Especial 10º Aniversario del Blog. Capítulo Primero: De Surera y Rodeno. Oda a Espadà

Hola amig@s. Como os anticipé en el resumen de 2019, en este recién estrenado 2020 se cumplirán diez años, que se dice pronto, desde que puse en marcha este blog. Y os prometí sorpresas para conmemorarlo. Estas vendrán en forma de nueve entradas especiales, y que iré publicando, una por mes, la tercera semana de cada mes hasta que llegue septiembre, que será cuando oficialmente el blog cumplirá una década de vida. Mayormente serán entradas recopilatorias, a las que eso si, intentaré darle un enfoque diferente al habitual, pero también habrá experimentos, como el de esta primera entrada especial. Esta se la he querido dedicar a mi queridísima Serra d'Espadà, que es donde empezó todo, donde me formé, y me sigo formando, como montañero, y a la que nunca me canso de visitar y rendir devoción. En un principio quería hacer una recopilación con las mejores fotos de la cantidad de rutas que he hecho allí, pero al final decidí darle una vuelta de tuerca a la cosa y hacer algo más escueto y original, por lo que decidí escribirle un poema, siendo la primera vez que me atrevo a hacer una cosa de estas, aunque no sé si es correcto llamarle poema, pues no hay rima ninguna, mejor lo dejaremos en una oda, y que he titulado "De Surera y Rodeno". Espero que os guste, y que los más puristas no seáis muy duros conmigo ;-).

De Surera y Rodeno.

Espadà, eres de Surera y Rodeno, eres bosque, acantilado y emboscado barranco. Eres naturaleza viva.

Eres bondadosa, pues tus tesoros con tres comarcas compartes.

Respiras brisas mediterráneas al alba, efluvios ibéricos al ocaso.

Aferran en ti carrascas, robles, pinos, castaños, te acicalaron con algarrobos, cerezos, olivos y almendros.

Eres aromático romero y brezo, suave jara y lentisco, punzante aliaga y coscoja, regalas cerezas, moras, madroños... golosinas estacionales.

Eres solana, musa de la chicharra en el estío, eres umbría, que eterniza rocíos, fríos, escarchas, en invierno.

Laderas y márgenes floridos, espigados espárragos, fructifican lluvias primaverales, micelios generosos, activan las otoñales.

Qué dulce es tu miel, qué buenos vinos sellan tus corchos, como condimenta tu aceite.

Agua en tus fuentes y aljibes, que sacia la sed del caminante, la de tus barrancos, la del zorro, jabalí, gineta, perdiz... la del picapinos que perfora tus alcornoques.

Qué nos cuentan tus pueblos, esencia, historia...tradición.

Nos hablan tus neveras, añorando las cada vez más esquivas nevadas.

También nos hablan tus maltrechos castillos, que nos evocan a tu legado morisco.

Tristes susurros emanan en silencio tus trincheras, testigos de la crueldad de algunos hombres, de la fatiga de muchos otros nos cuentan tus escalonados bancales.

Ay, si pudieran hablar tus senderos, la de gente dispar habrá pasado por ellos... pastores, trashumantes, bandoleros, contrabandistas, labradores, cazadores...quien sabe si reyes.
Ahora nos contarían de caminantes, que por el simple hecho de verse atraídos por tu magia, en ella buscan perderse.

Eres el silencio en el bosque, el murmullo del agua en un arroyo, el viento que acaricia tus cumbres, altivas, orgullosas, de regalar infinitos horizontes.

Así eres tú, Espadà, y por eso esto te escribo. Así eres tú, y por eso tanto te quiero.

                          Daniel Alcalá Almela.

Las pocas fotos, hechas con el móvil, que complementan esta entrada fueron tomadas en nuestra más reciente ruta en la Serra d'Espadà, realizada en un día tan especial cómo el 1 de enero, en la que subimos al Pic d'Espadà. De nuevo Espadà nos volvió a regalar su magia, esta vez con la colaboración especial de la inversión térmica, ya que mientras que en Betxí y en la Plana el año despertó gris y nublado, en lo más alto de la sierra el cielo lucía azul y esplendoroso, y con un mar de nube debajo de nosotros.

Un saludo a tod@s y hasta la próxima.