que venden por allí jajaja.

      Un saludo.

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  2. Hola Dani.

    ¡¡Coño con Bocairent!! No sabía la oferta de lugares que ofrece. Ya estoy visualizando un viaje en furgo en epoca primaveral o incluso invernal tardía, que uno ya se pueda bañar y no esté masificado a tope. Además, la ruta, aparte de la belleza fluvial del Pou Clar y sus gorgas, lo de las ruinas selváticas de lo molinos por dentro de ese barranco y con caminos ancestrales hace que sea un sitio digno de visitar.

    Un abrazo.

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    1. El leer que quizás en un futuro os acerquéis a Bocairent ya me hace oler una quedada, lo cual significa que ya estoy salivando pensando en esas frías cervezas de la nevera de Gina 🤪

      Un abrazo.

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