GR-333 - Etapa 14ª: Fanzara - Ribesalbes

 Jueves 1 de abril de 2021.

Encaramos la recta final del GR-333 con la etapa número catorce, la que comunica Fanzara y Ribesalbes. Tras nueve etapas discurriendo por el Alto Mijares (desde Villamalur), el recorrido del GR volvía de nuevo a la Plana Baixa. También dejaba el Alto Mijares el propio Mijares, que se despedía de la pureza natural de la comarca a la que da nombre y se encontraba con una industrializada Plana. Esta vez el recorrido que aprovecha la etapa ya lo conocíamos de una ocasión anterior, por lo que para trazar la circular de regreso a Fanzara nos fuimos en busca de senderos inéditos para nosotros.

Hablemos hoy de Fanzara. Es mucho el patrimonio de esta población, tanto histórico como natural. Del histórico destacaremos el Castellet, fortaleza árabe del siglo XIII o las ruinas de la Alcudia y la Lleuxa, ambos antiguos asentamientos moriscos. En lo natural son muy reseñables el Turio, en cuya cima se encuentra una sima de 180 metros de profundidad, y sin abandonar el mundo subterráneo la Sima del Cabezo (-146 metros) y la Cueva de la Muela que alcanza un profundidad de -73 metros. Pero si por algo es conocida Fanzara en los últimos tiempos es por MIAU, el Museo Inacabado de Arte Urbano, un proyecto de museo al aire libre en constante evolución y crecimiento en el que artistas nacionales e internacionales plasman sus obras en las fachadas y en las calles del pueblo. Anualmente se celebra un festival en el que se crean y añaden nuevas obras, de ahí lo de inacabado, en las fachadas de Fanzara. Al final de la crónica os he puesto una amplia galería fotográfica de este peculiar museo.

Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Fanzara, construida en el siglo XVII.

Calle de Fanzara al natural, sin arte urbano pero con el de los maceteros, las plantas y las flores, que también tiene mucho encanto.

Plaza Obispo Granell, en la que ya vemos una muestra del arte urbano de MIAU. Después de la crónica de la ruta tenéis un amplio reportaje fotográfico de este peculiar Museo Inacabado de Arte Urbano.

Abandonamos las artísticas calles de Fanzara por un camino asfaltado que nos aproxima al primer sendero de la jornada, que se pone cuesta arriba de inmediato, en una zona conocida como la Costera de Ribesalbes, no en vano, pues este es el antiguo camino que unía Fanzara y Ribesalbes y viceversa. El sendero tiene algunos tramos empedrados , y con la ganancia de altitud nos irá dejando con unas bonitas vistas de Fanzara con el Turio y Peña Saganta detrás.

Al empezar la ruta me hice un pequeño lío a la hora de encontrar las marcas del GR. Gracias a ello obtuvimos esta visión de Fanzara, con los omnipresentes Turio y Peña Saganta.

Ahora si, por el camino correcto, y de nuevo con esta inseparable pareja de imponentes atalayas.

Llegamos al punto donde aparece el sendero, bien indicado por diversas señalizaciones.

El sendero es agradecido, y nada más caminar unos metros por él nos regala estas vistas. Qué bonita ha sido la tónica general de los primeros metros de cada una de las etapas del valle del Mijares, con las vistas de cada pueblo al salir de él.

También había sido tónica general que la mayoría de estos senderos iniciales tuviesen partes empedradas, este no fue la excepción.

Toca despedirse de las vistas hacia este bonito sector del valle, pues en lo que atañe al GR pronto se nos iban a ocultar.

Aunque la mole del Turio la íbamos a seguir viendo durante un rato.

Alcanzamos un colladete, en el que decimos adiós definitivamente a las excelentes vistas hacia este sector del valle del Mijares que habíamos tenido en las últimas etapas del GR-333. A partir de ese momento el recorrido pierde brillantez paisajística, pero no el encanto. También continúa el buen sendero, que nos aproxima a otro collado, en el que ya podemos divisar Ribesalbes junto a la cola del Embassament del Sitjar.

Tras dejar atrás el collado así prosigue el sendero.

Como os he dicho dejábamos de ver el fondo del valle, pero al Turio no lo perdíamos de vista.

Una delicia caminar por este tipo de senderos...

...que además nos regaló vistas parciales hacia Espadà...

...en las que destacaba el Benialí/Batalla.

Ganamos un segundo collado, con el sendero, bien delimitado con piedras. Vistas hacia atrás...

...y vistas hacia delante, donde ya podemos ver Ribesalbes y el Sitjar.

Desde el collado empezaremos a bajar, siempre con Ribesalbes a la vista, primero por la vertiente norte del puntal de Balderán, y luego por el interior de un barranquete, que nos abocará de forma directa a la ribera del Mijares, aquí ya Millars, en cuya compañía haríamos nuestra entrada en Ribesalbes, finiquitando así esta sencilla decimocuarta etapa. Hoy llevaba en la mochila lo justo: agua y algo de fruta por si acaso, pues había calculado que llegaríamos a Ribesalbes a hora de almorzar, y que haríamos ese almuerzo en el bar. No fallaron las matemáticas. El Bar els Xops, está en justo en el recorrido el GR, y allí paramos a pedirme y comerme un bocata de tortilla con queso, que acompañé con un par de cervezas, of course.

Iniciamos la bajada a Ribesalbes. Vemos la cima de Balderán, que luce laderas escalonadas por antiguos bancales.

El sendero se enfila hacia esta vaguada/barranquete...

...y por su interior llegaremos a la ribera del Millars y a Ribesalbes.

Los chopos, entre los que hay uno monumental, delatan que estamos caminando junto al río. Vemos la iglesia de Ribesalbes.

Y esto es ya oficialmente el Embassament del Sitjar, con su característico puente, una de las señas de identidad de Ribesalbes. 

Tras el relajado almuerzo tocaba ponerse en marcha y empezar a trazar la circular de regreso a Fanzara. En un principio tenía pensado hacer la popular ruta circular que se suele hacer entre Fanzara y Ribesalbes, que yo ya había realizado y es por eso que el recorrido de la etapa, como os he comentado al principio, ya lo conocía. Así que casi a última hora, y como también os había apuntado, decidí buscar otras alternativas para que así la circular tuviese algo inédito para nosotros.

El objetivo sería llegar al Coll de la Galarsa al noroeste de Ribesalbes. Para ello callejeamos en ese rumbo. Una vez fuera del pueblo son dos los senderos que llevan al collado. Nosotros tomamos el primero que salió a nuestro paso, conocido como Senda de la Quinaleta. Esta nos llevó a pasar por tres pequeños puntales; el Tossalet, la Roja y la Galarsa, siendo este último la altura máxima de la ruta. En el primer tramo de subida, y fue lo mejor del camino de regreso a Fanzara, tuvimos buenas vistas de Ribesalbes y la cola del Sitjar.

Para continuar con la ruta haremos un callejeo por Ribesalbes, pasando por la Plaça de l'Església.

El Carrer de Sant Vicent lo recorreremos íntegro, para salir del pueblo e ir en busca del siguiente sendero.

He aquí el sendero, muy trillado y siempre en constante ascenso.

Tras un tramo más boscoso enseguida nos asomamos hacia Ribesalbes y la cola del Sitjar.

A medida que iremos subiendo esa visión de Ribesalbes se nos irá ocultando, pero se nos abrirá el horizonte hacia el este...

...donde por ejemplo distinguiremos el Puntal de la Font de Cabres...

...o el Solaig, a cuyos pies se encuentra, aunque aquí no se vea, Betxí, mi pueblo.

Desde la cima de uno de los puntales vemos una porción más del Sitjar.

Parece que se encuentra con un buen nivel de capacidad.

Una vez alcanzada la cota máxima el sendero es engullido por un espeso pinar, se terminan las vistas por el momento.

En el Coll de la Galarsa volvimos a tener vistas parciales del valle del Mijares, e incluso del Desert de el Palmes en la dirección opuesta. Del collado bajamos hasta el Barranco de la Balsa. Una corta remontada nos hizo enlazar con la Cañada Real de Aragón, ya conocida de la anterior ruta del GR-333. Por ella volvimos a Fanzara, por lo que hay poco más que contar. Bueno, que llegábamos a Fanzara a la hora ideal para sentarnos en la terraza del bar y pedir otro bocata de tortilla, esta vez de patatas, con su doblete cervezil, y es que había que celebrar que ya casi teníamos finiquitado este GR-333, aunque la decimoquinta y última etapa tuvo que esperar, por razones climatológicas, dos semanitas.

Coll de la Galarsa, donde nos reencontramos visualmente con el Turio y Peña Saganta.

También vimos desde allí, allá al fondo, la Serra de Borriol y el Desert de les Palmes.

Iniciamos la bajada, hacia el Barranco de la Balsa y la Cañada Real de Aragón.

Como cambia la vegetación cuando hay un barranquete cerca.

Hoy no andaremos tanto tramo por la cañada como en la anterior ruta, por lo tanto no se nos hará tan pesado. Fanzara a la vista, la ruta tocaba a su fin.

Turio y Saganta, menudos dos guardianes tiene Fanzara.

• Longitud del recorrido: 12,88 kilómetros.
• Longitud de la etapa: 4,42 kilómetros.
• Desnivel positivo acumulado total: 507 metros.
• Desnivel negativo acumulado total: 507 metros.
• Desnivel positivo acumulado de la etapa: 135 metros.
• Desnivel negativo acumulado de la etapa: 193 metros.
• Track del recorrido.
• Si os animáis a realizar este recorrido quizás os interese saber que...

...transcurre por buenos senderos y caminos de montaña. La parte que atañe al GR no ofrece problemas de orientación. El resto de la ruta no está señalizada, por lo que no os vendrá mal el apoyo de un track o un mapa. Ninguna dificultad técnica. Podréis abasteceros de agua, o del líquido que más os plazca, en Ribesalbes.

• Web del Ayuntamiento de Fanzara.
• Web del Ayuntamiento de Ribesalbes.
• MIAU Fanzara.
• GR-333, etapa 1: Tales-Suera.
• GR-333, etapa 2: Suera-Aín.
• GR-333, etapa 3: Aín-Alcudia de Veo.
• GR-333, etapa 4: Alcudia de Veo-Villamalur.
• GR-333, etapa 5: Villamalur-Torralba del Pinar.
• GR-333, etapa 6: Torralba del Pinar-Fuentes de Ayódar.
• GR-333, etapa 7: Fuentes de Ayódar-Ayódar.
• GR-333, etapa 8: Ayódar-Espadilla.
• GR-333, etapas 9 y 10: Espadilla-Torrechiva, Torrechiva-Toga.
• GR-333, etapas 11 y 12: Toga-Argelita, Argelita-Vallat.
• GR-333, etapa 13: Vallat-Fanzara.

MIAU FANZARA

Pantallazo a la descripción de MIAU en su página web, la cual os recomiendo visitar, y también os recomiendo, por supuesto, si tenéis la ocasión, la visita a Fanzara y a este peculiar museo. Como comprobaréis en mi humilde reportaje fotográfico, no os defraudará. 

Mi favorita, en mi opinión la más espectacular.

Son brócolis.

El Turio también sale plasmado en una de las obras.

Una máxima que todos deberíamos aplicarnos.

Esta es impresionante.

Miau, miau!!