Domingo 1 de abril de 2018
Hola Amigos, bienvenidos a la Nave del Misterio... 😆. A finales de la década de los 70 unos supuestos avistamientos OVNI pusieron en el candelero el cerro Puchilibro o Pusilibro, en la Sierra Caballera, en el Pre-Pirineo de Huesca. En los meses posteriores el caso atrajo la atención de los medios de comunicación internacionales y desató una locura, que desencadenó multitud de peregrinajes nocturnos, en busca de más avistamientos, a la cima por parte de curiosos y amantes de lo paranormal. Incluso famosos investigadores, como J.J. Benitez, se interesaron por el Caso del Puchilibro. Hoy en día resulta impensable hablar del fenómeno OVNI en España y no mencionar el Puchilibro.
En lo que a nivel excursionista se refiere así a primera vista parece que esta cima no tenga mucho interés, pero no es así, todo lo contrario, su ascensión nos permitirá, bien a la ida, o bien a la vuelta, visitar el espectacular Castillo de Loarre, luego la ascensión tiene alguna parte boscosa realmente deliciosa, y dos crestas, sobre todo la occidental, muy entretenidas, por no hablar de las magníficas vistas desde arriba, donde podremos contemplar la práctica totalidad del Pirineo oscense, y si a esto le añadimos el toque especial que le dio la nieve el día que ascendimos nosotros tenemos una excursión imprescindible si se están pasando unos días en la zona.
Al contrario que el día anterior en Riglos el sábado, y tal como estaba anunciado, se nos presentaba desapacible y lluvioso, y con las montañas de alrededor de Loarre con una fina capa de nieve, cosa que echaba al traste el otro plato fuerte de estas mini-vacaciones, la ascensión a la Peña Gratal. Pero contando con esa previsión meteorológica, que anunciaba mejoría tras mediodía llevamos con nosotros un par de cortos planes B, que pudiésemos hacerlos por la tarde, la ruta de los Mallos de Agüero o la ascensión al Puchilibro, pero esa mejoría no llegó hasta última hora de la tarde, no la desaprovechamos y subimos a la espectacular Ermita de la Virgen de la Peña de Aniés, antes fuimos aprovechando, como bien pudimos, las cortas treguas que dieron lluvia, viento y nieve para hacer un poco de turismo por la zona. El domingo sin embargo amaneció un día esplendido, así que decidimos que antes de volvernos para Betxí aprovecharíamos la mañana para hacer alguna ruta corta, por lo cual nos venía ni que pintando cualquiera de los dos planes B, al final ejecutamos el del Puchilibro.
La ascensión dio comienzo en el parking del Castillo de Loarre, como he comentado, uno de los alicientes para venir a hacer esta ascensión es la recomendadísima visita al castillo, como nosotros ya lo visitamos en 2016 hoy nos saltamos ese paso. Justo en la entrada al castillo encontramos el poste señalizador de la excursión, que tuvo la mayor parte del tiempo como guía las marcas del PR-HU-105. Este nos hizo cruzar el llano adyacente al castillo para de inmediato introducirnos, ya por sendero, en un precioso bosque de pino y boj, en el que no tardamos en notar el efecto de la nevada del día anterior, tanto en el suelo como el la improvisada lluvia, producida por el deshielo de la nieve acumulada en los árboles. Tras un breve tramo de carril, que nos sacó definitivamente del bosque, retomamos un sendero, que empezó a encaramarnos por una ladera poblada de erizones, por la que nos fue posible avanzar gracias a una arista rocosa, por la que fuimos ganando altura de forma muy rápida y directa, en un tramo muy estético y en el que empezamos a gozar de unas espléndidas panorámicas, del Castillo de Loarre, de la propia Sierra Caballera, de la Hoya de Huesca, de algunas cumbres pirenaicas e incluso de las nieves flotantes del Moncayo. La pendiente de la arista fue suavizando, hasta que alcanzamos el hombro SO del Puschilibro, ahí enfilamos el amplio lomo cimero de esta montaña, por un sendero que se abría camino entre el mar de erizones. La cima del Puchilibro es una amplia plataforma coronada por un vértice geodésico de tercer orden, aunque las vistas son de primerísimo, sobre todo si miramos al norte, en el que veremos nítidamente todo, y cuando digo todo es todo, el skyline principal, engalanado de blanco, del Pirineo de Huesca, abarcando desde el Aneto hasta Peña Ezkaurre, en un elenco panorámico de cimas espectacular. Tampoco se quedan atrás las vistas hacia el propio pre-Pirineo (Sierra Caballera, Oroel, San Juan de la Peña, Guara), la Hoya de Huesca y el Moncayo.
Tras la cima desandamos el tramo hasta el hombro, allí tomamos un sendero descendente que nos aproximó a la cresta occidental del Puchilibro. Una vez ante ella podremos decidir si seguir por su filo o evitarla por un sendero que nos bajaría de forma más directa al Plan de Lugas. Antes de que pudiésemos decidir nada Laia ya se había enfilado por la cresta, así que esta vez la decisión la tomó ella, y mira por donde, nos acabó dando un susto de muerte, os cuento. La cresta, aunque afilada y estrecha, no tiene ninguna dificultad técnica ni patio alguno, lo que permite ir en todo momento por el filo, en un tramo de los llamados disfrutones. Tanto estábamos disfrutando que en un momento dado nos saltamos el paso de bajada de la cresta y que evita un estrecho y expuesto destrepe, así a ojo de IIº, a la que llegamos ante él Laia ya lo había bajado, y nosotros tras sopesarlo también lo vimos, haciéndolo con cuidado, factible. Eva se puso a bajar primero, y yo, como la cámara me podía molestar, me dispuse a guardarla en la mochila, eso hizo que Laia, al vernos parados, se impacientara y volviese a subir, evitando a Eva por una zona muy expuesta por la que había algo de nieve, pegó dos patinazos,"se nos mata!!" exclamé, antes de que la pudiese agarrar por el collar.
Recuperados del susto localizamos el paso de bajada, al que le dio continuidad un sendero que nos acabó desembocando en el Portillo Chara, en el que hay unas antenas, desde él bajamos al Plan de Lugas, allí pudimos deleitarnos con el vuelo, y también, en primera fila, con la espectacular maniobra de despegue de los parapentes. Nos hubiésemos quedado más rato allí, pero teníamos que buscar un sitio para comer y luego nos quedaban cuatro horas de coche hasta Betxí. Así que no nos entretuvimos mucho en volver a buscar las marcas de PR, que habíamos abandonado para acercarnos a la plataforma de despegue, y atajamos por el bosque, por un carril descendente, que nos hizo encontrar el primer sendero de la mañana, por el que regresamos al Castillo de Loarre, uno de las muchas joyas de una zona que nos ha gustado mucho, tanto en lo montañero como en lo cultural, y a la que estoy seguro que volveremos pronto.
Un saludo a tod@s.
Hola Amigos, bienvenidos a la Nave del Misterio... 😆. A finales de la década de los 70 unos supuestos avistamientos OVNI pusieron en el candelero el cerro Puchilibro o Pusilibro, en la Sierra Caballera, en el Pre-Pirineo de Huesca. En los meses posteriores el caso atrajo la atención de los medios de comunicación internacionales y desató una locura, que desencadenó multitud de peregrinajes nocturnos, en busca de más avistamientos, a la cima por parte de curiosos y amantes de lo paranormal. Incluso famosos investigadores, como J.J. Benitez, se interesaron por el Caso del Puchilibro. Hoy en día resulta impensable hablar del fenómeno OVNI en España y no mencionar el Puchilibro.
En lo que a nivel excursionista se refiere así a primera vista parece que esta cima no tenga mucho interés, pero no es así, todo lo contrario, su ascensión nos permitirá, bien a la ida, o bien a la vuelta, visitar el espectacular Castillo de Loarre, luego la ascensión tiene alguna parte boscosa realmente deliciosa, y dos crestas, sobre todo la occidental, muy entretenidas, por no hablar de las magníficas vistas desde arriba, donde podremos contemplar la práctica totalidad del Pirineo oscense, y si a esto le añadimos el toque especial que le dio la nieve el día que ascendimos nosotros tenemos una excursión imprescindible si se están pasando unos días en la zona.
Así dio cobertura, en portada, el diario oscense La Nueva España-hoy Diario del Altoaragón- al caso OVNI del Puchilibro. Me he tomado la pequeña licencia de encabezar este reportaje con esta imagen. Esta noticia del Heraldo cuenta como fueron aquellos años de locura OVNI. |
Al contrario que el día anterior en Riglos el sábado, y tal como estaba anunciado, se nos presentaba desapacible y lluvioso, y con las montañas de alrededor de Loarre con una fina capa de nieve, cosa que echaba al traste el otro plato fuerte de estas mini-vacaciones, la ascensión a la Peña Gratal. Pero contando con esa previsión meteorológica, que anunciaba mejoría tras mediodía llevamos con nosotros un par de cortos planes B, que pudiésemos hacerlos por la tarde, la ruta de los Mallos de Agüero o la ascensión al Puchilibro, pero esa mejoría no llegó hasta última hora de la tarde, no la desaprovechamos y subimos a la espectacular Ermita de la Virgen de la Peña de Aniés, antes fuimos aprovechando, como bien pudimos, las cortas treguas que dieron lluvia, viento y nieve para hacer un poco de turismo por la zona. El domingo sin embargo amaneció un día esplendido, así que decidimos que antes de volvernos para Betxí aprovecharíamos la mañana para hacer alguna ruta corta, por lo cual nos venía ni que pintando cualquiera de los dos planes B, al final ejecutamos el del Puchilibro.
La ascensión dio comienzo en el parking del Castillo de Loarre, como he comentado, uno de los alicientes para venir a hacer esta ascensión es la recomendadísima visita al castillo, como nosotros ya lo visitamos en 2016 hoy nos saltamos ese paso. Justo en la entrada al castillo encontramos el poste señalizador de la excursión, que tuvo la mayor parte del tiempo como guía las marcas del PR-HU-105. Este nos hizo cruzar el llano adyacente al castillo para de inmediato introducirnos, ya por sendero, en un precioso bosque de pino y boj, en el que no tardamos en notar el efecto de la nevada del día anterior, tanto en el suelo como el la improvisada lluvia, producida por el deshielo de la nieve acumulada en los árboles. Tras un breve tramo de carril, que nos sacó definitivamente del bosque, retomamos un sendero, que empezó a encaramarnos por una ladera poblada de erizones, por la que nos fue posible avanzar gracias a una arista rocosa, por la que fuimos ganando altura de forma muy rápida y directa, en un tramo muy estético y en el que empezamos a gozar de unas espléndidas panorámicas, del Castillo de Loarre, de la propia Sierra Caballera, de la Hoya de Huesca, de algunas cumbres pirenaicas e incluso de las nieves flotantes del Moncayo. La pendiente de la arista fue suavizando, hasta que alcanzamos el hombro SO del Puschilibro, ahí enfilamos el amplio lomo cimero de esta montaña, por un sendero que se abría camino entre el mar de erizones. La cima del Puchilibro es una amplia plataforma coronada por un vértice geodésico de tercer orden, aunque las vistas son de primerísimo, sobre todo si miramos al norte, en el que veremos nítidamente todo, y cuando digo todo es todo, el skyline principal, engalanado de blanco, del Pirineo de Huesca, abarcando desde el Aneto hasta Peña Ezkaurre, en un elenco panorámico de cimas espectacular. Tampoco se quedan atrás las vistas hacia el propio pre-Pirineo (Sierra Caballera, Oroel, San Juan de la Peña, Guara), la Hoya de Huesca y el Moncayo.
Tras la cima desandamos el tramo hasta el hombro, allí tomamos un sendero descendente que nos aproximó a la cresta occidental del Puchilibro. Una vez ante ella podremos decidir si seguir por su filo o evitarla por un sendero que nos bajaría de forma más directa al Plan de Lugas. Antes de que pudiésemos decidir nada Laia ya se había enfilado por la cresta, así que esta vez la decisión la tomó ella, y mira por donde, nos acabó dando un susto de muerte, os cuento. La cresta, aunque afilada y estrecha, no tiene ninguna dificultad técnica ni patio alguno, lo que permite ir en todo momento por el filo, en un tramo de los llamados disfrutones. Tanto estábamos disfrutando que en un momento dado nos saltamos el paso de bajada de la cresta y que evita un estrecho y expuesto destrepe, así a ojo de IIº, a la que llegamos ante él Laia ya lo había bajado, y nosotros tras sopesarlo también lo vimos, haciéndolo con cuidado, factible. Eva se puso a bajar primero, y yo, como la cámara me podía molestar, me dispuse a guardarla en la mochila, eso hizo que Laia, al vernos parados, se impacientara y volviese a subir, evitando a Eva por una zona muy expuesta por la que había algo de nieve, pegó dos patinazos,"se nos mata!!" exclamé, antes de que la pudiese agarrar por el collar.
Recuperados del susto localizamos el paso de bajada, al que le dio continuidad un sendero que nos acabó desembocando en el Portillo Chara, en el que hay unas antenas, desde él bajamos al Plan de Lugas, allí pudimos deleitarnos con el vuelo, y también, en primera fila, con la espectacular maniobra de despegue de los parapentes. Nos hubiésemos quedado más rato allí, pero teníamos que buscar un sitio para comer y luego nos quedaban cuatro horas de coche hasta Betxí. Así que no nos entretuvimos mucho en volver a buscar las marcas de PR, que habíamos abandonado para acercarnos a la plataforma de despegue, y atajamos por el bosque, por un carril descendente, que nos hizo encontrar el primer sendero de la mañana, por el que regresamos al Castillo de Loarre, uno de las muchas joyas de una zona que nos ha gustado mucho, tanto en lo montañero como en lo cultural, y a la que estoy seguro que volveremos pronto.
Un saludo a tod@s.
De hecho, este sendero, el PR-HU 105 arranca desde allí. Tras cruzar los Planos del Castillo se introduce en este bosque, más o menos en este punto se puede decidir en que sentido hacer la circular. |
Nos inclinamos por hacerla llevándole la contraria a las agujas del reloj. El sendero se sumerge en un mar de boj. |
El sendero sale de forma momentánea del bosque, y se nos quedan al descubierto estas vistas del Castillo de Loarre y la Hoya de Huesca, en la que distinguimos los embalses de la Nava y la Sotonera. |
Pronto volvemos a introducirnos en este bosque pre-pirenaico, por los que siempre es una delicia caminar. |
No tardan en hacerse patentes los efectos de la nevada del viernes por la noche y el sábado por la mañana. |
Bonitas estampas las que nos regaló esta nevada primaveral. |
Tapiz blanco en el bosque, solo quebrantado por la trazada del sendero. |
Tras unos metros de carril volvemos a enganchar sendero, perfectamente dibujado entre los erizones o cojines de monja. |
Curioso el efecto de la nieve aposentada sobre el punzante matorral, y que sin embargo no llegó a cuajar sobre el sendero. |
Enfilamos la arista o espinazo SE del Puchilibro. |
No sé si en la primera foto del reportaje, la del castillo, habíais advertido de la presencia del Moncayo. Durante toda la mañana nos estuvo mostrando esta bonita estampa. |
Loarre y su castillo, bonita perspectiva tomada durante el transcurso de la arista. |
Por la larga arista, que no tiene dificultad alguna, con parte de la Sierra Caballera o de Loarre a nuestras espaldas. |
Al subir a lo recto este tramo nos exigirá el mayor esfuerzo de toda la ascensión, aunque irá suavizando a mayor altura ganada. |
Vemos, mirando atrás, toda la longitud de la arista recorrida hasta ahora. |
Y aún queda un trecho hacia delante, aunque como veis con una pendiente más llevadera. |
Poco antes de alcanzar el hombro del Puchilibro empiezan a mostrarse las primeras cumbres pirenaicas... |
...que resultan ser el macizo de Ordesa/Monte Perdido al completo. Con este anticipo visual nos morimos de ganas de llegar arriba. |
Alcanzamos el hombro, e iniciamos el tramo definitivo, con pendiente muy llevadera y entre erizones, hasta la cumbre. |
Vistazas hacia la Hoya de Huesca. Vemos también el Plan de Lugas, por el que pasaremos más tarde. |
Alcanzamos la cima del Puchilibro/Pusilibro, a 1597 metros de altura. En el vértice encontraremos una caja con una libreta en la que poder plasmar nuestro paso por esta cima. |
...y otra del central/oriental. Ahora desgranemos un poco las vistas. |
Empezamos con esta toma de las fajas de Ordesa, con el Gabieto, Taillón, Dedo y Falsa Brecha, Punta Bazillac, Brecha de Rolando y Casco, sencillamente espectacular. |
No nos movemos de Ordesa. Marboré, Cilindro, Monte Perdido, Pico de Añisclo/Soum de Ramond y Punta de las Olas. |
Nos vamos un poco hacia el oeste. Sierra Tendenera. |
Seguimos hacia occidente. Los dos emblemas montañeros de la Jacetania, Peña Oroel y la sublime Collarada. |
Nos desplazamos un pelín al este. Seguimos viendo Peña Oroel, y detrás la Sierra de la Partacua, con Peña Telera a la cabeza. |
Punta Agüerri y Bisaurín, con su inmensa pala SO. |
Sector del Aspe, con el póker Llena de Bozo, Llena de la Garganta, Aspe y el Sombrero. |
Pirineos más occidentales, con algunas cimas como Peña Forca, Petretxema, Acherito o Mesa de los Tres Reyes/Hiru Erregeen Mahaia. |
San Juan de la Peña y al fondo el Ori/Orhy. |
Finalizamos el repaso pirenaico con el rey de la cordillera, el Aneto, en el centro de la imagen y reventando el zoom. |
No nos olvidamos de las vistas hacia otras latitudes, sierras pre-pirenaicas, donde destaca entre todas el Tozal de Guara. |
Y finalizamos el repaso visual con la cima que teníamos prevista subir el sábado y que se nos queda pendiente, la Peña Gratal, que durante muchos años me pensaba que se trataba del Puchilibro. |
De vuelta al hombro continuamos dándole forma a la circular. Vemos ya la cresta occidental del Puchilibro. |
En esta imagen se ve mejor perfilada, y en el repetidor inferior en el que desemboca. |
Estamos de lleno en la cresta, primero la escoramos a un lado... |
...pero luego ya iremos por su filo en todo momento. |
Este tramo aliña con un poco de aventura a la ruta. |
Durante el recorrido por la cresta continuamos teniendo unas bonitas vistas de todo el Pirineo Occidental. |
De momento el único objeto volador que vimos, en este caso totalmente identificado, una collalba gris 😏. |
Un momento en el que la cresta se ensancha. Tras nosotros el Puchilibro adquiere la forma de cima que aún no nos había mostrado. |
Tramo en el que la cresta se pone brava, y en el que Laia nos dio el susto. |
Aunque con cuidado se puede destrepar lo más aconsejable es seguir los hitos, los que no vimos en un principio y salvar el problema por la vertiente sur. |
El paso en cuestión visto desde abajo. |
Más objetos voladores, en este caso parapentes... |
...con cuyo vuelo pudimos deleitarnos en el Plan de Lugas. |
En dicha llanura está la plataforma en la que despegan. Eva y Laia atentas al próximo despegue. |
Posicionarse, aprovechar la ráfaga de viento... |
...hacerse con las riendas del parapente... |
...y a sobrevolar los cielos de Loarre. Todo un espectáculo. |
Tras ver despegar a los parapentes y un tramo por el bosque regresamos al castillo, vemos sus mallos. |
Castillo de Loarre, que tuvo una gran afluencia ese día, no es para menos, es un lugar digno de visitar. |
Castillo de Loarre y el Pusilibro, desde las inmediaciones de Loarre. Decimos adiós a la cima OVNI, en la que mira por donde si que fuimos abducidos, pero por sus maravillosas vistas. |
Al margen de la anécdota de el OVNI, que espectacular balcón con unas vistas de alucine, me la apunto para cuando vaya a visitar el castillo. Saludos.
ResponderEliminarUna esta zona muy a tener en cuenta Salvador, un gran patrimonio histórico y un buen puñado de espectaculares opciones senderistas. No lo dudes!!
EliminarUn saludo.
Hola Dani.
ResponderEliminarPues la primera noticia que tengo yo del tema OVNI en la zona ... Particularmente tanto la subida al Puchlibro como a la Virgen de la Peña o la vuelta a los Mallos de Agüero merecen la pena, aunque está última es muy cortita.
La subida al Puchilibro la hice con mi mujer el invierno pasado y nos gusto mucho, es un paseo bastante agradable, por bosque, sendero, con dos tramos de cresta, el primero sin ninguna dificultad y el segundo con un buen ambiente, aunque para mi lo mejor son las formidables vistas de 360º que ofrece.
Ve que se os quedo pendiente la Peña Gratal, no se la idea que llevaríais, pero a mi particularmente no es un monte de los imprescindibles, y por ejemplo el Peiro es mucho más atractivo, aunque lo más habitual por estos lares es trazar una circular subiendo al Peiro, Gratal y las Calmas.
Un saludo
Hola Eduardo.
EliminarPues yo soy muy cabezón, debo tener algo de maño jeje, y desde el primer día que subí al valle de Tena, y antes de Monrepos vi la imponente Peña Gratal, que me pensaba que era el Puchilibro, me dije que algún día tenía que subir allí arriba, no pudo ser esta vez, pero seguro que a la próxima si jeje.
Cierto que la circular a los Mallos de Agüero es muy cortita, pero vi una opción más larga que subía a Peña Común. Luego a la Ermita de la Virgen de la Peña subimos con la furgoneta hasta donde pudimos y luego ya llegamos a la ermita a pie, un sitio y un sendero espectacular, queda pendiente hacer la ruta desde Aniés. Y muchas cosas más, ya que a parte de las recomendaciones que nos dieron en la hospedería, más las que tu me vas dando, está claro que a esta zona del pre-Pirineo de Huesca volveremos más veces, pues nos gustó mucho.
Sabía que las vistas desde el Puchilibro no nos defraudarían, pero lo que no esperaba es la variedad que ofrece, para lo corta que es, la ruta de ascensión, nos sorprendió muy gratamente.
Un saludo.
Hola Dani,
ResponderEliminarDices de mis rutas "ya que me viene de paso", pero tus "ya que estamos aprovechamos que volvemos y hacemos un plan B" se están convirtiendo en todo un clásico del blog.
Que suerte poder disfrutar de esos senderos con un poco de nieve.
Ese castillo me ha gustado mucho, voy a tener que mirar hacia atrás tu blog para encontrar la entrada donde nos lo describes.
Que gozada poder caminar por esas crestas, y encima con el premio de poder ver todo el Pirineo nevado.
Si es que no le seguís el ritmo a Laia, mira que quedaros atrás... la pobre seguro que fue a por vosotros para ayudaros a bajar... bromas a parte, menos mal que todo quedó solo en un susto.
Un abrazo.
Hola David.
EliminarEs verdad, así a bote pronto me vienen Peña Oroel, Ori, Peña Foratata Occidental y este Puchulibro, cimas destacadas que siempre hemos subido la mañana del mismo día que nos volvíamos a Betxí.
El castillo lo visitamos en 2016, cuando volvíamos de la Ruta de las Golondrinas, pero no hice crónica, no suelo hacerlas de este tipo de cosas, de la visita, así que lo mejor será que vayas a verlo en directo jeje, y de paso subes al Puchilibro, valen mucho la pena las dos cosas el castillo y la cima.
Un abrazo.
Hola Dani.
ResponderEliminarHabría estado bien que hubieras retocado la foto de la cima y meter detrás vuestro un Objeto Volador No identificado, jejeje
El Puchilibro me ha gustado, y de hecho la subida por la cresta me ha recordando en ciertos aspectos con esa caliza y el buje a la de la Mogorrita. Eso sí, lo mejor, toda la identificación de las montañas pirenaicas hasta arriba de nieve, y lo peor el susto de Laia.
Loarre se merece una visita cuanto antes.
Toni MS
Un abrazo.
Hola Toni.
EliminarYa está solucionado eso, échale un vistazo jejeje.
Quitando del susto de Laia una fantástica mañana de monte, con una ascensión muy variada: pinos, erizón, boj, cresta, un poco de nieve y un día despejado y sin viento para disfrutar de las maravillosas vistas de este Puchilibro.
El castillo ya te digo yo que merece mucho la pena visitarlo, además la visita guiada es muy completa y detallada, que por cierto, a parte de rodarse alguna escena de El Reino de los Cielos, peliculón, parece ser que también estuvieron en el castillo los de Cuarto Milenio buscando fantasmas jeje, parece, entre eso y el OVNI del Puchilibro, que la zona está abonada al misterio.
Un abrazo.
¡Hola, Dani! Buen final de fiesta antes de volver a casa. Quitando el susto de Laia, una ruta de lo más atractiva. Además nos has repasado todas las cimas pirenaicas de este a oeste¡qué barbaridad! Por cierto, se echa de menos Penyagolosa (ja,ja,ja). Así se aprovechan los días de fiesta.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Emilio.
EliminarCon estas vistazas de la cordillera pirenaica nos desquitamos un poco de lo de Peña Oroel, otro excelente balcón al Pirineo y que ascendimos el año pasado antes de volvernos para Betxí, en la que apenas pudimos identificar ninguna de las numerosas cimas pirenaicas que se divisan desde allí. ¿Te imaginas que hubiésemos visto Penyagolosa desde el Puchilibro?, hubiese sido la leche jeje.
El susto de Laia lo podemos contar ahora como una anécdota, pero en ese momento nos asustamos mucho.
Un abrazo.
Hola Dani...
ResponderEliminarOtro curioso topónimo montañero y por lo visto ''base'' ovni...jejeje.
Desde luego que la ruta se ve muy atractiva.Esa senda flanqueada de nieve,estaba muy chula,pero sin duda,las vistas desde arriba,brutales.Le has sacado todo lo mejor al zoom de tu cámara,para mostrarnos esas espectaculares montañas pirenaicas,todas con su imponente manto blanco.
Hubiera sido un puntazo,lo que te comenta Toni,de poner un ''Objeto Volador'' detrás vuestro en la cima...jejeje.
Un abrazo.
Hola Juane.
EliminarÉchale un vistazo de nuevo a la foto de cima que algo si que sale...
Tuvimos suerte con día, ya que dos jornadas antes, en la ruta de Riglos, hubo un tramo en el que también habían unas vistas cojonudas del Pirineo, pero habían muchas nubes enganchadas en la cordillera. Por suerte en el Puchilibro la visión fue nítida, y además la nieve caída el sábado hizo que el "skyline" pirenaico luciese de un blanco mucho más esplendoroso.
Un abrazo.