29 de marzo de 2020

Pico de Javalambre (2020 m.) y Alto de las Barracas (1838 m.)

Lunes 17 de febrero de 2020

...y por fin me decidí subir al Alto de las Barracas, la montaña más alta del territorio valenciano. Los más habituales del blog ya conoceréis mi particular "idilio" con esta montaña, si no lo sabéis, os lo resumo. Tiene mucho que ver con mi reiterada pleitesía a Penyagolosa y lo que me picaba ver artículos, publicaciones o listas del tipo "las montañas españolas imprescindibles a las que tienes que subir si o si", que cuando llegaban a la Comunitat, o al País Valencià, como prefiráis, te decían que la montaña más recomendable e imprescindible era el Alto de las Barracas. ¿Imprescindible?, ¿por delante de Penyagolosa?, ¿por delante del Puig Campana, el Benicadell, Bèrnia o el Montcabrer?. No lo consideraba justo, además de parecerme un recurso de lo más simplón y patatero, poner la montaña más alta y ya está hecha la lista. Por eso eso no me apetecía para nada subir al Cerro Calderón, que le vamos a hacer, soy así de raro. 
Con esto no quiero decir que sea una montaña fea, nada más lejos de la realidad, ya que posee los encantos de Javalambre, y siempre he considerado que no hay ninguna montaña fea, que todas guardan un atractivo u otro, pero si la comparamos con Penyagolosa y las otras mencionadas, sinceramente, no hay color.

Habiéndome desahogado vayamos al grano. Una vez que me decidí a subir al Alto de las Barracas había que plantearse desde donde hacerlo. En un principio tenía pensado en ir a la Puebla de San Miguel y subir por el Barranco del Saladillo, pero las dos horas y media de carretera, en total cinco, para ir y volver en el día, me echaban mucho para atrás. También tenía la opción de ir a Camarena de la Sierra, que me pilla bastante más cerca, y subir al Alto de las Barracas pasando antes por la cima del Pico de Javalambre. Al final me decanté por esta segunda opción. Sabía que iba a ser una ruta larga y dura, como así fue, pero que nos permitió sumergirnos a fondo por la Sierra de Javalambre y conocer todas sus caras, sobre todo las buenas.







Antes de entrar en materia me gustaría apuntar que aunque la ruta la hicimos el lunes 17 de febrero, he de confesar que hubo un intento previo, dos días antes, el sábado 15. Ese día descubrimos que había más nieve de la que esperábamos, sobre todo en la vertiente norte, y que era puro hielo en las zonas de bosque, es decir, en la mayoría de la ruta, y no cogí los crampones, por lo que antes de afrontar la subida definitiva a la zona alta de Javalambre, decidí abortar y aplazar la ruta, pensando más que nada en el posterior descenso del Alto de las Barracas. No hubo mal que por bien no venga e improvisamos un plan B, que fue darnos una buena caminata para ver de nuevo las cascadas del Barranco de Amanaderos, que estaban espectaculares. Como el lunes lo tenía libre no tuve la necesidad de aplazar la ruta muchos días. De nuevo, y con los crampones en la mochila, pusimos rumbo a Camarena de la Sierra.


Así de espectaculares lucían los saltos de agua de los Amanaderos a mitad de febrero.


La ruta comienza a unos dos kilómetros y pico más al Sur de Camarena, en una pequeña explanada junto a una caseta de toma de aguas, a la que se llega por buen asfaltado. En ese punto existe una bifurcación entre el GR-8 y el GR-10, nosotros tomamos este último, que es el que sube al Refugio Rabadá y Navarro. El camino inicial cruza el Río de Camarena y enseguida se transforma en sendero, que salva el desnivel que nos separa del refugio de manera muy elegante, escarceando entre pequeñas terrazas herbosas y espinos, con buenas vistas al valle, Camarena y la Loma de San Pablo, y con la banda sonora del discurrir del agua en los distintos arroyos que fueron saliendo a nuestro paso.


Nada más empezar vadeo del Río de Camarena, que venía bastante crecido tras el paso de Gloria. El éxito del vadeo iba a dictaminar el hacer la ruta con los pies secos o no. Al fondo, y casi 700 metros más arriba, el Alto de la Chaparrosa.

Lo vadeé limpiamente y con elegancia. No hubiese sido un buen negocio, con la rasca que hacía, haber empezado la ruta con los pies mojados. Empezamos a remontar hacia el Refugio Rabadá y Navarro, por un sendero comodísimo.

El Río Camarena abre este valle, en él vemos Camarena de la Sierra, y en frente nuestro la Loma de San Pablo.

Uno de los distintos arroyos tributarios al Río Camarena que vimos, y tuvimos que saltar, durante la subida, le dieron más alegría si cabe a la misma.

Llegamos a la altura del Refufio Rabadá y Navarro, el primer día nos acercamos allí, el segundo no.

Foto del primer día, el refugio está situado a 1520 metros y está gestionado por la Federación Aragonesa de Montañismo.


En Rabadá y Navarro se abren distintas alternativas, el primer día nos acercamos a ver la Fuente Blanquilla y luego continuamos por ese sendero, pensando que este volvería a enlazar con el GR, y en realidad lo que hizo fue alejarse, lo que supuso hacernos un pequeño lío para retomar la senda de marcas rojas y blancas, al menos de premio nos llevamos el ver algunos pinos realmente majestuosos. El segundo día fuimos a lo seguro y no abandonamos el GR. Esta sección de la subida nos descubre una Javalambre de contrastes, por un lado la humanización de las pistas de esquí-escandalosas el sábado, sin un alma el lunes-, y por el otro la magia de circular por esos extensos bosques de pino negral, que es sin duda con lo que nos quedamos.
Más o menos en la cota 1700 la nieve empieza a ser continua, así que para subir con mayor seguridad me calzo los crampones. Remontamos la empinada Loma del Portillo y ganamos un pequeño collado al Oeste del Alto de la Chaparrosa, puerta a la zona alta de Javalambre y excelente mirador hacia el Norte.


Vamos con algunas fotos más del primer día, en el que nos acercamos a ver la Fuente Blanquilla, rebosante de agua. Laia, desde bien pequeña, siempre le ha ladrado a los chorros de agua, aquí no hizo la excepción.

El sendero que nos llevó hasta la fuente tenía su continuidad, y como pintaba bien decidí seguirlo. Como he dicho nos alejaba de nuestro rumbo, pero nos sumergió en unos pinares en los que vimos buenos ejemplares de pino negral. Para muestra dos botones, en las dos siguientes fotos.





Y volvemos al segundo día, a partir de ahora todas las fotos son del lunes. Circulando por el GR-10, con cada vez más manchas blancas.

Antes de que le pinar nos engulla por completo echamos un nuevo vistazo al valle.

Otro pino de buen porte en el camino.

Llegamos a un punto en el que la nieve es continua, está dura, como la cara de muchos políticos, así que me calzo los pinchos, para subir con mayor seguridad.

La subida, con la nieve, y con el sol cobrando cada vez más fuerza, es preciosa.

Llegamos a un rellano, limpio de nieve, en el que emerge este gigante arbóreo.

Ese rellano nos ofreció un último descanso antes de ponernos a remontar la empinada Loma del Portillo, que fue una gozada hacerlo con los crampones puestos.

Estamos rondando los 1900 metros y las vistas son excelentes, por ejemplo vemos así la ciudad de Teruel, con la Peña Palomera más al fondo.

A escasos cinco kilómetros de la capital turolense se encuentra la espectacular Rambla de Barrachina, que no escapó a mi zoom.

Casi llegando arriba Javalambre nos dice que también sabe de afloramientos calizos...

...como este espolón occidental del Alto de la Chaparrosa, que se mira cara a cara con una Luna menguante.

Llegamos a este tenue collado, puerta de entrada a la zona alta de Javalambre y a su cima principal. Sin embargo, si miramos al Oeste, veremos antes el Alto de las Barracas que el Pico de Javalambre,

Acerco el Barracas/Calderón con el zoom. Desde este punto parecía cercano, pero como comprobamos más tarde aquí las distancias visuales son muy engañosas.


Me quito los crampones-ya no los volvería a utilizar en lo que restaba de ruta-, y continuamos por una vaguada, la que separa el Alto de la Chaparrosa del Cerro de Javalambre, luego pasamos junto a la horripilante antena de este último, descendemos a un collado y afrontamos una rampa final, la que conduce al punto más alto de la sierra, el Pico de Javalambre, coronado por un vértice geodésico cuadrado y un monolito religioso. La anterior vez que subimos aquí una espesa niebla lo cubría todo, así que no tuvimos vista ninguna, hoy me puede desquitar en ese sentido, ya que los horizontes estaban pulcros, y pudimos divisar montañas de hasta cuatro provincias, Castelló, València, Teruel y Cuenca.


Empezamos a remontar la vaguada entre la Chaparrosa y el Cerro de Javalambre.

La encontramos cubierta de nieve, pero al haber estado dándole el sol durante ya un buen rato no fue preciso volver a poner crampones. La antena del Cerro de la Javalambre nos hace de faro.

En la Cima del Cerro de Javalambre, a 2003 metros de altura. Solo un collado y una rampa nos separan del punto culminante de la sierra, el cual tenemos a la vista.

Negociando la rampa final al Pico de Javalambre. Miramos atrás y vemos el Cerro de Javalambre, con sus ornamentos artificiales.

El Pico de Javalambre también los tiene, pero tienen menos impacto visual, y están más acorde a lo que podemos encontrar en muchas cimas, vértice y simbología religiosa.

Pico de Javalambre, 2020 metros.

Las vistas son excelentes, me quitaba la espinita de 2014. Miramos hacia mi tierra...

...con la reina indiscutible de todas sus montañas.

Mi querida Serra d'Espadà también fue visible desde lo más alto de Javalambre.

Más cercano tenemos el Javalambre Bis, o Falso Javalambre. Escuchamos su lamento por tener asignados esos dos topónimos tan fríos y feos.

Justo en el centro de la sierra encontramos esta depresión, rodeada de cotas de 1900 metros, y alguna de 2000, a la que se conoce como la Hoya del Prado.

Mirada hacia tierras turolenses y conquenses, el horizonte pone el límite visual.


Estuvimos en la cima lo que me costó comerme un plátano, unos frutos secos y unos dátiles, pues el fuerte viento no invitaba a quedarse mucho rato más. Descendemos hasta la ancha pista que cruza todo el macizo, y la cogemos rumbo al Collado del Prado, teniendo buenas vistas de la Hoya del Prado y de todas las cimas que la contornean. Al llegar al collado dejamos la pista y nos adentramos en la Javalambre más pura y auténtica, esa que no conoce más humanización que la de las fuentes y los corrales para el ganado, la Javalambre de las vastas extensiones de sabina rastrera, la de incorruptos pinares, la de barrancazos como el de la Bellena, la Javalambre en la que reinan el silencio y la soledad... la Javalambe que enamora.


Ponemos rumbo al Collado del Prado, asomándonos de vez en cuando a la Hoya del Prado.

En una de esas vimos emerger, entre dos cotas anónimas de Javalambre, el Pico de Santa Bárbara, otro gigante castellonense.

A partir del Collado del Prado toca olvidarse por un buen rato de buenos caminos y senderos. Manda ahora la orientación. El objetivo, el Alto de las Barracas, única cima cubierta de pinos en el horizonte, lo tenemos a la vista, pero más lejos de lo que pensamos. Nos ceñiremos, sin intentar perder mucha altura, a esta vaguada, que más abajo acaba transformándose en el Barranco de la Bellena.

Bienvenidos al reino de la sabina rastrera!!.

Pese a ser, esta zona superior de Javalambre, la más expuesta al sol, encontramos aún numerosos neveros.

Pasamos junto a uno de los típicos abrevaderos/fuentes de esta sierra.

Y de repente algo rompe la uniformidad y hegemonía del terreno.

Se trata del Barranco de la Bellena, joya caliza de esta Sierra de Javalambre.

Los alardes paisajísticos de Javalambre son preciosos, pero para recitar la palabra espectacular nos tendremos que ir a sus barrancos, en concreto a estos cuatro: Bellena, Tejeda, Hoz y Amanaderos.

La magnitud y espectacularidad del de la Bellena se aprecia mejor desde dentro. Buenos recuerdos me vinieron de cuando lo remontamos en 2014, para subir al Pico Javalambre, y luego bajamos rapelando el Barranco de la Tejeda.

Apuntaba al principio que esta iba a ser una ruta dura y en el largo tramo comprendido entre los collados del Prado y el del Buey fue donde residió buena parte de esa dureza. La mayor parte de ese tramo fue campo a través, con alguna traza esporádica de sendero y con algunos tramos de terreno rudo, sumado todo a ello a los continuos sube y baja por las diferentes lomas de este sector del macizo. Íbamos superando loma tras loma, y cuando parecía que tras la siguiente iba a aparecer el Alto de las Barracas, lo que aparecía era una nueva loma a superar.

Dejamos atrás la Bellena, emplazándonos para un futura repetición de aquella ruta.

Nos centramos en lo de hoy y en lo de ese momento, que es ir superando lomas, y nos vamos a hartar.

Toca perder unos cuantos metros, descendiendo esta pala nevada, para luego remontar la siguiente loma, a priori la última antes del Alto de las Barracas.

Pero no fue así, aun quedaba una última, el Cerro de los Aguilares, detrás suya, por fin, el Alto de las Barracas.

A pies del Cerro de los Aguilares encontramos este pequeño prado, typical Javalambre landscape, en el que se encuentran el Corral y la Fuente de la Saladilla.

A medida que nos vamos aproximando al Alto de las Barracas el pinar vuelve a ser predominante...

...volviendo a pasar junto a excelentes ejemplares de pino.

Pero por fin alcanzamos el Collado del Buey, ya sabíamos que solo nos quedaba una subida. Nos acercamos a la cabaña refugio cercana y desde ahí afrontamos la definitiva subida al Alto de las Barracas o Cerro Calderón, que nos hizo sudar más de lo que esperábamos. 
No voy a negar que sentí satisfacción al llegar a la cima, bueno, siempre la siento cuando alcanzo una cima, sea cual sea su altura o sea más o menos atractiva, pero esta vez se trataba de un techo provincial y además el punto culmen, del territorio valenciano, pero permitidme que me ponga reflexivo de nuevo y que os hable de emociones, ya que estas no fueron las mismas que he tenido cuando por ejemplo he llegado a la cima del Penyagolosa, el Pic d'Espadà, el Montgó, el Pico Ropé o el Pico del Remedio, aquí no tuve en ningún momento la sensación de estar en una cima valenciana, por mucho que el mapa se empeñe en decir que si, la sensación fue de estar en una montaña turolense, enclavada en los bonitos paisajes de Javalambre, y que por motivos territoriales que escapan a mi conocimiento se encuentra parcialmente en territorio valenciano. Con esto no quiero sembrar ningún tipo de polémica, simplemente es una opinión personal, la cual no podéis compartir, cosa que respeto, basada en los sentimientos que tuve allí arriba, esos sentimientos que tengo en las rutas, a los que siempre intento dar transparencia en mis crónicas.



Acabamos llegando al Collado del Buey.

Cerca de allí encontramos este refugio. Como dato anecdótico, este tramo, entre el collado y el refugio, fue el único de la ruta que transcurrió íntegramente por territorio valenciano. Mira por donde era la primera vez que estaba en el Rincón de Ademuz.

Nos enganchamos a lo que sería la subida normal a las Barracas desde la Puebla de San Miguel. Este hito marca el inicio de la parte final de la subida.

Esta se hace por terreno pedregoso y prácticamente a lo recto. Para ser el último esfuerzo del día este fue bastante exigente. El vértice a la vista nos espolea.

Alto de las Barracas o Cerro Calderón, 1838 metros, punto culminante del territorio valenciano. Aunque se suelen utilizar los dos topónimos para referirse a esta montaña, lo más habitual es hacerlo como Cerro Calderón, lo cual es erróneo, ya que el topónimo verdadero es Alto de las Barracas, el bautizo de Cerro Calderón, y con ello la denominación del vértice, se debe a un antiguo error topográfico.

Miramos hacia la zona más alta de Javalambre, de donde veníamos, la verdad es que visualmente parece que hay más distancia desde las Barracas al Pico Javalambre que viceversa. Buena paliza la que nos habíamos metido para llegar aquí.

El observatorio astrofísico del Picón del Buitre. Qué espectacular fue la etapa de la Vuelta Ciclista a España que acabó allí arriba el año pasado.

Horizontes infinitos desde el Alto de las Barracas.

Y también pinos de formas imposibles.


Tras comer disfrutando de las buenas vistas del Alto de las Barracas retomamos la ruta, a la cual aún le quedaba un buen trecho. Invertimos el tramo final de subida para después buscar monte a través el carril que baja a la Fuente de la Miel, que descubrimos que no está en el punto donde indica del mapa de Prames. No vimos la fuente, pero al menos descubrimos un precioso sendero entre el pinar que nos enlazó con la pista que viene desde la Fuente de Matahombres, la cual seguimos en descenso para llegar a esta emblemática fuente de la Sierra de Javalambre, situada a las puertas del espectacular Barranco de la Bellena, en la que además de la propia fuente encontramos un área recreativa con barbacoas y refugio.


A punto de llegar a la pista que desde el Collado del Buey se dirige a la Fuente de la Miel. Seguimos encontrando bastantes neveros.

Abandonamos la pista para seguir este sendero, en el que según el mapa, deberíamos haber encontrado la Fuente de la Miel. Es un error del mapa, pues luego comprobé en casa que la fuente se haya junto a la pista, un poco más al norte.

No nos importó mucho el no encontrar la fuente, llevábamos agua de sobra y el sendero tuvo tramos tan encantadores como este y los de las dos fotos siguientes.





Salimos a la pista que sube desde Matahombres, circularemos un buen rato por ella, sin embargo no se nos hará pesado, nos entretendrán pinos como este...

...o estas vistas parciales del Barranco de la Bellena.

Fuente de Matahombres, con dos buenos caños de pura y limpia agua de la Sierra de Javalambre.


Desde Matahombres proseguimos unos metros más por la pista hasta dar con el sendero de la Fuente de Lazaro, la cual no nos desviamos a visitar. La tirada de sendero es larga, y por lo tanto el descenso progresivo, así como la transición entre el paisaje más boscoso y el más rural, el cual crea un bonito contraste con la fachada Norte del macizo de Javalambre, en la que destaca la caliza muesca del Barranco de la Tejeda. Tras una repentina e inesperada subida enlazamos de nuevo con la pista de Matahombres, la misma por la que habíamos llegado al punto de inicio con la furgo. Allí nos encontramos con el GR-8, el cual seguimos, más o menos de forma fiel, para llegar de nuevo al punto donde habíamos echado a andar siete intensas horas antes, finalizando así una exhaustiva, y excelente, a mi parecer, ruta por la Sierra de Javalambre.


Desde Matahombres ponemos rumbo a Camarena. Barranco de la Bellena, recuerda que quedamos tenemos una cita pendiente, ¿eh?.

Veamos algunos momentos del tramo de la senda de la Fuente de Lazaro, como por ejemplo este castillo natural...

...o estas vistas hacia otro barrancazo de Javalambre...

...el de la Tejeda.

Ya en la recta final de la ruta tenemos esta visión de la vertiente norte del macizo de Javalambre...

...y también esta del Alto de las Barracas(derecha de la imagen).


Y colorín colorado este rutón por Javalambre ha terminado.


Un saludo a tod@s y hasta la próxima!!!.





  • Longitud del recorrido: 23 kilómetros.
  • Desnivel positivo acumulado: 1010 metros.
  • Desnivel negativo acumulado: 1010 metros.
  • Track de la ruta.
  • Cartografía recomendada: Prames; Sierra de Javalambre, Mapa Excursionista 1:25.000.
  • Si os animáis a realizar este recorrido quizás deberíais saber que...
...en la primera parte del mismo, la comprendida entre el punto de inicio y el Collado del Prado, y en la parte final, entre el Alto de las Barracas y el final de ruta, no encontraremos excesivos problemas de seguimiento, ya que estas dos partes transcurren por buenos senderos y caminos de montaña, balizados como GR-10 incluso.
Pero el tramo central de la ruta, el comprendido entre los collados del Prado y del Buey, se hace prácticamente todo monte a través, por lo que requiere de un buen sentido de la orientación y llevar de apoyo un track o mapa y brújula.
En el aspecto técnico no encontraremos ninguna dificultad, y en el físico además de la longitud de la ruta y el desnivel que acumula destacaremos los continuos subes y bajas de la parte central de la ruta, que al hacerse monte a través castigarán nuestras piernas.
Durante la ruta podremos abastecernos de agua en el Refugio Rabadá y Navarro, en la Fuente Blanquilla(si optáis a acercaros a ella), en el abrevadero cercano a la cabecera del Barranco de la Bellena y en la Fuente de Matahombres.




15 comentarios:

  1. Hola Dani.

    Soledad, magia y aire puro y frío es que he cogido después de leer tu excelente crónica. Joder, cuanto se agradece en estos días tan extraños Ah bueno, y también bastante envidia me he traído, jajaja. Lo que daría por hacer esta ruta javalambrera.

    Cuando tú dices que ha sido dura, más allá de los datos objetivos que dan unas cifras respetables, ha tenido que ser tremenda. Lo de subir y bajar lomas sin senda definida aumenta la dureza bastante, y eso me suena bastante a mí, ya la sierra de Cuenca es así multitud de veces (añadiéndole muchas veces vegetación alta).

    Ese paisaje tan solitario y puro, esa maravilla de pinos negrales y silvestres, la sabina rastrera, las fuentes y las chorreras de agua, los neveros y la rasca, los horizontes tan nítidos y la visión de los barrancos (tengo ganas de conocer esos barrancos de los que he odio habla maravilla, ademas de las fotos de tus entradas) Te iba a decir que la próxima vez que planees una ruta por javalambre dímelo con un par de días de antelación. Sería mucha suerte que tenga ese día libre sin compromiso pero lo mismo suena la flauta y ese sábado o domingo no tengo plan.

    En cuanto a tus reflexiones sobre lo de la montaña más alta del país Valencià, estoy contigo completamente (y no es porque sea tu amigo que también, jajaja) sino porque no hay color. Y ojo!!! que hablo con conocimiento de causa, ya que he subido al Alto de las Barracas. Pero si nos ponemos hablar de montaña como caras rocosas, desnivel, verticalidad, Penyagolosa gana por goleada, y como tu dices, tambien el Benicadell, Puig Campana pero si extendemos esto, me atrevo a decir que hasta el Pico Ranera, el Peñalba o San Felipe en Cuenca. Y todo eso, remarcando en no menospreciar el Alto de las Barracas, ya que el entorno que tiene es brutal pero como montaña es una loma más alta que otras, siendo sincero.
    Como tú bien apuntas, es una cerro del maravilloso javalambre turolense, y poco representativa de los montañas valencianas.

    No has mencionado nada, pero no me quiero ni imaginar como te entrarían las birras después de esta paliza.

    Un abrazo.

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    1. Hola Toni.

      Las birras, en casa, entraron pero que muy bien, y los dos días, pues el sábado pese a abortar la ruta también me salió una buena kilometrada, pues en el improvisado plan B el carril que lleva a los Amanaderos estaba impracticable por la nieve, y desde Matahombres, que es hasta donde pude llegar con la furgo, hice el resto del trayecto andando. Ese sábado, ente pitos y flautas échale también unos 20 y pico kilómetros. Total, que fueron dos palizas en menos de 48 horas. Pero es que en Javalambre, y lo he podido comprobar en todas las rutas que he hecho allí, todo es muy engañador, y lo que parece estar ahí al lado no lo está, y todo requiere de una buena caminata, pero caminar por esta sierra es, y aunque haya tramos rudos, un auténtico placer, sobre todo cuando nos alejamos del dominio esquiable, es ahí cuando Javalambre conquista de verdad con todos sus encantos y en todos los sentidos... la soledad y el silencio, los pinares, los prados con sus fuentes, esos barrancos de fauces grises, esas solitarias extensiones de sabina rastrera, que invitan a caminar horas y horas por ellas, en cualquier rumbo, tocando los cielos turolenses, y respirando su fresco y puro aire. En definitiva, que fueron dos increíbles jornadas en Javalambre, disfrutando de auténticos paisajes montañosos en total soledad, lo cual me vino también muy bien a nivel emocional. Con todas las buenas experiencias que he vivido en esta sierra, ¿como no volver más veces?. A ver si en la próxima puede ser en tu compañía.

      Respecto al Alto de las Barracas, y a riesgo de parecer redundante, es innegable que se trata del techo del País Valencià, y quizás en eso resida, para muchos, su mayor atractivo, cosa en la que estoy en desacuerdo, pues para mi su mayor atractivo es el paisajístico, y no el territorial. ¿Lo que en muchos sitios se le considere como imprescindible?, pues eso ya va en la manera que tenga cada uno de medir las montañas, hay quien solo las mide por su altura, y otros, como yo, y por fortuna muchos más, las medimos por otras cosas que van más allá de los metros.

      Un abrazo.

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  2. Hola Dani,

    Tras enterarme que habías realizado tan dura y preciosa ruta estaba esperando esta crónica con muchas ganas, y te puedo asegurar que ha superado mis expectativas, que gran crónica!!!

    Que maravillosos son esos bosques turolenses de pino negral, siempre me dejan embelesado mirándolos, junto con esos anchos terrenos de monte bajo, tan típicos de esa zona, una auténtica delicia.

    Yo estoy con Toni y contigo, por mucho que sea el punto más alto de la Comunitat, nada tiene que ver con el típico terreno de la misma, es un terreno 100% turolense, además, todo y las buenas vistas que hay, yo también me quedo con el Penyagolosa o el Puig Campana.

    Al final te quedaste sin subirlo por el barranco del Saladillo, pero bien seguro que tarde o temprano lo harás, ya que te puedo asegurar que es una forma muy entretenida y divertida de subirlo.

    Menos mal que el confinamiento pasa mejor pudiendo disfrutar de entradas tan entretenidas y bonitas como esta que nos has mostrado.

    Un abrazo.

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    1. Hola David.

      Muchas gracias, me alegro que te haya gustado la crónica y que esta haya compensado tu espera jejeje, y si con ella he conseguido que te hayas evadido virtualmente del confinamiento pues me alegro un montón también. Todos contentos pues jajaja.

      La verdad es que fue uno de esos recorridos de los que te vacían físicamente pero que al mismo tiempo te dejan saciado en todos los aspectos. Acabé muy contento de haber podido unir estas dos cimas tan significativas en la misma ruta, cosa que en la época en que la hice supuso todo un reto, pues el trabajo en el almacén me absorbe mucho, no salgo tanto al monte entre semana y no estoy en tan buena forma como en primavera y en verano. Pero al final tuve muy buenas sensaciones y emociones. No me defraudó para nada la ruta, la cual me hacía mucho ilusión hacerla, tanta que tras abortarla el primer día no tarde ni dos días en volver.
      No descarto para nada volver al Alto de las Barracas y subir desde la Puebla de San Miguel y ese barranco del Saladillo, para así conocer mejor la vertiente valenciana de esta montaña, aunque me da a mi que no va a variar mucho del de su vertiente aragonesa jejeje.

      Un abrazo.

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  3. ¡Hola, Dani! Preciosa ruta de gran belleza y dureza. Unir esas dos cimas es un bonito objetivo. La nieve además dando su toque blanco al paisaje y la soledad y el silencio añadiéndole ese punto de misticismo que tanto nos gusta a algunos. Y una vez más, comprobamos lo que caminamos por el monte o por la naturaleza en general, que ésta no conoce de fronteras ni filiaciones; el hombre es el que matiza esas cosas olvidando muchas veces que las fronteras artificiales no pueden ocultar lo que es, la realidad.
    Un abrazo.

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    1. Hola Emilio.

      Pues si, todos esos ingredientes que mencionas apuntaban a que esta ruta iba a ser un rutón y así lo fue. Más allá de las dos cimas, que fueron las dos guindas, me quedo con el resto del pastel (quizás se note que estos días he estado leyendo a Iñaki Ochoa de Olza), y con esos típicos y solitarios de Javalambre, que nos enriquecieron más que las dos cimas, aunque estas le den el título a este reportaje.
      Y te doy toda la razón, ¿que más da que una montaña este en un territorio u e otro?, ¿o que una sea más alta que otra?, con lo que nos tenemos que quedar de verdad es con la esencia de cada una, y empaparnos de ella.

      Un abrazo.

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  4. Yeeaaahhhh Dani!!!
    Muy buena esa combinación de unir dos de los montes mas representativos del sistema javalambrico (si esa palabra no existe, pues me la invento yo jajaja).
    Hace muchos años, muchos ya, un colega que regentaba el refugio, ya lo hizo y me comentaba que se podría convertir en una clásica, si se hubiese señalizado un poco, muy poco me decía el y haberle dado bombo en los grupos excursionistas. En fin...
    Yo personalmente hubiese partido del área de Matahombres y subido al Javalambre por la Bellena, así te hubieses evitado ese tramo junto a las pistas y la posterior pista de regreso (un tramo al menos).
    Supongo que el tramo que te habrá gustado más, es cuando abandonas la cima del Javal y te encaminas hacia el Calderón, eso es puro y genuino paisaje Javalambreño (otra palabreja, jiji) Y lo bueno lo de montaña imprescindible, pues será por lo techo provincial, ya que una parte es valenciana por el Raco de Ademuz. Lo mejor que tiene son esos pinares de pino royo.
    Y retrotrayéndome en el tiempo, hice una travesía invernal con un colega,partiendo desde Camarena de la Sierra,en la que hicimos el siguiente recorrido:
    Camarena- Fuente Aguabuena
    Fuente Aguabuena- pico Javalambre- Collado Tajuelo
    Collado Tajuelo- Calderón- Camarena aquello fue en Diciembre del 91.
    Bueno ahora con este confinamiento, estoy dando forma a otra travesía por esa sierra tan querida, tratando de unir los cuatro grandes; base, Java, Dehesa, Calderón y Buitre.
    Bueno después de tanto rollo me despido y sigo con mi ron, jeje.
    Salud y mucha sabina rastrera.

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  5. donde pone base, quería poner; véase.

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    1. Hola Javi.

      Tu si que sabes, cuarentena a base de ron y cartografía para imaginar futuras travesías, recordar otras de tiempos atrás... y también para inventar nuevos vocablos montaraces jejeje.
      Me uno a la iniciativa de empezar a llamar al Javalambre Bis como Pico de la Dehesa.
      Lo de convertirse esta ruta en una clásica, pues ingredientes no le faltan la verdad, quizás algún sendero en la parte central, entre el Collado del Prado y el del Buey, que es la más genuina y en la que más disfruta de la esencia de Javalambre, pero mejor si se queda como está, a lo mejor un sendero hiper-marcado por ahí arriba le quitaría un poco la gracia del monte a través.
      Pues tentado estuve de empezar la ruta en Matahombres y subir por la Bellena, pero me hacia gracia también subir a pie hasta el refugio, aunque luego me tuviese que chupar ese tramo que va pegado a las pistas de esquí. Además, el subir por la Bellena hubiese supuesto hacer el tramo hasta el Pico Javalambre prácticamente lineal de ida y vuelta, y quería hacer el recorrido circular, además de Matahombres a la meta apenas toqué pista. Me reservo la subida por la Bellena para una próxima acometida al Yabal-Ahmar, con su posterior descenso rapelando por la Tejeda, que tengo muchas ganas de reeditar aquella ruta jeje.
      Lo de la "imprescindibilidad" (yo también me invento palabrejas jiji) de Calderón/Barracas, pues si, puede venir del estar en una lista, en este caso en la de las montañas más altas de cada provincia... y tu y yo hemos hablado muchas veces de esas listas, ¿verdad? por ejemplo la de los 3000's del Pirineo, que llevan a mucha gente a la cordillera divisoria solo asubir montañas que superen esa altura, y se están perdiendo otras de menor altitud muchísimo más bellas.

      Salud y mucho ron.

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  6. Hola Dani, yo tampoco quiero entrar en polémicas. Está claro que las altitudes no engañan y son las que son. Está claro que estamos con un pie en Valencia y otro en Teruel. Está claro que una montaña puede ser una montaña o una MONTAÑA. Está claro que un pico es un pico y una loma es una loma. Está claro que no es lo mismo la Venus de Milo (aunque esté manca) que el Ecce Homo de Borja. Está claro que no es lo mismo una Voll Damm que una Cruzcampo (jejeje) ... por poner unos ejemplos. Y con esto doy por zanjado el tema.
    De todos modos y con esa escusa te marcaste un rutón. Yo le tengo mucho cariño a la zona. La hemos visitado bastante y nunca dejo de asombrarme con su belleza. La primera vez que subí al Alto de las Barracas iba con mi cuñado y nos perdimos en ese mar de lomas. Continuos sube y baja buscando la máxima altitud de la Comunitat y acabamos pasándonos de frenada hasta Javalambre, jejeje. Esos pinos abigarrados,majestuosos me chiflan y allí los hay a mansalva. Igual que mis amadas sabinas centenarias de las Blancas, cerca de la Puebla de San Miguel que tienes que ver sí o sí. Y qué decir de los barrancos, qué recuerdos el de la Bellena o el de la Saladilla, si no fuera por ellos Javalambre estaría cojo. Y el toque de la nieve ya es la guinda del pastel. En fin ... ya llegarán tiempos mejores. Un fuerte abrazo.

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    1. Hola Paco.

      Así es, las altitudes no engañan y el Alto de las Barracas es la más alta de nuestras montañas, y por supuesto no tengo nada en contra de ello. Mi cruzada va contra esas listas que anteponen la altura de una montaña a su belleza y que llevan a situaciones como la que nos pasó en Peña Prieta (modo batallita ON jeje), durante el descenso fuimos un rato junto a unos veteranos montañeros cántabros, que al comentarles yo que éramos valencianos me dijeron (textual): "entonces si vamos a hacer montaña a tu tierra, ¿que nos recomiendas?, ¿el Calderón?", por supuesto les dije que se apuntaran (se las apuntaron) unas cuantas montañas valencianas que a mi parecer son mucho más atractivas que el Alto de las Barracas.
      Ya huyendo del tema, yo también le tengo mucho cariño a Javalambre, son muy buenos ratos los que he pasado en esta sierra, ya sea descendiendo barrancos (el de Amanaderos tres veces) o subiendo a algunas de sus cimas (Javalambre, Dehesa, Buitre), o perdiéndome en esos bosques o extensiones de sabina rastrera, que invitan a andar y andar hasta la extenuación. Las dos últimas rutas que he hecho en Javalambre (contando esta) han sido en solitario (bueno, con Laia) y la verdad es que ambas han sido fantásticas experiencias.
      Me apunto la subida a las Barracas desde la Puebla de San Miguel, aunque dejaremos que corra un poco el tiempo. Para la próxima visita a Javalambre, y como le he comentado a algún compi, me gustaría reeditar, y a ser posible con mejor tiempo, la subida por la Bellena y la bajada por la Tejeda, y también subir a la Loma de San Pablo desde Camarena y hacer completa la ruta senderista a las cascadas de Amanaderos.

      ...pobre Cecilia, ella que lo hizo con toda su buena voluntad ;-)

      Un abrazo.

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  7. Hola Dani...
    Vaya rutón que te marcaste y como apuntas,con ración casi doble en apenas tres días.La verdad es que cuando he leído larga y dura,he pensado en 25 kms y cerca estuvo,cuánto menos del "plato principal"...jejeje.
    Bueno vamos por partes,coincido con lo de que el Alto de las Barracas no tiene ni la estética imponente,ni el carisma de Peñagolosa o el resto de montañas valencianas que apuntas y por supuesto no hay que quitarle mérito,pero es su entorno lo que lo hace más atractivo.
    Justamente fue el primero que hicimos cuando comenzamos con los V.G. + de 1000,allá por 2014 y nos gusta mucho más la ruta en sí,que el propio vértice.La subida por Saladillo y La Hoz,impresionante.
    Buena aclaración sobre el verdadero nombre que es Alto de las Barracas y no Cero Calderón.Yo en su momento también lo modifique en mi crónica,después de leer la de Jesús(Suelas Desgastadas) http://suelasdesgastadas.blogspot.com/2015/06/techo-de-valencia-alto-de-las-barracas.html(muy buena por cierto).
    Bueno y la ruta,que vaya parrafada que llevo ya...jajaja.Muy buena,desde ese inicio por estupenda senda y después con el "duro" encanto de ir atravesando lomas dominadas por la sabina rastrera,otra de las cosas que caracteriza esa sierra,como también apuntas.La vuelta también anduvo bien aderezada,por lo visto,aunque con algo más de pista.
    Desde luego la subida al Cerro Javalambre se ve muy chula y en tu caso con ese punto de nieve helada.
    Me la apunto como posible,aunque te diré que al ver tu entrada,me has vuelto a recordar la travesía que tengo pendiente,desde 2013...jajaja,si has leído bien.Me encontre en wikiloc con el track de wandoo o lo que es lo mismo Sendero Xtrem.Un recorrido de dos días,haciendo noche en ese refugio de Rabada Navarro y que hace un amplio recorrido por esa Sierra de Javalambre,subiendo a todas las cimas principales,otro rutón sin duda.A ver si para el año que viene la monto.https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/travesia-por-javalambre-2669091(el track).
    Y por último dos curiosidades con los topónimos.Javalambre tiene La Chaparrosa y Gúdar el Chaparroso...jejeje y la otra Javalambre tiene el Collado del Prado y Gúdar el del Pradillo...jajaja.
    Bueno lo dicho Dani,una gran ruta,al margen de amores y desamores con esa Cima que debería pertenecer a Teruel...

    Un abrazo.

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    1. Hola Juane.

      Dos buenas calcetinadas me pegué en cuestión de 48 horas, si señor, tuve agujetas para unos cuantos días jejeje.
      Respecto al tema del Alto de las Barracas (en un principio escribí toda la crónica utilizando Cerro Calderón, pero al entrar en la web de Camarena leí lo del error cartográfico, lo constaté en otras fuentes y rectifiqué la crónica), te doy toda la razón, pierde la partida en comparación con otras montañas valencianas, pero cuando se compara algo nunca hay que caer en el menosprecio, y menos si hablamos de montañas, ya que todas poseen algún atractivo, ya sea natural, histórico o de otra índole que le otorgan su propio carácter y la diferencian del resto. En el caso de este Alto de las Barracas su mayor atractivo, más que su altura, es todo ese entorno que la rodea, el más puro y genuino Javalambre. Se me acaba de ocurrir ahora, antes etiquetarla como la más alta de nuestras montañas (valencianas), la denominaría como la más turolense de nuestras montañas, suena bien ¿no?.
      Y siguiendo con el Alto de las Barracas, esta semana he estado viendo algunas crónicas antiguas tuyas, entre ellas la del pistoletazo de salida al reto de los vértices +de1000.
      Y que decir de la Sierra de Javalambre, esa variedad de paisajes, que van desde barrancos y arroyos con agua, pasando por esos frondosos bosques y rematando en esas extensiones de sabina rastrera en las alturas, donde se respira el más puro aire turolense. En los dos días pude gozar de todo ello. Y luego están las posibilidades excursionistas que ofrece, que además de asegurarnos soledad, nos abren la posibilidad de trazar travesías tan bestias como esta que compartes.
      Gúdar y Javalambre, dos grandes tesoros turolenses.

      Un abrazo.

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  8. Hola Dani, un saludo. Leí esta entrada hace ya un par de semanas o más, pero el aparato estaba un poco chungo y al final me lancé a formatearlo entero. De todas formas no va nada fino... es un portátil viejo... me resisto al consumo electrónico, pero al final, creo que habrá que pasar por el aro.
    Me gustó mucho esta, o estas rutas, ya que fuiste dos veces seguidas. Dices y repites que en esa zona las distancias son engañosas... y es verdad, hay sitios donde parece que ya está ahí, y cuando le metes rumbo, parece que se aleja todo. Y esas lomas abiertas tienen pinta de ser traicioneras en ese sentido. Tuviste suerte con la meteo y con la nieve... siempre es de agradecer un poco de nieve en la montaña, la verdad. Que sería de nuestras vidas sin esas caminatas "por lo blanco"... por el lado más salvaje de la vida... parafraseando...
    Espero que estés optimista, porque esta situación es para pedir socorro. Nosotros no salimos nada... hay quien trabaja, y por lo menos, se evade un rato... aunque depende de donde, puede ser hasta peor tener que trabajar. Eso si, actividad física no falta... he descubierto el Yoga, el Pilates, y un tal Cesc Escolá que por la tele me está poniendo fino... creo que estoy perdiendo peso, confinado, confitado, y todo lo que termine en ado (apaleado, por ejemplo).
    Un abrazo, pero fuerte, fuerte. Hasta he pedido 2 discos de Juan Saurín... que no veas lo bueno que es el colega.

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    1. Hola Fran.

      Haces bien al resistirte al consumo electrónico, hay mucho despilfarro últimamente, ya sabes, gente que cambia de televisor, ordenador y móvil cada dos por tres y por que sí, sin pensar en las consecuencias negativas de esa vorágine de consumo electrónico (minas y tráfico de coltán, el mal reciclaje que se hace de todos esos componentes electrónicos etc.) yo por ejemplo llevo más de siete años apañándome con el mismo portátil, que hay veces que me pide la jubilación pero yo me niego a dársela, también llevo casi tres años con el mismo móvil y lo poco que veo la tele lo hago con un televisor que me compré en la primera década de este milenio.
      Respecto al confinamiento, aunque vivo solo lo llevo bastante bien, algún ratito de bajón hay, salgo solo para comprar y tirar la basura, y aunque ya se me está haciendo largo en general lo llevo bien. Lectura (ahora mismo estoy con "Quién Vive, Quién Muere y Por Qué"), música (escuchando a Mr. Big mientras escribo esto), documentales, pelis (vi Hacia Rutas Salvajes, la tenía pendiente, con el gran Eddie Vedder en la BSO, y me encantó) son mis principales entretenimientos. Televisión y redes sociales nada de nada, vi una charla de un psicólogo al principio de todo esto en la que recomendaba que huyéramos de la sobre-información y lo estoy cumpliendo a rajatabla. Ejercicio si que no estoy haciendo nada de nada, y la verdad es que debería plantearme en hacer algo, sino cuando salga voy a estar atrofiado. La suerte es que no me ha dado por comer más de la cuenta.
      Bueno, esperemos, que al final, y al igual que en esta ruta, podamos alcanzar el objetivo, que por muy lejano que esté, pasito a pasito nos iremos acercando, y aunque no lo parezca, a él.
      Había oído hablar de Juan Saurín en alguna entrevista pero no había escuchado nada de él, toca muy bien el tío, le veo un estilo parecido a Alberto Cereijo, y también he visto que este último año ha estado girando con Mónica Naranjo, ahí es nada.

      Un abrazo.

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