Annapurna - Primer Ochomil - La Gran Aventura

Hola amigos, como muchos de vosotros sabréis, no hace mucho estuvimos por los Pirineos y antes de volver a casa estuvimos dando una vuelta por Benasque y como no, entramos en ese bazar para los montañeros que es Barrabes, allí aparte de comprar  material de escalada y mapas topográficos adquirí también un ejemplar del libro "Annapurna -Primer Ochomil - La Gran Aventura" dictado por el mismísimo Maurice Herzog en 1950 mientras se recuperaba en el hospital de sus terribles congelaciones tras haber sido el primer hombre junto con Louis Lachenal en  hollar una cima de más de ochomil metros (siempre quedará la duda de Mallory), este libro ha sido reeditado por Desnivel Ediciones y yo me tomo la libertad de recomendároslo y haceros un pequeño resumen.

En sus 393 paginas se narran las aventuras y desventuras de esta expedición francesa capitaneada por Herzog, y de la cual destaco la largisíma aproximación,desde 700 m.s.n.m. hasta el campo base (hoy en día la mayoría van helicóptero), la exploración de un  terreno todavía desconocido con unos imprecisos mapas, el cambio de planes, ya que un principio el objetivo era el Dhaulagiri, el perfecto trabajo en equipo y logístico, instalando 5 campamentos y subiendo cada día una pareja a abrir vía mientras las otras dos bajaban a campos inferiores a recuperar fuerzas, la negativa del sherpa Ang-Tharkey de acompañar a Herzog y Lachenal a la cumbre cuando había sido elegido, lo que demuestra lo humilde que es el pueblo Sherpa.

Macizo del Annapurna

Y la parte final de la ascensión,el día 3 de junio de 1950, la conversación entre Herzog y Lachenal metros antes de llegar a la cumbre y que transcribo:


LACHENAL (EXHAUSTO): "Si doy media vuelta, ¿qué harás tú?
HERZOG (DESPUÉS DE UN BUEN RATO): "¡Proseguiré solo!
LACHENAL: "¡Entonces, voy contigo!


Y por fin, la gloria, a las 14:00 horas del día 3 de junio de 1950 Herzog y Lachenal tras un gran trabajo en equipo y sin utilizar oxígeno, coronan la cima del Annapurna a 8075 metros (esa es la altura que se creía que tenia la montaña entonces, hoy en día y oficialmente mide 8091 metros), convirtiéndose así en las primeras personas en lograr tal hazaña,Herzog narra en el libro las diferentes sensaciones que pasaron por su cabeza en ese momento y como les iba a cambiar la vida desde entonces.

Maurice Herzog en la cima del Annapurna

Es entonces cuando comienza el drama, Lachenal no para de insistir en que hay que bajar, mientras que Herzog se recrea demasiado en la cima, cuando por fin se decide a iniciar el descenso, Herzog pierde los guantes y el tiempo empieza a empeorar,por lo que emprenden un rápido y precipitado descenso hacia el campo V, primero llega Herzog y tras unos momentos de incertidumbre llega Lachenal, allí les están esperando Gaston Rebuffat y Lionel Terray, que es el primero que se da cuenta de las terribles congelaciones que tiene en las manos Herzog y el lamentable estado de Lachenal, por lo que inician un trepidante y peligroso descenso hacia el campo IV, sin visibilidad alguna y haciendo un obligado, arriesgado y dramático vivac en una grieta, donde Herzog perdió la cámara con la foto de la cumbre (que más tarde recuperaría, junto a otros objetos y en un acto de valentía, Marcel Schatz), también fueron víctimas de un alud nada más partir del campo IV hacia el campo III.
Es a partir de aquí donde el descenso se convierte en una autentica carrera contra la muerte y donde hay que alabar la inmensa, heroica e ingrata labor de Schatz,Ang-Tharkey,Rebuffat y sobre todo de Terray (no alcanzó la cima, pero su actuación fue determinante en el éxito de la expedición) que cansados físicamente, con unas condiciones meteorológicas adversas y prácticamente ciegos arrastraron a Lachenal y a un casi moribundo Herzog hasta el campo base, unos verdaderos héroes.

Maurice Herzog

Lionel Terray

Gaston Rebuffat

Es ahí donde empieza el verdadero calvario de Herzog y Lachenal, una vez evacuado el Annapurna, empiezan para ellos dos los terribles, dolorosos e infinitos pinchazos de novocaína que les aplicó Jaques Oudot, medico de la expedición, para evitar las congelaciones, luego y en el transcurso del agónico descenso hacia la civilización, viajando a las espaldas de un sherpa (héroes, también, sin ellos la mayoría de estas expediciones no hubieran tenido éxito), Herzog narra como cada día tanto el como Lachenal sufrían una amputación de uno de sus dedos (Herzog los perdió todos) tanto de las manos como de los pies.

Lionel Terray llevando en brazos a Louis Lachenal

Y ya por último, cabe destacar la recepción que el Marajá de Nepal hizo en su palacio de  Katmandu a toda la expedición, recibiendo grandes honores y condecorando a Herzog con la más hermosa recompensa Gurka del País, la valerosa Mano Derecha Gurka, solo concedida a las tropas en tiempo de guerra, estas son las palabras que le dijo el marajá a Herzog: "Sois un valiente, os acogemos aquí a un valiente".


En definitiva, una gran libro, con prólogo de Sebastian Alvaro, de fácil lectura y en el que volvemos a la esencia de esos tiempos de himalayismo puro y duro, del de antaño, que en estos días en que por desgracia esta practica esta tan masificada y mediatizada, siempre va bien echar un vistazo atrás en el tiempo para recordar a estos pioneros.


           "Hay otros Annapurnas
           en la vida de los hombres"
                                   Maurice Herzog


A continuación os dejo con el vídeo de la visita de Maurice Herzog a la Librería Desnivel con motivo de la reedición de este libro, en donde cuenta de primera mano las experiencias de esta aventura: